Categoría: Ramas de la psicologia

  • ¿Existe relación entre el V.I.H. y el Alzheimer?

    ¿Existe relación entre el V.I.H. y el Alzheimer?


    La relación del V.I.H. y el Alzheimer está siendo rebatida por un reciente informe.

    SIDA y Alzheimer

    Han sido muchos los descubrimientos de los últimos años sobre la enfermedad de Alzheimer, algunos de ellos han llegado a la población general y otros han quedado entre los profesionales de la salud.
    Alrededor de algunos estos descubrimientos se han formado generalizaciones, ideas sobre la prevalencia, el diagnóstico o tratamiento de la enfermedad de Alzheimer que no siempre están suficientemente corroboradas.
    Por ejemplo, en el caso de la relación entre el tabaco y el Alzheimer, durante algunos años se ha mantenido la creencia de que el tabaco podía de alguna forma prevenir la aparición de la enfermedad de Alzheimer, debido a una menor tasa de personas fumadoras entre los que padecían la enfermedad de Alzheimer.
    Hay que tener en cuenta la estrecha relación entre el tabaco y los problemas pulmonares e incluso el cáncer de pulmón. Problemas que van en detrimento de la calidad de vida de los pacientes y que en puede acortar su supervivencia.
    Pudiéndose dar la paradoja de que los pocos supervivientes del tabaco no sufriesen la enfermedad de Alzheimer, de lo cual se puede “deducir” que es un factor de “protección”, e incluso se llegaron a describir en su momento los mecanismos por el cual la nicotina del tabaco podía incidir en los receptores del cerebro para protegerlo.

    Evolución de muertes por VIH en los Estados Unidos | FindTheData

    Hoy en día, y gracias al avance de la ciencia, no sé se ha confirmado que no existe esa función protectora, sino que el tabaco es un factor de riesgo ambiental que favorece la aparición de la enfermedad de Alzheimer.
    Una circunstancia parecida se ha dado en el padecimiento del V.I.H., donde aquellas personas que lo sufrían, hace unos años, veían acortada su esperanza de vida, siendo pocos los que llegaba a una edad de setenta años, y de los pocos que lo hacían no mostraban la enfermedad de Alzheimer.
    Esto ha llevado a la comunidad científica a entender que se produce una relación directa entre ambos fenómenos, considerándolo como un factor protector.
    Hoy en día, gracias a la eficacia de los tratamientos empleados, la esperanza de vida entre los pacientes con V.I.H. ha aumentado considerablemente tal y como se puede ver en la gráfica interactiva siguiente, pudiéndose considerar en muchos casos al V.I.H. como una enfermedad crónica, y no como una terminal como era antes, pero ¿Existe relación entre el V.I.H. y el Alzheimer?


    https://youtu.be/0KDwaFsDdDk

    Vídeo Recomendado: VIH SIDA en México y el mundo – Entrevista

    V.I.H. y Alzeimer

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde el Department of Neurology, el Department of Infectious Diseases, el Department of Neuroscience y el Department of Radiology, Georgetown University (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring.
    Se trata de un estudio de caso único, un paciente de 71 años, varón con más de diez años desde que se infectó de V.I.H.
    A pesar de sus problemas de salud asociados al V.I.H. el paciente acudió al neurólogo por las constantes quejas de su mujer sobre sus problemas de memoria.
    A parte de los cuales mostraba dificultades para aprender nuevas habilidades, problemas de cálculo y dificultades para contener sus emociones.
    Contaba con antecedentes familiares de la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Párkinson.
    El diagnóstico de Alzheimer fue confirmado con los análisis posteriores tanto de las pruebas neuropsicológicas, con el Mini-Mental State Examination, el Montreal Cognitive Assessment y el Wechsler Adult Intelligence Scale (W.A.I.S.); como de neuroimagen a través de P.E.T y resonancia magnética funcional.


