Categoría: Psicología de la Personalidad o teorias de la personalidad

Temática de la Psicología de la Personalidad

  • ¿Eres sensible a sufrir el síndrome de Burnout?

    ¿Eres sensible a sufrir el síndrome de Burnout?

    El síndrome de Burnout se define desgaste profesional, debido a causas asociadas al estrés, un reciente estudio lo relaciona con factores de personalidad.

    Síndrome de Burnout

    No te has sentido abatido y sin ganas para levantarte a trabajar, terminas agotado y todavía es lunes, puede que hayas vivido estos síntomas y no sepas que puedes estar sufriendo el síndrome de Burnout o de desgaste profesional, una realidad que cuesta miles de dolares a las empresas por las continuas y repetidas bajas de sus trabajadores que deben ser sustituidos por otros eventuales.
    Entre sus síntomas está la fatiga crónica, unido a un sentimiento de incompetencia, con anhedonía, es decir que ya no encuentra interesante aquello que antes le motivaba, con sensación de faltarle tiempo y de «no llegar» a cumplir con las tareas.

    Desde de punto de vista psicosomático, el mantenimiento crónico del estrés dado por la situación laboral va a conllevar una serie de riesgos para la salud de la persona asociado a altos niveles de cortisol (hormona del estrés), que se va a traducir en dificultades para dormir, agotamiento, irritabilidad, pero también aparición o agravamiento de dolencias, molestias y otras patologías psicosomáticas, debido a que mientras está activo el estrés, están inactivos el sistema inmune y otros del organismo considerados «innecesarios» para la respuesta requerida por el organismo.
    Aclarar que existen puestos que conllevan mayor carga de estrés, sobre todo cuando estos son de cara al público o que tienen literalmente la vida de otros en tus manos, tal y como son los controladores aéreos, pero también los pilotos, conductores de trenes o autobús. Pero no sólo los trabajos que conllevan mayor carga o responsabilidad, también y paradójicamente, aquellos más monótonos y repetitivos, que apenas requieren de esfuerzos ni atención, precisamente por el sinsentido y tedioso de su labor, puede llevar a desencadenar un síndrome de Burnout.
    Al respecto ha avanzado mucho la legislación laboral estableciendo límites en cuanto a jornadas trabajo y de descanso, así como horas máximas seguidas de trabajo, garantizando de ésta forma que la persona esté en condiciones lo más óptimas posibles para realizar éste tipo de trabajos de tanta responsabilidad.
    Otras profesiones que sufren de estrés crónico asociado a su puesto son los docentes, que tienen que «lidiar» con sus alumnos todos los días, especialmente cuando estos son adolescentes y el personal sanitario, máxime cuando se trata de profesionales que atienden las urgencias o son los encargados de realizar las operaciones, pero también enfermeros, celadores y psicólogos, que tienen que estar atendiendo constantemente al público.

    Indicar que a pesar de mostrar síntomas similares a los de Moobing o Acoso Laboral, en donde se produce un estrés crónico y con ello consecuencias semejantes en la salud, la motivación de uno u otro son completamente diferentes. En el síndrome de Burnout, es el propio trabajo, cómo está configurado en cuanto a duración y turnos, o las exigencias de efectividad y eficacia asociados al puesto, lo que lleva a dicho agotamiento. En cambio en el caso del Moobing, existe una intención, por parte de un jefe o un compañero, por «hacerle la vida imposible», «atacándole» para forzarle a que deje su puesto, utilizando para ello cualquier tipo de «argucia» que va a traer como consecuencia síntomas similares asociados también al estrés.
    Igualmente es conveniente recordar que el estrés por sí no es malo, ya que sirve al organismo para prepararse para dar la respuesta oportuna demandada en cada momento, pero si esta se mantiene durante demasiado tiempo y se convierte en crónica es cuando va a traer consecuencias a medio y largo plazo, en forma de enfermedades psicosomáticas, ¿Pero por qué uno enferma en su puesto de trabajo y su compañero no?



    Acoso escolar

    A ésta pregunta ha tratado de dar respuesta un estudio realizado por Yanbu University College (Arabia Saudi) recientemente publicado en International Journal of Academic Research in Business and Social Sciences. En éste estudio se evalúan distintos factores de personalidad para compararlo con los niveles de Burnout encontrados entre el personal sanitario de los hospitales privados.
    En el estudio participaron 90 profesionales de la salud en donde completaron el cuestionario para evaluar la presencia de síndrome de Burnout y otro de personalidad, en concreto el Big Five, donde se evalúa cinco grandes factores como son, Extraversión, Apertura a la experiencia, Responsabilidad, Amabilidad y Estabilidad Emocional o Neuroticismo.
    Los resultados del estudio concluyen que entre el personal sanitario que mostraron más síntomas del síndrome de Burout, se correlacionaba con rasgos de personalidad, bajos niveles de neuroticismo (mostrándose ansiosos, depresivos, inestables emocionales, impulsivos y vulnerables) y altos de responsabilidad (siendo planificados, ordenados, orientados al logro, con alto auto-control y sentido del deber).

