Etiqueta: estrés

  • Dime cómo respiras y te diré si estas sano

    Dime cómo respiras y te diré si estas sano


    Los síndromes son síntomas y signos que aparecen previos a una enfermedad o como expresión de ésta.

    Los signos son datos objetivos, que extrae el profesional de la salud, directamente utilizando algún elemento para medir, mientras que los síntomas, son las sensaciones y vivencias subjetivas de los pacientes, a los cuales hay que preguntar para saber qué es lo que les pasa, dónde, con qué frecuencia e intensidad.
    Desde la aproximación psicosomática se da el mismo valor a los síntomas que a los signos, siendo cualquiera de los dos indicativos de que “algo” va mal en el organismo y que “hay que poner remedio”, además, desde ésta perspectiva, se entiende que los síntomas, a la larga acarrearán signos de la enfermedad y que los signos traerán consigo síntomas, debido a la interdependencia de sistemas que forman el cuerpo humano.

    Los síndromes son cuadros que pueden aparecer como consecuencia de una enfermedad o ser la expresión previa de la misma, pudiendo tener un origen de tipo biológico (genético), como en el caso del síndrome de Down, o de tipo psicológico, como en el caso del síndrome de Estocolmo.
    En el primer caso, en el síndrome de Down, durante la gestación se produce una alteración en la transmisión genética, produciéndose una trisomía en el cromosoma 21. Por su parte, en el síndrome de Estocolmo, se produce un cambio de actitud y conducta, debido a una identificación con los ideales y formas de actuar de las víctimas de un secuestro, una vez han sido liberadas.
    Desde la perspectiva psicosomática, los síndromes más “comunes”, que tienden a aparecer de forma más frecuente en la consulta, son los relacionados con la ansiedad, la distonía neurocirculatoria, el dolor o la hiperventilación.

    La hiperventilación, hace referencia a una alteración del normal proceso de respiración, el cual es muy sensible a las variaciones en los estados emocionales de la persona, pudiéndose distinguir desde las aspiraciones más profundas y pausadas de los ejercicios de relajación, hasta los más aceleradas y entrecortadas de la euforia o la agresividad, pasando por los más livianos suspiros de la melancolía, e incluso la detención de la respiración con el miedo.
    Que se produzcan hechos puntuales de respiración forzadas, lenta o supresión de la misma, es natural, y parte de la expresión de las emociones, pero cuando éstas alteraciones permanecen pueden dar pistas de que algo no funciona adecuadamente en el organismo.
    En ocasiones se produce una respiración rápida y superficial, denominada taquipnea, debido a estar realizando o haber acabado algún ejercicio físico, o actividad que requiere cierto grado de esfuerzo por parte del organismo, igualmente puede darse en situaciones de mucho calor, como forma de “refrescarse” internamente.
    Pero cuando ésta respiración acelerada se produce de forma continuada y sin causa que lo justifique, además de ser molesto para quien está a su lado, puede ser indicativo de neumopatía (enfermedades pulmonares como asma, asfixia o neumonía) o de otros problemas de salud, como insuficiencia cardíaca.
    En cambio una hiperventilación, es decir, una respiración rápida o profunda, suele producirse de forma natural en estados de sobreactivación por ansiedad o pánico, donde además se acompaña con la sensación de que “le falta a uno el aliento”, volviéndose a su ritmo normal cuando ha pasado la circunstancia que lo ha provocado.

