Una de las problemáticas con respecto a las terapias de la adicción es que no existe un tratamiento que permita beneficiar a los adictos.
Por lo que se han desarrollado distintas estratégicas terapéuticas en función del tipo de adicción, teniendo en cuenta que además de la adición fisiológica hay que tratar también la adicción psicológica, esto es el componente psicológico de la adicción que aumenta el riesgo de recaídas.
El lugar donde vivimos o trabajamos, la disponibilidad de acceso a la sustancia o conducta adictiva, e incluso las personas con las que nos relacionamos, van a ser indicativos de activación de una serie de costumbres y hábitos que se suelen acompañar a dicho comportamiento.
Es por ello, que muchos programas de desintoxicación lo primero que hacen es romper con esas «señales» tanto laborales como sociales, en donde la persona se siente cómoda e inicia su comportamiento aditivo.
La separación de familiares y amigos, evitar que pase por lugares donde tiene acceso a su sustancia o comportamiento adictivo son fundamentales para prevenir la «tentación» y por tanto van a beneficiar a los adictos a que vayan perdiendo esas costumbres.
Igualmente es importante la intervención psicológica para que la adicción no cambie, y consuma ahora una nueva sustancia o genere un nuevo comportamiento adictivo, enfrentando y afrontando la problemática del adicto, y enseñándole estrategias y habilidades para afrontarlo, se ayuda a que la persona sea más consciente de sus limitaciones y necesidades, así como que sepa demandarlo y expresarlo adecuadamente, sabiendo qué puede o no esperar de los demás, y cuál es el método más correcto de reaccionar ante la frustración en caso de conseguir aquello que quiere.
Toda un intervención en la vida de la persona para cambiar su concepción de sí mismo y de la relación que entabla con su medio ambiente, con lo que darle herramientas para afrontar la vida con nuevos ojos que haga que no tenga que recurrir a la adicción como vía de escape o de evitación de asunción de la realidad que vive.
Esto es precisamente lo que se trata de investigar desde la
Universidad de Marburg, la Universidad Justus Liebig Giessen y la Universidad Internacional de Psicoanálisis de Berlin (Alemania) recientemente publicado en la revista científica Research Journal of Drug Abuse.
En la investigación participaron 190 pacientes de los cuales 28 eran adictos a sustancias y el resto servirían de grupo control.
A todos ellos se les administraron las siguientes pruebas: un inventario sobre el uso habitual de música (inventory for the assessment of activation and arousal modulation through music – IAAM), una escala de autoconcepto (self-concept inventory – SKI) y una sobre la funcionalidad global de la persona (Global assessment of functioning- GAF).
Se analizaron las diferencias significativas entre los adictos y el grupo control encontraron diferencias significativas en cuanto a la funcionalidad, mostrando un menor nivel significativo los adictos. Con respecto a la música, los adictos escuchaban significativamente más música para relajarse o concentrarse, o cuando estaban bajo los efectos de las drogas, pero esta música además era significativamente más elevada que en el grupo control.
Los resultados son una primera aproximación al uso terapéutico de la música en el tratamiento de la adicción aunque no tiene suficientes sujetos para poder concluir adecuadamente.
Falta todavía realizar una investigación a respecto para poder comprobar si se producen mejoras o no el tipo de música que escucha.
Igualmente el volumen de la misma que ha resultado significativamente diferente debe de ser explorado para comprender qué papel juega.
Uno de los riesgos que puede conllevar la asistencia habitual al gimnasio es cuando la motivación por la salud se convierte en adicción al ejercicio.
La vigorexia
La vigorexia o adicción al deporte es una situación más común de lo que se puede pensar y que afecta lo mismo a hombres y mujeres, por el cual la persona no puede dejar de practicar deporte, todos los días a cualquier hora.
Como cualquier adicción conductual, esta puede surgir en cualquiera que practique deportes, pero donde las motivaciones que lo guían varían con el tiempo, dejando de ser algo sano para cuidarse o mantener en forma, a ser un comportamiento autoalimentado donde se produce una necesidad de practicar deporte por sí mismo.
Como adicción que es, esto va a involucrar gran parte del tiempo de la persona con vigorexia, lo que puede también suponer un riesgo en el ámbito social y económico, pasando horas y horas en el gimnasio a diario, limitando así sus posibilidades de salir con alguien y de mantener una relación de pareja duradera, ya que se está más preocupada por el deporte que por otro asunto.
