La Inteligencia Emocional ha sido un concepto de investigación recurrente en las últimas décadas, a pesar de lo cual todavía queda mucho por conocer al respecto.
La Inteligencia Emocional se ha visto relacionado con la habilidad para el manejo del estrés, las habilidades sociales e incluso con aspecto de la salud. Dentro del mundo laboral, hoy en día se considera a la Inteligencia Emocional como pieza clave y fundamental en cualquier líder, de ahí que las escuelas de negocio hagan hincapié en esta formación.
Inteligencia Emocional
Igualmente se han encontrado que está relacionado positivamente con un mejor desempeño en el puesto de trabajo, y negativamente con el absentismo y la renuncia del puesto.
Algunos teóricos apuntan a que las personas con alta Inteligencia Emocional son capaces de conocer mejor a los demás, de ahí que sean más efectivos en las relaciones interpersonales, otorgándole cierta habilidad para conocer los puntos fuertes y las limitaciones del interlocutor, pero ¿Se ve afectada la percepción del otro por nuestra Inteligencia Emocional?
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Percepción Emocional
Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Departamento de Administración y Empresa Internacional, Universidad de I-Shou (Taiwan) junto con el Departamento de Dirección y Gestión, Escuela de Negocios Noruega (Noruega) cuyos resultados han sido publicados en el 2016 en la revista científica The Open Psychology Journal.
En el estudio participaron treinta estudiantes de la escuela de negocios, de los cuales once eran mujeres, con una edad media de veintitrés años.
A los participantes se les hizo pasar por una situación controlada, donde observaba el desempeño de una persona en una tarea de resolución matemática, un Sudoku, y luego debían de valorar si esa persona podría resolver otro, pero en un tiempo limitado de tres minutos.
Se manipularon las variables correspondientes a la dificultad de la segunda tarea, la posibilidad o no de ganar dinero por acertar según su nivel de seguridad en la respuesta, y la introducción o no de una tarea distractora entre ambas tareas.
Los participantes debían de rellenar una prueba online sobre Inteligencia Emocional denominada Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (M.S.C.E.I.T. ).
Se comparó la ejecución de los participantes según la puntuación en el M.S.C.E.I.T., como con alta o baja Inteligencia Emocional.
Los resultados muestran que no existieron diferencias en las predicciones de la ejecución de la terea de los otros en función de la Inteligencia Emocional de los participantes.
Visión Emocional
Hay que tener en cuenta el limitado número de participantes, y que se trata de una manipulación experimental con baja validez ecológica, con lo que es probable que en una situación real se pudiese observar el fenómeno de predicción esperable.
A pesar de las limitaciones del estudio destacar lo innovador del enfoque de esta investigación, que trata de conocer cómo la Inteligencia Emocional posibilita que la persona tenga un mejor desempeño social.
Aunque no parece que una mayor Inteligencia Emocional tenga que ver con acertar sobre las predicciones de ejecución de un tercero en una concreta tarea matemática, eso no descarta que no confiera a la persona de esa cualidad para otras tareas, de tipo más emocional.
Esto es, conocer los puntos fuertes y débiles de un interlocutor no supone saber exactamente cómo va a actuar en todas las tareas, pero sí qué tipo de compromiso y comportamiento general esperar de esa persona.
Algo que si se consigue comprobar mediante investigaciones posteriores estaría informando sobre que aquellas personas con altos niveles de Inteligencia Emocional están mejor preparadas a la hora de conocer a los demás, y de ahí la ventaja observada en las interacciones sociales.
Un último apunte sobre la Inteligencia Emocional es que, a diferencia de otras inteligencias, esta se puede mejorar con un entrenamiento adecuado, es decir, una vez que se conozcan las muchas ventajas que sobre el mundo laboral y social tiene, se puede buscar la forma de reforzar las habilidades propias y con ello mejorar la Inteligencia Emocional.