    Si ésta se produce de forma continuada, se estará ante un caso de síndrome de hiperventilzación, generado por una vivencia “exagerada” de emociones de estrés, ansiedad, depresión o ira. Con éste síndrome, además de la alteración en la respiración, y precisamente debido a ello, van a aparecer hormigueos en las extremidades superiores, dolor en el tórax, mareos, sequedad en la boca, piernas débiles, temblores, palpitaciones, vértigo, debilidad, trastornos del sueño y confusión, entre otros.
    Todo ello explicado por la función misma de la respiración, al inhalar aire, se inspira oxígeno y al exhalar se expira principalmente dióxido de carbono. El organismo mantiene así un equilibrio que se ve roto con la hiperventilación, donde se produce una entrada masiva de oxígeno, que no llega a ser “procesada” suficientemente rápido para exhalarlo como dióxido de carbono.
    Vídeo Recomendado:
    En una última revisión al respecto realizado por la All India Institute of Medical Sciences recientemente publicado en el Al Ameen Journal of Medical Sciences en donde se analizan las distintas aproximaciones diagnósticas de las enfermedades pulmonares, como asma, rinitis alérgica, bronquitis,…

  • ¿Por qué nos relacionamos así con la pareja y amigos?

    ¿Por qué nos relacionamos así con la pareja y amigos?

    La figura paterna va a tener una mayor influencia en la etapa de identidad del pre-adolescente, momento que coincide con la fase genital de Freud, y donde se acentúa el Complejo de Edipo, aspecto que debe de superarse para construir una identidad sana, ya que si no, puede ser germen de problemas inconscientes futuros.
    El complejo de Edipo, es un sentimiento de dualidad, entre el amor y el odio, que surge en contra de la figura de autoridad representada por el padre, en el caso del pequeño tiene una ambivalencia ante la admiración y el deseo por ser como la figura paterna, pero con sentimientos de amor hacia la figura materna, mientras que el padre se convierte en un competidor por su cariño y atención, por lo que es una figura a odiar, a él y a cualquiera que intente “acercarse” a su madre. Pero tiene además un sentimiento de admiración, agradecimiento y respeto hacia el padre, de ahí sus sentimientos confrontados.
    Con posterioridad Carl Jung sugirió el concepto del complejo de Electra para la niña frente a la figura de la madre, que aparece en la misma etapa de desarrollo, como generadora de conflictos inconscientes que se deben de superar, para que no queden “secuelas” en forma de enfermedad durante la madurez. En éste caso también se produce una ambivalencia, de amor-odio hacia la madre, de amor hacia el padre, ya que quiere ser la única figura de su atención, para lo cual debe de competir con su madre, de ahí el sentimiento de odio hacia ella y hacia cualquier otra mujer que se le “acerque” al padre. Al igual que en el caso del niño, la niña, siente cariño y agradecimiento hacia su madre, de la cual no “aguanta” que esté cerca de su padre.

    La figura de autoridad representada por el padre va a llevar un proceso inverso al del desarrollo moral del pequeño, en la medida que a mayor capacidad de juicio y moral, sentirá que su padre tiene cada vez menor autoridad, pasando desde los primeros momentos en que “su palabra es ley”, y se debía de acatar sin posibilidad de réplica, a una fase intermedia donde se podía tratar de hacer variar las normas y castigos, negociando, principalmente por la intermediación de la madre, para convertirse únicamente en un referente más dentro de la sociedad que sugiere normas de conducta, pero sin estar envuelto en ningún «halo» de autoridad.
    A pesar de que al final haya perdido casi todo el «valor» autoritario el padre, su figura es fundamental para «marcarle» los primeros momentos, lo que va a ayudarle a conformar la propia moral, en palabras de Freud el superyo, es decir, las reglas sociales interiorizadas que van a servir para regirse en la vida, de forma que sepa qué está bien o mal socialmente hablando.

    Una de las dificultades con las que se encuentra el menor, es cuando no tiene o pierde ese referente de autoridad, ya que en ocasiones, debido a aspectos laborales o de otra índole, el progenitor puede estar fuera de su casa durante horas, días, semanas,…, pero también la pérdida del progenitor por fallecimiento, separación o divorcio va a influir en el menor en lo que se conoce como padre ausente.