Todo el mundo entiende de los beneficios para la salud de realizar algo de deporte diario, y que es importante mantener cierto nivel de regularidad en su práctica.
Cuando alguien es un profesional el número de horas y la intensidad de los ejercicios se incrementa, sobre todo cuando se acerca alguna prueba o competición, reduciendo la intensidad el resto del año.
Pero la vigorexia va más allá de la práctica del deporte para mantenerse sano o para ganar alguna competición, en esta adicción desaparece la finalidad última, para ser el propio deporte el fin, cada vez dedicando más tiempo, más esfuerzo, incluso cuando pone en riesgo la estabilidad de las relaciones sociales, familiares e incluso laborales de la persona que lo padece; pero no queda ahí la adicción, también ocupa buena parte del pensamiento, comprándose revistas especializadas, artículos deportivos y hablando con todos del mismo monotema, tanto que incluso llega a cansar.
Quizás la situación más evidente de que se sufre esta adicción es precisamente cuando no se puede practicar deporte algún motivo, ya sea una lesión de la cual debe reposar o por trasladarse temporalmente a otro lugar, en esos momentos se sufre «el mono», es decir, esa intensa necesidad de practicar deporte sea como sea y donde sea, y si no afecta emocionalmente a la persona, pudiendo expresar su ansiedad que puede llevar a desesperación e incluso con mal humor, pero ¿Qué factores pueden motivar la adicción al ejercicio?
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Vigorexia y salud
Esto es precisamente lo que se trata de investigar desde la Universidad de Mesina (Italia) publicado en el 2014 en la revista científica Journal of Addiction.
El estudio se inició con 150 participaron deportistas amateurs, pero sólo lo completaron 120 de ellos, 69 hombres y 51 mujeres, que realizaban ejercicios en los gimnasios de la zona a los cuales se les administraron tres cuestionarios para rellenar, el primero sobre el riesgo de la persona de sufrir vigorexia a través del cuestionario estandarizado denominado Exercise Addiction Inventory (EAI), el segundo donde se evalúa el nivel narcisismo de la persona con el Narcissistic Personality Inventory (NPI) y el tercero donde se evalúa el nivel de autoestima del participante a través del Coopersmith Self-Esteem Inventory (SEI). Igualmente se recogieron datos socioademográficos, así como sobre la frecuencia de uso de las instalaciones deportivas.
Los resultados indican que la mitad de los varones que participaron en el estudio estaban en riesgo a padecer vigorexia, mientras este porcentaje se elevaba a un 60% en el caso de las mujeres, evidenciando una mayor exposición de estas a la adicción al deporte.
Se encontraron resultados significativos en cuanto a los días de asistencia a los gimnasios en función de la mayor o menor exposición a la vigorexia, a los niveles de narcisismo y a la autoestima.
Donde a mayores niveles de exposición a vigorexia y mayores niveles de narcisismo se acompañan de una mayor asistencia y asiduidad a la práctica deportiva en gimnasios. Igualmente una baja autoestima se relaciona con un mayor asistencia a gimnasios.
El estudio por tanto concluye que altos niveles de narcisismo y bajos de auotestima son los que están poniendo en riesgo a la persona a sufrir adicción al deporte, y lo que se refleja en un aumento del número de días de uso de las instalaciones deportivas.
El estudio no contempla por que sería difícil de analizar el ejercicio que puede realizarse fuera de dichas instalaciones, y tampoco evalúa los pensamientos tan característicos de las personas que sufren adicción comportamental, claros exponentes de la vigorexia.
Igualmente se relacionan las variables con el resultado de un cuestionario sobre sensibilidad a la vigorexia, pero no se realiza un seguimiento de los participantes para comprobar si efectivamente en un plazo razonable de unos meses o un año, la persona con baja autoestima, y con alto narcisismo acaba desarrollando la adicción al deporte, lo cual daría mucho más validez a los resultados.
Igualmente la media de edad de los participantes con una media de 29 años, hace pensar que estos participantes pueden variar sus tendencias en función de otros factores no analizados como la posición social, el trabajo que desempeñan, la familia que tiene,… ya que todos ellos van a tener una u otra influencia en la persona, siendo esta influencia distinta a medida que la persona va madurando y adquiriendo nuevas responsabilidades.
