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  • ¿Se modifican los recuerdos con los amigos?

    ¿Se modifican los recuerdos con los amigos?

    Si bien es cierto que todos tenemos un cierto sentido de libertad en nuestra forma de ser o pensar, a veces no nos damos cuenta que esta viene determinada en gran medida por nuestro pasado.

    La formación de la personalidad

    La forma en que pensamos, sentimos y actuamos determinan cómo somos, y nos hace diferente del resto, es decir, nuestra personalidad. Esta se forma durante la infancia y la adolescencia, aunque los acontecimientos actuales pueden influir decisivamente en un cambio «de rumbo» en cómo somos.
    Sobre todo, cuando se trata de hechos imprevistos y de gran relevancia, e incluso que puedan poner en riesgo la vida de la persona, esta puede variar su forma de sentir, pensar y actuar.
    Un atraco, un divorcio o un «simple» cambio de trabajo pueden generar suficiente estrés para hacer variar cómo la persona se ha ido comportando hasta el momento.
    Esto también se va a ver reflejado en nuestros recuerdos, o más bien, en cómo narramos estos. Así, antes y después de uno de estos acontecimientos «traumáticos» la persona puede narrar un hecho del pasado, por ejemplo, de diez años atrás, de forma totalmente diferente.
    Nada más hay que ver cómo cuando uno se casa, dice eso de «Es el día más feliz de mi vida», pero cuando tiene un hijo vuelve a decir «Es el día más feliz de mi vida»; pero lo mismo pasa si alguien, diez años después secuestra a su hijo y la policía lo rescata, diciendo de nuevo «Es el día más feliz de mi vida».
    Como vemos, los acontecimientos pasados, o al menos cómo los recordamos no son inmutables, si no que varían en función de cómo sentimos, pensamos y actuamos en esos momentos.
    Por ejemplo, después de un divorcio, sobre todo si este no ha sido amistoso, a nadie se le ocurre recordar el día de la boda como el «El día más feliz de mi vida».
    Pero si hasta ahora se ha comentado de vivencias personales que cambian nuestros recuerdos todavía queda por dilucidar ¿Se modifican los recuerdos con los amigos?


    Vídeo Recomendado: 26/12/2014 Desarrollo de la personalidad en el niño

    El recuerdo de hechos pasados

    Esto es lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Departamento de Ciencias de la Educación y Psicología y el Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad de Florencia (Italia) junto con el Departamento de Psicología, Universidad Memorial de Newfoundland (Canadá) cuyos resultados han sido publicados en el 2016 en la revista científica The Open Psychology Journal.
    En el estudio participaron ciento setenta y siete estudiantes universitarios, con edades comprendidas entre los 18 a 24 años, de los cuales ochenta y ocho eran mujeres.
    A todos ellos se les solicitó que escribiesen episodios de su vida durante media hora.
    Estos episodios fueron analizados y codificados lingüísticamente en función del tema narrado, el número de personajes mencionados, la edad del participante cuando ocurrió el hecho narrado, el número de palabras, el tono afectivo del acontecimiento, …


    El papel de los amigos en la memoria

    Los resultados muestran cómo cuando narramos un acontecimiento familiar lo hacemos identificándonos con los participantes, mientras que cuando se hace de un acontecimiento entre amigos, se usa términos referentes al sentimiento de grupo.
    Esto es, a pesar de que en ambos casos se pueda tener la misma experiencia, el vivirlo en familia va a «marcar» el acontecimiento de forma totalmente diferente a si se vive con amigos.
    Siendo significativamente más fácil acordarse de aspectos positivos vividos entre amigos que en familia.
    Una de las limitaciones del estudio está en la edad de los participantes, donde los amigos juegan un papel destacado, sobre todo en lo que respecta a las «juergas» y momentos de ocio. Probablemente este resultado no se tendría con poblaciones más mayores donde la amistad significa otra cosa.
    Como vemos los amigos, van a modificar nuestros recuerdos, resaltando lo positivo que hemos vivido con ellos.
    Un aspecto que no se ha tenido en cuenta es el tiempo de convivencia entre uno y otro, así con la familia se vivencian acontecimientos positivos y otros que no lo son tanto, mientras que con los amigos se suele acudir únicamente a «pasarlo bien», lo que puede explicar las diferencias en el recuerdo.
    Sea como fuere, parece que nuestra memoria es más flexible de lo que hasta ahora se pensaba, siendo los recuerdos modulados por multitud de variables tal y como se ha constatado con esta investigación.

  • ¿Cómo se forma la personalidad?

