Categoría: Psicología de la Felicidad o Psicologia Positiva

Temática de la Psicología de la Felicidad

  • Entrevista a Dª Virginia Mora sobre el trauma

    Entrevista a Dª Virginia Mora sobre el trauma


    Entrevista a Dª. Virginia Mora. Psicóloga de la Red de Puntos Municipales del Observatorio Regional de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. Experta en Violencia y Trauma. Fundadora de Iptra (Instituto Psicoterapia y Trauma).




    – ¿Qué es el trauma?

    Ante un acontecimiento estresante o una situación de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica (catástrofes naturales, accidentes, atentados terroristas, agresiones, malos tratos, abuso o agresión sexual, tortura, secuestro etc) vivido ya sea de forma directa o indirecta, se produce en las víctimas un sentimiento de miedo intenso, indefensión, amenaza y pérdida de control que tendrá unas consecuencias traumáticas en la persona que lo sufre.
    Cuando ha ocurrido un episodio único, el trauma o daño psicológico habitualmente cursa en fases. En una primera fase hay una primera reacción de sobrecogimiento y embotamiento generalizado, que se caracteriza por lentitud en las reacciones y mecanismos de negación. Es lo que se denomina estado de “shock”. En una segunda fase, aparecen fuertes reacciones emocionales de dolor, rabia, impotencia, culpa, miedo que alternan con periodos de profunda tristeza y abatimiento. Por último, pueden aparecer las reexperimentaciones del suceso de forma espontánea o ante estímulos relacionados. Estas reacciones pueden dar lugar al Trastorno de Estrés Postraumático.
    Cuando la situación de violencia está cronificada en el tiempo, como ocurre en el abuso sexual o maltrato infantil y en la violencia de género, las víctimas pueden presentar alteraciones en la personalidad en cuanto a su capacidad para relacionarse y a su propia identidad. Esto es lo que se ha denominado Trauma complejo.
    Es importante señalar también que, en ocasiones, puede ocurrir un daño psicológico ante situaciones que aparentemente no son traumáticas pero que la persona las vive como tal debido a sus propias características personales, momento evolutivo, consecuencias para su vida etc.

    – ¿Por qué se produce el trauma?

    El trauma o daño psicológico ocurre a consecuencia de que el suceso negativo que ha experimentado la persona desborda su capacidad de afrontamiento y de adaptación. Cuando nos enfrentamos a una situación que nos genera de forma abrumadora dolor, miedo, vergüenza, indefensión o pánico bien sea por su intensidad, por el momento vital en el que ocurre o porque no exista posibilidad de defenderse o de huir de la situación que nos daña, el sistema de defensa de nuestro organismo puede verse colapsado y no es capaz de procesar adecuadamente lo ocurrido ni de elaborar una respuesta de control. Debido a lo cual, el sistema de defensa se mantiene en un inadecuado estado de alerta permanente que va a provocar que ante cualquier estímulo relacionado con la situación traumática se disparen las mismas reacciones a nivel fisiológico, cognitivo, comportamental y emocional que se pusieron en marcha ante el acontecimiento traumático.


    Vídeo Recomendado: Identifica y supera un trauma psicológico

    – ¿Qué relación existe entre la violencia y el trauma?

    Si cualquier experiencia traumática hace que la víctima se cuestione conceptos fundamentales como que el mundo es un lugar lo suficientemente seguro, el valor positivo de uno mismo como persona y el sentido de la vida, en los casos en los que el daño ocurre provocado por otro ser humano de manera intencionada y violenta, las consecuencias traumáticas son mucho más graves.

    – ¿Por qué a unas personas que sufren violencia se traumatizan y otras no?

    La mayor o menor repercusión psicológica de una conducta violenta va a depender de varios factores. Por un lado, depende de la vulnerabilidad tanto psicológica como biológica de la persona, que se refiere a un desequilibrio emocional preexistente a la situación traumática y a contar con un umbral más bajo de activación psicofisiológica. En estos casos, el impacto de la violencia va a ser mayor y/o más incapacitante.
    También la duración e intensidad del suceso violento y el significado que se dé al mismo va a influir, así como que el incidente concurra con otras experiencias negativas actuales o pasadas. Un insuficiente apoyo familiar y/o social y utilizar estrategias de afrontamiento inadecuadas van a empeorar la sintomatología postraumática.
    Por otro lado, existen personalidades más resistentes al estrés y por tanto a la traumatización, que se caracterizan por tener un adecuado control de las emociones, valoración positiva de sí mismo, estilo de vida equilibrado y contar con apoyo social entre otras características. Es a lo que nos referimos cuando hablamos de las capacidades de resiliencia o resilientes de una persona, la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación.

    – ¿Son más sensibles los pequeños a sufrir traumas?

    Indudablemente, los niños y las niñas tienen menos recursos de afrontamiento ante una situación traumática y por ello son más vulnerables ante una vivencia violenta. Muchos adultos piensan equivocadamente que los niños no son conscientes de lo que ocurre, que se adaptan rápidamente, que no sienten la pérdida…, sin embargo, las consecuencias del trauma en los niños pueden ser más graves que en un adulto. Lo que pasa es que el reflejo del daño psíquico en los niños no es igual que en los adultos y por ello puede pasar desapercibido, síntomas disociativos, somatizaciones, irritabilidad, aislamiento, comportamientos disruptivos..
    Tal como señala Judith Herman, si en un adulto el trauma provoca un daño en la estructura de personalidad, en la infancia la forma y la deforma.
    En cualquier caso, la repercusión de un evento traumático en un niño y la repercusión en su vida va a depender principalmente del apoyo y la contención que le presten sus figuras de referencia (madre, padre u otros adultos significativos).


