Etiqueta: obesidad

  • ¿Existe relación entre la Obesidad y Enfermedades Neurodegenerativas?

    ¿Existe relación entre la Obesidad y Enfermedades Neurodegenerativas?


    Muchas han sido las variables analizadas en relación con las enfermedades neurodegenerativas.

    Causas de las enfermedades neurodegenerativas

    Si bien las explicaciones de tipo genético y hereditarias han dominado en los últimos años, sobre para determinado tipo de demencias; este modelo se ha visto insuficiente para explicar esta problemática tan complejo.
    Igualmente se han planteado factores medioambientales, contaminantes y estresores que pueden facilitar la aparición de estas enfermedades neurodegenerativas, que aunque no son causa directa, sí parecen jugar un papel de «activación» de la genética.
    Pero las últimas investigaciones van por una línea más personal, donde se estudia las características individuales de cada paciente para determinar en cada caso qué puede haber sido lo que le ha generado este tipo de enfermedades.
    La alimentación se ha visto como un factor de prevención, pero también de riesgo, si no se lleva una correcta dieta de alimentos que previenen este tipo de enfermedades.
    En esta línea, de estudiar lo que se come, algunos estudios están empezando a dar la «voz de alerta» con respecto al sobrepeso en relación con las enfermedades neurodegenerativas.
    Algo que puede ir en contra de la lógica, que muchos pacientes de enfermedades como el Alzheimer padecen de problema de falta de peso, pero este no sería más que uno de los muchos síntomas de la enfermedad, que provoca que el paciente «olvide» que tiene que comer pero ¿Existe relación entre la Obesidad y Enfermedades Neurodegenerativas?


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    Sobrepeso y enfermedades neurodegenerativas

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde el Instituye of Public Health; el MRC Cognition and Brain Sciences Unit, Cambridge Center for Ageing and Neuroscience (Cam-CAN); el Department of Clinical Biochemistry, Institute of Metabolic Sciences y el Brain Mapping Unit, Department of Psychiatry, University of Cambridge (Inglaterra) junto con la Yale School of Medicine, Yale University (EE.UU), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Neurobiology of Aging.
    En el estudio participaron quinientos veintisiete adultos, de los cuales doscientos treinta y siete eran mujeres, entre los 20 a 87 años.
    Se realizó un estudio mediante neuroimagen de cada participante, analizando tanto la sustancia gris como blanca empleando la técnica de reconstrucción cortical.
    Además se calculó el Índice de Masa Corporal baso en su peso y su estatura.
    Igualmente se recogieron los antecedentes de diabetes, cáncer, ataques cardíacos, presión arterial alta o alto colesterol.
    Se separaron los participantes en tres grupos, los que tenían un peso «normal» (246); los que tenían sobrepeso (150) y los que tenían obesidad (77).
    Los resultados muestran que aquellas personas con sobrepeso y obesidad muestran una mayor atrofia neuronal localizada en la sustancia blanca, sobre todo a partir de la mediana edad.
    Esto es, las personas con sobrepeso u obesas entre los cincuenta a sesenta años ven incrementadas sus posibilidades de sufrir trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer debido al deterioro neuronal.


    Obesidad y enfermedades neurodegenerativas

    Hay que tener en cuenta que el estudio no realiza un seguimiento de los participantes para comprobar esta aportación teórica, por lo que es preciso de nueva investigación al respecto.
    Igualmente, no se han incluido ninguno de los cuestionarios y test estandarizados para evaluar el desempeño cognitivo aportado desde la neuropsicología.
    Con la salvedad anterior, este estudio presenta datos contundentes sobre los problemas asociados del sobrepeso y la obesidad, fijando su incidencia en una edad muy concreta, por lo que se deberían de implementar programas de prevención del sobrepeso en esas edades como forma de prevenir enfermedades como el Alzheimer.
    Aunque este estudio no es concluyente entre la relación de obesidad y Alzheimer sí se une al conjunto de estudios que están explorando y señalando que es posible que se produzca esta relación. Aún quedaría por determinar si se trata de una relación directa, o mediada por alguna variable, en la que pueda intervenirse para romper dicha relación.