    VIH. y la enfermedad de Alzheimer

    A pesar de que normalmente no suelo comentar publicaciones de caso único, debido a lo limitado de su validad ecológica, en esta ocasión lo hago pues es el primer caso del mundo que ha sido informado mediante una publicación científica.
    Las implicaciones de este descubrimiento transcienden la mera descripción de un caso, ya que va en contra de lo que hasta ahora se conocía y entendía sobre que le V.I.H., o mejor dicho los efectos de esta patología, parecían prevenir la aparición del Alzheimer.
    Algo que se había señalado en algunos estudios, relacionando la presencia de bloqueadores de la enzima neprilisina en pacientes con V.I.H. que sería responsable de la acumulación de proteína peptina b-amiloide, lo que provocaría una demencia crónica.
    A pesar de lo significativo de este “descubrimiento” hay que tener en cuenta que se trata del primer caso y que todavía queda mucho por comprender los mecanismos implicados en la comorbilidad de ambas patologías, pero lo que parece claro es que se ha roto el “mito” sobre que el padecimiento del V.I.H. puede ser un factor de protección de la enfermedad de Alzheimer.


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  • Entrevista a D. Ignacio Calvo Rodríguez sobre el Miedo a Conducir (Amaxofobia)

    Entrevista a D. Ignacio Calvo Rodríguez sobre el Miedo a Conducir (Amaxofobia)


    Entrevista a D. Ignacio Calvo Rodríguez, Psicólogo General Sanitario – Experto en Miedo a Conducir (Amaxofobia), quien nos habla de sobre la Amaxofobia.




    – ¿Qué es el Miedo a Conducir y cuántos afectados hay?

    El miedo a conducir, que también se suele designar como amaxofobia, es una fobia específica de carácter situacional que afecta antes y sobre todo durante el acto de la conducción. No hay demasiados estudios al respecto y a la hora de dar cifras, tan sólo contamos con un estudio del Instituto Mapfre de Seguridad Vial de 2005 y su revisión en 2010 en el que hablan de un porcentaje del 33% de los conductores que padecen el problema desde sus formas leves, evitando algunas circunstancias concretas, a sus formas más graves en las que la persona deja de conducir totalmente.

    – ¿Cuál es la causa del Miedo a Conducir?

    No existe una causa única y el porcentaje de personas que lo padecen a causa del estrés postraumático de un accidente es relativamente bajo con respecto al número de sujetos que padecen el problema. Entre otras posibles causas podemos señalar, haber padecido un ataque de pánico al volante o alto nivel de activación fisiológica asociada a desmayos o pérdida de control. Baja autoestima como conductores. Alto nivel de estrés que aparece durante la conducción como sensación de vulnerabilidad. Notar como fallan los reflejos. Haber padecido algún problema de salud grave y creer que puede volver a ocurrirle durante la conducción. Etc.


    Vídeo Recomendado: La amaxofobia, el miedo a conducir

    – ¿Existen diferencias de por edades o género en el Miedo a Conducir?

    Las diferencias que aparecen en estos estudios tienden a valorar que hay más casos de miedo en las mujeres, en un porcentaje de más de 2 tercios. Si bien es cierto, que aunque pudiese estar ponderado el miedo hacia el género femenino, en mi opinión, también hay un porcentaje de hombres importante que lo padece y las cifras no son representativas, ya que para los varones se hace más difícil reconocer el miedo por su estigma social.

    – ¿Cómo se interviene en el Miedo a Conducir?

    Después de la evaluación individual, ya que nadie manifiesta igual el problema, primero nos encontramos con una fase de psicoeducativa, en la que tratamos de que las personas entiendan en qué consiste su miedo y cómo lo manifiesta su cuerpo y su mente. Una vez entendido el problema, tratamos de dotar a la persona de herramientas para poder hacerse cargo de sus pensamientos distorsionados, técnicas de relajación y focalizacion de la atención, para aprender a regular la respuesta fisiológica y, por último, preparamos un afrontamiento gradual para que la persona vaya llegando al estado de habituación y gane autoconfianza hasta superar su miedo al completo.