    Vídeo Recomendado: Cómo superar un trauma

    – ¿Qué consecuencias futuras tiene el trauma?

    Las consecuencias psicológicas en la vida adulta de un trauma en la infancia son difíciles de predecir con exactitud, pero, sin duda, todo acontecimiento traumático ocurrido en la vida de un niño o una niña provoca una “herida psíquica” que puede incidir o activarse de nuevo en la adultez.
    Que aparezcan consecuencias negativas en el futuro va a depender de si existen más traumas previos, haber sufrido malos tratos en la infancia o si la persona presenta un trastorno de personalidad. Habrá también un peor pronóstico cuando la persona haya sido revictimizada porque la exposición haya sido continuada en el tiempo (es el caso de la violencia familiar, abuso sexual infantil, secuestros prolongados…), o que hayan ocurrido diferentes situaciones traumáticas a lo largo de su desarrollo, que la sintomatología postraumática haya sido intensa o de carácter disociativo, como por ejemplo, amnesia psicógena.

    – ¿Cómo se trata el trauma?

    La intervención psicológica con las personas que han sufrido un trauma va a depender en gran medida del enfoque y abordaje terapéutico que utilice cada profesional.
    Diferentes autores especializados en trauma como Pierre Janet, Van del Kolk o Herman, establecen la necesidad de abordar la intervención por fases.
    En una primera fase de Estabilización, el objetivo será la reducción o eliminación de sintomatología postraumática. Se trata de dotar a la persona de recursos y herramientas para la regulación y autocontrol emocional, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y fortalecimiento de sus recursos personales. En definitiva, tiene que ser una fase de empoderamiento.
    En una segunda fase nos centraremos más en una intervención sobre el hecho traumático. Se trata de superar la fobia al recuerdo, procesando adecuadamente lo vivido de tal forma que pueda ser “engranado” en la narrativa biográfica de la persona. La memoria traumática suele estar fragmentada, sin narrativa, con recuerdos sensoriales de gran impacto y sin integración. El objetivo por tanto es integrar. En esta fase pueden utilizarse técnicas como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) que están demostrando una gran eficacia en el abordaje del Trastorno por Estrés Postraumático y otros trastornos derivados de una situación traumática.
    Finalmente, se trata de consolidar la integración, facilitar el duelo y reconectar a la persona de nuevo con su ambiente consiguiendo una adaptación óptima a su vida diaria y en sus relaciones interpersonales.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Virginia Mora, Psicóloga Sanitaria. Experta en violencia y trauma, por habernos acercado al mundo del trauma.

  • Entrevista a Dª Virginia Mora, sobre la violencia

    Entrevista a Dª Virginia Mora, sobre la violencia


    Entrevista a Dª. Virginia Mora. Psicóloga de la Red de Puntos Municipales del Observatorio Regional de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. Experta en Violencia y Trauma. Fundadora de Iptra (Instituto Psicoterapia y Trauma).




    – ¿Qué es el trauma?

    Ante un acontecimiento estresante o una situación de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica (catástrofes naturales, accidentes, atentados terroristas, agresiones, malos tratos, abuso o agresión sexual, tortura, secuestro etc) vivido ya sea de forma directa o indirecta, se produce en las víctimas un sentimiento de miedo intenso, indefensión, amenaza y pérdida de control que tendrá unas consecuencias traumáticas en la persona que lo sufre.
    Cuando ha ocurrido un episodio único, el trauma o daño psicológico habitualmente cursa en fases. En una primera fase hay una primera reacción de sobrecogimiento y embotamiento generalizado, que se caracteriza por lentitud en las reacciones y mecanismos de negación. Es lo que se denomina estado de “shock”. En una segunda fase, aparecen fuertes reacciones emocionales de dolor, rabia, impotencia, culpa, miedo que alternan con periodos de profunda tristeza y abatimiento. Por último, pueden aparecer las reexperimentaciones del suceso de forma espontánea o ante estímulos relacionados. Estas reacciones pueden dar lugar al Trastorno de Estrés Postraumático.
    Cuando la situación de violencia está cronificada en el tiempo, como ocurre en el abuso sexual o maltrato infantil y en la violencia de género, las víctimas pueden presentar alteraciones en la personalidad en cuanto a su capacidad para relacionarse y a su propia identidad. Esto es lo que se ha denominado Trauma complejo.
    Es importante señalar también que, en ocasiones, puede ocurrir un daño psicológico ante situaciones que aparentemente no son traumáticas pero que la persona las vive como tal debido a sus propias características personales, momento evolutivo, consecuencias para su vida etc.

    – ¿Por qué se produce el trauma?