    Desde el punto de vista psicoanalítico, la carencia de la figura paterna y con ello de la autoridad, que va a servir para formar el superyo, va a hacer que el pequeño no se vea limitado en el goce, es decir, no hay quien le “regañe”, corrija e indique qué es conveniente y adecuado en cada momento, por lo que se va a regir únicamente por lo que quiere, como lo quiere y cuando lo quiere, lo que de adulto se va a expresar en una “alteración” en la percepción de las relaciones sociales, sintiéndolas como “hostiles” o idealizándolas. En el primer caso, el otro se convierte en fuente de frustración que no le permite hacer lo que ha hecho desde pequeño, lo que ha querido; en el segundo caso, el otro se convierte en fuente de placer para la satisfacción propia, infravalorándose a favor de conseguir lo que quiere del otro.
    Ambas facetas se van a expresar tanto en las relaciones de amistad como con la pareja, donde no se establece una “conexión” sana y fluida, sino que se produce una competitividad por destacar y quedar por encima, en el caso de las relaciones hostiles, mientras que en la idealización, se llega uno a humillar y hacer todo lo que quiera la otra persona, con el fin de que no le abandone.

    Una relación sana y madura entre dos personas, ya sean amigos o pareja, va a implicar cierta cesión de nuestros intereses y deseos, en favor de la otra persona, pero igualmente debe de requerir que la otra ceda a favor tuya. Por ejemplo, si uno quiere ver una película y la otra persona ir al baile, uno debe de ceder, pero en la próxima ocasión debe ser la otra persona quien ceda.

    Hay que tener en cuenta que que una relación sana y estable, además del cariño y la comprensión de la otra persona, va a evitar que suframos enfermedades, ayudando a la adopción de hábitos saludables, lo que se va a traducir en un incremento de la esperanza de vida, lo contrario que una relación conflictiva, que debido al estrés constante va a debilitar el sistema inmune facilitando las enfermedades, así al menos se ha evidenciado en varios estudios a lo largo de estos últimos años, llegándose a proporner modelos de «Familias Saludables como la realizada desde la University of Isfahan (Iran) recientemente publicado en el Journal of Basic and Applied, donde se analizan a 16 familias y 21 parejas, a los cuales se les pasó un extenso cuestionario. Sin duda un importante desarrollo teórico sobre la variables que se han de tener en cuenta, aunque los resultados son válidos para el modelo de vida de la sociedad iraní, hay que realizar más investigaciones en otras culturas para encontrar el «Modelo de Familia Saludable» en cada lugar.

  • Nuevos tratamientos del Síndrome de Cushing, una enfermedad que engorda

    Nuevos tratamientos del Síndrome de Cushing, una enfermedad que engorda


    Hay diversas causas que pueden provocar obesidad, entre ella de las más graves que podemos encontrar está el Síndrome de Cushing, por ello la importancia de los nuevos estudios.

    El problema del sobrepeso

    Uno de los mayores problemas con los que se puede encuentrar una persona que tiene sobrepeso, es cuando se entera de que está sufriendo una enfermedad denominada el Símdrome de Cushing, que sólo es conocida para aquellos que lo padecen y sus familiares.
    Ésta enfermedad que provoca un aumento significativo de peso, se produce cuando existe un mal funcionamiento de la hipófisis, debido a un tumor o a una hiperplasia (crecimiento excesivo), la cual es la encargada de la hormona corticotropina (A.C.T.H.) generando en el organismo una intoxicación, por sobreproducción de cortisol (hormona del estrés); igualmente se produce ésta enfermedad cuando se ingieren de forma masiva sustancias que contienen cortisol y otras hormonas esteroides.


    Vídeo recomendado: Caso 1. Sindrome de Coushing o Cushing 1/2

    Vídeo recomendado: Caso 1. Sindrome de Coushing o Cushing 2/2

    El cortisol en el organismo

    El efecto que la activación del cortisol tiene en el organismo, en situaciones de estrés, es prepararlo para la respuesta, reduciendo los sistemas menos esenciales para ese momento, activando el sistema simpático e inhibiendo el parasimpático.
    Igualmente conocemos los estragos que a medio y largo plazo provoca una situación de estrés continuado, al mantener un organismo sobreexcitado y con algunas funciones reducidas, como el sistema inmune, lo que hace que el cuerpo esté más expuesto a nuevas enfermedades y que se recupere más lentamente de sus lesiones.