    – ¿Durante cuanto tiempo se ha de seguir la intervención en el Miedo a Conducir?

    El tiempo es relativo, ya que hay personas para las cuales su miedo ha comenzado antes de alcanzar suficiente pericia al volante y ésta tendrían que trabajar los aspectos psicológicos pero requerirían de mayor práctica. Otras personas que sí que han alcanzado el manejo total de su vehículo pero padecen el problema, quizá solo necesiten entre 8-10 sesiones. Por último, personas en las que el problema del miedo se solape con otros trastornos de ansiedad, pueden requerir una intervención más prolongada.


    Vídeo Recomendado: Supera tu miedo a conducir

    – ¿Cuáles son las principales dificultades que surgen la intervención en el Miedo a Conducir?

    Desde mi punto de vista, el mayor problema es que la persona no confíe en sus posibilidades y no se atreva a exponerse en solitario, haciendo que las intervenciones previas, como el abordaje con autoescuelas, se queden en puntos de anquilosamiento donde la persona llega a desesperarse.

    – ¿Cuáles son los objetivos alcanzables con la intervención psicológica en el Miedo a Conducir?

    El objetivo final tiene que ser que la persona supere al 100% su miedo, ya que si deja aspectos de la conducción sin afrontar ni superar, como por ejemplo, alcanzar ciertas velocidades en autovías, la persona puede volver para atrás recayendo de nuevo en los miedos del pasado. Si no se entiende el problema y la persona no se atribuye el mérito de la superación, más tarde o más temprano volverán a aparecer los fantasmas.




    Desde aquí mi agradecimiento a D. Ignacio Calvo Rodríguez, Psicólogo General Sanitario – Experto en Miedo a Conducir (Amaxofobia), por habernos acercado a la intervención ante la Amaxofobia.

  • ¿El reloj interno puede afectar al resultado deportivo?

    ¿El reloj interno puede afectar al resultado deportivo?


    Cuando piensa en el deporte y en los resultados de los juegos, raramente lo hace en el reloj interno de cada jugador.

    Descubriendo la cronobiologia

    En ocasiones ni siquiera si eres entrenador, o preparador físico, debido a que hay muchos más factores evidentes a tener en cuenta.
    Es el psicólogo deportivo el que está más cualificado para darse cuenta de estas variables, alejadas de las estrategias, las jugadas o la clasificación en la tabla general, y quien puede percatarse de los cambios en el rendimiento por factores tan importantes como el cambio horario.
    Es cierto que cuando un equipo debe jugar en un país con condiciones especiales, como es una localidad con una altitud elevada con respecto al mar, el equipo suele desplazarse unos días e incluso semanas antes para amoldarse a las condiciones ambientales.
    Pero los cambios en el reloj interno es algo bastante sutil, muchas veces menospreciado y únicamente se tiene en cuenta con el cambio de horario oficial, al tener que adelantar o retrasar una hora según corresponda.
    Algo que provoca ciertas molestias a una pequeña parte de la población, al desajustar su hora de levantarse y acostarse, pero ¿Se ve afectado el resultado deportivo por el reloj interno?


    Vídeo Recomendado: ¿Qué es psicología del deporte? Cápsula del psicólogo y coach deportivo Rodrigo Cauas en Dr. Sport