    ¿Cómo se forma la personalidad?

    Lo primero que hay que aclarar es el concepto de Persona, cuya etimología (origen del significado de las palabras) hace referencia a las máscaras que utilizaban los griegos, en sus representaciones de teatro.

    Es decir, la persona (máscara) es la imagen con la que nos presentamos ante los demás; sin ser tan estrictos, el término se empela para designar a un individuo sustancialmente distinto del resto, que pertenece a una determinada especie.
    Ésta persona va a tener una serie de cualidades, además de sus característica físicas, como son el peso, la altura, el color de pelo, piel u ojos, entre otros; también va a presentar una forma sentir y de relacionarse consigo mismo y con los demás, mostrando un estilo de conducta y formas de hacer propias.

    A éste conjunto de estilos de pensar, sentir y actuar, es a lo que se denomina personalidad, en la que se pueden distinguir tres facetas:

    Biológica, que se corresponde tanto a la información genética adquirida por combinación de las de los progenitores (genotipo); como a los caracteres morfológicos, funcionales y bioquímicos que presenta la persona (fenotipo); el primero se correspondería a nuestra carga genética, mientras que el segundo se refiere a cómo se expresa esa genética de una determinada manera.

    Individual, que abarca las necesidades, deseos y anhelos, es decir, es la motivación de la persona, que será lo que la va a conducir a actuar de una determinada manera para conseguir alcanzar sus metas, igualmente tratará de evitar aquello que le resulte poco atractivo o desagradable.

    Social, a través de las relaciones interpersonales, aprendemos no sólo a convivir con los demás, sino también a pensar y sentir de una determinada manera. La cultura, el idioma, los usos y costumbres, van a ir configurando desde los primeros meses las tendencias de pensar, sentir y comportarse del individuo a lo largo de su vida.

    Desarrollo de la personalidad y conducta infantil de niños

    Con esto podemos tener una idea aproximada de lo que es la personalidad, como la tendencia a pensar, sentir y actuar de una determinada manera, que va a estar condicionada, por un conjunto de normas que regulan la convivencia, dentro de la sociedad en que se vive, así como por la expresión de una genética trasmitida por nuestros padres, pero, ¿Cómo se forma la personalidad?

    Dos son los principales mecanismos que empleamos para conformar la personalidad a lo largo del tiempo:

    La experiencia directa, permite a la persona, desde muy pequeño ir probando distintas acciones, y por ensayo y error, aprender aquello que es agradable o desagradable. Lo primero, se convierte en fuente de deseo, generando tendencias hacia su logro; mientras que lo desagradable, se tiende a evitar o incluso huir de ello.

    El aprendizaje vicario, también conocido como aprendizaje observacional, por el cual la persona es capaz de aprender las consecuencias de determinadas acciones, viendo los resultados que estas generan en otros. Por ejemplo, un bebé es capaz de aprender a no tocar las cosas puntiagudas si ve cómo otra persona se lastima al hacerlo.

    Autoestima: cómo ayudar en la formación de la personalidad de los menores Https://t.co/6G8x6TLF0T Pic.twitter.com/I9iPVoG4kJ — CDNLaRioja (@CDNLaRioja) 29 de agosto de 2016

    A través de estos dos mecanismos, vamos a aprender a identificarnos como individuos, distinto del resto, con características propias, como son nuestro cuerpo, nuestra forma de pensar y de actuar. Pero para llegar a este punto han de pasar un tiempo de experiencia y aprendizaje por parte del bebé, tal y como lo demuestra la prueba de la mancha; previamente a la prueba, al pequeño se le ha puesto una mancha (de carmín) en alguna parte de su frente, para con posterioridad colocarle frente a un espejo, para observar su reacción. Si éste trata de tocarse la mancha, se puede concluir de que el bebé tiene conciencia de que ese que está viendo en el espejo es él, es decir, es su reflejo; por lo tanto ya tendría conciencia de sí mismo, como individuo diferente del resto.

    Igualmente con el tiempo, va a ir adquiriendo la conciencia moral, que es aquella que va a regir nuestra conducta a lo largo de la vida, y por la cual, aprendemos qué es lo que está establecido como correcto o incorrecto, dentro de una determinada sociedad. Así, estarán permitidos e incluso fomentados determinados deseos, pensamientos y formas de actuar; mientas otros quedarán prohibidos, perseguidos y castigados.

    Todo ello va a ir conformándonos como persona y estableciendo una determinada forma de sentir, pensar y actuar que fijará nuestra personalidad.

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