Aunque los resultados parecen claro en cuanto a la relación existente, hay que tener en cuenta que han sido obtenidos de una población relativamente pequeña, pero muy localizada en un país con una cultura e idiosincrasia propia como es la italiana, por lo que se precisa de nueva investigación para determinar si estos mismos resultados son extensibles a otras poblaciones.
A media que uno va creciendo suele ir dejando atrás algunas psicopatología y trastornos de la infancia, pero ¿Qué consecuencias tiene el TDA en adultos?.
TDA en adultos
Cuando a una madre le dan el diagnóstico sobre que su hijo sufre Trastorno por Déficit de Atención (TDA) lo último que piensa en en cómo esto va a afectar en su vida adulta, preocupada más bien por el futuro inmediato en clase, ¿Qué va a pasar ahora?, ¿Qué tratarmiento tiene que seguir?, ¿Va a poder continuar en la misma escuela?,…
Son muchas las cuestiones que se plantea, sin llegar a ser consciente de que se trata de un trastorno crónico, es decir, que no tiene «cura», y que va a ir acompañando al pequeño desde la infancia, la adolescencia, la edad madura, la ancianidad y hasta el final de sus días.
Lo que puede diferenciar a unos casos de otros es cuánto a invertido la persona en superar su trastorno, no tanto en el ámbito farmacológico orientado a controlar la sintomatología, si no en cuanto al trabajo terapéutico recibido que le ayude a conocerse, a saber cuáles son sus limitaciones debidas al trastorno y adaptar la vida al mismo, sabiendo que se requiere de un esfuerzo diario para mejorar aquellos efectos que conlleva el trastorno.
El entrenamiento en habilidades sociales, pero también en el desempeño de tareas cognitivas, como la atención focalizada, el trabajo sobre la memoria, la selección de estímulos, el mantenimiento de metas y motivación en el tiempo son fundamentales, pero ¿Sabías de las muchas consecuencias del TDA en adultos?
TDAH: Doctor Josep Antoni Ramos-Quiroga y Doctor Josep Artigas Pallarés
Características TDA en adultos
Esto es precisamente lo que se trata de investigar desde la Universidad de Valencia y el Hospital Arnau de Vilanova (España) publicado recientemente en la revista científica Psicothema.
En el estudio 40 jóvenes diagnosticados con TDA frente a otros 37 sin este diagnóstico, grupo control, todos ellos entre los 17 y 24 años y sin diferencia significativa en cuanto a inteligencia evaluados a través del cuestionario estandarizado Wechsler Intelligence Scale for adults (WAIS-III).
A todos los participantes se les administraron tres cuestionarios estandarizados para evaluar la presencia y la gravedad del TDA empleando el Conners’ Adult ADHD Rating Scale, para evaluar la disfunción del TDA en la vida cotidiana del adulto a través del Weiss Functional Impairment Scale (WFIRS), y el Questionnaire on Comorbidity – Weiss Symptom Record (WSR) empleado para comprobar la presencia de otras psicopatologías.
Los resultados informan que existen diferencias significativas entre los adultos con TDA y los que no lo tienen, así existen diferencias en las subescalas de Familia, Autoestima y Academia de la escala WFIRS. Igualmente las personas con TDA están significativamente más expuestos a mostrar conductas de riesgo como conducción temeraria, conductas ilegales, abuso de sustancias y conductas sexuales inapropiadas.
Lo que deja en evidencia que las consecuencias del TDA van mucho más allá de la falta de atención y el mantenimiento de la motivación a medio o largo plazo, pues como se refleja en el estudio va a incidir en la calidad en las relaciones sociales especialmente en la familia, y en la parjea, donde se observa cómo está influido por unas relaciones sexuales inadecuadas.
Igualmente la mayor exposición a conductas de riesgo y al uso y abuso de sustancias, va a entorpecer el normal desarrollo de las personas afectadas con TDA, que al ser participantes universitarios se ven reflejados en un menor desempeño académico a pesar de mantener equiparables niveles de inteligencia con respecto al grupo control.
¿Existe el trastorno por déficit de atención en el adulto?: El trastorno por déficit de atención (TDA) es de … Https://t.co/fViUietkFR — Wellington Montero (@_Wellingtonx3) 2 de julio de 2016
El futuro de los adultos con TDA
Si el estudio se hubiese realizado pasados unos años, o entre la juventud que trabaja, probablemente se podría haber observado esta deficiencia en el desempeño en las labores propias de su trabajo, o bien en un ajuste de la persona a determinados tipos de empleos que no requieran de mucha atención sostenida y que proporcione gran cantidad de estimación, tal y como sería el caso de los trabajadores de puerta fría, es decir vendedores que van de casa en casa, y otros del ámbito comercial.