    Ésta enfermedad va a tener una serie de consecuencias tanto a nivel físico como psicológico
    A nivel físico, se van a producir una serie de cambios en el organismo, con enlentecimiento en el crecimiento de los menores, acumulación de grasas en la parte superior del cuerpo, hipertensión, exceso de bello corporal, especialmente evidente en las mujeres, extrema delgadez de la piel, más propensa a hematomas, debilidad muscular, amenorrea en las mujeres e impotencia en los hombres.
    A nivel psicológico, el paciente va a ser más propenso a sufrir enfermedades del estado de ánimo, tales como depresión y ansiedad; así como alteraciones del comportamiento con insomnio, irritabilidad, pensamiento paranoide, episodios con alucinaciones, pérdida de memoria y de la capacidad de concentración.


    Nuevo tratamiento para la obesidad

    El Tratamiento abarca tanto la intervención quirúrgica, cuando se requiera, como farmacológica con inhibidores de cortisol. Actualmente se están desarrollando nuevos tratamientos, que todavía están a nivel de investigación hospitalario tal y como lo indica el último estudio realizado en el Alfred Hospital of Melbourne (Australia) recientemente publicado en el Internal Medicine Journal.
    En el estudio se emplea una técnica denominada Terapia de Radiación Esterostática ya empleada como tratamiento en algunos tumores a los que no se puede «acceder» directamente, como en el caso del tumor cerebral, en donde la administración de la dosis total se divide en pequeñas dosis, siendo lo más destacado de ésta técnica la precisión de la administración, en comparación con la radioterapia convencional. De los 17 pacientes a los que se realizó el estudio, 10 de ellos se recuperaron después de uno a tres años de tratamiento.
    Ésto abre la puerta a nuevas posibilidades de tratamiento, en el que se interviene de forma más específica sobre la zona «diana», lo que proporciona menos efectos secundarios en las zonas adyacentes, facilitando además la pronta recuperación de los pacientes.

  • La relación entre el estrés y la PNIE: La salud a juego

    La relación entre el estrés y la PNIE: La salud a juego


    Cada día se descubren nuevos efectos nocivos del estrés crónico. Descubre qué consecuencias tiene sobre tu salud, que puede facilitar la metástasis.

    La relación Mente y Cuerpo

    La relación entre el mundo psíquico y la salud, es de doble vía, es decir, las conexiones entre los sistemas permiten explicar, que si estamos físicamente enfermos, esto nos va a afectar en nuestra forma de pensar y actuar, usando para ello el mismo sistema PsicoNeuroInmunoEndocrino (PNIE). Por lo que es posible afirmar que cualquier alteración en alguno de los sistemas que componen el PNIE va a extenderse como un resorte al resto de los sistemas.
    Un caso prototipo de ello lo encontramos en el estrés; éste, es definido como una reacción natural de defensa del organismo para afrontar una situación en que se requiere una importante demanda. Éstas situaciones denominados estresores o factores estresantes pueden provenir tanto desde el exterior como del interior.

    Los estresores externos, que hacen referencia a elementos individuales como estimulación intensa de luz o sonido; o a situaciones en las que la persona tiene que dar una respuesta lo más rápido y acertada posible, por ejemplo en el caso de un examen.

    Los estresores interiores o psicológicos, que hace referencia a la evaluación personal como estresante o no de las situaciones a las que se tiene que enfrentar. Así, una persona puede considerar estresante y valorarlo como desbordante, una situación en que tiene que dar un discurso frente a un gran público, mientras que para otro no.
    El componente psicológico del estrés se puede modificar, aprendiendo a cambiar la valoración de la situación, por ejemplo pasando de ser agobiante a convertirse en un desafío a superar como parte de su desarrollo profesional. Esta nueva visión de la misma situación, hace que a la hora de afrontarlo, los niveles de estrés psicológicos sean menores y pueda conseguir un mejor resultado en su desempeño.

