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  • ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    Uno de los grandes «males» de nuestra sociedad son los trastornos de la alimentación que provocan anorexia, bulimia u obesidad, ¿Pero cuándo se empieza a formar?

    Anorexia infancia

    Algunos autores atribuyen que es la consecuencia «lógica» de un exceso de disponibilidad de la alimentación, en referencia a la obesidad, no siendo tan fácil de explicarse por los mismos motivos en el caso de la anorexia o la bulimia, ya que a pesar de la disponibilidad la persona se niega a comer o a engordar.
    En estos casos los autores optan más por la presión social y los cánones de belleza autoimpuestos como el origen de estos trastornos, pero ¿Cuándo se inician?
    En países del «primer mundo» se ha observado cómo cada vez se producen estos trastornos de la conducta alimenticia a edades más tempranas, llegándose a considerar en alguno de ellos, la obesidad infantil un problema de salud nacional; en cambio la anorexia o la bulimia parece estar más relacionado con la pre-adolescencia y la adolescencia.
    Pero no hay que olvidar las graves consecuencias que sobre la salud va a tener el haber sufrido alguno de estos trastornos, así la obesidad infantil puede provocar problemas físicos de huesos, articulaciones, dificultad para respirar, problemas cutáneos o diabetes; en el caso de la bulimia o la anorexia, alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, debilitamiento óseo, alteraciones hormonales y hasta amenorrea (pérdida de la menstruación en mujeres), sabiendo además que en los casos más graves puede llevar al niño o al joven al ingreso hospitalario de urgencias. Además el padecer uno de estos trastornos de la conducta alimenticia puede además tener consecuencias negativas como una baja autoestima, al sufrir el aislamiento y la discriminación por parte de sus iguales, ¿Pero se puede hacer algo para prevenirlo o evitarlo?



    Bulimia en infancia

    Es lo que trata de averiguarse desde la Universidad de Leuven (Bélgica) recientemente publicado en la revista científica Frontiers in Psychology.
    En el estudio participaron 183 pequeños entre los 7 y 12 años, de los cuales el 49% eran niñas. A la mitad de los participantes, se les pasó por la condición de pre-exposición a la alimentación disponible, mientras que a la otra mitad no se les hizo nada, grupo control.
    La fase de pre-exposición consistió en que formasen palabras de dulces, a la vez que los tenían disponibles para su consumo, pero el experimentador estaba presente, por lo que ninguno de ellos comieron.
    Con posterioridad se realizó una fase de prueba donde se les dejaba a los pequeños comer lo que quisieran, mientras se les pedía que evaluasen tres características de los mismos.
    Los resultados informan que los niños que han sido pre-expuestos a la tentación de comer dulces en la fase de prueba muestran mayor autocontrol y comen menos dulces que los del grupo control.
    El estudio que se basaba en investigaciones previas que indicaban que los niños/as que habían sido pre-exposición a la comida, como forma de «educar» el auto-control.

    Anorexia y bulimia infancia

    Uno de los resultados más notables a la vez que desconcertantes, es que el efecto de pre-exposición fue válido únicamente entre los niños, no existiendo diferencias en cuanto al número de dulces consumidos entre el grupo de pre-exposición y control en el caso de las niñas.
    Aunque el objetivo del estudio no es de índole clínico, los resultados abren una puerta para incorporarlo en la prevención de trastornos de la alimentación como la obesidad, quedando fuera de sus resultados los casos de anorexia o bulimia que no se regirían por la disponibilidad de la alimentación tal y como se comentó en la introducción del estudio. Igualmente quedan fuera del estudio la aproximación que indica que entre las principales causas de la obesidad infantil se encuentra en el sedentarismo y la falta de actividad físicas desde pequeño, lo que hace que no se «queme» lo que se come.

  • ¿Cuál es el origen de la anorexia nerviosa?

    ¿Cuál es el origen de la anorexia nerviosa?

    La anorexia nerviosa es una enfermedad de la alimentación que afecta principalmente a los más jóvenes, pero ¿Cuál es su origen?