Aspecto que puede marcar el futuro profesional y económico de los pacientes con TDA, ya que si obtienen menores resultados académicos, esto va a poder afectar en el acceso a puestos de trabajo menos cualificados, lo que va en detrimento del salario al que puede acceder, con lo que puede reflejarse en un futuro menos prometedor del que puede aspirar cualquier otra persona sin TDA.
Lo que refleja la necesidad de una intervención especializada en donde se entrene adecuadamente cada uno de los factores en que muestran deficiencias o reducida habilidades con lo que compensar los efectos del trastorno, pudiendo así ofrecer no sólo una mejor y mayor calidad de vida del paciente si no también unas mayores posibilidades laborales y de desarrollo profesional.
Una de las debilidades del estudio es precisamente en la selección de los participantes, ya que el estudio trata de responder sobre los efectos en la edad adulta del TDA y en el estudio participan como máximo con 24 años, ¿Qué pasa con el resto de la edad adulta?. Además los participantes más jóvenes podrían encuadrarse dentro de la categoría de adolescencia, por lo que se estarían confundiendo los resultados entre efectos del TDA en adolescentes y adultos, por lo que es necesario realizar investigaciones con poblaciones separadas por edad para comprobar qué efectos tiene en cada etapa de la vida y si existen diferencias o no entre ambos, lo que permitiría por ejemplo saber si a más edad los efectos se reducen o mantienen en el tiempo.
Consecuencias TDA adulto
Experto Colaborador:
QUAZI IMAM. M.D
Dr. Imam is in private practice in Arlington, Tx.
Cosas que usted debe hacer si tiene TDAH en adultos.
Aquí hay 10 intervenciones comportamentales y cambios de estilo de vida que no eliminará necesariamente TDAH, pero pueden ayudar a sentirse más controlado. 1. Considere la medicación
Medicamentos estimulantes como Adderall, Dexedrine, Ritalin, Concerta y Vyvanse afectan a la química cerebral clave para calmar y enfocar a las personas que tienen TDAH. Son los medicamentos más recetados para el TDAH, y pueden tener efectos secundarios, como la supresión del apetito, insomnio, dolores de cabeza, sequedad de boca y náuseas.
2. Piense acerca en la terapia
La terapia cognitivo-conductual: Este tipo de terapias tiene como objetivo ayudar a los pacientes a cambiar su comportamiento, centrándose en la autoimagen y patrones de pensamiento, así como en la superación de obstáculos en la vida cotidiana (y los pensamientos negativos también). No espere que la terapia cognitivo-conductual pueda tomar el lugar de la medicación o incluso ayudar a reducir la dosis, pero puede ayudarle a modificar su comportamiento, y puede ser más eficaz que el uso de la medicación sola.
3. Obtener información
Cuanto más aprenda sobre el TDAH, más consciente será de sus síntomas, y cuanto más información tendrá sobre su gestión.
4. Consolida las relaciones
Los familiares, amigos cercanos y compañeros sentimentales también deben educarse sobre el para el TDAH. Enforcar el entrenamiento en habilidades sociales pueden beneficiar en gran medida las relaciones profesionales y de amistad. Y la terapia de pareja o la terapia familiar puede ayudar a aliviar los síntomas en el hogar.
5. Organízate
Si usted se siente despistado o olvidadizo, intente escribir recordatorios diarios sobre citas, reuniones u otras responsabilidades en un calendario.
6. Limite las distracciones.
Prepárese para el éxito cuando se trata de prestar atención puede usar auriculares para dejar de escuchar el ruido y las distracciones de su alrededor. Trate de tener un poco de paz y tranquilidad, si usted trabaja en una oficina ruidosa. Cuando usted necesite centrarse en su casa, apague el televisor y deje el teléfono en otra habitación.
7. Piense antes de actuar
Muchos adultos con TDAH hablan y actúan impulsivamente. Trae de enseñarse a si mismo a tomarse un minuto para detenerse y pensar antes de reaccionar de forma exagerada emocionalmente, o dejar escapar algo, o actuar inapropiadamente. Podría ayudar a esto el escribir su primera reacción en lugar de compartirlo.