    La respuesta del estrés

    El estrés, que requiere de una respuesta de acción u omisión por parte de la persona ante una situación amenazante, va a conllevar una serie de respuestas fisiológicas casi de forma inmediata a la aparición de la demanda, entre las que se destacan en:
    El ámbito psicológico, aceleración de pensamiento, que puede llevar confusión e incluso al bloqueo.
    El sistema nervioso se divide, entre sistema nervioso central y el periférico (que conecta el central, con el resto del organismo). Dentro de éste segundo, se puede subdividir a su vez en sistema nervioso somático (encargado de transmitir la información sensorial) y sistema nervioso autonómico (en el que también se producen inervaciones desde el sistema nervioso central, y se encarga de regular los distintos órganos, vísceras, glándulas y musculatura lisa). Dentro del sistema nervioso autonómico se subdivide en sistema simpático y en parasimpático:

    * El sistema simpático, se ve afectado en situaciones de estrés, con un aumento de la frecuencia cardíaca, inhibición de la actividad digestiva, liberación de glucosa por parte del riñón y relajación de la vejiga.

    * El sistema parasimpático, al contrario, se activa en situaciones de relajación lo que conllevará, a una reducción de la de la frecuencia cardíaca, incremento de la actividad digestiva, estimulación de la vesícula biliar y contracción de la vejiga.

    El sistema inmunitario, se produce una reducción de los sistemas no básicos para la respuesta requerida entre ellos una inmunodepresión.

    El sistema endocrino, aumento de niveles de hormonas como encefalinas o catecolaminas, pero especialmente el cortisol, denominado hormona del estrés, que eleva la presión arterial y prepara al organismo para una respuesta de huida o lucha ante una amenaza.


    https://youtu.be/nx1HhrZtelY

    Vídeo Recomendado: Soluciones Médicas: ¿cómo el estrés afecta al sistema inmunológico?

    Como vemos, las situaciones de estrés van a afectar a cada uno de los componentes del PNIE, en preparación de una respuesta rápida y acuciante por parte de la persona, la cual, una vez emitida dicha respuesta y superada la situación de estrés pasa a un estado de “normalidad” donde se recuperan los niveles de actividad de los distintos sistemas implicados.
    Es por ello que el PNIE considera que la enfermedad se genera cuando existe un desajuste en la comunicación entre los sistemas, y no se producen estos cambios continuos de adaptación para con las demandas de cada momento, como en el caso del estrés.


    Un reciente estudio realizado en The Ohio State University publicado en el Journal of Clinical Investigation, demuestra cómo el estrés es capaz de modificar nuestra genética y las consecuencias que ello puede acarrear sobre la salud.
    Es estudio analiza a pacientes oncológicos que padecen cáncer de mama para analizar su evolución en función de un determinado marcador genético denominado AFT3. Las conclusiones a las que llega permite explicar cómo se produce la metástasis del cáncer de mama, debido a elevados niveles de estrés , los cuales van a activar el gen AFT3, lo que va a reducir las defensas del sistema inmune, permitiendo con ello la libre proliferación de las células dañadas. El estudio demuestra el mecanismo por el cual el estrés crónico va a alterar el normal desempeño del sistema inmune mediante la activación del gen AFT3.

  • ¿Cómo relaciona el estrés y la enfermedad psicosomática?

    ¿Cómo relaciona el estrés y la enfermedad psicosomática?

    En éste artículo se analiza la relación existente entre el estrés y las enfermedades psicosomáticas.