    El reloj interno

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizadad desde el Department of Mathematics, Southern Oregon University (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Exercise Physiologyonline.
    En este estudio no hubo participantes ya que se trata de un estudio de análisis estadístico sobre los resultados deportivos, pérdidas de balón y faltas cometidas por los equipos de la costa Este cuando juegan en la costa Oeste de EE.UU., y al revés, de los equipos de la costa Oeste cuando juegan en la costa Este. Todo ello basado en los resultados del futbol americano, la N.F.L. entre los años 2001 a 2014. En total se analizaron 3564 partidos de la NFL.
    Hay que recordar que en EE.UU. existen cuatro husos horarios, es decir, de costa a costa existen cuatro horas de diferencia.
    Los resultados indican que existen diferencias significativas tanto en las victorias, las pérdidas de balón y las sanciones en función de la procedencia del equipo, sobre todo cuando el juego se realiza a primera hora de la mañana.
    Tal y como mencionan los autores esto supone una gran desventaja, ya que fisiológicamente los jugadores desplazados son incapaces de rendir adecuadamente durante las primeras horas del día.


    El ritmo circadiano

    Hay que tener en cuenta que no se ha llevado una investigación como tal, donde poder trabajar directamente con los jugadores para evaluar importantes variables fisiológicas relacionados con el reloj interno.
    Igualmente, no se ha tenido en cuenta el tiempo de adaptación previa de los jugadores al nuevo lugar, si es que lo hubo.
    A pesar de lo anterior, los resultados son claros en cuanto la influencia del cambio de localidad en el reloj interno de los jugadores, y cómo estos se ven afectados especialmente a primera hora de la mañana, que es donde se cometen más errores técnicos y de rendimiento.
    Dicho lo cual, será el psicólogo deportivo quien deba tener en cuenta esta variable a la hora de establecer los desplazamientos para poder conseguir el mayor rendimiento de sus jugadores.

  • Presentación del Libro y Ebook titulado Cronobiología: La Biología del Tiempo

    Presentación del Libro y Ebook titulado Cronobiología: La Biología del Tiempo


    Presentación del libro Cronobiología: La Biología del Tiempo, en formato e-book disponible en los principales puntos de venta de libros electrónicos como Amazon, Apple Store o la Casa del Libro.

    – ¿Cómo surge la idea del libro Cronobiología: La Biología del Tiempo?

    Recientemente han surgido nuevos descubrimientos sobre una mayor eficacia de los tratamientos en función de la hora del día en que se administre, lo cual está apoyado en los hallazgos sobre la Cronobiología. Este ebook se ha escrito para entender cómo el tiempo influye en todos los seres vivos, y cómo existen los denominados relojes biológicos dentro de nosotros. La cronobiología pues, es la ciencia que estudia los ciclos biológicos y dentro del ámbito humano, estudia los movimientos cíclicos de nuestro sueño, de los músculos lisos o las hormonas.

    – ¿Está basado su libro en una experiencia personal?

    En el libro se recoge una búsqueda personal por comprender cómo funciona el ser humano y cómo se puede mantener y mejorar la salud con pequeños ejercicios diarios. En este ebook se aborda la importancia de tener en cuenta el ciclo de luz-oscuridad para nuestra el correcto funcionamiento de nuestra salud.


    CronoBiología: La biología del Tiempo (CronoPsicología nº 1)

    – ¿Qué se va a encontrar el lector en su libro?

    Se trata de un libro práctico donde se abordan los principales temas relativos a la cronobiología, para comprender de qué se trata, y cómo nos afecta en el día a día.

    – ¿Cómo se distribuye el contenido del libro?

    El libro se compone de seis capítulos, donde se abarcan los aspectos más importantes, como son,
    Capítulo 1. ¿Qué es la mitomanía?
    Capítulo 2. Síntomas del Mentiroso Compulsivo
    Capítulo 3. Diagnóstico de la mitomanía
    Capítulo 4. Tratamiento del Mentiroso Compulsivo
    Capítulo 5. Consejos para prevenir la mitomanía
    Capítulo 6. Fundación Universitaria Behavior & Law

    – ¿Con qué colaboraciones ha contado para este libro?