    El trauma o daño psicológico ocurre a consecuencia de que el suceso negativo que ha experimentado la persona desborda su capacidad de afrontamiento y de adaptación. Cuando nos enfrentamos a una situación que nos genera de forma abrumadora dolor, miedo, vergüenza, indefensión o pánico bien sea por su intensidad, por el momento vital en el que ocurre o porque no exista posibilidad de defenderse o de huir de la situación que nos daña, el sistema de defensa de nuestro organismo puede verse colapsado y no es capaz de procesar adecuadamente lo ocurrido ni de elaborar una respuesta de control. Debido a lo cual, el sistema de defensa se mantiene en un inadecuado estado de alerta permanente que va a provocar que ante cualquier estímulo relacionado con la situación traumática se disparen las mismas reacciones a nivel fisiológico, cognitivo, comportamental y emocional que se pusieron en marcha ante el acontecimiento traumático.


    Vídeo Recomendado: Identifica y supera un trauma psicológico

    – ¿Qué relación existe entre la violencia y el trauma?

    Si cualquier experiencia traumática hace que la víctima se cuestione conceptos fundamentales como que el mundo es un lugar lo suficientemente seguro, el valor positivo de uno mismo como persona y el sentido de la vida, en los casos en los que el daño ocurre provocado por otro ser humano de manera intencionada y violenta, las consecuencias traumáticas son mucho más graves.

    – ¿Por qué a unas personas que sufren violencia se traumatizan y otras no?

    La mayor o menor repercusión psicológica de una conducta violenta va a depender de varios factores. Por un lado, depende de la vulnerabilidad tanto psicológica como biológica de la persona, que se refiere a un desequilibrio emocional preexistente a la situación traumática y a contar con un umbral más bajo de activación psicofisiológica. En estos casos, el impacto de la violencia va a ser mayor y/o más incapacitante.
    También la duración e intensidad del suceso violento y el significado que se dé al mismo va a influir, así como que el incidente concurra con otras experiencias negativas actuales o pasadas. Un insuficiente apoyo familiar y/o social y utilizar estrategias de afrontamiento inadecuadas van a empeorar la sintomatología postraumática.
    Por otro lado, existen personalidades más resistentes al estrés y por tanto a la traumatización, que se caracterizan por tener un adecuado control de las emociones, valoración positiva de sí mismo, estilo de vida equilibrado y contar con apoyo social entre otras características. Es a lo que nos referimos cuando hablamos de las capacidades de resiliencia o resilientes de una persona, la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación.

    – ¿Son más sensibles los pequeños a sufrir traumas?

    Indudablemente, los niños y las niñas tienen menos recursos de afrontamiento ante una situación traumática y por ello son más vulnerables ante una vivencia violenta. Muchos adultos piensan equivocadamente que los niños no son conscientes de lo que ocurre, que se adaptan rápidamente, que no sienten la pérdida…, sin embargo, las consecuencias del trauma en los niños pueden ser más graves que en un adulto. Lo que pasa es que el reflejo del daño psíquico en los niños no es igual que en los adultos y por ello puede pasar desapercibido, síntomas disociativos, somatizaciones, irritabilidad, aislamiento, comportamientos disruptivos..
    Tal como señala Judith Herman, si en un adulto el trauma provoca un daño en la estructura de personalidad, en la infancia la forma y la deforma.
    En cualquier caso, la repercusión de un evento traumático en un niño y la repercusión en su vida va a depender principalmente del apoyo y la contención que le presten sus figuras de referencia (madre, padre u otros adultos significativos).


    Vídeo Recomendado: Cómo superar un trauma

    – ¿Qué consecuencias futuras tiene el trauma?

    Las consecuencias psicológicas en la vida adulta de un trauma en la infancia son difíciles de predecir con exactitud, pero, sin duda, todo acontecimiento traumático ocurrido en la vida de un niño o una niña provoca una “herida psíquica” que puede incidir o activarse de nuevo en la adultez.
    Que aparezcan consecuencias negativas en el futuro va a depender de si existen más traumas previos, haber sufrido malos tratos en la infancia o si la persona presenta un trastorno de personalidad. Habrá también un peor pronóstico cuando la persona haya sido revictimizada porque la exposición haya sido continuada en el tiempo (es el caso de la violencia familiar, abuso sexual infantil, secuestros prolongados…), o que hayan ocurrido diferentes situaciones traumáticas a lo largo de su desarrollo, que la sintomatología postraumática haya sido intensa o de carácter disociativo, como por ejemplo, amnesia psicógena.

    – ¿Cómo se trata el trauma?

    La intervención psicológica con las personas que han sufrido un trauma va a depender en gran medida del enfoque y abordaje terapéutico que utilice cada profesional.
    Diferentes autores especializados en trauma como Pierre Janet, Van del Kolk o Herman, establecen la necesidad de abordar la intervención por fases.
    En una primera fase de Estabilización, el objetivo será la reducción o eliminación de sintomatología postraumática. Se trata de dotar a la persona de recursos y herramientas para la regulación y autocontrol emocional, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y fortalecimiento de sus recursos personales. En definitiva, tiene que ser una fase de empoderamiento.
    En una segunda fase nos centraremos más en una intervención sobre el hecho traumático. Se trata de superar la fobia al recuerdo, procesando adecuadamente lo vivido de tal forma que pueda ser “engranado” en la narrativa biográfica de la persona. La memoria traumática suele estar fragmentada, sin narrativa, con recuerdos sensoriales de gran impacto y sin integración. El objetivo por tanto es integrar. En esta fase pueden utilizarse técnicas como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) que están demostrando una gran eficacia en el abordaje del Trastorno por Estrés Postraumático y otros trastornos derivados de una situación traumática.
    Finalmente, se trata de consolidar la integración, facilitar el duelo y reconectar a la persona de nuevo con su ambiente consiguiendo una adaptación óptima a su vida diaria y en sus relaciones interpersonales.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Virginia Mora, Psicóloga Sanitaria. Experta en violencia y trauma, por habernos acercado al mundo del trauma.

