Categoría: Psicología de la Felicidad o Psicologia Positiva

Temática de la Psicología de la Felicidad

  • La ortorexia y la obsesión por la alimentación saludable

    La ortorexia y la obsesión por la alimentación saludable

    Una alimentación equilibrada es algo necesario para nuestra salud, pero también puede convertirse en fuente de enfermedad si se convierte en una ortorexia.

    Ortorexia

    Cuando uno piensa en trastornos de alimentación, seguramente piense en anorexia o un poco menos conocido la bulimia, pero es difícil que piense en ortorexia, ya que digo término es relativamente frecuente, y hace referencia a un trastorno obsesivo compulsivo por lo que una persona se obsesiona con la «comida sana». Un trastorno cada vez más frecuente en los países occidentales donde se da mayor valor a la imagen exterior y a la «salud interna».
    La ortorexia que afecta principalmente a las mujeres y a los adolescentes, se inicia por una concienciación sobre la vida y comida, donde se va modificando poco a poco la vida incorporando ejercicios moderados diarios, practicas de yoga o meditación, eliminando de la alimentación las carnes rojas o grasas, para ir poco a por ir siendo más «selecto» a la hora de escoger lo que se come.



    Pero cuando se aumenta esa «preocupación» rechazando cualquier alimento que contenga productos adictivos, conservantes o adictivos, buscando que sean siempre naturales, probióticos o ecológicos, provoca que comer fuera de casa, ya sea con amigos o compañeros de trabajo, pueda provocar una situación de estrés, debido a que no se «fija» de lo que ponen en los restaurantes, lo que va a facilitar el aislamiento social.
    Pero como cualquier otra obsesión se caracteriza por un exceso de preocupación por aquello que es objeto de la obsesión, dedicándole demasiado tiempo a pensar en la comida sana, «perdiendo» mucho tiempo a la hora de realizar las compras, mirando y comparando las distintas etiquetas de todos los productos que van a comprar, buscando y rebuscando entre la oferta que hay gastando para ello también mucho dinero para conseguir el que cree «necesario» para su cuerpo.
    Además de los síntomas y consecuencias anteriores, en cuanto a tiempo y dinero, una alimentación «excesivamente sana», puede provocar que se dejen de ingerir determinadas sustancias, lo que va a facilitar situaciones de anemias; ya que estas personas tienen creencias «incorrectas» al no tener conocimientos específicos sobre dietas, sino que se rigen por lo que escuchan y leen sin un conocimiento específico adecuado, además de promover el aislamiento.
    Un porcentaje de casos de ortorexia proviene de pacientes que han superado otros trastornos de la alimentación tal y como es la anorexia, donde se educa al paciente a alimentarse de forma sana y a ser «estricto» en su seguimiento, lo que hace que la persona pueda «dar un paso más» y llegarse a obsesionar en ese cumplimiento, saliendo de un trastorno de la alimentación para entrarse en otro.
    La mayor dificultad de este trastorno es que ha sido definido hace poco tiempo, por lo que apenas existen estudios al respecto, tanto en lo que respecto al diagnóstico de éste trastorno como a su tratamiento.

    Obsesión comida

    Un reciente trabajo realizado conjuntamente por las universidad de University of South Australia (Australia), Texas A&M University y Dickinson College (EE.UU.) publicado en The International Journal of Educational and Psychological Assessment aborda ésta problemática diseñando un cuestionario para detectar los síntomas más comunes y con ello poder establecer un adecuado diagnóstico.

    Comida sana

    Herramienta que una vez validado, ha de ser administrada en distintas poblaciones dianas para tener una base suficiente para aplicar, de forma que se pueda estandarizar, con lo que poder realizar estadística nacionales e internacionales.
    Se ha diseñado un cuestionario breve de 21 items, donde se evalúan tres dimensiones: conocimiento sobre alimentación saludable, problemas asociados a la alimentación saludable y sentimientos positivos sobre la alimentación saludable.
    El estudio preliminar cuenta con suficiente validez internar y ecológica, pero falta que otros países adapten estos estudios con lo que detectar nuevos casos de pacientes, ya que cuanto antes se detecte antes se puede intervenir y ayudar así a superar éste trastorno de alimentación.

  • ¿Cómo afecta a la mujer el paso a ser madre de un bebé?

    ¿Cómo afecta a la mujer el paso a ser madre de un bebé?