    Este libro ha contado con la colaboración de Dª Vilma Aho, Biocientífica, investigadora del sueño, en el Sleep Team Helsinki, Institute of Biomedicine, University of Helsinki (Finlandia) y de D. Ricardo López Pérez, investigador de la cura del cáncer y Director del Departamento de I D I de Immunostep.


    CronoBiología: La biología del Tiempo (CronoPsicología nº 1)

    – ¿Cómo se puede leer este ebook de forma gratuíta?

    Dentro de la política de acercamiento del conocimiento científico a todo el público, y gracias a la colaboración de La Casa del Libro este ebook está disponible gratuítamente para su lectura en el siguiente enlace:

    Cronobiologia - la casa del libro-min - Catedra Abierta de Psicologia y Neurociencias

    Enlace a Ebook Gratis:
    https://www.casadellibro.com/ebook-cronobiologia-la-biologia-del-tiempo-ebook/cdlap00006258/3012202

    – ¿Está escribiendo un nuevo libro?

    Estoy preparando un nuevo libro que espero aparezca en los próximos meses, como parte de mi compromiso con la divulgación científica en las temáticas de la Psicología y las Neurociencias.

    Desde aquí mi agradecimiento a Amazon por haber realizado la publicación de la obra «La Mitomanía: Descubriendo al Mentiroso Compulsivo «, facilitándome así la labor de divulgación científica a través de dicho libro electrónico.


    Reloj Interior - Cátedra Abierta de Psicología y Neurociencias

    CronoBiología: La biología del Tiempo (CronoPsicología nº 1)

  • Entrevista a Dª Virginia Mora sobre el trauma

    Entrevista a Dª Virginia Mora sobre el trauma


    Entrevista a Dª. Virginia Mora. Psicóloga de la Red de Puntos Municipales del Observatorio Regional de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. Experta en Violencia y Trauma. Fundadora de Iptra (Instituto Psicoterapia y Trauma).




    – ¿Qué es el trauma?

    Ante un acontecimiento estresante o una situación de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica (catástrofes naturales, accidentes, atentados terroristas, agresiones, malos tratos, abuso o agresión sexual, tortura, secuestro etc) vivido ya sea de forma directa o indirecta, se produce en las víctimas un sentimiento de miedo intenso, indefensión, amenaza y pérdida de control que tendrá unas consecuencias traumáticas en la persona que lo sufre.
    Cuando ha ocurrido un episodio único, el trauma o daño psicológico habitualmente cursa en fases. En una primera fase hay una primera reacción de sobrecogimiento y embotamiento generalizado, que se caracteriza por lentitud en las reacciones y mecanismos de negación. Es lo que se denomina estado de “shock”. En una segunda fase, aparecen fuertes reacciones emocionales de dolor, rabia, impotencia, culpa, miedo que alternan con periodos de profunda tristeza y abatimiento. Por último, pueden aparecer las reexperimentaciones del suceso de forma espontánea o ante estímulos relacionados. Estas reacciones pueden dar lugar al Trastorno de Estrés Postraumático.
    Cuando la situación de violencia está cronificada en el tiempo, como ocurre en el abuso sexual o maltrato infantil y en la violencia de género, las víctimas pueden presentar alteraciones en la personalidad en cuanto a su capacidad para relacionarse y a su propia identidad. Esto es lo que se ha denominado Trauma complejo.
    Es importante señalar también que, en ocasiones, puede ocurrir un daño psicológico ante situaciones que aparentemente no son traumáticas pero que la persona las vive como tal debido a sus propias características personales, momento evolutivo, consecuencias para su vida etc.

    – ¿Por qué se produce el trauma?