    Acoso laboral

    Esto es, aquellas personas que de por sí, son más responsables e implicados en lo que hacen, buscando con ello el éxito profesional y personal, pero que son inestables emocionales, impulsivos y con tendencia a la depresión, son precisamente éstas personas las más expuestos a sufrir el síndrome de Burnout, en aquellos puestos que requieren de gran dedicación en cuanto a tiempo y esfuerzo, con un trabajo continuado de cara al público, y de cuyo resultado en muchos casos depende la vida de otras personas, y además debe mostrar una escasa implicación emocional, como es el caso del personal sanitario.


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  • ¿Diabetes causado por azúcar emocional?

    ¿Diabetes causado por azúcar emocional?






    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo


    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo

    Las emociones y el estrés juegan un papel crucial en la salud, especialmente en enfermedades crónicas como la diabetes. Este artículo explora en profundidad la compleja relación entre las emociones, el estrés y la diabetes, ofreciendo una visión integral de sus interacciones y consecuencias.

    1. Las Enfermedades Psicosomáticas y la Diabetes

    Las enfermedades psicosomáticas son aquellas en las que los factores psicológicos juegan un papel significativo en el inicio, curso y exacerbación de los síntomas físicos. La diabetes, aunque tiene una base fisiológica clara, puede ser fuertemente influenciada por factores psicológicos y emocionales.

    1.1 Definición y tipos de enfermedades psicosomáticas

    Las enfermedades psicosomáticas se clasifican generalmente en tres categorías:

    • Trastornos psicofisiológicos: Donde el estrés y las emociones afectan directamente la función corporal (ej. hipertensión, úlceras).
    • Trastornos de conversión: Donde los síntomas físicos representan conflictos psicológicos inconscientes.
    • Trastornos somatomorfos: Donde hay quejas físicas sin una base orgánica identificable.

    1.2 La diabetes como enfermedad psicosomática

    Aunque la diabetes tiene una base fisiológica clara, varios estudios han demostrado que los factores psicológicos pueden influir significativamente en su desarrollo y progresión:

    • El estrés crónico puede aumentar la resistencia a la insulina.
    • Las emociones intensas pueden alterar los niveles de glucosa en sangre.
    • La depresión y la ansiedad son más comunes en personas con diabetes y pueden afectar el manejo de la enfermedad.

    2. El Concepto de «Azúcar Emocional»

    El término «azúcar emocional» se refiere a la fluctuación de los niveles de glucosa en sangre que no se debe a causas dietéticas o metabólicas directas, sino a la influencia de las emociones y el estrés.

    2.1 Mecanismos fisiológicos del azúcar emocional

    El azúcar emocional se produce a través de varios mecanismos:

    • Activación del eje HPA: El estrés activa el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal, liberando cortisol que aumenta la glucosa en sangre.
    • Sistema nervioso simpático: La activación del «modo de lucha o huida» aumenta la producción de glucosa hepática y disminuye la sensibilidad a la insulina.
    • Alteración de hábitos: El estrés puede llevar a cambios en la dieta y el ejercicio que afectan indirectamente los niveles de glucosa.

    Dato importante

    Un estudio publicado en el «Journal of Diabetes Science and Technology» en 2022 encontró que el estrés agudo puede aumentar los niveles de glucosa en sangre hasta un 40% en personas con diabetes tipo 2, incluso sin cambios en la dieta o medicación.

    2.2 Impacto a largo plazo del azúcar emocional

    La exposición prolongada al azúcar emocional puede tener consecuencias significativas:

    • Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas predispuestas.
    • Dificultad en el control glicémico para personas ya diagnosticadas con diabetes.
    • Aumento del riesgo de complicaciones diabéticas a largo plazo.

    3. Estrés y Diabetes: Datos Estadísticos y Estudios Recientes

    3.1 Prevalencia del estrés en pacientes diabéticos

    Varios estudios han investigado la relación entre el estrés y la diabetes. Aquí presentamos algunos datos relevantes:

    3.2 Impacto del estrés en el control glicémico

    Un metaanálisis publicado en la revista «Diabetes Care» en 2023 analizó 45 estudios sobre el impacto del estrés en el control glicémico:

    • El estrés crónico se asoció con un aumento promedio de 0.7% en la HbA1c.
    • Pacientes con altos niveles de estrés tenían un 32% más de probabilidades de tener un control glicémico deficiente.
    • Las intervenciones de manejo del estrés mostraron una reducción promedio de 0.5% en la HbA1c.