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  • ¿Nuevas explicaciones para trastornos de la alimentación en hombres?

    ¿Nuevas explicaciones para trastornos de la alimentación en hombres?


    A pesar de que actualmente la prensa presta menos atención que hace unos años a los casos de los trastornos de la alimentación estos siguen produciéndose a diario.

    Trastrornos de la alimentación

    Quizás el más común y del que apenas nos demos cuenta sea el de la obesidad. Un fenómeno preocupante por sus altos índices de afectados, pero que la sociedad parece no querer o no darse cuenta de ello.
    En la siguiente gráfica interactiva se presenta la incidencia a nivel mundial de los trastornos de la alimentación, pudiéndose observar por género o por edad; mostrándose una mayor incidencia de estos trastornos entre los países «desarrollados» frene a los «no desarrollados».

    Hace unos años se dio mucha «publicidad» a la problemática de la anorexia, existiendo campañas de prevención al respecto en la televisión pública. Hoy en día, a pesar de que los efectos para la salud son los mismos, apenas hablan de ello y únicamente en las clínicas y asociaciones de afectados se enfrentan a esta problemática casi en «silencio».
    Tal y como sucedía con el cáncer de mama, en un principio se entendía que la anorexia era exclusiva de las mujeres, para luego comprobarse que no era así, si no que existía un bajo índice de casos entre varones.
    En la siguiente gráfica se puede observar cómo es número de fallecimientos causados por los trastornos de la alimentación en función de la edad separando entre hombres y mujeres.
    Como se puede ver en la gráfica a partir de la pre adolescencia se produce una separación progresiva del número de fallecimientos, aumentando rápidamente la en mujeres; mientras que en hombres lo hace progresivamente más lento.

    Algunos estudios indican que la incidencia de los trastornos de la alimentación en hombres entre el 0,2% y el 0,4% de casos de anorexia nerviosa; el 0,1 y el 0,9% de bulimia nerviosa; y entre el 1,0 y el 1,1% del trastorno de atracón.
    A pesar de las diferencias en cuanto a la incidencia de los trastornos alimenticios en función del género, las teorías explicativas con respecto al origen y mantenimiento han sido aplicadas a ambos géneros sin distinción, así se habla de las consecuencias de los medios de comunicación como factor social determinante, donde se muestran modelos «inadecuados» que «confunden» a los más jóvenes sobre unos cánones de belleza que no siempre van de la mano de la salud, pero ¿Existen nuevas explicaciones para trastornos de la alimentación en hombres?


    Vídeo Recomendado: Trastornos alimentarios Discovery en la escuela

    Trastornos de la alimentación en varones

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Institute of Psychology, Department of Clinical Psychology and Psychotherapy, University of Fribourg junto con el Institute of Psychology, Department of Clinical Psychology and Epidemiology, University of Basel (Suiza) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Psychiatry Research.
    Los autores plantean un modelo teórico que quieren comprobar si es respaldado por los datos. En este modelo teórico las emociones mal manejadas y los pensamientos distorsionados juegan un papel fundamental en los trastornos de la alimentación.
    En el estudio participaron ciento veintitrés hombres de edades comprendidas entre los 18 a 37 años.
    Los participantes tuvieron que rellenar diversos cuestionarios estandarizados, tanto para detectar síntomas depresivos a través del Beck Depression Inventory (BDI-II); la satisfacción con el propio cuerpo a través del Body Shape Questionnaire (BSQ-8C); los problemas de alimentación a través del Eating Disorder Examination Questionnaire (EDE-Q); problemas de regulación emocional a través del Difficulties with Emotion Regulation Scale (DERS); distorsiones cognitivas mediante el Short Trait Thought Shape Fusion Scale (TSF); así como el Índice de Masa Corporal calculado con los datos de peso y altura proporcionado por los participantes.
    Los resultados indican la validez del modelo planeando, superando así los modelos previos basados exclusivamente en la incidencia social y en la distorsión de la imagen personal.
    No se encontraron diferencias significativas en el Índice de Masa Corporal en función de la sintomatología depresiva o la edad de los participantes.