    El trauma o daño psicológico ocurre a consecuencia de que el suceso negativo que ha experimentado la persona desborda su capacidad de afrontamiento y de adaptación. Cuando nos enfrentamos a una situación que nos genera de forma abrumadora dolor, miedo, vergüenza, indefensión o pánico bien sea por su intensidad, por el momento vital en el que ocurre o porque no exista posibilidad de defenderse o de huir de la situación que nos daña, el sistema de defensa de nuestro organismo puede verse colapsado y no es capaz de procesar adecuadamente lo ocurrido ni de elaborar una respuesta de control. Debido a lo cual, el sistema de defensa se mantiene en un inadecuado estado de alerta permanente que va a provocar que ante cualquier estímulo relacionado con la situación traumática se disparen las mismas reacciones a nivel fisiológico, cognitivo, comportamental y emocional que se pusieron en marcha ante el acontecimiento traumático.


    Vídeo Recomendado: Identifica y supera un trauma psicológico

    – ¿Qué relación existe entre la violencia y el trauma?

    Si cualquier experiencia traumática hace que la víctima se cuestione conceptos fundamentales como que el mundo es un lugar lo suficientemente seguro, el valor positivo de uno mismo como persona y el sentido de la vida, en los casos en los que el daño ocurre provocado por otro ser humano de manera intencionada y violenta, las consecuencias traumáticas son mucho más graves.

    – ¿Por qué a unas personas que sufren violencia se traumatizan y otras no?

    La mayor o menor repercusión psicológica de una conducta violenta va a depender de varios factores. Por un lado, depende de la vulnerabilidad tanto psicológica como biológica de la persona, que se refiere a un desequilibrio emocional preexistente a la situación traumática y a contar con un umbral más bajo de activación psicofisiológica. En estos casos, el impacto de la violencia va a ser mayor y/o más incapacitante.
    También la duración e intensidad del suceso violento y el significado que se dé al mismo va a influir, así como que el incidente concurra con otras experiencias negativas actuales o pasadas. Un insuficiente apoyo familiar y/o social y utilizar estrategias de afrontamiento inadecuadas van a empeorar la sintomatología postraumática.
    Por otro lado, existen personalidades más resistentes al estrés y por tanto a la traumatización, que se caracterizan por tener un adecuado control de las emociones, valoración positiva de sí mismo, estilo de vida equilibrado y contar con apoyo social entre otras características. Es a lo que nos referimos cuando hablamos de las capacidades de resiliencia o resilientes de una persona, la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación.

    – ¿Son más sensibles los pequeños a sufrir traumas?

    Indudablemente, los niños y las niñas tienen menos recursos de afrontamiento ante una situación traumática y por ello son más vulnerables ante una vivencia violenta. Muchos adultos piensan equivocadamente que los niños no son conscientes de lo que ocurre, que se adaptan rápidamente, que no sienten la pérdida…, sin embargo, las consecuencias del trauma en los niños pueden ser más graves que en un adulto. Lo que pasa es que el reflejo del daño psíquico en los niños no es igual que en los adultos y por ello puede pasar desapercibido, síntomas disociativos, somatizaciones, irritabilidad, aislamiento, comportamientos disruptivos..
    Tal como señala Judith Herman, si en un adulto el trauma provoca un daño en la estructura de personalidad, en la infancia la forma y la deforma.
    En cualquier caso, la repercusión de un evento traumático en un niño y la repercusión en su vida va a depender principalmente del apoyo y la contención que le presten sus figuras de referencia (madre, padre u otros adultos significativos).


    Vídeo Recomendado: Cómo superar un trauma

    – ¿Qué consecuencias futuras tiene el trauma?

    Las consecuencias psicológicas en la vida adulta de un trauma en la infancia son difíciles de predecir con exactitud, pero, sin duda, todo acontecimiento traumático ocurrido en la vida de un niño o una niña provoca una “herida psíquica” que puede incidir o activarse de nuevo en la adultez.
    Que aparezcan consecuencias negativas en el futuro va a depender de si existen más traumas previos, haber sufrido malos tratos en la infancia o si la persona presenta un trastorno de personalidad. Habrá también un peor pronóstico cuando la persona haya sido revictimizada porque la exposición haya sido continuada en el tiempo (es el caso de la violencia familiar, abuso sexual infantil, secuestros prolongados…), o que hayan ocurrido diferentes situaciones traumáticas a lo largo de su desarrollo, que la sintomatología postraumática haya sido intensa o de carácter disociativo, como por ejemplo, amnesia psicógena.