    3.3 Tipos de personalidad y riesgo de diabetes

    El estudio de la Universidad de Bharathiar mencionado anteriormente encontró una relación entre ciertos tipos de personalidad y la diabetes:

    Tipo de Personalidad Prevalencia en Pacientes Diabéticos Prevalencia en Grupo Control
    Tipo A (competitivo, impaciente) 65% 35%
    Tipo B (relajado, paciente) 25% 45%
    Tipo C (supresión emocional) 10% 20%

    4. Mecanismos Biológicos que Conectan el Estrés y la Diabetes

    4.1 El eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HPA)

    El eje HPA es fundamental en la respuesta al estrés y tiene implicaciones directas en la regulación de la glucosa:

    • Cortisol: Hormona del estrés que aumenta la gluconeogénesis y reduce la sensibilidad a la insulina.
    • Hormona del crecimiento: Aumenta durante el estrés, antagonizando los efectos de la insulina.
    • Catecolaminas: Adrenalina y noradrenalina que incrementan la glucosa en sangre.

    4.2 Inflamación crónica

    El estrés crónico puede llevar a un estado de inflamación de bajo grado, que está implicado en la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2.

    4.3 Alteraciones en el microbioma intestinal

    Estudios recientes han mostrado que el estrés puede alterar la composición del microbioma intestinal, lo cual se ha relacionado con cambios en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.

    Investigación Reciente

    Un estudio publicado en «Cell Metabolism» en 2024 encontró que el estrés crónico altera específicamente la población de bacterias productoras de butirato en el intestino, lo cual se correlacionó con una disminución en la sensibilidad a la insulina en modelos animales.

    5. Estrategias Integrales para el Manejo del Estrés en Pacientes Diabéticos

    5.1 Intervenciones psicológicas

    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al estrés.
    • Mindfulness y meditación: Técnicas que han mostrado reducir el estrés y mejorar el control glicémico.
    • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Enfoque que combina la aceptación y la atención plena con estrategias de cambio de comportamiento.

    5.2 Modificaciones del estilo de vida

    • Ejercicio regular: Además de sus beneficios metabólicos directos, el ejercicio es un potente reductor del estrés.
    • Técnicas de relajación: Yoga, tai chi, respiración profunda, etc.
    • Mejora del sueño: El sueño adecuado es crucial para la regulación del estrés y el metabolismo.

    5.3 Apoyo social y educación

    • Grupos de apoyo: Compartir experiencias con otros pacientes puede reducir el estrés y mejorar el manejo de la diabetes.
    • Educación en diabetes: Un mejor entendimiento de la enfermedad puede reducir la ansiedad y mejorar el autocontrol.
    • Terapia familiar: Involucrar a la familia en el manejo de la diabetes puede mejorar el apoyo y reducir el estrés.

    5.4 Manejo farmacológico del estrés

    En algunos casos, puede ser necesario considerar intervenciones farmacológicas para manejar el estrés o la ansiedad asociada a la diabetes:

    • Antidepresivos (especialmente ISRS) para la depresión comórbida.
    • Ansiolíticos para el manejo a corto plazo de la ansiedad severa.
    • Betabloqueantes para síntomas físicos de ansiedad que pueden afectar el control glicémico.

    Nota: El uso de medicamentos para el manejo del estrés debe ser cuidadosamente evaluado y monitoreado por un profesional de la salud, considerando su potencial impacto en el control de la diabetes.

    6. Investigaciones Futuras y Direcciones Prometedoras

    6.1 Biomarcadores de estrés y control glicémico

    Se están investigando nuevos biomarcadores que podrían proporcionar una medida más precisa del estrés crónico y su impacto en el control glicémico:

    • Análisis de cortisol en pelo para medir el estrés a largo plazo.
    • Marcadores de variabilidad de la frecuencia cardíaca como indicadores de estrés crónico.
    • Perfiles de microARN circulantes como posibles biomarcadores de estrés y resistencia a la insulina.

    6.2 Intervenciones tecnológicas

    La tecnología está abriendo nuevas vías para el manejo del estrés en pacientes diabéticos:

    • Aplicaciones móviles que integran monitoreo de glucosa con técnicas de manejo del estrés.
    • Dispositivos wearables que detectan niveles de estrés y proporcionan intervenciones en tiempo real.
    • Terapias de realidad virtual para reducción del estrés y educación en diabetes.