  • ¿Cuál es la relación entre el consumo de tabaco y la salud mental?

    ¿Cuál es la relación entre el consumo de tabaco y la salud mental?

    En muchos países el consumo de tabaco es legal, a pesar de ello las autoridades tratan de retrasar el inicio de su consumo.

    Salud mental

    Está claro que cuanto antes se acceda a esta adicción, más tiempo de vida saludable tendrá la persona. Igualmente, cuanto antes abandone este hábito, mayor probabilidad de recuperación tendrá y por tanto de evitar sus consecuencias futuras, pero cuando uno piensa en el consumo de tabaco, lo suele hacer sólo a nivel médico, es decir, las consecuencias sobre los pulmones tanto del fumador como de los otros (fumadores pasivos).
    Las políticas públicas encaminadas a «dificultar» el consumo de tabaco, prohibiéndolo en espacios cerrados han dado como resultado en muchos países una reducción del consumo de cigarrillos, lo que se ha traducido a su vez en un nuevo fenómeno el del uso de los cigarrillos electrónicos como «sustitutos» de la adicción, tal y como se muestra en la gráfica interactiva siguiente.

    Consumo de cigarros frente al de cigarrillos electrónicos en adolescentes 2011-2014 | HealthGrove

    A pesar de la importancia de este aspecto, no es el único que se ha de tener en cuenta ya que como adicción que es tiene un importante componente psicológico.
    Tal es así que el síndrome de abstinencia física que se sufre cuando se deja, es relativamente corto, con respecto a las dificultades psicológicas para abandonar este hábito.
    Algunas personas lo mantienen porque tienen la creencia de que si lo abandonan van a engordar o incluso de que les tranquiliza, ¿Cuál es la relación entre el consumo de tabaco y la salud mental?


    Vídeo Recomendado: Adicción al Tabaco

    Consumo de tabaco

    Esto es precisamente lo que ha abordado un reciente informe titulado ASH Fact Sheet on Smoking and Mental Health publicado por la Action on Smoking and Health (A.S.H.) entidad británica dependiente del Royal College of Physicians.
    En el informe se recuerda que el porcentaje de fumadores en el mundo desde 1990 al 2014 se ha reducido desde el 27% al 19%, pero que de los fumadores actuales el 40% sufren alguna psicopatología.
    Siendo la presencia de fumadores entre los que sufren esquizofrenia de un 40%, trastorno bipolar de un 37%, depresión junto con TDA de un 30% y los trastornos de la alimentación de un 20%
    En el estudio se señala, que, en el caso de la depresión, esta puede estar en el origen de la adicción al tabaco, al observarse un incremento significativo entre este tipo de pacientes.
    En el caso del TDA la relación está estrechamente establecida, produciéndose un acortamiento de la edad de inicio de su consumo ante la presencia de TDA.
    Incluso entre las causas de las demencias como la de la enfermedad del Alzheimer, el consumo de tabaco incrementa en un 50% las posibilidades de sufrir demencia.


    Consumo de tabaco y salud mental

    Personalmente creo que no existen suficientes datos para poder establecer una relación causa-efecto entre la psicopatología y el consumo de tabaco, aunque algunos datos señalen esta posibilidad.
    A pesar de la contundencia de los datos anteriores, todavía existe una escasa conciencia al respecto del papel de lo psicológico tanto en el inicio y mantenimiento de esta adicción, así como la comorbilidad con las psicopatologías.
    Hay que tener en cuenta que quienes sufren psicopatología, que además fuman, van a presentar complicaciones en la salud que deberán de ser tratadas, lo cual puede perjudicar la recuperación de su psicopatología.
    A pesar de lo aparentemente alarmante de los resultados, es importante constatar que cada afirmación va avalada por los datos obtenidos por investigaciones científicas.
    Por lo que a la hora de diseñar e implementar plantes de prevención también se tendría que tener en cuenta a la población con psicopatología como grupo de riesgo, sobre el que incidir para evitar la adicción al tabaco.

    Experta Colaboradora:

    Dª Mabel Velandia Ramos
    AUDIOLOGIST MINTIC- TELEMEDICIN



    De acuerdo al último estudio publicado en investigación reciente acerca de el hábito de fumar en Journal of Neurochemistry los hallazgos muestran que el cigarrillo tiene un componente que provoca que los glóbulos blancos ataquen al Sistema Nervioso Central destruyendo células sanas y dando lugar a daños neurologicos graves. El componente es el NNK qu es un componente muy comun en el tabaco. Es un procarcinogeno, es decir, una sustancia que puede transformarse en carcinogeno (agente que produce cáncer). Si es alterada por los procesos metabólicos del cuerpo humano produciendo una neuro inflamación cerebral. Lo anterior confirma efectos en la salud fisica. Se sabe que la prevalencia del consumo del tabaco en personas con transtornos mentales es entre dos y cuatro veces superior que en la población no fumadora.
    Los pacientes psiquiatricos ademas de fumar tabaco consumen otras drogas asociadas al cigarrillo deteriorando su funcion psicosocial a traves del tiempo generando transtornos de tipo mental.
    En la población adolescente debemos frenar el inicio del consumo del cigarrillo pues se sabe que la precocidad del inicio del consumo de tabaco es un marcador de riesgo de aparición posterior de problemas mentales.
    La existencia de factores neurobiologicos, psicológicos y sociales intervienen en la asociación y datos epidemiologicos, geneticos, de neuroimagen y clínicos sugieren que las características de los trastornos mentales predisponen al inicio y el mantenimiento del tabaquismo.