    – ¿Cómo se trata el trauma?

    La intervención psicológica con las personas que han sufrido un trauma va a depender en gran medida del enfoque y abordaje terapéutico que utilice cada profesional.
    Diferentes autores especializados en trauma como Pierre Janet, Van del Kolk o Herman, establecen la necesidad de abordar la intervención por fases.
    En una primera fase de Estabilización, el objetivo será la reducción o eliminación de sintomatología postraumática. Se trata de dotar a la persona de recursos y herramientas para la regulación y autocontrol emocional, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y fortalecimiento de sus recursos personales. En definitiva, tiene que ser una fase de empoderamiento.
    En una segunda fase nos centraremos más en una intervención sobre el hecho traumático. Se trata de superar la fobia al recuerdo, procesando adecuadamente lo vivido de tal forma que pueda ser “engranado” en la narrativa biográfica de la persona. La memoria traumática suele estar fragmentada, sin narrativa, con recuerdos sensoriales de gran impacto y sin integración. El objetivo por tanto es integrar. En esta fase pueden utilizarse técnicas como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) que están demostrando una gran eficacia en el abordaje del Trastorno por Estrés Postraumático y otros trastornos derivados de una situación traumática.
    Finalmente, se trata de consolidar la integración, facilitar el duelo y reconectar a la persona de nuevo con su ambiente consiguiendo una adaptación óptima a su vida diaria y en sus relaciones interpersonales.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Virginia Mora, Psicóloga Sanitaria. Experta en violencia y trauma, por habernos acercado al mundo del trauma.

  • Entrevista a Dª Virginia Mora, sobre la violencia

    Entrevista a Dª Virginia Mora, sobre la violencia


    Entrevista a Dª. Virginia Mora. Psicóloga de la Red de Puntos Municipales del Observatorio Regional de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. Experta en Violencia y Trauma. Fundadora de Iptra (Instituto Psicoterapia y Trauma).




    – ¿Qué es el trauma?

    Ante un acontecimiento estresante o una situación de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica (catástrofes naturales, accidentes, atentados terroristas, agresiones, malos tratos, abuso o agresión sexual, tortura, secuestro etc) vivido ya sea de forma directa o indirecta, se produce en las víctimas un sentimiento de miedo intenso, indefensión, amenaza y pérdida de control que tendrá unas consecuencias traumáticas en la persona que lo sufre.
    Cuando ha ocurrido un episodio único, el trauma o daño psicológico habitualmente cursa en fases. En una primera fase hay una primera reacción de sobrecogimiento y embotamiento generalizado, que se caracteriza por lentitud en las reacciones y mecanismos de negación. Es lo que se denomina estado de “shock”. En una segunda fase, aparecen fuertes reacciones emocionales de dolor, rabia, impotencia, culpa, miedo que alternan con periodos de profunda tristeza y abatimiento. Por último, pueden aparecer las reexperimentaciones del suceso de forma espontánea o ante estímulos relacionados. Estas reacciones pueden dar lugar al Trastorno de Estrés Postraumático.
    Cuando la situación de violencia está cronificada en el tiempo, como ocurre en el abuso sexual o maltrato infantil y en la violencia de género, las víctimas pueden presentar alteraciones en la personalidad en cuanto a su capacidad para relacionarse y a su propia identidad. Esto es lo que se ha denominado Trauma complejo.
    Es importante señalar también que, en ocasiones, puede ocurrir un daño psicológico ante situaciones que aparentemente no son traumáticas pero que la persona las vive como tal debido a sus propias características personales, momento evolutivo, consecuencias para su vida etc.