    Uno de los pasos más importantes de la mujer es cuando se convierte en madre, un estudio analiza cómo afecta a su satisfacción personal y salud psicológica.
    El ser humano a diferencia de otras especies animales, tiene un ciclo gestacional de 9 meses, en el que el neonato se va desarrollando dentro de la barriga de la futura mamá, después de muchos registros hoy en día desde la biología y la neurociencia se puede determinar el avance en el desarrollo semana a semana, siendo todas necesarias para afrontar el momento del nacimiento. Eso no quiere decir, que tras el parto, o la cesárea cuando sea necesario, el bebé ya estará totalmente formado, ya que su sistema neurológico va a seguir madurando aún después de cortar el cordón umbilical.
    La madre por su parte va a sufrir importantes cambios durante los meses de gestación, en que va preparando a su cuerpo para el parto, tras lo cual debe de pasar el puerperio, en el que reacomodarse los órganos de la madre a la situación previa al embarazado, período que se suele extender de 6 a 8 semanas después de haber dado a luz.
    Pero en ocasiones, por problemas en la madre o en el propio neonato, se produce una situación de «embarazado forzado» o cesárea antes de las 37 semanas de gestación, en estos casos se les denomina a los bebés prematuros. Los bebés en estos casos suelen ser de menor tamaño debido a la falta de maduración necesaria que abría tenido si hubiese estado las 40 semanas.



    Esta interrupción del proceso normal de desarrollo por parte del bebé hace que los neonatos tenga una serie de características como: piel delgada, con menos grasa corporal, con tono muscular débil, problemas respiratorios debido a que el sistema respiratorio no ha terminado de madurar, con dificultades para succionar y de alimentarse.
    Un proceso que no hace sino dificultar en algunos la tarea del cambio de mentalidad de mujer a madre que ha de asumir la recientemente parturienta, proceso que es más «impactante» cuando se es primeriza, es decir, no se tiene experiencia previa tanto del tránsito del embarazado, del parto ni de los sucesivos pasos de crianza. De ahí que sea importante la investigación sobre la salud física y psicológica de la madre, ya que va a ser ella la encargada del cuidado y atención, sobre todo de los primeros meses y años del bebé, hasta que éste vaya adquiriendo habilidades y desarrollo suficiente para ser «independiente».

    En un reciente estudio realizado conjuntamente por Università degli Studi di Milano y Ospedale “Luigi Sacco” (Italia) publicado en Terapia Psicológica se analiza longitudinalmente las percepciones sobre la salud física y mental de las mujeres parturientas.
    En éste trabajo participaron diecinueve mujeres a las cuales se las encuestó a la semana 22 y 6 meses después del parto, en donde se observó cómo afecta estos cambios físicos y las nuevas demandas como madre en su salud. El trabajo presentado pertenece a un estudio mayor donde se estudia multitud de factores psicológicos y clínicos que tienen que ver precisamente con éste cambio y con la salud de la madre y del bebé, en su adaptación mutua.
    En ésta ocasión se les entrevistó a las participantes para preguntarles sobre su satisfacción personal, así como sobre la salud psicológica para evaluar algún elemento que pueda servir de predicción para la presencia de la depresión post-parto, que afecta a una de cada diez mujeres parturientas.
    Los resultados muestran un impacto positivo a nivel de satisfacción personal percibida, tanto como madre, como parte de la unidad familiar que ahora tiene un nuevo miembro, sobre todo cuando había recibido el apoyo de su pareja.
    Con respecto a la salud psicológica de la madre, no se observó ningún cambio significativo desde la situación previa a tras haber tenido el bebé, por lo que a pesar de los cambios personales, físicos y psicológicos, así como la presión que supone tener que cuidar y atender un nuevo bebé, no parece que esto ejerza ninguna carga «insuperable» que le pueda provocar o desencadenar una alteración significativa en la salud mental de la madre.
    Queda todavía sin explicar la presencia de los casos de depresión post-parto debido, probablemente al escaso número de participantes, ya que en un estudio más grande sí se podrían encontrar estas diferencias con respecto a la salud psicológica, antes y después de haber sido madre.

  • ¿Eres sensible a sufrir el síndrome de Burnout?

    ¿Eres sensible a sufrir el síndrome de Burnout?

    El síndrome de Burnout se define desgaste profesional, debido a causas asociadas al estrés, un reciente estudio lo relaciona con factores de personalidad.