  • Entrevista a Dª Mª José Botía Fernández, sobre la Psicología Positiva

    Entrevista a Dª Mª José Botía Fernández, sobre la Psicología Positiva


    Entrevista a Dª Mª José Botía Fernández, Directora del Instituto Europeo de Psicología Positiva en Murcia quien nos habla sobre la Psicología Positiva.




    – ¿Qué es la Psicología Positiva?

    La Psicología Positiva se centra en el estudio del funcionamiento humano óptimo. Por tanto incide en dos aspectos muy importantes, lo primero utilizar técnicas con validación empírica y segundo que orientemos el trabajo en lo que nos hace sentirnos bien, porque este foco nos permite construir recursos y habilidades para afrontar situaciones del día a día.
    Los psicólogos no sólo estamos para curar la enfermedad mental, sino que la psicología es una ciencia que conoce y desarrolla técnicas para que las personas sepan encontrar su máximo potencial y equilibrio personal.

    – ¿Cómo surge la Psicología Positiva?

    Tradicionalmente la ciencia psicológica ha dedicado mucho esfuerzo a estudiar los aspectos negativos y patológicos del ser humano (ansiedad, estrés, depresión, etc), dejando de lado a menudo el estudio de aspectos más positivos como, por ejemplo, la creatividad, la inteligencia emocional, el humor, la sabiduría, la felicidad, la resiliencia, etc.
    Martin Seligman, Profesor de la Universidad de Pensilvania es considerado el padre de la Psicología Positiva, junto con Peterson editó un manual sobre aquellas características o fortalezas que en la mayoría de las culturas son valoradas positivamente y que si las utilizamos y prestamos atención, nuestro bienestar se incrementa.
    La felicidad es un concepto sobre el que el ser humano ha pensado desde que tiene conciencia, ya Aristóteles o Platón pensaban sobre lo que hace a las personas felices, así que la Psicología Positiva no es un concepto nuevo, es la respuesta de la Psicología a una necesidad social, que es aportar conocimiento científico sobre el bienestar psicológico.
    En los últimos 15 años la Psicología ha evolucionado mucho y la figura del psicólogo ya no sólo tiene como función la de ayudar a personas que tienen un malestar intenso sino que hemos desarrollado modelos sobre cómo sentirnos más felices. Por tanto el psicólogo ya no sólo es alguien a quien voy a contarle mis problemas, es alguien a quien acudo para crecer y fomentar mi bienestar psicológico.


    Vídeo Recomendado: Entrevista Mª José Botía

    – ¿Qué campos de aplicación tiene la Psicología Positiva?

    La Psicología Positiva tiene un amplio campo de aplicación, en el ámbito de la educación , de empresas, del desarrollo personal, del bienestar. Sirve para desarrollar las emociones positivas, fortalezas, el sentido vital, las relaciones constructivas y el logro de quienes quieran conocerla.
    Puedo ponerte un ejemplo. En el ámbito laboral, conocer mi perfil de fortalezas me permite saber aquello en lo que soy realmente bueno y que además me hace disfrutar, eso hace que me desgaste mucho menos, y al cansarme menos me concentro mejor y me siento más comprometido con lo que hago.
    En nuestros centros desarrollamos diversas actividades relacionadas con el bienestar, tanto de crecimiento personal, gimnasio psicológico, programas de bienestar, formación…etc. Todos los que deseen conocer personalmente nuestro centro pueden realizarlo en esta pagina web y solicitar información sobre nuestras actividades para el desarrollo del bienestar.

    – ¿Qué es la Felicidad?¿Cómo se alcanza la Felicidad?

    Es complejo dar una definición universal de felicidad. Podemos decir que es un estado subjetivo de bienestar y satisfacción general con la vida.
    Para alcanzar esa sensación de satisfacción en nuestra vida, es importante rodearnos de relaciones sociales que sean constructivas, sentir emociones positivas, sentirnos satisfechos con los logros obtenidos y luchar por los que deseamos alcanzar, cuidar nuestra alimentación, hacer deporte y planificarnos placeres en nuestra agenda.
    Martin Seligman habla de cinco componentes que tienen presentes las personas que afirman sentirse felices. Este modelo es conocido por el Modelo PERMA. Positive emotion (Emociones positivas): aumentar las emociones positivas en el presente, pasado y futuro. Engagement (Compromiso): se trata de poner en marcha nuestras fortalezas, aquello que se nos da bien y con lo que disfrutamos, con el objetivo de tener momentos de fluir o flow, esos momentos en los que el tiempo pasa volando cuando estamos comprometidos con una tarea. Relationships (Relaciones positivas): dedicar un tiempo a alimentar las relaciones fomenta una sensación de apoyo y compañía que influye directamente en la percepción de bienestar. Meaning (Significado): referente al significado de vida y el desarrollo de objetivos que van mas allá de uno mismo. El sentido vital relacionado con el lugar y la función que ocupo en el mundo Accomplisment (Logro): establecer metas que nos motive a conseguir. Por supuesto los cinco componentes no son ni exhaustivos ni excluyentes, es decir, que se pueden perseguir diversos objetivos y desde distintos lugares.
    En resumen, se trataría de fomentar actividades placenteras que nos permita desarrollar nuestras fortalezas, hacer cosas con las que disfrutamos, llevar a cabo objetivos que den sentido a nuestra vida y darnos algún placer puntual en nuestro día a día.