    Explicaciones a los trastornos de la alimentación

    Una de las limitaciones del estudio es que se centra exclusivamente en hombres, dejando a las mujeres fuera del mismo, por lo que no se puede conocer si este modelo es válido para ella también.
    Igualmente, en el estudio no se han diferenciado los resultados por el tipo de trastorno de alimentación de los participantes, por lo que no se puede conocer si este modelo es válido para todos los casos, o únicamente para la anorexia nerviosa o el trastorno de atracón.
    Si nueva investigación respalda los resultados anteriores, y tal y como señalan los autores, habrá que rediseñar los programas tanto de prevención como de intervención basado en este nuevo modelo, donde se dé más importante a los aspectos psicológicos que a los sociales.
    Aunque los autores no señalan cómo podría mejorarse la intervención actual en los trastornos de la alimentación, las variables de distorsión cognitiva y manejo de las emociones parecen ser los principales focos a tener en cuenta.
    Falta pues realizar pruebas con respecto a estas variables para comprobar si con ello se mejora la efectividad del tratamiento de los hombres con respecto a los trastornos de la alimentación.

  • ¿Ayuda la terapia de grupo en el control del sobrepeso?

    ¿Ayuda la terapia de grupo en el control del sobrepeso?

    El Sobrepeso se ha convertido en la actualidad en algo tan “corriente” que a veces olvidamos que no es lo “normal”.

    El problema del sobrepeso

    Desde todas las instituciones médicas incluida la Organización Mundial de la Salud avisan sobre la extensión incontrolada de la Obesidad en la población, llegando a niveles no antes vistos, y cómo esta empieza a afectar de forma progresiva a los más pequeños.
    Así en los últimos años se ha visto cómo esta ha ido aumentando entre los estudiantes de secundaria a pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades, tal y como se ve en la gráfica interactiva siguiente sobre la evolución en EE.UU.:

    Sobrepeso entre estudiantes de secundaria en los Estados Unidos | HealthGrove

    Lejos de la estética, el Sobrepeso a cualquier edad es un problema de salud, más grave a medida que se tenga un mayor Índice de Masa Corporal (IMC) siendo este un indicador de porcentaje de grasa acumulada en cada persona.

    Sobre las causas de este Sobrepeso en la población se ha hablado mucho sobre los Hábitos de alimentación, pero también sobre la falta de ejercicio físico y de Hábitos saludables. A pesar de ello, las intervenciones actuales se centran en los más pequeños, obviando a los adultos, como si estos ya supiesen todo lo que se necesita para llevar una vida sana.
    Las campañas de publicidad o incluso las intervenciones entre los escolares buscan aumentar la conciencia sobre este problema, a la vez que educan en Hábitos saludables, pero no son las únicas intervenciones posibles así ¿Ayuda la terapia de grupo en el control del Sobrepeso?


    Vídeo Recomendado: Obesidad: Clasificación, métodos de valoración y enfermedades asociadas. Universidad Miguel Hernández de Elche

    El problema de la obesidad

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde el Skaraborg Institute for Research and Development junto con el Department of Psychology, Lund University (Suecia) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Journal of Community Medicine & Health Education.
    En el estudio participaron quince personas, con edades comprendidas entre los 35 a 73 años, todos con Sobrepeso (IMC superior a 30).
    Todos ellos pasaron por una intervención en dos pasos, en la primera (durante doce semanas) se les dio seminarios de 45 minutos tres veces por semana, sobre el estilo de vida saludable y los beneficios del ejercicio físico; la segunda (6 meses) asistieron a un grupo de autoayuda.
    Para evaluar la efectividad de la intervención se usó el IMC y una entrevista semiestructurada antes y después.
    Los resultados informan sobre una reducción significativa del peso en el 73% de los participantes, con pérdidas por encima del 5% de su peso.