    Síndrome de Burnout

    No te has sentido abatido y sin ganas para levantarte a trabajar, terminas agotado y todavía es lunes, puede que hayas vivido estos síntomas y no sepas que puedes estar sufriendo el síndrome de Burnout o de desgaste profesional, una realidad que cuesta miles de dolares a las empresas por las continuas y repetidas bajas de sus trabajadores que deben ser sustituidos por otros eventuales.
    Entre sus síntomas está la fatiga crónica, unido a un sentimiento de incompetencia, con anhedonía, es decir que ya no encuentra interesante aquello que antes le motivaba, con sensación de faltarle tiempo y de «no llegar» a cumplir con las tareas.

    Desde de punto de vista psicosomático, el mantenimiento crónico del estrés dado por la situación laboral va a conllevar una serie de riesgos para la salud de la persona asociado a altos niveles de cortisol (hormona del estrés), que se va a traducir en dificultades para dormir, agotamiento, irritabilidad, pero también aparición o agravamiento de dolencias, molestias y otras patologías psicosomáticas, debido a que mientras está activo el estrés, están inactivos el sistema inmune y otros del organismo considerados «innecesarios» para la respuesta requerida por el organismo.
    Aclarar que existen puestos que conllevan mayor carga de estrés, sobre todo cuando estos son de cara al público o que tienen literalmente la vida de otros en tus manos, tal y como son los controladores aéreos, pero también los pilotos, conductores de trenes o autobús. Pero no sólo los trabajos que conllevan mayor carga o responsabilidad, también y paradójicamente, aquellos más monótonos y repetitivos, que apenas requieren de esfuerzos ni atención, precisamente por el sinsentido y tedioso de su labor, puede llevar a desencadenar un síndrome de Burnout.
    Al respecto ha avanzado mucho la legislación laboral estableciendo límites en cuanto a jornadas trabajo y de descanso, así como horas máximas seguidas de trabajo, garantizando de ésta forma que la persona esté en condiciones lo más óptimas posibles para realizar éste tipo de trabajos de tanta responsabilidad.
    Otras profesiones que sufren de estrés crónico asociado a su puesto son los docentes, que tienen que «lidiar» con sus alumnos todos los días, especialmente cuando estos son adolescentes y el personal sanitario, máxime cuando se trata de profesionales que atienden las urgencias o son los encargados de realizar las operaciones, pero también enfermeros, celadores y psicólogos, que tienen que estar atendiendo constantemente al público.

    Indicar que a pesar de mostrar síntomas similares a los de Moobing o Acoso Laboral, en donde se produce un estrés crónico y con ello consecuencias semejantes en la salud, la motivación de uno u otro son completamente diferentes. En el síndrome de Burnout, es el propio trabajo, cómo está configurado en cuanto a duración y turnos, o las exigencias de efectividad y eficacia asociados al puesto, lo que lleva a dicho agotamiento. En cambio en el caso del Moobing, existe una intención, por parte de un jefe o un compañero, por «hacerle la vida imposible», «atacándole» para forzarle a que deje su puesto, utilizando para ello cualquier tipo de «argucia» que va a traer como consecuencia síntomas similares asociados también al estrés.
    Igualmente es conveniente recordar que el estrés por sí no es malo, ya que sirve al organismo para prepararse para dar la respuesta oportuna demandada en cada momento, pero si esta se mantiene durante demasiado tiempo y se convierte en crónica es cuando va a traer consecuencias a medio y largo plazo, en forma de enfermedades psicosomáticas, ¿Pero por qué uno enferma en su puesto de trabajo y su compañero no?



    Acoso escolar

    A ésta pregunta ha tratado de dar respuesta un estudio realizado por Yanbu University College (Arabia Saudi) recientemente publicado en International Journal of Academic Research in Business and Social Sciences. En éste estudio se evalúan distintos factores de personalidad para compararlo con los niveles de Burnout encontrados entre el personal sanitario de los hospitales privados.
    En el estudio participaron 90 profesionales de la salud en donde completaron el cuestionario para evaluar la presencia de síndrome de Burnout y otro de personalidad, en concreto el Big Five, donde se evalúa cinco grandes factores como son, Extraversión, Apertura a la experiencia, Responsabilidad, Amabilidad y Estabilidad Emocional o Neuroticismo.
    Los resultados del estudio concluyen que entre el personal sanitario que mostraron más síntomas del síndrome de Burout, se correlacionaba con rasgos de personalidad, bajos niveles de neuroticismo (mostrándose ansiosos, depresivos, inestables emocionales, impulsivos y vulnerables) y altos de responsabilidad (siendo planificados, ordenados, orientados al logro, con alto auto-control y sentido del deber).