    La anorexia nerviosa, es una enfermedad donde se produce una reducción en la cantidad de alimentos ingerida de forma voluntaria, que llega a poner en riesgo la salud de la propia persona.
    Ésta enfermedad está encuadrada dentro del grupo de los trastornos psicológicos de la alimentación, donde se produce una excesiva pérdida de peso, pudiendo llevar al paciente a un estado de malnutrición y en los casos más extremos hasta el fallecimiento.
    En ésta enfermedad, que se inicia a partir de la pre-adolescencia, existe un componente hereditario y hormonal, pero la causa más importante es el componente psicológico, sustentado por un miedo intenso a aumentar de peso, lo que le lleva a restringir su comida, sometiéndose a dietas y ejercicios excesivos.
    Además es frecuente que utilicen diuréticos, enemas y laxantes; teniendo un peor pronóstico cuando han existido casos de problemas de alimentación o trastornos de ansiedad durante la infancia.
    Entre los síntomas que conlleva ésta enfermedad, están los propios de la malnutrición, pérdida de grasa corporal, de peso, debilidad ósea, boca seca, atrofia muscular y piel amarillenta.
    El campo de lo psicológico, el paciente tiene pensamientos confusos, con problemas de memoria y depresión.
    El tratamiento de ésta enfermedad hay que realizarle principalmente desde el punto de vista psicológico, siendo necesaria también la intervención médica para paliar las consecuencias negativas de la malnutrición, así como para tratar farmacológicamente estados depresivos y de ansiedad que suelen acompañar a ésta enfermedad.



    Dentro del abanico de herramientas terapéuticas empleadas en la intervención psicológica se destaca la terapia cognitivo conductual, ya sea aplicada de forma individual, en familia o colectivamente (grupos de apoyo).
    A través de ésta terapia se trata, primeramente que el paciente reconozca su enfermedad, así como la necesidad de buscar soluciones, igualmente se trabaja sobre los hábitos saludables de alimentación, estableciendo normas con respecto al horario de comer, limitando el ejercicio físico y aprendiendo a combatir los pensamientos negativos que mantienen dicho comportamiento.
    Desde el punto de vista psicoanalítico, la anorexia no es un cuadro clínico sino que se trata de un síntoma que puede provenir de:
    – una melancolía, con negación a la ingesta de comida.
    – una paranoia, con perturbaciones graves de su imagen corporal, con miedo intenso a ser envenenado y por ello no come.
    – un estado catatónico, donde se prevé la aparición de la muerte.

    Para Freud se trata de un típico síntoma de histeria debido a una neurosis infantil, llegándose a denominar inanición histérica. Donde se relaciona el rechazo a la comida como forma de obstaculizar las pulsiones sexuales.
    Como vemos los pensamientos del paciente van a jugar un papel determinante, tanto en la aparición como en el mantenimiento de la anorexia nerviosa, donde se producen distorsiones en cuanto a la imagen corporal, negación de alimentarse, hiperactividad o temor exagerado a engordar.
    Algunos han apuntado al papel de la influencia social, sobre todo de aspectos estéticos, como la moda, al origen de éste desorden psicológico, las personas de referencia de éxito social son modelos delgados, que normalmente “presumen” de su figura gracias a una determinada dieta y a realizar mucho ejercicio.
    Otros autores hacen referencia a un origen intrafamiliar, inicialmente denominadas familias anorexigéneas, caracterizadas por ser fusionadas, rígidas, dedicadas al auto-sacrificio y a la lealtad grupal. Familias que tienden a evitar la conflictividad, no solucionando los problemas que se generan, sino ignorándolos, lo que incrementa las tensiones internas.
    También se ha señalado, que su origen no se debe tanto al tipo de familia, sino a cómo se viven las relaciones dentro de la misma, constatándose una importante diferencia entre la vivencia de los progenitores y de los hijos.
    Igualmente ha sido relacionada la aparición de ésta enfermedad, con la figura de una madre perfeccionista y un padre periférico o ausente, donde existe gran dificultad para la comunicación, con excesiva lealtad y dependencia familiar.

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