    Dificultades de la gordura

    Una de las limitaciones más importantes del estudio es el empleo de la entrevista semiestructurada como método de evaluación, debido a que esta está sometida a interpretaciones, aspecto que podría ser superado con el empleo de cuestionarios y test estandarizados.
    Hay que tener en cuenta el limitado número de participantes y la idiosincrasia de la población sueca, por lo que se requiere de nueva investigación para poder concluir al respecto.
    Igualmente, el rango de edad es tan amplio que no permite conocer si el apoyo percibido del grupo varía o no en función de los años del participante.
    Tal y como indican los propios autores del estudio, se ha de realizar un seguimiento a los participantes para conocer hasta qué punto los efectos positivos se mantienen en el tiempo.
    A pesar de las limitaciones anteriores, hay que tener en cuenta los efectos positivos hallados simplemente por acudir a sesiones informativas programadas.
    De corroborarse estos resultados con nuevos estudios, daría pie a una nueva forma de intervenir sobre el problema social del Sobrepeso, abandonando las actuales campañas publicitarias en la televisión, o en las escuelas de primaria para educar a comer, para centras en sesiones informativas dirigidas a aquellas personas que ya tienen Sobrepeso.
    Igualmente, de ser esta intervención efectiva, se debería de cambiar el estigma hay que sobre las personas que tienen Sobrepeso, ya no son personas que coman mucho, sino que son personas poco informadas, ya que cuando reciben la información y formación adecuada, ellos mismos se regulan adecuadamente, lo que se refleja en una reducción del peso.

  • ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    Una de las preocupaciones de los padres con hijos con problemas de alimentación es que no saben cómo hacer que mantengan su peso saludable.

    El problema de la anorexia

    Los problemas de alimentación están creciendo en las últimas décadas, ya sea por exceso de comida, como en el caso de la obesidad, como por defecto de alimentación, en el caso de la anorexia o la bulimia.
    Los mayores afectados de estos problemas de alimentación los suelen sufrir los adolescentes, siendo en muchos casos superados cuando llegan a la edad adulta, en el caso de la bulimia o la anorexia.
    Aunque lo más preocupante son las consecuencias que sobre la salud va a generar estos problemas de alimentación, ya que, en el caso de la obesidad, ya que esta no sólo se mantiene si no que se convierte en crónica en la etapa adulta.
    Son muchas las consecuencias de la obesidad para la salud de la persona, y hasta el momento no se han detallado ningún beneficio para la misma.
    Especialmente preocupante la aparición de numerosos casos de pequeños con obesidad, situación que de no poner remedio le va a acompañar el resto de su vida, siendo una sobrecarga emocional, afectando a su nivel de autoestima y a las relaciones sociales, además de las consecuencias en la salud anteriormente apuntadas.
    Una situación que lejos de “controlarse” por parte de los poderes públicos parece que se ha hecho crónico, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente sobre la evolución de la prevalencia de la obesidad en EE.UU.

    Evolución de la prevalencia de la obesidad en Estados Unidos | HealthGrove


    En la gráfica se puede observar cómo desde 1999 hasta la actualidad, la tasa de obesos mayores de 20 años se sitúa por encima del 30%, produciéndose un incremento paulatino cada año, alcanzando en el 2014 el 37% de los estudiados.
    En el caso de los menores de 20 años, el primer registro de 1999 informa sobre un 13,9% de afectados, produciéndose un incremento muy leve hasta llegar en 2014 al 17,2% de los menores.
    Muchos son los factores que se atribuido a los problemas de alimentación, siendo los principales la dieta que se sigue y el sedentarismo, pero ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?