    6.3 Medicina personalizada

    El futuro del manejo del estrés en la diabetes podría incluir enfoques altamente personalizados:

    • Perfiles genéticos para identificar individuos más susceptibles al estrés y sus efectos metabólicos.
    • Algoritmos de aprendizaje automático para predecir fluctuaciones de glucosa basadas en patrones de estrés individuales.
    • Terapias adaptativas que ajustan las intervenciones basándose en la respuesta individual al estrés.

    Investigación Innovadora

    Un equipo de la Universidad de Stanford está desarrollando un «páncreas artificial» que no solo monitorea los niveles de glucosa, sino que también incorpora sensores de estrés para ajustar la liberación de insulina en tiempo real basándose en los niveles de estrés del paciente.

    7. Conclusiones

    La relación entre las emociones, el estrés y la diabetes es compleja y multifacética. A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo los factores psicológicos pueden influir significativamente en el desarrollo, progresión y manejo de la diabetes. Puntos clave a recordar:

    • El estrés crónico y las emociones intensas pueden afectar directamente los niveles de glucosa en sangre a través de mecanismos fisiológicos como el eje HPA y el sistema nervioso simpático.
    • El concepto de «azúcar emocional» resalta la importancia de considerar los factores psicológicos en el control glicémico.
    • Estudios recientes han demostrado una fuerte correlación entre altos niveles de estrés y un peor control de la diabetes.
    • Las intervenciones para el manejo del estrés, desde técnicas psicológicas hasta modificaciones del estilo de vida, pueden tener un impacto significativo en el control de la diabetes.
    • Las investigaciones futuras prometen enfoques más personalizados y tecnológicamente avanzados para abordar la interacción entre estrés y diabetes.

    En conclusión, un enfoque holístico que aborde tanto los aspectos fisiológicos como psicológicos de la diabetes es esencial para un manejo óptimo de la enfermedad. A medida que nuestra comprensión de la interacción entre mente y cuerpo continúa evolucionando, es probable que veamos avances significativos en el tratamiento integral de la diabetes en los próximos años.



  • ¿Qué papel juega la personalidad en la aparición del cáncer?

    ¿Qué papel juega la personalidad en la aparición del cáncer?

    La personalidad es aquello que nos define cómo somos, cómo nos comportamos, sentimos y pensamos, pero también puede ser el origen del cáncer.

    El cerebro juega un papel destacado en la salud, tanto por sus efectos reguladores, como por ser donde se aloja la conciencia de la persona y donde se conforman los recuerdos, memoria y aprendizajes, todo lo cual va a permitir el desarrollo de la personalidad del individuo.
    Un mal funcionamiento del cerebro debido a una lesión, infección o enfermedad, y por ende de los órganos regulados por éste, va a propiciar y facilitar la aparición de enfermedades; igualmente los trastornos psicológicos, van a estar en la base de la aparición de disrupcciones del normal desarrollo de los órganos y por consiguiente de la aparición de determinadas funciones.
    La personalidad, definida como la forma de pensar, sentir y actuar de la persona, la cual va a jugar un papel destacado en la presencia de unas determinadas enfermedades psicosomáticas frente a otras.
    Siguiendo la teorías de rasgos, las personas se pueden clasificar en alguno de los siguientes tipos:
    – Personalidad tipo A, donde predominan rasgos ansiosos, marcados por la competitividad y la agresividad. En éste tipo va a ser más frecuente que aparezcan patologías asociadas al estrés y a problemas coronarios, especialmente vulnerable a los ataques del corazón.
    – Personalidad tipo B, marcado por la estabilidad emocional y la calma de pensamiento, siendo sociable y afable. Se trata de una personalidad asociada a la protección y refuerzo del organismo, ya que la salud es un bien que cuida la persona.



    – Personalidad tipo C, donde se produce una exageración de la expresividad de sentimientos positivos, para ocultar y mitigar los negativos, mostrándose excesivamente cariñoso, afable y amistoso, pero además se muestra pasivo, obsesivo e inconformista. Asociado a padecer reumas, infecciones, alergias, afecciones cutáneas y cáncer.
    – Personalidad tipo D, marcado por altos niveles de alexitimia, autoexigencia, falta de asertividad y baja autoestima. Asociado a patologías como trastornos del estado de ánimo, depresión y ansiedad, úlceras pépticas, trastornos vasculares, como hipertensión, cardiopatías isquémicas o arritmias.