8. Planifique con anticipación.
Planee con anticipación para situaciones que puedan poner a prueba su paciencia, y manténgase en movimiento de forma que no afecte a otras personas, como tomar notas en lugar de estar inquieto.
9. Póngase en movimiento.
Los estudios demuestran que si uno se involucra en una actividad física que también afecta al cerebro, como karate, baile o yoga, es muy probable que vea resultados aún mejores. Las artes marciales han demostrado aumentar la consecución de objetivos, mejorar el rendimiento académico y la preparación en el aula de niños con TDAH.
10. Entrena tu cerebro
Si bien la investigación que lo apoyan la demanda es escasa, hay teorías que afirman que ejercitando la mente con herramientas como crucigramas o de tipo Sudoku pueden mejorar el TDAH, como la falta de concentración, ya que estimula la creación de nuevas células cerebrales.
Con respecto a las complicaciones del TDAH en adultos, se ha relacionado con:
• Rendimiento escolar deficiente
• Problemas con la justicia
• Problemas en el trabajo
• El abuso de alcohol o drogas
• Accidentes automovilísticos frecuentes u otros accidentes
• Relaciones inestables
• Estrés financiero
• Pobre salud física y mental
Aunque el TDAH no causa otras condiciones psicológicas o de desarrollo, otros trastornos ocurren a menudo junto con el TDAH entre ellos:
• Trastornos del estado de ánimo. Muchos adultos con TDAH también tienen depresión, trastorno bipolar u otro trastorno de estado de ánimo. Mientras que los problemas del estado de ánimo no se deben necesariamente directamente con el TDAH, un patrón repetido de fracasos y frustraciones debido al TDAH puede empeorar la depresión.
• Los trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad se producen con bastante frecuencia en adultos con TDAH. El trastorno de ansiedad puede causar una preocupación abrumadora, nerviosismo y otros síntomas. La ansiedad puede empeorar por los desafíos y contratiempos causados por el TDAH.
• Trastornos de la personalidad. Los adultos con TDAH tienen un mayor riesgo de trastornos de la personalidad, como el trastorno límite de la personalidad o trastorno de personalidad antisocial.
• Incapacidad de aprendizaje. Los adultos con TDAH pueden anotar más bajos en las pruebas académicas de lo esperado para su edad, inteligencia y educación.
Existen muchas consecuencias de la adicción a sustancia, tanto para la vida laboral, familiar y personal y ello puede dado por un error en el coste de adicción.
El cerebro y las adicciones
Estas consecuencias pueden llegar incluso a desembocar en la ruina laboral, familiar y personal del adicto, aunque hay que tener en cuenta que los efectos va a depender mucho del tipo de persona, su ámbito familiar e incluso del tipo de sustancia a la que es adicto, y el tiempo que lleve consumiéndolo.
Esto es, existen sustancias aditivas que incluso se consideran legales que producen escasas consecuencias en el momento, y sólo con el tiempo van a verse sus efectos, en cambio otras, pueden provocar un «mal viaje» y dañar el cerebro con consumirla una sola vez, en este caso no se podría hablar estrictamente de adicción, ya que ha sido únicamente en una ocasión.
Entre ambos extremos existen multitud de sustancias más o menos perniciosas, con consecuencias a corto o a largo tiempo, pero en la mayoría de los casos, va a ir asociado con cierto nivel de ruina personal, provocado por el rechazo de los demás, y el aislamiento que buscado la adicto, lo que explica en muchas ocasiones las separaciones y divorcios, así como la pérdida de trabajo con las consecuencias económicas negativas que acarrea, todo ello explicado hasta ahora por las propiedades químicas de las sustancias en el cerebro que generan adicción, pero puede que además esté involucrado algún proceso cognitivo que impida al adicto darse cuenta del efectivo daño que aquello le está provocando y del coste de las consecuencias de sus actos, ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?
Toma de decisión y drogas
Esto es lo que trata de averiguar un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford junto con la Escuela de Medicina Baylor, el Centro de Investigación sobre la Recuperación de la Adicción, el Laboratorio Humano de Neuroimagen y el Instituto Tecnológico de Investigación Carilion (USA), cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Addiction.
En el estudio participaron 25 adictos consumidores de cocaína, a comparar con otros 25 no consumidores que servirán de grupo control.