    El estrés es aquello que sentimos cuando debemos dar una respuesta lo más rápido y certera posible, ante un examen, un informe que hay que entregar en el día,… todo ello provoca una tensión emocional que se va acumulando si no se libera.
    Existe una relación directa entre el estrés y las enfermedades psicosomáticas, se ha comprobado que ante el aumento del estrés acumulado se incrementa la probabilidad de sufrir dichas enfermedades.
    En caso de que la situación que genera estrés (estresor), se mantenga a durante semanas o meses, se puede ver afectado, el sistema digestivo, provocando gastritis, úlceras o colon irritable; igualmente afectará a la piel con la aparición de dermatitis, urticaria o caída de pelo; a nivel pulmonar puede aparecer tos o ataques de asma; y a nivel muscular se puede experimentar lumbalguia o dolores musculares.
    Si el estrés se mantiene durante más tiempo, se considera una situación de estrés crónico y puede producir hasta las más graves enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple.
    Éste tipo de afecciones, cuando el estrés es de origen psicológico, ha proporcionado el respaldo definitivo para dar cuerpo teórico y práctico a la aproximación psicosomática, más allá de una somatización de emociones mal manejadas, tal y como se solían atribuir en estos casos, en que se equiparaban a los trastornos psicológicos.
    En cambio, la expresión de signos y síntomas físicos, tan graves e importantes como los provocados a nivel muscular, pulmonar, gástrico e incluso inmune, siendo su responsable un acontecimiento psicológico como es el estrés, no deja duda alguna a que existe una relación directa entre lo psicológico y lo físico, y que la salud de uno, influye en el otro, principios fundamentales de la aproximación psicosomática.

    El Estrés y sus Efectos en la Salud

    ¿Qué es el Estrés?

    El estrés es una respuesta natural que experimentamos cuando enfrentamos situaciones que requieren una respuesta rápida y precisa, como:

    • Exámenes
    • Informes con plazos ajustados
    • Situaciones de presión laboral

    Esta tensión emocional puede acumularse si no se maneja adecuadamente.

    Efectos del Estrés Prolongado

    Sistema Digestivo

    • Gastritis
    • Úlceras
    • Colon irritable

    Piel

    • Dermatitis
    • Urticaria
    • Caída de pelo

    Sistema Respiratorio

    • Tos
    • Ataques de asma

    Sistema Muscular

    • Lumbalgia
    • Dolores musculares

    Estrés Crónico

    Cuando el estrés se mantiene durante períodos prolongados, puede derivar en estrés crónico, que puede provocar enfermedades autoinmunes graves como la esclerosis múltiple.

    Aproximación Psicosomática

    Existe una relación directa entre lo psicológico y lo físico. La salud de uno influye directamente en el otro, siendo estos los principios fundamentales de la aproximación psicosomática.

    Pero ésta aproximación no sólo tiene que ver con el origen de los signos y síntomas de las enfermedades, sino también con su tratamiento, entendiendo que cualquier intervención, única y exclusivamente física, no hará sino “parchear” lo que no funciona bien, pero mientras que no exista una intervención terapéutica completa, que incluya los aspectos psicológicos, aquello que lo genera y mantiene (el estrés) seguirá haciendo estragos, en ese mismo órgano o músculo, o en otros.
    De ahí que a veces, cuando desde el ámbito exclusivamente médico se trata un órgano o músculo, a pesar de que se observe una mejoría en éste; otro órgano normalmente próximo, muestra signos y síntomas de enfermedad que antes no mostraba, por lo que en ocasiones el diagnóstico parece difuso y errático, y todo ello porque no se está tratando la causa psicológica que lo genera y mantiene.
    Ante un caso de úlcera, por mucho “antiácido” que se beba tras la comida, para reducir el nivel de acidez del estómago y proteger así a las úlceras, no hará sino mitigar los síntomas y evitar que estas provoquen malestar y dolor; pero ese estrés acumulado y agotador del sistema se expresará de otra manera, pues todo el organismo está siendo sobrecargado continuamente.
    Esto se ejemplifica claramente con las piezas de un motor de cualquier vehículo, al cual si se le da un uso correcto puede durar mucho tiempo, pero si se está continuamente pisando el acelerador, éstas “sufren” más de la cuenta, erosionándose las piezas, y pudiendo llevar a la rotura de alguna de ellas.
    Pues lo mismo le sucede a nuestro organismo, las primeras “piezas” que se verían afectadas serían, precisamente aquellas que genéticamente tuviésemos más propensas a la enfermedad, o que por algún motivo ya hubiesen sufrido con anterioridad y estuviesen más débiles. Es por ello que el mismo nivel de estrés (aunque como cada uno lo vive de forma individual, basado en su historia personal, nunca es el mismo), va a provocar una sintomatología diferente según la persona que lo está sufriendo, viéndose en unos casos afectados el sistema muscular, gástricos, pulmonar, o el inmune.
    Con posterioridad, y gracias a los estudios realizados sobre el eje Hipotálamo Hipófiso Adrenal (H.H.A.), se ampliará el espectro de las causas psicológicas generadoras de trastornos psicosomáticos, dejando así de circunscribirse únicamente en el estrés, para ampliar también al ámbito de la vida emocional del paciente y que como se viene comentando, no es sino con una intervención global que afecte tanto a la parte física como psicológica, como se va a conseguir restaurar la salud de la persona y no sólo “parchear” aquella expresión de signos y síntomas.