    Acoso laboral

    Esto es, aquellas personas que de por sí, son más responsables e implicados en lo que hacen, buscando con ello el éxito profesional y personal, pero que son inestables emocionales, impulsivos y con tendencia a la depresión, son precisamente éstas personas las más expuestos a sufrir el síndrome de Burnout, en aquellos puestos que requieren de gran dedicación en cuanto a tiempo y esfuerzo, con un trabajo continuado de cara al público, y de cuyo resultado en muchos casos depende la vida de otras personas, y además debe mostrar una escasa implicación emocional, como es el caso del personal sanitario.


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  • ¿Diabetes causado por azúcar emocional?

    ¿Diabetes causado por azúcar emocional?






    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo


    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo

    Las emociones y el estrés juegan un papel crucial en la salud, especialmente en enfermedades crónicas como la diabetes. Este artículo explora en profundidad la compleja relación entre las emociones, el estrés y la diabetes, ofreciendo una visión integral de sus interacciones y consecuencias.

    1. Las Enfermedades Psicosomáticas y la Diabetes

    Las enfermedades psicosomáticas son aquellas en las que los factores psicológicos juegan un papel significativo en el inicio, curso y exacerbación de los síntomas físicos. La diabetes, aunque tiene una base fisiológica clara, puede ser fuertemente influenciada por factores psicológicos y emocionales.

    1.1 Definición y tipos de enfermedades psicosomáticas

    Las enfermedades psicosomáticas se clasifican generalmente en tres categorías:

    • Trastornos psicofisiológicos: Donde el estrés y las emociones afectan directamente la función corporal (ej. hipertensión, úlceras).
    • Trastornos de conversión: Donde los síntomas físicos representan conflictos psicológicos inconscientes.
    • Trastornos somatomorfos: Donde hay quejas físicas sin una base orgánica identificable.

    1.2 La diabetes como enfermedad psicosomática

    Aunque la diabetes tiene una base fisiológica clara, varios estudios han demostrado que los factores psicológicos pueden influir significativamente en su desarrollo y progresión:

    • El estrés crónico puede aumentar la resistencia a la insulina.
    • Las emociones intensas pueden alterar los niveles de glucosa en sangre.
    • La depresión y la ansiedad son más comunes en personas con diabetes y pueden afectar el manejo de la enfermedad.

    2. El Concepto de «Azúcar Emocional»

    El término «azúcar emocional» se refiere a la fluctuación de los niveles de glucosa en sangre que no se debe a causas dietéticas o metabólicas directas, sino a la influencia de las emociones y el estrés.

    2.1 Mecanismos fisiológicos del azúcar emocional

    El azúcar emocional se produce a través de varios mecanismos:

    • Activación del eje HPA: El estrés activa el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal, liberando cortisol que aumenta la glucosa en sangre.
    • Sistema nervioso simpático: La activación del «modo de lucha o huida» aumenta la producción de glucosa hepática y disminuye la sensibilidad a la insulina.
    • Alteración de hábitos: El estrés puede llevar a cambios en la dieta y el ejercicio que afectan indirectamente los niveles de glucosa.

    Dato importante

    Un estudio publicado en el «Journal of Diabetes Science and Technology» en 2022 encontró que el estrés agudo puede aumentar los niveles de glucosa en sangre hasta un 40% en personas con diabetes tipo 2, incluso sin cambios en la dieta o medicación.

    2.2 Impacto a largo plazo del azúcar emocional

    La exposición prolongada al azúcar emocional puede tener consecuencias significativas:

    • Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas predispuestas.
    • Dificultad en el control glicémico para personas ya diagnosticadas con diabetes.
    • Aumento del riesgo de complicaciones diabéticas a largo plazo.

