¿Qué hacer con un hijo con TDAH?

TDA menor - Cátedra Abierta de Psicología y Neurociencias

Menores con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Como padres, nuestra principal preocupación es cuidar y educar a nuestros hijos proporcionándoles un entorno seguro en el que crecer y desarrollarse.
Pero en ocasiones, a pesar de nuestros esfuerzos, los pequeños, por diversas circunstancias parece no «saber o poder» aprovechar esas oportunidades que se le ofrece.
Tal es el caso de cuando se tiene a un hijo con TDAH, donde las dificultades de mantener la atención y la necesidad de quedarse quieto hace difícil la tarea de los padres, e incluso de sus educadores.
Uno de los problemas más destacables al respecto es que Los padres muchas veces no saben qué hacer ante la situación de su hijo.
Hoy en día existe mucha información a través de internet, e incluso en asociaciones de padres que buscan apoyarse unos a otros en este aspecto, pero siempre queda la duda de si se estará haciendo bien.
A pesar de los grandes avances en los últimos años todavía quedan importantes cuestiones por responder con respecto al TDAH como ¿Cómo afecta al Ejecutivo Central el TDA del pequeño?


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El Ejecutivo Central en el TDAH

Esto es lo que se ha tratado de averiguar con un estudio realizado desde el Counseling and Health Bureau of Ministry of Science, Research and Technology junto con el Counseling Center of Khajeh Nasir Toosi University of Technology (Iran) cuyos resultados han sido ipublicados en la revista científica International Journal of Psychological Studies.
En el estudio participaron 60 pequeños, 30 diagnosticados con TDAH, de los cuales 7 era niñas, con edades entre los 7 a 11 años; y 30 sin TDAH de similares características.
A todos ellos se les administró el cuestionario estandarizado denominado Wisconsin Card Sorting Test (WCST) para media la toma de decisiones y la resolución de problema de los menores, ofreciendo un índice sobre el Ejecutivo Central.
Los resultados muestran que tanto Los niños como las niñas con TDAH muestran una reducida capacidad en el Ejecutivo Central en comparación con los niños y niñas que no tienen TDAH.


Deficiencias en el TDAH en menores

Hay que tener en cuenta el escaso número de participantes y que los resultados únicamente atienen a la resolución de una prueba.
Igualmente, los autores no han analizado la interacción entre un Ejecutivo Central reducido y otros aspectos característicos del TDAH como la inatención.
Un aspecto fundamental que hay que tener en cuenta es que se trata de un Trastorno crónico, que va a acompañar a la persona toda su vida.
A diferencia de otros trastornos del desarrollo que «con el tiempo» van a desaparecer, este se va a mantener.
A pesar de lo anterior, el estudio presta especial atención al Ejecutivo Central, aspecto fundamental para regirnos, ya que gracias a esta función tomamos nuestras decisiones de una forma más o menos adecuadas.
Este es el encargado de recoger toda la información proveniente de nuestros sentidos y de la memoria, procesarlo y tomar las decisiones sobre qué hacer y cuándo hacerlo.


Consejos para padres con hijos con TDAH

Aunque no existe un consenso al respecto, algunos autores destacan el papel preponderante de los padres para el «control» de los síntomas de los menores con TDAH.
Basado es esta aproximación se ofrece una serie de consejos sobre qué pueden hacer los padres, sin quitar la necesidad de acudir a consulta para que el pequeño reciba el tratamiento oportuno, ya sea este farmacológico o psicoterapéutica.
Además teniendo en cuenta que no todo pequeño inquieto o revoltoso tiene TDAH, hay que consultar a un especialista para que pueda ofrecer el diagnóstico correcto a su hijo.
Mantener cierto nivel de regularidad en las actividades diaras del pequeño, de forma que estas puedan ser predecibles.
Evitar situaciones estresantes o con alta carga emocional al pequeño, tal y como lo viven los menores de padres que se están divorciando o separando.
Dedicarle suficiente tiempo para jugar con el menor, evitando que esté solo demasiado tiempo
Reducir el uso de la televisión o de videojuegos, debido a su alto componente de dinamismo en las imágenes lo que no favorece la concentración.
Realizar ejercicios de relajación y respiración profunda por lo menos una vez al día, donde se le enseñe al menor a saber relajarse cuando más lo requiera.
Prestar especial atención al progreso en la escuela, si no avanza adecuadamente buscarle clases de apoyo para que no quede retrasado con respecto a sus compañeros.
Evitar que las «molestias» del menor se conviertan en una forma de Chantaje para hacer lo que este quiere, para ello establecer un programa de «recompensas» predecible y estructurado, para que el menor sepa qué debe de hacer para conseguir lo que quiere.
Fomentar actividades que impliquen cierto nivel de atención, de forma que el menor, poco a poco se vaya «acostumbrando» a estar escuchando o leyendo de forma atenta.
No dejar que se levante de la mesa mientras se come, o que se vaya sin terminar su tarea, para que se «acostumbre» a ir poco a poco «aguantando» más en el lugar hasta que termine lo que está haciendo.
– Pero sobre todo, Tener mucha «paciencia» con el menor, y entender que no es «malicia» lo que tiene si no inquietud e inatención.


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