    Aproximación Psicosomática al Tratamiento

    Más allá del tratamiento físico: Una perspectiva integral

    El Problema del Tratamiento Parcial

    La intervención únicamente física actúa como un «parche» temporal. Sin abordar los aspectos psicológicos subyacentes, el problema persistirá o se manifestará de otras formas.

    Consecuencias del Tratamiento Incompleto

    • Mejoría temporal del órgano tratado
    • Aparición de síntomas en órganos próximos
    • Diagnósticos difusos y erráticos

    La Analogía del Motor

    Al igual que un motor sometido a excesiva aceleración, nuestro organismo bajo estrés constante sufre:

    • Desgaste acelerado de componentes
    • Mayor propensión a fallos
    • Deterioro progresivo del sistema

    Manifestación Individual del Estrés

    El impacto del estrés varía según cada persona, afectando principalmente a:

    • Áreas genéticamente predispuestas
    • Zonas previamente debilitadas
    • Sistemas más vulnerables (muscular, gástrico, pulmonar, inmune)

    Avances en la Comprensión

    Los estudios sobre el eje Hipotálamo Hipófiso Adrenal (H.H.A.) han expandido nuestra comprensión, incluyendo:

    • Factores emocionales
    • Aspectos psicológicos
    • Conexiones mente-cuerpo

    La Importancia del Tratamiento Integral

    Solo mediante una intervención que aborde tanto los aspectos físicos como psicológicos se puede lograr una verdadera restauración de la salud.


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  • ¿Existe el estrés bueno?,  conoce cómo potenciarlo

    ¿Existe el estrés bueno?, conoce cómo potenciarlo

    Las emociones forman parte de nuestra vida, siendo la de mayor influencia el estrés, ¿en qué consiste es esa influencia?, ¿existe el estrés bueno?