    3. Estrés y Diabetes: Datos Estadísticos y Estudios Recientes

    3.1 Prevalencia del estrés en pacientes diabéticos

    Varios estudios han investigado la relación entre el estrés y la diabetes. Aquí presentamos algunos datos relevantes:

    3.2 Impacto del estrés en el control glicémico

    Un metaanálisis publicado en la revista «Diabetes Care» en 2023 analizó 45 estudios sobre el impacto del estrés en el control glicémico:

    • El estrés crónico se asoció con un aumento promedio de 0.7% en la HbA1c.
    • Pacientes con altos niveles de estrés tenían un 32% más de probabilidades de tener un control glicémico deficiente.
    • Las intervenciones de manejo del estrés mostraron una reducción promedio de 0.5% en la HbA1c.

    3.3 Tipos de personalidad y riesgo de diabetes

    El estudio de la Universidad de Bharathiar mencionado anteriormente encontró una relación entre ciertos tipos de personalidad y la diabetes:

    Tipo de Personalidad Prevalencia en Pacientes Diabéticos Prevalencia en Grupo Control
    Tipo A (competitivo, impaciente) 65% 35%
    Tipo B (relajado, paciente) 25% 45%
    Tipo C (supresión emocional) 10% 20%

    4. Mecanismos Biológicos que Conectan el Estrés y la Diabetes

    4.1 El eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HPA)

    El eje HPA es fundamental en la respuesta al estrés y tiene implicaciones directas en la regulación de la glucosa:

    • Cortisol: Hormona del estrés que aumenta la gluconeogénesis y reduce la sensibilidad a la insulina.
    • Hormona del crecimiento: Aumenta durante el estrés, antagonizando los efectos de la insulina.
    • Catecolaminas: Adrenalina y noradrenalina que incrementan la glucosa en sangre.

    4.2 Inflamación crónica

    El estrés crónico puede llevar a un estado de inflamación de bajo grado, que está implicado en la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2.

    4.3 Alteraciones en el microbioma intestinal

    Estudios recientes han mostrado que el estrés puede alterar la composición del microbioma intestinal, lo cual se ha relacionado con cambios en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.

    Investigación Reciente

    Un estudio publicado en «Cell Metabolism» en 2024 encontró que el estrés crónico altera específicamente la población de bacterias productoras de butirato en el intestino, lo cual se correlacionó con una disminución en la sensibilidad a la insulina en modelos animales.

    5. Estrategias Integrales para el Manejo del Estrés en Pacientes Diabéticos

    5.1 Intervenciones psicológicas

    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al estrés.
    • Mindfulness y meditación: Técnicas que han mostrado reducir el estrés y mejorar el control glicémico.
    • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Enfoque que combina la aceptación y la atención plena con estrategias de cambio de comportamiento.

    5.2 Modificaciones del estilo de vida

    • Ejercicio regular: Además de sus beneficios metabólicos directos, el ejercicio es un potente reductor del estrés.
    • Técnicas de relajación: Yoga, tai chi, respiración profunda, etc.
    • Mejora del sueño: El sueño adecuado es crucial para la regulación del estrés y el metabolismo.

    5.3 Apoyo social y educación

    • Grupos de apoyo: Compartir experiencias con otros pacientes puede reducir el estrés y mejorar el manejo de la diabetes.
    • Educación en diabetes: Un mejor entendimiento de la enfermedad puede reducir la ansiedad y mejorar el autocontrol.
    • Terapia familiar: Involucrar a la familia en el manejo de la diabetes puede mejorar el apoyo y reducir el estrés.

    5.4 Manejo farmacológico del estrés

    En algunos casos, puede ser necesario considerar intervenciones farmacológicas para manejar el estrés o la ansiedad asociada a la diabetes:

    • Antidepresivos (especialmente ISRS) para la depresión comórbida.
    • Ansiolíticos para el manejo a corto plazo de la ansiedad severa.
    • Betabloqueantes para síntomas físicos de ansiedad que pueden afectar el control glicémico.

    Nota: El uso de medicamentos para el manejo del estrés debe ser cuidadosamente evaluado y monitoreado por un profesional de la salud, considerando su potencial impacto en el control de la diabetes.

    6. Investigaciones Futuras y Direcciones Prometedoras

    6.1 Biomarcadores de estrés y control glicémico

    Se están investigando nuevos biomarcadores que podrían proporcionar una medida más precisa del estrés crónico y su impacto en el control glicémico:

    • Análisis de cortisol en pelo para medir el estrés a largo plazo.
    • Marcadores de variabilidad de la frecuencia cardíaca como indicadores de estrés crónico.
    • Perfiles de microARN circulantes como posibles biomarcadores de estrés y resistencia a la insulina.