    Vídeo Recomendado: Instituto Europeo Psicologia Positiva

    – ¿Depende la Felicidad de características personales o sociales?

    La Felicidad depende de varios factores, como la base genética con la que nacemos, viene ya determinado en nosotros y tiene un peso en nuestra felicidad de un 50%. Luego entrarían también nuestras circunstancias personales, culturales, sociales… todo aquello que nos rodea y que no depende únicamente de nosotros el poder cambiar o no la situación. Este factor tiene un peso de un 10%. Y por último estaría nuestra Voluntad, nuestra actitud, acciones que llevamos a cabo para a pesar de las circunstancias…luchar por lo que deseamos y buscar bienestar en nuestras vidas. Este factor tendría un peso de un 40%. Tenemos en nuestras manos una gran oportunidad de conseguir una vida placentera y significativa .

    – ¿Qué relación existe entre la Psicología Positiva y la Felicidad?

    La Psicología Positiva permite centrarnos en aquellas cosas que hacen que nuestra vida merezca la pena. Focalizarnos en nuestras fortalezas y capacidades personales, hacer aquello que se nos da bien y además disfrutamos, tiene un gran efecto sobre nuestra autoestima y sobre nuestra actitud ante situaciones difíciles a las que nos enfrentamos.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Mª José Botía Fernández, Directora del Instituto Europeo de Psicología Positiva en Murcia por habernos acercado a la Psicología Positiva.


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  • ¿Dedicamos más tiempo a la actividad física cuando se está desempleado?

    ¿Dedicamos más tiempo a la actividad física cuando se está desempleado?

    La actividad física, ya sea correr, ir al gimnasio, o simplemente caminar son ejercicios buenos para mantenernos sanos tanto física como mentalmente.

    Dependiendo de la edad así es recomendable realizar la actividad física con mayor o menor intensidad, pero es adecuado practicarlo todos los días.

    Actividad física y psicología

    El «problema» es que a veces no se encuentra el tiempo para ello, debido a las muchas actividades y al poco tiempo libre que deja el trabajo.

    La situación contaría, cuando se está desempleado, es cuando se dispone de «todo el tiempo del mundo» para poder dedicar a las actividades que uno se programe, ya sea en la búsqueda activa de empleo, la formación,…
    Una situación, la del desempleo, que estos últimos años ha ido afectando a más personas, independientemente del país donde se viva tal y como lo muestran en la gráfica interactiva siguiente.

    Una situación, la del desempleo que va a tener importantes implicaciones tanto a nivel profesional, económico e incluso del estado de ánmo de la persona pero ¿Dedicamos más tiempo a la actividad física cuando se está desempleado?


    Vídeo Recomendado: Psicología del Deporte

    Actividad física y salud

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde el Department of Occupational and Public Health Science, University of Gävle, junto con el Department of Health Science, Mid-Sweden University, el Department of Public Health Sciences, Karolinska Institute, el Department of Social Work and Psychology, University of Gävle, el Department of Community Medicine, Gävleborg County Council (Suecia), conjuntamente con el Department of Hygiene and Epidemiology, University of Porto Medical School (Portugal) y el Department of Health Management, Lithuanian University of Health Sciences (Lithuania) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Medical Science and Public Health.
    En el estudioi participó toda la población adulta de la localidad de Gävleborg (Suecia), con edades comprendidas entre los 16 a 84 años.
    Se realizó una encuesta por correo donde debían contestar sobre la actividad física que realizaban, la frecuencia e intensidad de su práctica.
    Igualmente se les preguntó sobre su posición laboral actual, si estaban trabajando o no, su percepción sobre su salud en general, y sobre sus hábitos de consumo de tabaco y alcohol.
    En total se recibieron cuestionarios rellenos de 4.245 habitantes, de los cuales 2.330 eran mujeres, cuyos resultados se dividieron en grupos de edad para su análisis (16–29, 30–44, 45–64, y 65–84).
    Los resultados indican que más de la mitad de los que contestaron (57,2%) no practica ninguna activida física o lo hace de forma reducida.
    Encontrándose diferencia significativa entre los que practica actividad física moderada, entre los que tienen trabajo y los que no; siendo estos últimos, los desempleados los que significativamente realizan menos actividad física moderada.