    Eso no quiere decir que si alguien tiene una de las personalidades anteriores vaya necesariamente a enfermar, pero sí es más probable.
    En un reciente estudio realizado por Marmara Üniversitesi (Turquía) publicado en Asian Pacific Journal of Cancer Prevention donde se analiza el papel de la personalidad en los casos de cáncer. Para ello se analizaron los cuadros clínicos y datos demográficos de 237 pacientes oncológicos, empleando para la evaluación de la personalidad el cuestionario Big Five, cuyas categorías son: extaversión, inestabilidad emocional, apertura a la experiencia, responsabilidad y amabilidad. Mostrando cada persona más o menos rasgos de cada categoría.
    Los resultados concluyen que los pacientes oncológicos muestran mayores puntuaciones en la categoría «apertura a la experiencia», mostrándose éstos como conciliables, responsables, moderadamente estables emocionalmente, abiertos y extravertidos, siendo estos rasgos más marcados en mujeres frente a hombres.
    Resultados que coinciden con los datos que correlacionaban a los pacientes oncológicos con la personalidad tipo D, donde se muestran más «positivos» de lo que son, de cara a los demás, siendo extrovertidos y abiertos, cuando en realidad están «ocultando» sus vivencias negativas, el dolor o el sufrimiento que padecen, o los conflictos que tiene, impidiendo que nadie sepa de ello. Aspecto que en ocasiones dificulta la comunicación médico-paciente, lo que lleva a dificultades en cuanto al conocer cómo va evolucionando realmente el tratamiento.
    Una de las debilidades de éste estudio es que no realiza distinción alguna entre distintos tipos de pacientes oncológicos, con lo que las aplicaciones clínicas de los resultados quedan bastante limitadas, igualmente el empleo de habitantes de una sola población (turca) hace que los resultados puedan ser fruto de aspectos culturales que juegen un papel importante en cómo se expresan las emociones en dicha sociedad, por lo que se requiere de nuevas investigaciones transculturales para dar por válidos los resultados de éste estudio.

    Bibliografía Recomendada:
    Turhal, N.S. y cols. (2013). Personality Traits in Cancer Patients. Asian Pacific Journal of Cancer Prevention.
    Serna, E.J.C. y cols. (2013). Relación entre la personalidad tipo c y el cáncer. Psicoespacios.
    Valls, E. y Rueda, B. (2013). Personalidad, afrontamiento y calidad de vida en pacientes con enfermedad cardiovascular. Boletín de Psicología.


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  • ¿Qué explica las diferencias de Inteligencia, la genética o la cultura?

    ¿Qué explica las diferencias de Inteligencia, la genética o la cultura?

    La inteligencia ha sido definida tradicionalmente como la capacidad de resolución de forma satisfactoria de una serie de cuestionarios «estandarizados» para la población «diana» determinado por la genética, pero ¿Cual es el papel de la cultura?.

    Esto quiere decir, que el cuestionario o test ha sido validado con muestras menores antes de administrarse a la población general, y que cuenta con validez interna y externa, es decir, mide lo que se quiere medir, y además está especialmente diseñada para un determina colectivo y rango de edad.
    Si bien el uso de los cuestionarios de inteligencia surgieron ya en el siglo XIX, han sido muchos los detractores de estas pruebas por considerarlas «injustas», al querer evaluar a toda la población «por el mismo rasero».
    A principios del siglo pasado se creó una polémica sobre los estudios realizados por las fuerzas armadas que analizaban la relación entre la inteligencia y la raza, es decir, analizaban los resultados obtenidos entre la población americana en función de si el participante era blanco o negro, y entre los «nativos» americanos y los inmigrantes, concluyendo que los blancos de procedencia anglosajona tenían mejores resultados que otros grupos raciales y que los inmigrantes cuya lengua materna no era el inglés. Todo ello motivó la modificación de las políticas educativas encaminadas a «compensar» dichas diferencias.
    Estudios posteriores dejaron en evidencia dichos resultados debidos a los «fallos» en las pruebas empleadas los cuales no tenían en cuenta el «argot» propio de las población diana que se quería analizar, siendo necesario adaptar dicho test en función de a quién se dirigía.
    En los últimos meses se ha creado un gran revuelo en EE.UU. con respecto a la medida de la inteligencia. Un reciente estudio indica que los latinos (americanos de procedencia hispana) muestran niveles de inteligencia por debajo de los blancos y por encima de la de los negros. Unos resultados que han «encendido» a los medios de comunicación y movilizado a la población, en contra de éste «racismo intelectual», que resalta las diferencias y pone a unos sobre otros.