    6.2 Intervenciones tecnológicas

    La tecnología está abriendo nuevas vías para el manejo del estrés en pacientes diabéticos:

    • Aplicaciones móviles que integran monitoreo de glucosa con técnicas de manejo del estrés.
    • Dispositivos wearables que detectan niveles de estrés y proporcionan intervenciones en tiempo real.
    • Terapias de realidad virtual para reducción del estrés y educación en diabetes.

    6.3 Medicina personalizada

    El futuro del manejo del estrés en la diabetes podría incluir enfoques altamente personalizados:

    • Perfiles genéticos para identificar individuos más susceptibles al estrés y sus efectos metabólicos.
    • Algoritmos de aprendizaje automático para predecir fluctuaciones de glucosa basadas en patrones de estrés individuales.
    • Terapias adaptativas que ajustan las intervenciones basándose en la respuesta individual al estrés.

    Investigación Innovadora

    Un equipo de la Universidad de Stanford está desarrollando un «páncreas artificial» que no solo monitorea los niveles de glucosa, sino que también incorpora sensores de estrés para ajustar la liberación de insulina en tiempo real basándose en los niveles de estrés del paciente.

    7. Conclusiones

    La relación entre las emociones, el estrés y la diabetes es compleja y multifacética. A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo los factores psicológicos pueden influir significativamente en el desarrollo, progresión y manejo de la diabetes. Puntos clave a recordar:

    • El estrés crónico y las emociones intensas pueden afectar directamente los niveles de glucosa en sangre a través de mecanismos fisiológicos como el eje HPA y el sistema nervioso simpático.
    • El concepto de «azúcar emocional» resalta la importancia de considerar los factores psicológicos en el control glicémico.
    • Estudios recientes han demostrado una fuerte correlación entre altos niveles de estrés y un peor control de la diabetes.
    • Las intervenciones para el manejo del estrés, desde técnicas psicológicas hasta modificaciones del estilo de vida, pueden tener un impacto significativo en el control de la diabetes.
    • Las investigaciones futuras prometen enfoques más personalizados y tecnológicamente avanzados para abordar la interacción entre estrés y diabetes.

    En conclusión, un enfoque holístico que aborde tanto los aspectos fisiológicos como psicológicos de la diabetes es esencial para un manejo óptimo de la enfermedad. A medida que nuestra comprensión de la interacción entre mente y cuerpo continúa evolucionando, es probable que veamos avances significativos en el tratamiento integral de la diabetes en los próximos años.



  • ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    El mundo emocional juega un papel destacado en cómo sentimos y padecemos, pero las emociones negativas nos va a hacernos enfermar cuando estas se anquilosa.

    Los sentimientos internos, de activación, como euforia o rabia, van a sobreexcitar al organismo modificando su nivel basal de reposo, haciendo que pensemos y nos comportemos de forma distinta a cómo lo solemos hacer; igualmente sentimientos de desactivación como el duelo o la tristeza, van a reducir la actividad del organismo, modificando igualmente nuestros pensamientos y conducta.
    Modificaciones por activa o pasiva, que pueden acarrear cambios en los niveles de ansiedad, la respiración, el dolor y el tono muscular, lo que a su vez va a tener efectos sobre el ciclo de sueño o el sistema inmunitario, por lo que si se trata de algo transitorio no va a tener mayores consecuencias, pero si éstas emociones se mantienen pueden acarrear problemas psicosomáticos producidos y motivados por el sistema límbico.,
    Así una situación de dolor psicológico (duelo) o depresión, puede desencadenar estados ansiosos puntuales, pero normalmente se caracterizará por un estado decaído, respiración superficial y enlentecida, próxima al de la melancolía, con hipersensibilidad a los estímulos externos, como la luz, los sonidos y también al dolor, sintiéndolos estos como más intensos, estando más sensibles a cualquier “agresión” externa, también se va a perder el interés por cualquier actividad física, mostrando un tono muscular decaído y flácido.
    El sueño se va a ver entorpecido por pensamientos de culpa e inutilidad que acompañan a estos estados, con recuerdos sobre las circunstancias que han motivado ese duelo o depresión, con “rumiación mental” donde se repiten una y otra vez los mismos pensamientos negativos, todo lo cual va a impedir que se duerma bien, perjudicando en cantidad y en calidad el sueño, lo que entre otros va a reducir el funcionamiento del sistema inmune que no va a poder realizar sus funciones durante la noche. Situación que si se mantiene demasiado tiempo va a afectar a todos los órdenes del organismo, empezando por el sistema inmunitario.