    Vídeo Recomendado: DOCTOR ANTONIO ESCRIBANO: ALIMENTACIÓN EN EL DEPORTISTA

    El deporte y la conducta alimenticia

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada conjuntamente desde la University of Thessaly (Grecia) y la University of Jyväskylä (Finlandia) cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron 361 adultos, de los cuales el 67,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 24 a 48 años.
    Todos ellos tuvieron que responder una serie de cuestionarios para conocer sus hábitos deportivos y de alimentación, y estudiar la relación y las consecuencias de ambos, para ello se les administró el Self-reported exercise behavior para conocer los hábitos deportivos, el Self-reported healthy eating behavior para conocer los hábitos alimenticios, el TPB measures of exercise and healthy eating para conocer lar elación entre salud alimenticia y deporte, el Intention for exercise and healthy eating para estudiar las intenciones sobre la relación deporte-alimentación, el Attitude for exercise and healthy eating para conocer las actitudes hacia la relación deporte-alimentación, el Subjective norm for exercise and healthy eating con lo que analizar lo que se considera “normal” en la relación deporte-alimentación y por último el Perceived behavioral control for exercise and healthy eating para conocer la percepción del control sobre la relación deporte-alimentación.
    Igualmente, todos los participantes informaron de su peso y altura por lo que se pudo calcular el Índice de Masa Corporal, sabiendo que valores superiores a 25 kg/m2 se considera sobrepeso.
    Los resultados informan que el 48,7% de los participantes tenían sobrepeso. Sobre los cuestionarios empleados, se ha observado una relación significativa entre el ejercicio y la alimentación en función de la intención y la actitud.
    Esto es aquellas personas que tenían la intención de mantener una alimentación saludable con un ejercicio adecuado eran los que más posibilidades tenían de realizarlo. Igualmente, los que mostraban una actitud más positiva hacia esta relación eran los que luego tenían mayores probabilidades de mantener dicha relación entre deporte y alimentación. No encontrándose estas relaciones significativas entre el grupo de personas obesas, a los que les “faltaba” la intención o la actitud hacia el deporte y a alimentación sana.


    Relación deporte y alimentación

    Hay que tener en cuenta que en el estudio únicamente se han recogido información sobre lo que dicen los participantes, y no tanto lo que hacen con respecto al ejercicio físico, medida que sería más objetiva a la hora de poder establecer conclusiones al respecto.
    Hay que destacar que los análisis se han realiza sobre una población muy concreta, los griegos, con una dieta mediterránea saludable, que no se encuentra en otros países, por lo que para concluir al respecto es preciso realizar nuevas investigaciones.
    Tal y como indican los autores del estudio, el conocer los factores de intencionalidad y actitud hace que se deban de replantear los programas de intervención para incentivar el deporte centrado en estos dos factores.
    Igualmente hay que afrontar que las campañas deben de estar orientado hacia las personas que ya sufren de obesidad, ya que son estos los que más dificultades tienen para activar la intención por realizar deporte y comer sanamente, e igualmente los que tienen una peor actitud hacia los beneficios de ambos.

    Consejos para prevenir problemas de alimentación

    – Manen una dieta equilibrada, donde no faltan frutas y verduras
    – Procurar siempre quedarte con un poco de gana, sin llegar a la saciedad
    – Realizar ejercicio moderado diariamente y a ser posible al aire libre
    – Hidratarse bien antes y después del ejercicio
    – Si ve que su peso sube o baja más de tres kilos a la semana sin hacer nada para ello, acuda a un endocrino

  • ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?

    ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?


    Uno de los problemas de salud más importantes de los últimos años en determinados países desarrollado es el aumento de los casos de obesidad.

    Pensamiento obesdidad

    Aunque han sido muchos los factores que se han considerado como los causantes del sobrepeso que lleva a la obesidad.
    Si bien con anterioridad el único índice que se tenía para saber si la persona sufría de obesidad era el peso, con posterioridad se incorporó la evaluación de la altura, surgiendo así lo que se conoce como Índice de Masa Corporal (I.M.C.) que se calcula dividiendo el peso por la altura. El I.M.C. ofrece un porcentaje, el cual si es por debajo del 18% se considera desnutrición y por encima del 25% sobrepeso.
    Aunque el I.M.c. está ampliamente aceptado, hoy en día los médicos cuentan con índices más exactos que tienen en cuenta también el género de la persona, e incluso su edad, con lo que establecer más correctamente si se está ante una persona obesa o no, a la vez que ofrece información sobre el porcentaje de la grasa acumulada en exceso.
    La mala alimentación es una de las principales causas de la acumulación excesiva de grasa, y eso a pesar de la una mayor variedad de alimentos que permiten llevar sin mayores costes una dieta equilibrada. A pesar de lo cual el número de obsesos entre los países desarrollados sigue creciendo, habiéndose observado que empieza a afectar a edades cada vez más tempranas, pudiendo encontrarse niños obesos que van a arrastrar problemas de salud asociados durante toda su vida.
    Ya que la acumulación de grasa en sí tiene escasas consecuencias, pero el exceso tiene asociado la presencia de múltiples enfermedades que se incrementan a medida que lo hace el sobrepeso, y que en muchos casos se recupera la persona cuando pierde esos kilos de más.
    Muchas son las creencias al respecto, desde aquellos que piensan que es algo genético y que no se puede hacer nada, otros que afirman «haber probado de todo para bajar» sin haber conseguido anda, pensamientos que limitan la capacidad de la persona de poner en manos de un profesional de la salud especializado, pero ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?