    Actividad física y desempleo

    Una de las limitaciones de las investigaciones basadas en el uso de la correspondencia, es que no se conoce los criterios por los que las personas no contestan, por ejemplo, una persona enferma, indispuesta o alcohólica puede que no conteste, y por lo tanto está restando información real al estudio.
    Hay que tener en cuenta las características propias de la idiosincrasia e incluso la climatología de la localidad analizada, muy diferente a la que se puede encontrar en otras localidades, por lo que se requiere de nuevos estudios para comprobar si estos resultados se mantienen.
    De mantenerse los resultados anteriores en nuevas investigaciones estaríamos ante una situación peculiar, en donde, las personas desempleadas que son los que más «tiempo libre» disponen y en cambio son los que menos actividad física moderada realizan.
    Máxime cuando esto va a afectar a su estado de ánimo y salud en general, por lo que, y tal y como señalan los autores del estudios, habría que realizar una mayor incidencia por parte de las políticas públicas en fomentar la actividad física especialmente entre este colectivo.
    Hay que tener en cuenta el impacto psicológico de perder el trabajo y en mantener en el desempleo, lo que en ocasiones puede llevar a síntomas depresivos, los cuales pueden ser afrontados con un ejercicio físico moderado, para lo cual la población desempleada tendría que tomar conciencia de dedicar una hora al día aunque sea a camainar con cierta intensidad para mantener su salud física y mental.


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  • Entrevista a D. Blas Ramón Rodríguez sobre la intervención en la discapacidad

    Entrevista a D. Blas Ramón Rodríguez sobre la intervención en la discapacidad


    Entrevista a D. Blas Ramón Rodríguez, licenciado en Psicología. Experto en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud. Especialista en intervención psicológica, psicosocial, socioeducativa y sociolaboral en personas con discapacidad.




    – ¿Qué es la discapacidad intelectual?

    La discapacidad intelectual es un término caracterizado por su constante evolución, tanto en su plano comprensivo, como en lo que respecta a su lenguaje, definición y clasificación. El concepto de discapacidad intelectual toma el relevo al de retraso mental por resultar menos discriminatorio y consiste en una serie de limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa en el entorno en el que se desarrolla la persona afectada. Esta definición que podemos considerar habitual, desde la práctica profesional la hemos de observar desde una perspectiva diferente. La centralidad de todas las acciones relacionadas con las personas con discapacidad en general y con discapacidad intelectual específicamente, se establece en la consideración de que estas personas tienen capacidades diferentes. La intervención psicológica en la discapacidad intelectual pone su foco en las habilidades con las que cuentan en vez de aquellas de las que carecen, para a partir de ellas alcanzar un éxito terapéutico aceptable.

    – ¿Cuáles son las principales demandas de pacientes y familiares con Discapacidad Intelectual?

    Cuando hablamos de intervención psicológica en población con discapacidad intelectual, podemos hacer referencia a dos realidades fundamentalmente: las alteraciones conductuales, trastornos de conducta específicas de esta población, o bien a otro tipo de trastornos psicológicos que no difieren, en realidad, de los que pueden sufrir otras personas del resto de la población, aunque con determinados matices de la realidad concreta del tipo de discapacidad intelectual. Situaciones relacionadas con pobre autoestima, baja tolerancia a la frustración y al estrés, la no aceptación, así como inadecuadas estrategias para afrontar estos conflictos, tanto en personas con discapacidad como en miembros de la unidad familiar o personas muy allegadas. Las secuelas de patología psicológicas de trastorno mental asociadas, los problemas de comunicación y lenguaje, y las dificultades en el desarrollo de habilidades sociales son también demandas de consulta habituales.


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    – ¿En qué consiste la intervención psicológica en la Discapacidad Intelectual?

    Existe debate, o no existe consenso, sobre si las personas con discapacidad son capaces de beneficiarse de las terapias psicológicas individuales. Hablamos de terapias más centradas en el habla y en el análisis de lo que sucede. No existe contraindicación ni evidencia de que una persona con discapacidad intelectual leve o moderada sea incapaz de llevar a cabo con éxito una psicoterapia individualizada, siempre que la persona conozca el propósito de la terapia y esté motivada para llevarla a cabo, ni más ni menos que como le ocurre a casi todo el mundo que acude a los servicios de un psicoterapeuta. Cierto que a días de hoy los tratamientos psicológicos más frecuentemente utilizados con personas con discapacidad intelectual son las terapias conductuales, centradas más en el autoanálisis. El entrenamiento cognitivo, tanto individual como en grupo ha mostrado buenos resultados en estas personas en los casos de trastornos del ánimo, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo. Pueden ser también de enorme utilidad las terapias familiares, en las que se den pautas a los miembros que conviven con la persona en el hogar. En todas ellas, es muy recomendable que también se trabaje en el hogar o, al menos, en aquellos lugares en los que se den los comportamientos que queremos tratar. El aprendizaje de técnicas de autocontrol es eficaz para el control de comportamientos agresivos y conductas autolesivas.
    Es muy importante que los psicólogos que abordan tratamientos relacionados con personas con discapacidad tengan presente que se trata de un trabajo de carácter multidisciplinar y, en consecuencia, su intervención deber tener en cuenta esta necesidad de abordaje de los problemas que afectan a estas personas, y que es en el marco de esa atención integral donde adquiere importancia la atención psicológica debido a que ésta adquiere su mayor desarrollo en la potenciación del desarrollo y autonomía personal de estos discapacitados.
    Cabe añadir aquí que la intervención psicológica en este ámbito ha de alcanzar a la persona con discapacidad y a todos los que se relacionan con ellas, si bien ya comentamos a la familia, queda por añadir a los cuidadores, monitores y otros profesionales, más desde un plano preventivo-formativo que psicoterapéutico, a fin de que puedan contar con estrategias y herramientas que mejoren su desempeño. El síndrome de Burnout es algo real que se produce especialmente en los profesionales que trabajan con discapacitados severos, principalmente.