    Una emoción de euforia o ira, va a expresarse con altos niveles de estrés, lo que va a proporcionar una “falsa” claridad de pensamiento, sintiendo que “ahora lo entiende todo”, y que puede tomar cualquier decisión sin errar. En estos estados se produce una hiperventilación, aumentando los niveles de oxígeno en sangre, con una respiración acelerada y superficial, donde se da un “estrechamiento” atencional, perdiendo mucha información que en un estado de ánimo normal le puede resultar interesante, descartando todo aquello que no sea “su objetivo”, con reducción de la sensibilidad al dolor, tanto físico como psicológico, con una sobreactivación de la tonalidad muscular, lo que le permite no “estarse quieto” y tener que deambular de un lugar a otro.
    Al tener altos niveles de estrés, el sueño se va a ver perjudicado tanto en cantidad como en calidad, debido a esa sobreactivación, lo que va a reducir la posibilidad de “trabajo” por parte del sistema inmune y con ello recuperarse de las heridas y facilitar el aprendizaje.
    Si se mantiene ésta situación, va a facilitar las infecciones al tener debilitado el sistema inmune, así como generar un agotamiento progresivo de los recursos del organismo, dado los altos niveles de ansiedad y por tanto de colesterol en sangre.
    La atrofia del sistema límbico, va a “descolorear” la vida de la persona, no sólo en el aspecto emocional, sino en todos los ámbitos. Lo que hay que distinguir de las personas con altos niveles de Alexitimia, que van a tener dificultades en relacionarse, en tomar decisiones, en conocer qué siente su propio cuerpo y los demás, lo que le va a convertir en un “incompetente” social, ya que el resto de las personas de su alrededor van a manejarse por claves emocionales, que él va a ser incapaz de “ver” ni de procesar, mostrándose frío y distante.
    Éste tipo de personas van a tener un correcto funcionamiento del sistema límbico, lo que sucede es que no han aprendido a “ponerlo en valor” o simplemente se ha “desecho” de su mundo emocional por considerarlo una “debilidad” o algo inútil.
    La toma de decisiones de éstas personas, sería lo más parecido a las decisiones lógicas, frías y calculadas, las que a todos nos convendrían y que escasamente tomamos, basadas en cálculos de pros y contras, donde aquella columna que más sume, se convierte en la decisión óptima, sin dar pie a la improvisación.
    Son personas que les da lo mismo aprender una receta de cocina, que un libro de derecho, que una novela “rosa”, ya que su vivencia va a ser la misma. Con marcados rasgos de personalidad encuadrados dentro del tipo D, hiperactivas, autoexigentes y con baja autoesitma.
    Pero estas personas lejos de “vivir sin emociones”, como cabría pensar, lo que sufren es una “desconexión” entre el mundo emocional interno y su expresión externa, con lo que el cuerpo se va a convertir en el vehículo a través del cual dar salida a dichas emociones, produciéndose una somatización de las mismas.
    Mostrando una mayor probabilidad de padecer llegar a enfermar psicosomáticamente, como la colitis ulcerosa, úlceras péptidas, trastornos vasculares como hipertensión o cardiopatías isquémicas, además de trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
    Y todo ello precisamente por su incapacidad de darle salida por otros medios, como la palabra, la escritura, o simplemente “rompiendo a llorar”.
    Un reciente estudio realizado por la Banaras Hindu University (India) publicado en SIS Journal of Projective Psychology and Mental Health, analiza la relación entre la salud y la alexitimia. Para lo cual analizaron a 150 adultos donde se evaluaba la alexitimia, la salud mental y las vivencias de emociones positivas y negativas.
    Los resultados indican que altos niveles de alexitimia están relacionados con una mayor probabilidad de enfermar con trastornos psicológicos, explicado en parte, por el componente de anhedonía de la propia alexitimia, con el que se pierde la vivencia positiva de las emociones, favoreciendo de ésta forma mayores experiencias negativas.




  • ¿Cómo superar la pérdida de un padre o una madre?

    ¿Cómo superar la pérdida de un padre o una madre?

    Normalmente cuando se habla e dolor se piensa en el dolor “físico”, es decir, aquel que tiene una causa externa, percibida a través de los sentidos, y transmitida al cerebro para su procesamiento, pero existe otro dolor, de origen psicológico, denominado duelo.