    https://youtu.be/vwVEvi_FFiE

    El coeficiente de inteligencia es una medida de nuestra capacidad de resolución de una serie de pruebas diseñadas y preparadas por los psicólogos, las cuales siguen unas estrictas normas de control establecidas por la psicometría (ciencia de la medida) de forma que sus resultados son válidos y fiables para la población que se aplica.
    Gracias a ello, se puede predecir el nivel de éxito académico, y con ello también el futuro profesional de los alumnos, mucho antes de que éstos sean capaces de ser conscientes de sus habilidades y posibilidades; igualmente se usa en el campo de la selección de personal como encontrar al candidato ideal para el puesto, que no tiene porqué ser ni el mejor cualificado ni el que más experiencia tiene.
    A lo largo de los años se ha ido perfeccionando y mejorando la psicometría de forma que su fiabilidad es bastante alta, es por ello que las empresas deciden «su futuro» en función de los resultados de las evaluaciones realizadas por los servicios de Recursos Humanos.
    El concepto mismo de inteligencia ha sido cuestionado, entendiéndose que no es algo unitario sino que existen inteligencias múltiples, inteligencia espacial, inteligencia verbal, inteligencia matemática, inteligencia musical,… En los últimos años ha prestado especial atención la inteligencia emocional, la cual está muy relacionado con la relación materno-filial y el estilo educativo familiar.
    Otra polémica sobre la inteligencia es la que tiene que ver sobre la «base» de la misma, actualmente y después de grandes discusiones entre los que defendían un origen ambiental frente a los de origen genético, actualmente se considera que el 80% de la inteligencia es de base genética y que su desarrollo y potencialidad queda sujeto al esfuerzo y dedicación del 20% restante. Un reciente estudio conjunto realizado por Universidad VU de Amsterdam, Universidad de Amsterdam y la Universidad Tilburg, publicado en el 2014 Psychological Science donde se realiza un análisis bibliográfico de 23 estudios anteriores sobre ésta cuestión.
    Los resultados de este estudio contradicen las actuales teorías dominantes sobre la inteligencia, indicando que la genética tiene un mayor valor debido un homogéneo efecto de la cultura donde se vive, el cual va a potenciar determinados desarrollos que van a mantenerse en el tiempo en un determinado lugar.


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  • ¿Por qué nos relacionamos así con la pareja y amigos?

    ¿Por qué nos relacionamos así con la pareja y amigos?

    La figura paterna va a tener una mayor influencia en la etapa de identidad del pre-adolescente, momento que coincide con la fase genital de Freud, y donde se acentúa el Complejo de Edipo, aspecto que debe de superarse para construir una identidad sana, ya que si no, puede ser germen de problemas inconscientes futuros.
    El complejo de Edipo, es un sentimiento de dualidad, entre el amor y el odio, que surge en contra de la figura de autoridad representada por el padre, en el caso del pequeño tiene una ambivalencia ante la admiración y el deseo por ser como la figura paterna, pero con sentimientos de amor hacia la figura materna, mientras que el padre se convierte en un competidor por su cariño y atención, por lo que es una figura a odiar, a él y a cualquiera que intente “acercarse” a su madre. Pero tiene además un sentimiento de admiración, agradecimiento y respeto hacia el padre, de ahí sus sentimientos confrontados.
    Con posterioridad Carl Jung sugirió el concepto del complejo de Electra para la niña frente a la figura de la madre, que aparece en la misma etapa de desarrollo, como generadora de conflictos inconscientes que se deben de superar, para que no queden “secuelas” en forma de enfermedad durante la madurez. En éste caso también se produce una ambivalencia, de amor-odio hacia la madre, de amor hacia el padre, ya que quiere ser la única figura de su atención, para lo cual debe de competir con su madre, de ahí el sentimiento de odio hacia ella y hacia cualquier otra mujer que se le “acerque” al padre. Al igual que en el caso del niño, la niña, siente cariño y agradecimiento hacia su madre, de la cual no “aguanta” que esté cerca de su padre.

    La figura de autoridad representada por el padre va a llevar un proceso inverso al del desarrollo moral del pequeño, en la medida que a mayor capacidad de juicio y moral, sentirá que su padre tiene cada vez menor autoridad, pasando desde los primeros momentos en que “su palabra es ley”, y se debía de acatar sin posibilidad de réplica, a una fase intermedia donde se podía tratar de hacer variar las normas y castigos, negociando, principalmente por la intermediación de la madre, para convertirse únicamente en un referente más dentro de la sociedad que sugiere normas de conducta, pero sin estar envuelto en ningún «halo» de autoridad.
    A pesar de que al final haya perdido casi todo el «valor» autoritario el padre, su figura es fundamental para «marcarle» los primeros momentos, lo que va a ayudarle a conformar la propia moral, en palabras de Freud el superyo, es decir, las reglas sociales interiorizadas que van a servir para regirse en la vida, de forma que sepa qué está bien o mal socialmente hablando.

    Una de las dificultades con las que se encuentra el menor, es cuando no tiene o pierde ese referente de autoridad, ya que en ocasiones, debido a aspectos laborales o de otra índole, el progenitor puede estar fuera de su casa durante horas, días, semanas,…, pero también la pérdida del progenitor por fallecimiento, separación o divorcio va a influir en el menor en lo que se conoce como padre ausente.