    Controlar la obesidad

    Esto es precisamente lo que trata de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) cuyos resultados han sido recientemente publicados en el 2014 en la revista científica The Journal of Social Psychology.
    El objetivo de este estudio es determinar si las creencias de las personas sobre las posibilidades o no de baja peso van a influir en la realidad de conseguirlo.
    En este estudio han participado ciento noventa y tres adultos reclutados a través de Internet, con edades comprendidas entre los 18 a 65 años, de los cuales 124 eran mujeres, con un índice de peso corporal medio de 25, lo que supone que se encuentra en el inicio de la obesidad.
    A los participantes se les distribuyó entre cuatro variables en donde leían sobre un obeso que intentaba perder peso, en situaciones en que lo atribuía a sí mismo o al exterior.
    Se registró y analizó la respuesta de todos los participantes según su condición experimental, opinando sobre el texto que les había correspondido en una escala de afectividad de -7 a +7 siendo la valoración más baja la correspondiente a fuertemente en desacuerdo y la más alta, fuertemente de acuerdo.
    Los resultados indican que aquellos obesos que leyeron un texto donde la persona se esforzaba por bajar su peso fueron mejor valorados que aquellos que leyeron un texto donde se explicaban los efectos negativos de la obesidad.
    Estos resultados va en la línea de recientes estudios que indican que entre los obesos se valora más a aquellos que consiguen con su esfuerzo bajar que aquellos que lo logran con una intervención externa como es la crujía.
    Por lo que los autores concluyen que el estigma que sufren las personas obesas no desaparecen cuando estas pierden peso, si los demás saben que lo han hecho empleado para ello métodos externos, que no requieren de ningún tipo de esfuerzo por su parte; en cambio cuando la persona se ha esforzado existe un gran consideración social por haber podido conseguir superar su problema de sobrepeso con sus propios medios y esfuerzo.


    Sin obesidad

    Esto es así probablemente por que los propios participantes, que tienen una media de sobrepeso han tenido la experiencia de querer perder peso y saben lo que cuesta bajarlos, tanto con lo que respecta al ejercicio físico como a llegar una dieta saludable con lo que corregir los desajustes que le llevaron a la persona al sobrepeso.
    Lo que no hace si no exponer la idea errónea que se puede tener de que uno pesa «lo que quiere», sin tener en cuenta que existen otros muchos factores de origen genético e incluso farmacológicos o médicos que puede estar influyendo en el mantenimiento y aumento del peso por parte de la persona, y no ser ella la responsable de bajarlo.
    Por lo que sería bueno y conveniente trabajar con estas ideas entre aquellas personas que por su condición no puedan perder peso, para que no se sientan mal por ello.
    Y para aquellos que quieran y puedan hacerlo, recordarles que el esfuerzo es una vía válida para que aparte de perder peso se sientan satisfechos consigo mismo por conseguir sus propias metas personales tan importantes como es la de recuperar la salud.
    A pesar de los resultados, el haber empleado personas por Internet en vez en presencial, además la selección de los participantes con un rango tan amplio de edad no permite conocer si estos resultados cambian o se mantienen durante el tiempo. Igualmente el número de participantes y el origen de los mismos, el 81% caucásico, hace que se requiera de nueva investigación para poder dar por válido los resultados.

