Un reciente estudio afirma que es capaz de conseguir el diagnóstico del Alzheimer por la saliva, analizando para ello los niveles de la presencia de las células TAU.
Una de las mayores dificultades con respecto a la enfermedad de Alzheimer, es conseguir el diagnóstico a tiempo, ya que se ha observado que este puede demorarse de 8 a 10 años desde que muestra sus primeros síntomas.
Diagnóstico del Alzheimer por la saliva
Si bien con anterioridad sólo podía obtenerse el diagnóstico postmorten, es decir, observando cómo había sido alterado drásticamente el cerebro en aquellas personas fallecidas que habían padecido esta enfermedad.
Actualmente se emplean “técnicas indirectas” neuropsicológicas, mediante cuestionarios y test estandarizados, donde se trata de evaluar y observar el desempeño de la persona en las distintas áreas cognitivas, prestando especial atención a la memoria.
El problema de esta evaluación es que los pacientes suelen tener una edad avanzada, por lo que la reducción de los niveles de ejecución en las pruebas neuropsicológicas no basta para poder establecer el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, ya que estos pueden ser debidos al deterioro propio causado por el envejecimiento.
Por lo que el diagnóstico trata de buscar “cambios bruscos” en alguna de las áreas implicadas en el que basarse.
Desde el campo de las neurociencias se están empezando a emplear otras vías como el TAC para observar el deterioro en las estructuras del cerebro sin necesidad de esperar a que la persona fallezca.
Un método que al igual que el neuropsicológico, es útil en la medida que existan “cambios drásticos” debido a la enfermedad, ya que, si no, no es capaz de distinguirlos del envejecimiento normal.
El problema es que para cuando existen esos “cambios bruscos” tanto en la ejecución como en las estructuras neuronales, la enfermedad de Alzheimer ya está muy avanzada, por lo que la eficacia de la intervención es mucho menor que si se hubiese diagnosticado en la primera fase de la enfermedad.
Una tercera vía que trata de superar la limitación anterior, es mediante la búsqueda de biomarcadores, esto es, desarrollar análisis físicos que permitan señalar la existencia de niveles anormalmente elevados o reducidos, causados por la presencia de la enfermedad de Alzheimer, incluso en las primeras fases de la enfermedad, pero ¿Se puede obtener un diagnóstico del Alzheimer por la saliva?
Nueva forma de diagnóstico del Alzheimer
Esto es lo que se ha tratado de averiguar conjuntamente desde el Instituto de Ginecología y Reproducción, la Academia de Ciencias Presidencial Rusa, el Instituto de Bioregulación y Gerontología de San Petersburgo, la Universidad Politécnica Estatal de San Petersburgo Pedro el Grande y el Centro de Investigación de Cirugía ruso B.V. Petrovsky (Rusia), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Advanced Biomarkers Research.
En el estudio participaron 120 adultos, mayores de 60 años, de ambos géneros, 95 de los cuales eran pacientes, con una sintomatología leve a moderada de la enfermedad de Alzheimer según los criterios del National Institute of Neurological and Communicative Disorders Association (NINCDS-ADRDA); perteneciendo los restantes al grupo control.
A todos ellos se les extrajo saliva para comprobar la presencia de niveles anormales de células TAU. Las muestras extraídas se sometieron a varios análisis como la inmunocitoquímica, microscopía confocal de inmunofluorescencia y Western blot.
Los resultados muestran una eficacia diagnóstica del 95,8%, al ser capaz de distinguir entre pacientes y control en función de la presencia o no de niveles elevados de células TAU. En dos casos se produjo “falso positivo”, esto es, del grupo control hubo dos personas diagnosticadas erróneamente como pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
¿Con una muestra de saliva, se puede conocer si vamos a padecer alzheimer? https://t.co/mr6aVizE8S
— CUIDAR BIEN MAYORES (@Cuidarbienmayor) 12 de abril de 2017
Alzheimer y células TAU
A pesar de los buenos resultados, estos datos deben ser corroborados en otros laboratorios a lo largo del mundo, así como establecer todo un protocolo al respecto, tal y como se hace hoy en día para cualquier analítica.
Entre las limitaciones del estudio se encuentra precisamente el “falso positivo” de dos participantes, esto es, personas que, sin tener la enfermedad de Alzheimer, sus resultados sobre las células TAU, sí informan que lo padece.
Lo que indica que, a pesar de la alta fiabilidad de los resultados, estos deben ser acompañados de otro tipo de pruebas, como las que se emplean actualmente, los tests neuropsicológicos, con lo que poder definitivamente aceptar o descartar el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.
A pesar de no ser objeto de estudio de estos autores, este análisis debería emplearse a distintas edades, para conocer en qué momento de la enfermedad puede ser detectada; ya que, si se observan estas células TAU en la fase inicial de la enfermedad, se puede iniciar el tratamiento tempranamente, con lo que mejorar su eficacia.
Según los propios autores del estudio, es la primera vez que se consigue establecer el diagnóstico de esta forma indirecta, mediante la búsqueda de biomarcadores en la saliva.
Método que no es nuevo, ya que es extensamente empleado para otras áreas de la salud, incluida la medicina forense, y que ha sido popularizado como forma de obtener el ADN de las personas.
De corroborarse los resultados anteriores, estaríamos ante un método diagnóstico con una fiabilidad próxima al 95%, que no precisa de ninguna prueba neuropsicológica, barata, y fácil de hacer; únicamente habría que tomar la saliva de la persona que sospechemos que puede sufrir de la enfermedad de Alzheimer, y esperar los resultados del análisis para obtener el diagnóstico.
Un gran avance sin duda, que puede revolucionar tanto en lo que se refiere a la rapidez y efectividad del diagnóstico, como en cuanto a la posibilidad de iniciar antes los tratamientos correspondientes.