    Desde el punto de vista psicoanalítico, la carencia de la figura paterna y con ello de la autoridad, que va a servir para formar el superyo, va a hacer que el pequeño no se vea limitado en el goce, es decir, no hay quien le “regañe”, corrija e indique qué es conveniente y adecuado en cada momento, por lo que se va a regir únicamente por lo que quiere, como lo quiere y cuando lo quiere, lo que de adulto se va a expresar en una “alteración” en la percepción de las relaciones sociales, sintiéndolas como “hostiles” o idealizándolas. En el primer caso, el otro se convierte en fuente de frustración que no le permite hacer lo que ha hecho desde pequeño, lo que ha querido; en el segundo caso, el otro se convierte en fuente de placer para la satisfacción propia, infravalorándose a favor de conseguir lo que quiere del otro.
    Ambas facetas se van a expresar tanto en las relaciones de amistad como con la pareja, donde no se establece una “conexión” sana y fluida, sino que se produce una competitividad por destacar y quedar por encima, en el caso de las relaciones hostiles, mientras que en la idealización, se llega uno a humillar y hacer todo lo que quiera la otra persona, con el fin de que no le abandone.

    Una relación sana y madura entre dos personas, ya sean amigos o pareja, va a implicar cierta cesión de nuestros intereses y deseos, en favor de la otra persona, pero igualmente debe de requerir que la otra ceda a favor tuya. Por ejemplo, si uno quiere ver una película y la otra persona ir al baile, uno debe de ceder, pero en la próxima ocasión debe ser la otra persona quien ceda.

    Hay que tener en cuenta que que una relación sana y estable, además del cariño y la comprensión de la otra persona, va a evitar que suframos enfermedades, ayudando a la adopción de hábitos saludables, lo que se va a traducir en un incremento de la esperanza de vida, lo contrario que una relación conflictiva, que debido al estrés constante va a debilitar el sistema inmune facilitando las enfermedades, así al menos se ha evidenciado en varios estudios a lo largo de estos últimos años, llegándose a proporner modelos de «Familias Saludables como la realizada desde la University of Isfahan (Iran) recientemente publicado en el Journal of Basic and Applied, donde se analizan a 16 familias y 21 parejas, a los cuales se les pasó un extenso cuestionario. Sin duda un importante desarrollo teórico sobre la variables que se han de tener en cuenta, aunque los resultados son válidos para el modelo de vida de la sociedad iraní, hay que realizar más investigaciones en otras culturas para encontrar el «Modelo de Familia Saludable» en cada lugar.

  • Dime con quien andas…, y te diré quién eres

    Dime con quien andas…, y te diré quién eres

    Desde la etapa etapa de la preadolescencia, el individuo toma a sus semejantes como punto de referencia y de construcción de su propia identidad, dejando los modelos que hasta ese momento le han servido, tales como los padres, profesores u otras figuras de autoridad, para ser sus compañeros de curso o el grupo de pandilla al que pertenece dicho referente.
    La moral lo que es adecuado, bueno y conveniente, que hasta ahora ha aprendido en la escuela o en la casa, ahora se pone en tela de juicio, siendo lo conveniente aquello que entre todos los de la “pandilla” deciden.
    La adhesión y pertenencia al grupo es fundamental en ésta etapa, definiéndose las personas por los colores, forma de pensar y vestir de su equipo de fútbol o grupo musical favorito.
    Los demás se convierten en el espejo donde se mira uno, y adquiere su propia identidad, siendo más o menos que el resto dentro del grupo, así cada uno podrá destacar en uno u otro aspecto ya sea por exceso o defecto en comparación con los demás, exhibiendo dentro de ese ambiente de confianza distintos aspectos, explorando sus habilidades y capacidades hasta encontrar su papel, “el más chistoso”, “el atrevido”, “el serio”…, todo lo cual le permite tomar conciencia de sí mismo, como persona única.
    Es precisamente en ésta época donde se van a “activar” una serie de cambios a todos los niveles, en el organismo del adolescente debido a la expresión secundaria de su sexualidad, transformando y moldeando los cuerpos hasta ahora casi indiferenciados de niños y niñas, en cuerpos de hombres y mujeres, totalmente distintos, mostrándose todos los caracteres secundarios propios de su sexo.
    Entre los cambios más evidentes desde el exterior, al hombre le aparecerá la barba y cambiará su voz hacia tonalidades más graves, y en la mujer le crecerá los pechos.