    Existen numerosas situaciones a lo largo del día que requieren de nuestra máxima atención, en la que tenemos que dar la mejor respuesta posible, ya sea por la premura o por tener que atender a varios requerimientos a la vez, estas demandas nos producen estrés.
    El estrés mantenido a medio o largo plazo puede ser nocivo para la salud, es lo que se denomina como distres, pero también existe el estrés “bueno”, es decir, aquel que durante un corto espacio de tiempo potencia nuestras capacidades y nos hace dar respuestas más acertadas en las actividades que se deben desempeñar, a éste segundo tipo de estrés se denomina eustrés.
    Como vemos, el que sea “bueno” o «malo», depende tanto de nuestra valoración psicológica de los acontecimientos y situaciones estresantes como de que estas se mantengan durante un cierto tiempo. Así, una situación valorada como desafiante, pero atractiva como forma de superarse o de “lucirse”, motiva a dar lo mejor de uno mismo, obteniendo éxitos que de otra forma no se alcanzarían; pero si esa situación se mantiene en el tiempo, se produce el agotamiento de los recursos que explicaba Selye en su Sistema General de Adaptación, y con ello dejaría de ser motivador convirtiéndose en a algo “insufrible”, dando el éxito paso a la enfermedad.
    Además el estrés por sí solo puede ser fuente de enfermedades psicológicas, como en el caso de los trastornos de ansiedad, los cuales son un conjunto de trastornos cuya característica principal son niveles elevados de ansiedad y miedo.
    Dentro de ésta categoría tendríamos (según el D.S.M.), el trastorno de angustia, con y sin agorafobia (miedo a lugares de los que no se puede escapar), fobia social y específica, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés agudo o postraumático, trastorno por ansiedad generalizada o inducido por sustancias.



    Como ejemplo del efecto de una situación del estrés, destacamos el trastorno por estrés postraumático, se denomina a éste como un tipo específico de trastorno de ansiedad y se produce cuando una persona se ha visto implicada de forma directa o indirecta en un acontecimiento muy estresante, con amenaza para su integridad; es en estos casos donde se produce un “trauma”, entendido éste como un acontecimiento que la persona es incapaz de asumir.
    Esto va a provocar una serie de síntomas, el más importante de ellos es el revivir aquellos acontecimientos de forma esporádica o en sueños, lo que provoca irritabilidad, insomnio, dificultad para concentrarse; igualmente se presenta un intento de olvidar o negar la situación desencadenante, ya sea evitando hablar de ello o sufriendo amnesias parciales. Se ha podido constatar que en estos pacientes, existe una alteración en el eje Hipotálamo Hipófisis Adrenal (H.H.A.), donde se ha observado una hipersecreción del Hormona Liberadora de Corticotropina (C.R.H.) por parte de la hipófisis, generando mayores niveles de cortisol en el organismo, que una persona no afectada por éste trastorno.
    Como vemos hasta ahora, el estrés es fuente de motivación a corto plazo, pero su permanencia a medio y largo plazo pueden provocar daños generalizados en el organismo, debido al mantenimiento en el tiempo de la activación en los distintos sistemas implicados en el H.H.A., estimulados algunos e inhibidos otros por el sistema simpático; pero también a que dicha situación va a influir también en nuestros relojes internos, con lo que se verían afectadas además, funciones tan importantes como la frecuencia cardíaca, el sueño o incluso la tasa de regeneración celular, lo que podría desencadenar una mayor tendencia a padecer cáncer.
    Además el sistema inmune, que protege al organismo de infecciones externas e internas, es muy sensible a los procesos de estrés; cuando éste se genera, el organismo va a experimentar una inmunodepresión, reduciendo el consumo de estas funciones al mínimo, pero si se mantiene, se daña el sistema.
    Los primeros síntomas de que el sistema inmune no está funcionando correctamente, se pueden observar ante la aparición de síntomas como psoriasis o lupus; pero si no se pone remedio y la situación estresante continúa, no sólo se va a producir una ralentización de los procesos de cicatrización y de recuperación de las heridas que pudiese tener, sino que se deja la “puerta abierta” a todo tipo de infecciones, además de producirse un empeoramiento de los síntomas de las enfermedades autoinmunes, entre ellas la esclerosis múltiple.
    Como vemos el eje H.H.A., nos va a dar la medida de cómo funciona el organismo, si éste funciona correctamente, es decir, si se produce una activación puntual ante situaciones de estrés, la persona va a poder dar la respuesta adecuada al momento, ya sea de escape o de afrontamiento; mientras que si ésta se mantiene en el tiempo, debido a que el estresor sigue presente, se van a empezar a producir fallos en el proceso normal, y con ello se incrementa la probabilidad de sufrir enfermedades psicosomáticas.

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