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  • ¿Cómo afecta la procrastinación en la escuela?

    ¿Cómo afecta la procrastinación en la escuela?


    La Procrastinación a pesar de no ser un término muy conocido hace referencia a una aptitud muy común.

    ¿Qué es la procrastinación?

    La persona con altos niveles de procrastinación suele ser considerada por los demás como «perezosa» ya que siempre va «Dejando para mañana» sus asuntos.
    Algo que no tendría más importancia si no fuese porque ese «mañana» nunca llega, y poco a poco, todo lo que tenía que hacer esa persona con Altos niveles de procrastinación se va acumulando y se convierte en algo materialmente imposible de afrontar.
    En el ámbito laboral es frecuente que este tipo de personas tengan la mesa llena de papeles, normalmente sin siquiera un orden, simplemente se van acumulando en orden de llegada.
    El Procrastinador, es decir, aquel que se dedica a procrastinar, siente Altos niveles de ansiedad ante todo lo que tiene pendiente; pero no por ello se pone «manos a la obra».
    Es normal que esta ansiedad pueda estar acompañada de síntomas depresivos y baja autoestima, al verse incapaz de realizar su labor, debido a «la pila” de trabajo acumulado.
    «Pila» que ha ido edificando la persona al «no hacer nada» durante mucho, «perdiendo el tiempo» planificando, o simplemente no haciendo nada.
    Es frecuente que estas personas se sientan «el chivo expiatorio» de los demás, que van cumpliendo con su labor, pero ¿Cómo afecta la procrastinación en la escuela?


    Vídeo Recomendado: Diálogos en confianza (Saber vivir) – El hábito de postergar (22/06/2016)

    ¿Cómo afecta la procrastinación en la escuela?

    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguarse desde una investigación realizada por el Department of Psychology, Rutgers University (EE.UU.) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron ciento ochenta y cuatro estudiantes universitarios de primer año de carrera de psicología, de los cuales el 60& fueron mujeres.
    A todos ellos se les administraron una serie de cuestionarios estandarizados como el Procrastination Assessment Scale-Students (PASS) para evaluar el nivel de pronosticación, la General Self-Efficacy-Sherer (GSESH) para evaluar el nivel de autoeficacia percibida, y el Experiences in Close Relationships (ECR-R) para evaluar el nivel de implicación en las relaciones sociales.
    A esta información se le acompañó la correspondiente a su desempeño académico.
    Los resultados informan sobre una correlación negativa entre el nivel de procrastinación y las calificaciones y la autoestima, esto es, a mayores niveles de procrastinación peores calificaciones y una autoestima más baja.
    Por el contrario, a menores niveles de procrastinación, los estudiantes tenían mejores calificaciones y mayor nivel de autoestima.


    Comprendiendo la procrastinación

    Aunque los resultados son claros, el haber empleado una población universitaria no permite comprender si esta relación se encuentra a edades más tempranas, con lo que el estudiante vendría «arrastrando» una situación negativa desde hace tiempo.
    Otra de las limitaciones del estudio, es que no plantea ningún tipo de intervención con la que observar cómo se puede «romper» ese ciclo de procrastinación que le está marcando como un «mal estudiante» y además le está haciendo tener una baja autoestima.
    A pesar de las limitaciones anteriores está claro que Las calificaciones en estos estudiantes no se relacionan con su nivel de inteligencia, ni siquiera con lo que son capaces de aprender, sino más bien con una actitud hacia el esfuerzo, como es la procrastinacióN.
    El ir «retrasando indefinidamente» ponerse delante de los libros, o «no llevar al día» los estudios hace que estos estudiantes tengan un peor desempeño, lo que va a repercutir en su autoestima, y esto a la larga puede acarrear problemas de tiempo emocional e incluso social.

    Detectar la procrastinación

    Hay que tener en cuenta que procrastinación en sí no es una característica de personalidad, sino más bien un hábito, una forma de comportarse que va a tener importantes consecuencias en la vida de la persona, tanto a nivel emocional, laboral/escolar como en sus relaciones sociales.
    Dada la importancia de esta temática se ofrecen una serie de recomendaciones al respecto, pero lo primero de todo hay que Saber si su hijo o usted mismo sufre de procrastinación

    Mira el nivel de desempeño laboral o académico, si este no está al nivel de tus compañeros puede que sufras de procrastinación.
    – Observa si cumples con los objetivos marcados por la organización o no.
    – Evalúa el trabajo que tienes acumulado, si son de días, semanas o meses.
    – Reflexiona sobre las sensaciones y emociones que te origina «ponerte a trabajar»
    Si observas en tí o en tu hijo, un bajo rendimiento comparado con el resto, que no cumples los objetivos, con acumulación de tarea y una desgana generalizada a la hora de afrontar las tareas diarias, puede que estés sufriendo de procrastinación.
    A continuación, se le ofrece unas recomendaciones que pueden ser de su interés para superar esta situación.


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    Recomendaciones sobre la procrastinación

    – Levántate con las ideas claras de que quieres tener un día productivo.
    – Haz una lista de las diez cosas más importantes que debes de hacer en el día (En la lista sólo se pueden incluir tareas que se puedan hacer en un día y que se consideren importantes)
    – A mitad de día revisa la lista y tacha todo lo que hayas cumplido de la misma.
    – Al final del día revisa la lista y mira qué has hecho y qué no, y reflexiona los motivos.
    – Felicítate por lo logrado durante el día, aunque no haya sido todo lo de la lista, y haz el propósito al día siguiente de cumplir todo lo de la nueva lista.
    De esta forma, y casi sin darse cuenta, cada día va a ir haciendo mucho de lo que hasta ahora iba dejando y postergando, y con ello, poco a poco superando la procrastinación.