    Ante la pérdida del Padre

    El duelo, que experimenta una persona cuando pierde a alguien o algo querido, cuanto mayor sea la proximidad física y emocional hacia esa persona, o la estima que se le tiene a ese objeto, mayor efecto tendrá sobre sus emociones. Es cierto, que “no se puede comparar” la pérdida de un familiar, con la de un perro, o la de un juguete que se tenía desde pequeño, pero la vivencia psicológica puede ser igual de intensa en los tres casos, ya que depende del cariño que se le tuviese.
    El “dolor” que se siente es tan profundo que puede llegar a ser incapacitante, lo que además va a ir acompañado de un estado de ánimo decaído, con pérdida de interés por las actividades que antes le resultaban “placenteras”, buscando el aislamiento y el distanciamiento de los demás, especialmente de aquellos que “le recuerden” la pérdida, llegando en ocasiones a querer cambiar de lugar de vivir para evitar encontrarse con “sus recuerdos”.
    Quizás los “dolores” más intensos para los hijos, provenga de la pérdida de sus progenitores, especialmente de la madre, ya que es sobre dicha figura donde recaen las tareas de atención, protección, alimentación y cuidado, además de ser la primera figura de apego.


    Vídeo recomendado: Programa Hoy – Pasos practicos para superar un duelo

    Ante la pérdida de la Madre

    Para lograr superar el “tránsito” del duelo, hay que ir pasando por una serie de etapas, que van a conducir al “superviviente” a aceptar su “nueva condición”, sabiendo que esa persona querida que ha pasado por su vida, nunca dejará de estar presente de una forma u otra. Según Kübler-Ross se ha de pasar cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
    Incluso aunque llegue un “sustituto”, un padrastro o madrastra, eso no va a hacer olvidar el dolor sentido por la pérdida, aunque sí lo mitiga en la medida que “rellena” parte del el vacío afectivo que dejó la “separación”, lo que va a permitir a la persona “descargarse” de los pensamientos recurrentes que suele acompañar al duelo, tales como “Si lo hubiese sabido….”, “Si en vez de…”, “Si le hubiese dedicado más tiempo…”; pensamientos que pueden generar “falsos” sentimientos de culpa, en el que la persona puede llegar a “caer”, atribuyéndose la responsabilidad de unos hechos, que en la mayoría de los casos son imprevistos y alejados a su control.
    En todas las sociedades se establecen determinados rituales en torno al difunto, que no hacen si no servir como manifestación pública de dolor, lo que a la larga va a ayudar a los “supervivientes”, ya que han tenido la oportunidad de comunicar sus sentimientos, y de que los demás le den muestras de apoyo y cariño, todo lo cual va a facilitar el “transito” que implica también un cambio de rol, donde el cónyuge se convierte en viudo/a, y el hijo/a en huérfano.
    Participar en dichos ritos hace que el menor sienta que está «actuándo», haciendo algo, para «honrar la memoria» de su progenitor fallecido, y que además cuenta con el apoyo de familiares y amigos que le acompañan, lo que le ayuda a asumir la «pérdida» y a hacerse conciente de ello.
    A cada edad se le tiene que ayudar al menor a asumir la noticia, aunque en el caso de los más pequeños todavía no tienen incorporado la noción de «muerte» como algo permanente, siempre hay que decirles la verdad, pero de forma que puedan entenderlo.


    Ante la pérdida de los padres

    Aunque el tiempo parece jugar un papel importante como «catalizador» produciendo efectos «sanadores» al distanciar a la persona del suceso doloroso, se han desarrollado una serie de técnicas que buscan ayudar a superar la situación; para ello, los centro educativos suelen contar con un counseling u orientador escolar, el cual emplea técnicas de juego para expresar los sentimientos del menor, así como para ayudarle mediante «metáformas» a comprender la nueva situación en su vida, facilitando así el «tránsito» del duelo, haciendo que éste no deje «secuelas» en la vida adulta.
    Al menos así lo afirma un reciente estudio realizado conjuntamente por Georgia Southern University y University of Alabama publicado recientemente Professional School Counseling, en donde diseñan un plan de intervención del duelo en la escuela, buscando que dentro de su «ambiente natural» de la escuela encuentren el apoyo y la ayuda necesaria en estos momentos difíciles.

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