    A nivel neuronal va a producirse lo que se denomina una tormenta hormonal, donde van a afluir al torrente sanguíneo gran cantidad de neurohormonas de forma “descontrolada”, lo que va a provocar cambios de humor constantes, experiencias y sensaciones nuevas del organismo, por ejemplo, en el caso de la niña que se convierte en mujer, va a tener la primera regla o menarquía y a partir de ahí va periódicamente a experimentar cambios hormonales cíclicos asociados a su capacidad de concebir, lo que va a cambiar su concepción sobre sí misma y sobre los demás.
    Los grupo de iguales, compañeros y pandillas, van a ir aumentando en miembros, incorporando a las “novias y novios”, y el adolescente va a iniciar una nueva realidad como pareja, en donde le queda todo un mundo por explorar en su camino por convertirse en adulto.
    Pero también es la etapa, en donde dentro de los grupos, se ríen de las “gracias” de sus miembros, actuaciones absurdas, transgresoras, que a veces incluso pueden ser peligrosas, sin que cumpla ninguna función, más allá de la de divertirse uno y a los demás.
    Es el momento de explorar los límites de la sociedad, poniendo en tela de juicio su utilidad, y en algunos casos provocando actuaciones amorales o asociales, y todo ello para sentirse “a gusto” dentro del grupo de iguales, los cuales pueden fomentar o “reprimir” dichos comportamientos, moldeando así la identidad de sus miembros.
    A pesar de ésta “explosión” de individualidad, el haber ofrecido un ambiente familiar estable, con un buen ejemplo de vida, con unas normas de conducta y de comportamiento adecuado, va a hacer que a la hora de estar con “sus amigos” la persona sea “más juiciosa” y pueda anteponer sus propios valores a los desatinos del momento.
    Es el momento de descubrir los propios límites, pero no sólo físicos sino también intelectuales, por lo que bien orientado es una etapa enriquecedora para el adolescente, en la que puede formarse como un hombre o mujer de provecho para sí mismo y para la sociedad en la que se desarrolla.
    La opinión del resto del grupo, más o menos fundamentada, se convierte en criterio “objetivo” sobre nuestro comportamiento, asumiendo como “normal” hábitos o conductas reprobables y reprobadas fuera del ámbito del grupo de amigos.



    Desarrollando el modelo de Erikson se puede hablar de dos “motores” de la identidad que va a ser la exploración y de compromiso. El primero hace referencia al tiempo y esfuerzo dedicado para explorar nuevas alternativas en su búsqueda de una identidad, tratando de encontrar “su camino”; mientras que el compromiso hace referencia a una inversión en una decisión en su vida, ya sea en cuestión de género, pertenencia a grupo, valores y propias creencias, etc…
    La combinación de un mayor o menor grado de exploración y compromiso, va a generar distintos tipos de identidad en la adolescencia:
    – Identidad difusa, donde todavía existe escasa exploración y nulo compromiso.
    – Identidad hipotecada, que es cuando el adolescente no ha pasado por la crisis de identidad propia de su edad, con nula exploración y en cambio un rígido compromiso con aquello que le han estado educando desde pequeño en el ámbito familiar fundamentalmente.
    – Identidad moratoria, en donde se exhibe gran cantidad de conductas y comportamientos en busca de la propia identidad, primando la exploración y con un escaso nivel de compromiso.
    – Identidad alcanzada, que se logra una vez finalizada la etapa de identidad moratoria, donde se ha explorado activamente y tras ello se asumen una serie de decisiones sobre su vida y su futuro con los que se compromete, conformando así el paso necesario para la vida adulta.
    Dentro del grupo de iguales el adolescente va a pasar por un proceso de asunción de valores propios (intragrupo) exaltando sus bondades frente a los otros grupos (exogrupo), lo que va a acentuar el sentimiento de pertenencia al mismo, lo que en algunos casos va a generar el germen de la discriminación, xenofobia o el racismo; en donde el individuo va a verse abocado a una identidad debido a la presión grupal, que en otras circunstancias no asumiría como propias.
    Cobrando mayor relevancia si puede el dicho popular, “Dime con quien andas y te diré quien eres”, pues aunque pensemos que el grupo de amigos tiene una mínima o escasa incidencia, ésto va a determinar de forma significativa la identidad de la persona en “construcción”, que le va a acompañar y guiar el resto de su vida.

    El final de la adolescencia y el paso a la edad adulta suele asociarse a la asunción de responsabilidad en su vida, al adquirir una casa donde vivir fuera del ámbito familiar, tener un trabajo en el que poder desarrollarse y con el que mantenerse económicamente e incluso estar en pareja, con la que proyectar y planear formar una familia.

    Los últimos avatares económicos y cambios sociales, en que los adolescente permanecen en el ámbito familiar más allá de la treintena, sometidos y sostenidos por los progenitores, han hecho replantearse a los psicológicos la definición del adolescente que se solía superar con la mayoría de edad, extendiéndolo ahora hasta la independencia económica y de convivencia familiar.

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