    Recordar que Ser procrastinador es algo que se aprende y que como vemos se puede desaprender, por tanto, basta con detectarlo a tiempo y poner en marcha las recomendaciones anteriormente indicada para poder superar esta actitud de pronosticar y «dejar todo para mañana».

  • ¿Tienes tendencia a la procastinación?, ¿Prefieres dejarlo para luego?

    ¿Tienes tendencia a la procastinación?, ¿Prefieres dejarlo para luego?


    La Procastinación se define como la tendencia a de «para mañana» aquellas tareas por hacer, sólo que el «mañana» nunca llega y siempre se va retrasando todo.

    Si alguna vez te has levantado sin ganas de hacer nada, o simplemente cuando te vas a poner a estudiar o a trabajar, tienes «mejores» cosas que hacer, puede que tengas procastinación.
    No se trata de una enfermedad sino simplemente una forma de actuar y pensar, por el cual se tiende a «dejar para mañana» las tareas y obligaciones diarias.
    Algunos autores lo han identificado con una falta de autoestima, que le impide tomar decisiones y asumir sus consecuencias, otros indican que es debido a una escasa capacidad de asumir la frustración, de forma que al evitar realizar «lo debido» evita un posible fracaso; también hay quien lo identifica con un exceso de sentimiento de culpabilidad, que le impide responsabilizarse de cualquier actividad «seria» y su resultado.

    En cambio las personas que tienen procastinación, de postergación o posposición como también se denomina, éstas personas cambian las actividades que conllevan cierto responsabilidad por otras de ocio, como mirar los e-mails, usar el smartphone o ver la televisión, todo lo que suponga una satisfacción «inmediata», sin que implique ningún tipo de esfuerzo o responsabilidad, aplazando «eternamente» aquellas otras actividades que suponen un esfuerzo, o que implican un «coste emocional», ya que puede conllevar tanto alcanzar algo agradable o «perder» algo que desea.



    Además ésta forma de pensar y actuar, puede ser causado por cierto sentimiento de dejadez o anhedonía (no sentir placer por las actividades que antes lo hacía) propias de trastornos del estado de ánimo como la Depresión.
    Con respecto a los aspectos psicológicos de la procastinación, no existe un consenso sobre las características de personalidad, ya que algunos autores hacen hincapié en unas creencias irreales, ya sea sobre con una minusvaloración del tiempo y esfuerzo que requiere las tareas, o una sobrevaloración de sus propias capacidades; otros autores señalan que se debe a una baja valoración de sus propias posibilidades, viéndose a sí mismo incapaz de realizarlo, por lo que lo pospone eternamente;  también hay quien señala que se da en personas con pensamientos catastróficos con sentimientos de indefensión; perfeccionistas, que temen no conseguir un nivel «perfecto» de desempeño, así como quien evita «hacer» sobre todo cuando implica «enfrentarse» a otras personas o que implique una decisión sentimental.
    Especialmente preocupante es la presencia de procastinación en edades escolares, debido a que es precisamente a ésta edad donde los pequeños deben de «esforzarse» para formarse como personas a la vez que alcanza unos niveles establecidos de educación, sobre el que construir su futuro. Las nuevas tecnologías orientados al ocio han «facilitado» el que los más jóvenes se «enganchen» a «dejarlo todo para mañana», viéndose un creciente incremento de adolescentes que prefieren dedicar su tiempo a la televisión, los videojuegos o el internet antes de llevar los estudios al día y realizar las tareas que se le manda en clase.
    Los jóvenes con procastinación suelen ir «retrasando» estudiar un poco todos los días, dejándolo para la noche antes del examen para darse un «atracón» sin darse cuenta de que lo único que consiguen con eso es aprobar pero no aprender; además ésto facilita que el alumno «se pierda» en clase, ya que si no va «construyendo» el conocimiento de clase, que se va incrementando en dificultad, en poco tiempo no va a «saber de qué se habla», ni entender lo que se explica, lo que a su vez facilita el sentimiento de «incompetencia» que le lleva a postergar aún más éstas tareas de estudio.
    Un reciente estudio llevado a cabo por Pamukkale Üniversitesi (Turquía) publicado en Hacettepe University Journal of Education analiza éste fenómeno en el ámbito escolar y analizar relaciono con el burnout a nivel universitario. Si hasta hace unos años se ha identificado el síndrome de Burnout con aquellas profesiones que requieren altos niveles de exigencia, de cara al público o con trabajo monótono y desmotivante, en los últimos años se ha observado que ésto también se produce en etapas pre-laborales, como es en los estudiantes.
    Se estudio a 323 estudiantes a los cuales se les administró un cuestionario estandarizado de evaluación de Procastinación y otro de síndrome de Burnout, realizando un análisis estadístico para comprobar que ambos factores estaban relacionados, de forma que aquellos alumnos que tienen mayor tendencia de Procastinación son los que más sufren Burnout.
    El estudio a pesar de sus resultados no permite entender qué es primero, si una persona que tiene cierta dejadez, caracterizado por Procastinación, y que eso provoque agotamiento, con cansancio emocional y despersonalización; o es al contrario, es decir, que los alumnos que sufren Burnout tienen como consecuencia Procastinación, dejando para próximos estudios analizar éste aspecto.

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