    – ¿Cómo se estructuran las sesiones en la intervención psicológica en la Discapacidad Intelectual?

    En la psicoterapia de personas con discapacidad se deben esperar siempre resultados a medio y largo plazo. Para alcanzar nuestros objetivos la psicoterapia con personas con discapacidad intelectual debe estructurarse básicamente como lo hacemos para personas sin discapacidad intelectual en el sentido de su temporalización. Para ello estructuraremos la intervención en sesiones de evaluación que nos permita establecer un plan de tratamiento individualizado (consensuado a partir de un enfoque multi e interdisciplinar), tratamiento con sesiones para casa, ya que la participación familiar es imprescindible, comprende el mayor número de sesiones, y finalmente, sesiones de seguimiento para consolidar los aprendizajes y que el paciente los incorpore definitivamente a su vida diaria. En esta fase, en la terapia con personas con discapacidad, las sesiones no deberán ser tan espaciadas como ocurriría en un seguimiento de la terapia en otro tipo de pacientes.
    Hasta aquí todo es bastante similar a la práctica común con todos sus matices. Sin embargo, en las sesiones con personas con discapacidad suele ser necesario utilizar con frecuencia estilos de comunicación total, capaces de captar toda su atención. Para conseguir este propósito el profesional deberá ser más enfático, capaz de utilizar a la vez varias formas de emisión de un mensaje. Implica la utilización de palabras concretas, frases cortas, posturas y construcciones de comunicación propias del estilo oral o gestual de la persona con discapacidad tratada.

    – ¿Durante cuánto tiempo se ha de seguir la intervención psicológica en la Discapacidad Intelectual?

    Generar en la persona con discapacidad intelectual una percepción positiva de la propia vida puede ser cuestión de poco tiempo o llevar largos meses de trabajo. De igual manera, identificar el estilo de vida y los factores que contribuyen a la conducta problemática, así como valorar las oportunidades de la persona para elegir, decidir y participar en la dinámica del entorno físico y psicosocial, y establecer finalmente una relación positiva con la persona que facilite el éxito de una intervención terapéutica requiere también tiempo. A partir de ahí, los tiempos de la intervención varían en función de las capacidades desarrolladas por la persona con discapacidad. Es, como en cualquier otra psicoterapia, algo variable, pero a diferencia de aquellas la mayoría requieren algunos años de tratamiento. Hay que tener en cuenta que el tránsito de la insolvencia a la capacitación emocional, instrumental y social, apoyada en la construcción de una autocrítica que permita al sujeto dejar de escapar compulsivamente y defensivamente de los problemas que se le plantean, enfrentándolos resolutivamente, es más angosto y largo que en la mayoría de los pacientes que nos visitan en consulta. La construcción del vínculo terapéutico requiere, además, las características y habilidades de autenticidad, aceptación y empatía del profesional han de estar especialmente visibles y accesibles.


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    – ¿Cuáles son las principales dificultades que surgen en la intervención psicológica en la Discapacidad Intelectual?

    En primer lugar hay que hacer referencia a esa frustración generada por las dificultades o los obstáculos que son de difícil resolución para las personas con discapacidad, y que tienen que ver más con las situaciones de discriminación que con las propias capacidades de estas personas. Es decir, lo más discapacitante no es la deficiencia que origina una determinada discapacidad, sino el entorno en el que estas personas se desarrollan, tanto social como, en algunas ocasiones, familiar. Las deficiencias en las condiciones ambientales, en cuanto a carencias de oportunidades, estrategias de enseñanza no ajustadas o el pobre acceso a contextos atractivos para estas personas, son situaciones que aumentan la dificultad del tratamiento psicológico. Hablamos de la asociación entre ambientes deficientes en el ámbito social, laboral, formativo, lúdico y afectivo y conducta problemática de la personas con discapacidad. Por otro lado es indudable el hándicap que suponen las dificultades de adaptación y comunicación de muchas de las personas con discapacidad intelectual.

    – ¿Cuáles son los objetivos alcanzables con la intervención psicológica en la Discapacidad Intelectual?

    Sin duda, la mejora de su autoestima, la adquisición de una mayor capacidad para la toma de decisiones, adquirir mejor confianza en sí mismos, afrontar con más seguridad sus experiencias, aceptar mejor sus actitudes hacia los otros interactuando de forma satisfactoria con ellos, tolerar mejor la frustración generada por las dificultades, la discriminación y otros muchos obstáculos de difícil resolución, disminuir las respuestas defensivas y(/o reactivas, mejorar su capacidad de enfrentar situaciones nuevas con actitudes originales y creativas, o lograr una mayor adaptación al medio y a la realidad que le toca vivir. En los casos en que el/la paciente tenga asociado un trastorno mental, es muy importante actuar para prevenir el abandono del tratamiento, tanto farmacológico como psicoterapéutico consecuencia de un adecuado diagnóstico psiquiátrico-psicológico. Cabe señalar que el tratamiento farmacológico ni es la primera ni es la única terapia.




    Blas Ramón Rodríguez

    Desde aquí mi agradecimiento a D. VBlas Ramón Rodríguez, Psicoterapia en la discapacidad intelectual: individual y familiar en Gabinete de Psicoterapia VIS à VIS, por acercarnos a la realidad de la intervención en en personas con discapacidad.

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