A todos ellos se les pasó por una serie de pruebas de elección mientras se registraba su actividad neuronal empleando la Resonancia Magnética Funcional.
Los participantes debían de elegir entre conseguir la recompensa a corto plazo o a largo plazo, comparando que el «premio» sea cocacía frente a dinero.
Los resultados conductuales muestran una evidente tendencia a la elección del dinero entre el grupo control, y sólo en los adictos cuando la recompensa es inmediata, si se aplaza el cobro de dinero la elección se decanta por la cocaína.
Con respecto a la actividad neuronal existe una sobreactivación significativa en el córtex prefrontal dorsolateral en los adictos frente al grupo control en el momento de la actividad de decisión frente a la cocaína.
Todo esto indicaría que el cerebro de la persona adicta se ha visto modificada por la conducta repetitiva, haciendo que valore más positivamente el consumo cuando la persona debe de retrasar la consecución de otras metas, luego la inmediatez y la baja tolerancia a la frustración podrían estar también sustentando este tipo de adicción, aunque quería todavía por determinar si existen características de personalidad implicadas que hagan más probable la adicción ante un tipo de persona frente a otro.
A pesar de los resultados con respecto a la conducta de elección y a la actividad neuronal de los adictos frente a los no adictos, grupo control, el estudio se ha hecho con un tipo de específico de adicción, a la cocaína, cuyos mecanismos a nivel cerebral son bien conocidos, sobre todo en lo que respecta a su influencia en las áreas de placer y recompensa, pero estos procesos son diferente al que utilizan otras sustancias, por lo que los resultados son limitados a esta sustancia, lo que se requiere de nueva investigación en adictos a otras sustancias.
Uno de los problemas más importantes para la salud es cuando estos se producen a edades tempranas como en el caso del trastorno del espectro alcohólico fetal.
Se trata de la consecuencia de un embarazo donde la madre ha ingerido alcohol, lo que ha puesto en riesgo la salud del bebé aún no nacido, y cuyas consecuencias en algunos casos se van a arrastrar el resto de su vida.
Entre las consecuencias físicas que debe de «arrastrar» toda su vida, se encuentra, características faciales anormales, bajo peso y estatura, problemas en el corazón, riñones o huesos, dificultades en la visión o en la audición.
Con respecto a las consecuencias psicológicas y conductuales, las cuales requieren de una intervención temprana, con lo que tratar de «corregir» sus efectos están, hiperactividad, dificultad para mantener la atención, dificultades en el aprendizaje, problemas de memoria, problemas de coordinación, retraso en el lenguaje, e incluso retraso en la inteligencia.
Como vemos, unas consecuencias tan importantes no sólo implican un importante gasto para las familias, si no que también para la administración, de ahí la importancia de saber lo más exacto posible el número de afectados dentro de una población determinada.
https://youtu.be/lGRgWSepmCA
Vídeo Recomendado: Trastorno del espectro alcohólico fetal en el colectivo de los niños adoptados en Europa del Este
Esto es precisamente lo que trata de averiguar conjuntamente con una investigación realizada desde la Universidad de Toronto y el Centro de Salud Mental y Adicciones (CAMH) de Toronto (Canadá), la Escuela Universitaria de Medicina de Dakota del Norte (USA) y la Universidad Técnica de Dresden (Alemania), cuyos resultados han sido publicados en el 2014 en la revista científica Child Youth Care Forum.
El estudio busca cuantificar el número de casos de trastornos del espectro alcohólico fetal en una población tan heterogénea como es la canadiense de más de 35.000.000 de habitantes, y una vez conocido el número de casos, estimar el coste que estos pequeños van a generar en la administración.
En este caso se trata de un estudio estadístico, donde no hay participantes directamente implicados si no únicamente, macro cifras que hay que analizar para poder extraer conclusiones sobre los afectados por trastornos del espectro alcohólico fetal.
Los resultados son cuanto menos preocupantes, debido a una gran presencia de afectados por trastorno del espectro alcohólico fetal en las regiones más al norte de Canadá, pudiendo llegar a 1 de cada 32 niños en los territorios del Noreste, y 1 de cada 41 niños en el territorio de Yukon y en Manitoba. Mientras que las poblaciones menos afectadas fueron las Islas del Príncipe Edward con 1 cada 192 niños y en Ontario con 1 cada 156.