  • La Supresión de Peso es útil para prevenir la Anorexia y la Bulimia

    La Supresión de Peso es útil para prevenir la Anorexia y la Bulimia

    Hay avances que permiten predecir mejor las enfermedades futuras, entre ellas el Síndrome de Cushing, gracias al índice de la supresión de peso.

    Supresión de Peso

    Muchas personas a lo largo de su vida se han puesto a dieta con más o menos éxito, intentando quitarse esos «kilitos de más», que se cogen principalmente tras celebraciones y temporadas estivales, y que luego cuestan tanto perder.
    Son muchos los factores que influyen en que no mantengamos «la línea», entre los que se encuentra, una incorrecta alimentación, en el que se incluye demasiada grasa, escaso ejercicio diario en pro del sedentarismo, la genética de la persona, y en algunos casos por problemas de salud, como el hipertiroidismo o el síndrome de Cushing.
    En ocasiones éste intento por controlar el peso puede «escaparse de las manos», derivando en un trastorno de la alimentación, de los cuales los más conocidos son la anorexia nerviosa (ver artículo sobre ¿Cuál es el origen de la Anorexia Nerviosa?) y la bulimia. La primera caracterizada por una negación a ingerir alimentos, mientras que en la segunda, se utilizan mecanismos para «compensar» un atracón de comida previo, por ejemplo forzando el vómito, ¿Pero por qué se dan estos trastornos?



    Prevenir anorexia

    Un novedoso estudio realizado por la Drexel University (EE.UU.) recientemente publicado en Journal of Abnormal Psychology indica que las experiencias tempranas, con las dietas y la conducta de control del peso, pueden estar en la base de estos desórdenes.
    Los investigadores del estudio centraron sus esfuerzos en evaluar los pensamientos, sentimientos y emociones de pacientes con trastornos de alimentación, observando cómo jugaba un papel fundamental la experiencia previa en lo que se denomina como «supresión de peso», el cual es el resultado de restar al mayor peso histórico de la persona, el peso actual, lo que daría un índice de peso percibido.
    Ésto es, aquellas personas que han perdido más peso en el pasado, mostrando un mayor supresión de peso, van a ser las que más posibilidades tengan de sufrir trastornos de la alimentación, como la Anorexia Nerviosa o la Bulimia, ya que lo usan como medio para estar «saludables» o al menos «igual que el resto», cuando en realidad los efectos de estos trastornos pueden ser «devastadores».
    Jugando así un papel destacado el aspecto psicológico en el surgimiento y mantenimiento del estos trastornos de la alimentación, debido a una motivación para no volverse a ver de nuevo en el espejo con esos «kilos de más» y evitar así los efectos negativos que pudiese haber sufrido proveniente de su entorno social, sobre todo de los amigos.
    Como vemos la investigación ha encontrado que la experiencia previa, en cuanto al peso máximo alcanzado, va a ser determinante en cómo se ve ahora y cuánto quiere perder, más que el propio peso actual.
    Los investigadores señalan que éste índice es mejor predictor del comportamiento de las personas que sufren estos trastornos de la alimentación, que el que actualmente se utiliza que es el Índice de Masa Corporal (I.M.C.), definido como la diferencia entre el peso actual dividido entre la estatura al cuadrado. Índice que a pesar de seguirse utilizando, se han añadido otra serie de condicionantes que va a permitir comprobar si se está dentro del peso «esperable», como son el género y la edad.

    Prevenir bulimia

    Por todo lo anterior es importante que las primeras experiencias con el intento del control del peso sea de forma adecuada, atendiendo a criterios saludables, con un plan de comidas equilibrado, establecido por el dietista, acompañado de ejercicios moderado, sin buscar la «dieta milagro» por las consecuencias futuras que pueda traer.
    Evitando en primer lugar que se engorde, más de lo conveniente y saludable en edades tempranas, muy habitual en la sociedad actual en donde no siempre se incentivan hábitos de alimentación y ejercicios adecuados, y en el caso de que exista sobrepeso, hacer lo posible por ir reduciendo progresivamente el peso, dando tiempo a que el cuerpo se vaya acostumbrando a su nueva imagen.

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