Estudios previos han calculado que el coste anual para la administración de tener un niño/a que sufren trastorno del espectro alcohólico fetal es de cerca de 2000 dólares canadienses. Lo que en cómputo de todos los casos estimados se estaría hablando de entre 57.9 a 198.3 millones de dólares canadienses al año de los cuales en niños sería entre 36.0 a 123.4 millones mientras que en niñas de 21.9 a 75.0 millones de dólares canadienses.
Lejos de las grandes cifras, el estudio pone en evidencia una importante tasa de incidencia del trastorno del espectro alcohólico fetal entre su población más joven, sabiendo que las consecuencias físicas van a ser «arrastradas» durante toda su vida, mientras que las consecuencias cognitivas y conductuales requieren de un importante esfuerzo por parte de los profesionales de la salud por «compensar» los efectos de la ingesta de alcohol durante una fase tan sensible como es la del embarazo.
Una de las circunstancias más difíciles a las que se tiene que enfrentar una familia es cuando uno de sus miembros es adicto a consumir sustancias como drogas.
El consumo de drogas
A parte de las reacciones que cada cual pueda tener dentro de la familia, lo que la mayoría quiere saber es el por qué, una pregunta que trata de responder la ciencia a través de la investigación sobre los aspectos de la personalidad que pueden estar implicados en estas conductas.
Varios son los factores que se han barajado al respecto, aunque todavía está lejos de descubrirse uno que pueda explicar por qué una persona «cae» en las drogas y otra no, ya que su conocimiento permitiría establecer planes de intervención adecuados, con los que prevenirlo, entonces ¿cuál de los factores de personalidad estarían implicados en el inicio, mantenimiento y recaída de las personas que muestran conductas de adicción?
Vídeo Recomendado: ¿Por qué las drogas, con el paso del tiempo, cambian nuestra personalidad?
Personalidad y drogas
Esto es precisamente lo que trata de descubrir desde la Universidad de la mujer Fatima Jinnah (Pakistan) publicado recientemente en la revista científica Health.
En el estudio participaron 109 personas entre los 20 y 70 años, con igual número de hombres que de mujeres, de los cuales 40 eran consumidores, 42 habían recaído y 27 lo habían superado según datos obtenidos de un centro de desintoxicación al que acudían.
Se empleó un cuestionario de personalidad abreviado (EPQR-Short) para analizar los factores de personalidad siguiendo el modelo de Eysenck, quien la divide en tres grandes dimensiones (extroversión, neurotocismo y psicoticismo). Sabiendo que cada uno de nosotros tenemos de estas tres dimensiones, siendo lo que nos diferencia las distintas «cantidades» de cada dimensión. Igualmente se exploró la dimensión de la autoregulación a través de un cuestionario estandarizado (SRQ). Además de los resultados se recogieron los datos demográficos de los participantes.
Los resultados informan sobre el perfil del consumidor de droga que acude a este centro de desintoxicación, son jóvenes (80%), solteros (60%), con nivel de estudio universitario (33%) y que actualmente están trabajando (77%).
Con respecto a los factores de personalidad no se encontraron diferencias significativas según el grupo al que pertenecía el paciente, en extroversión y psicoticismo, aunque mostraban puntuaciones elevadas; en cambio se encontró diferencias significativas en neuroticismo, obteniéndose menores puntuaciones entre los consumidores actuales, lo que indica que estas personas se rigen por la inestabilidad y la falta de control de los impulsos.
Con respecto a la evaluación de la autoregulación no resultó significativa su correlación con el cuestionario de personalidad a excepción del neuroticismo.
A pesar de recoger datos en cuatro tramos de edad 21-30; 31-40; 41-50; más de 50, el número de participante a partir de los 40 es insignificante (8 y 3 participantes respectivamente) y debería de excluirse del estudio para que no incluir variables extrañas.
Los resultados se alejan de lo que hasta había reflejado la literatura al respecto, por lo que habría que entrar a evaluar su diseño, y sobre todo la selección de los participantes, ya que es ser voluntario en un centro de desintoxicación sirve de filtro con respecto al resto de los consumidores que no acceden a estos servicios.
Los datos por tanto, lejos de aclarar la cuestión, cuestiona las investigaciones que ponían el interés en el aspecto de la extroversión como factor fundamental de la personalidad a la hora de iniciar y mantener conductas adictivas.
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