    – ¿Por qué se produce el trauma?

    El trauma o daño psicológico ocurre a consecuencia de que el suceso negativo que ha experimentado la persona desborda su capacidad de afrontamiento y de adaptación. Cuando nos enfrentamos a una situación que nos genera de forma abrumadora dolor, miedo, vergüenza, indefensión o pánico bien sea por su intensidad, por el momento vital en el que ocurre o porque no exista posibilidad de defenderse o de huir de la situación que nos daña, el sistema de defensa de nuestro organismo puede verse colapsado y no es capaz de procesar adecuadamente lo ocurrido ni de elaborar una respuesta de control. Debido a lo cual, el sistema de defensa se mantiene en un inadecuado estado de alerta permanente que va a provocar que ante cualquier estímulo relacionado con la situación traumática se disparen las mismas reacciones a nivel fisiológico, cognitivo, comportamental y emocional que se pusieron en marcha ante el acontecimiento traumático.


    Vídeo Recomendado: Identifica y supera un trauma psicológico

    – ¿Qué relación existe entre la violencia y el trauma?

    Si cualquier experiencia traumática hace que la víctima se cuestione conceptos fundamentales como que el mundo es un lugar lo suficientemente seguro, el valor positivo de uno mismo como persona y el sentido de la vida, en los casos en los que el daño ocurre provocado por otro ser humano de manera intencionada y violenta, las consecuencias traumáticas son mucho más graves.

    – ¿Por qué a unas personas que sufren violencia se traumatizan y otras no?

    La mayor o menor repercusión psicológica de una conducta violenta va a depender de varios factores. Por un lado, depende de la vulnerabilidad tanto psicológica como biológica de la persona, que se refiere a un desequilibrio emocional preexistente a la situación traumática y a contar con un umbral más bajo de activación psicofisiológica. En estos casos, el impacto de la violencia va a ser mayor y/o más incapacitante.
    También la duración e intensidad del suceso violento y el significado que se dé al mismo va a influir, así como que el incidente concurra con otras experiencias negativas actuales o pasadas. Un insuficiente apoyo familiar y/o social y utilizar estrategias de afrontamiento inadecuadas van a empeorar la sintomatología postraumática.
    Por otro lado, existen personalidades más resistentes al estrés y por tanto a la traumatización, que se caracterizan por tener un adecuado control de las emociones, valoración positiva de sí mismo, estilo de vida equilibrado y contar con apoyo social entre otras características. Es a lo que nos referimos cuando hablamos de las capacidades de resiliencia o resilientes de una persona, la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación.

    – ¿Son más sensibles los pequeños a sufrir traumas?

    Indudablemente, los niños y las niñas tienen menos recursos de afrontamiento ante una situación traumática y por ello son más vulnerables ante una vivencia violenta. Muchos adultos piensan equivocadamente que los niños no son conscientes de lo que ocurre, que se adaptan rápidamente, que no sienten la pérdida…, sin embargo, las consecuencias del trauma en los niños pueden ser más graves que en un adulto. Lo que pasa es que el reflejo del daño psíquico en los niños no es igual que en los adultos y por ello puede pasar desapercibido, síntomas disociativos, somatizaciones, irritabilidad, aislamiento, comportamientos disruptivos..
    Tal como señala Judith Herman, si en un adulto el trauma provoca un daño en la estructura de personalidad, en la infancia la forma y la deforma.
    En cualquier caso, la repercusión de un evento traumático en un niño y la repercusión en su vida va a depender principalmente del apoyo y la contención que le presten sus figuras de referencia (madre, padre u otros adultos significativos).


    Vídeo Recomendado: Cómo superar un trauma

    – ¿Qué consecuencias futuras tiene el trauma?

    Las consecuencias psicológicas en la vida adulta de un trauma en la infancia son difíciles de predecir con exactitud, pero, sin duda, todo acontecimiento traumático ocurrido en la vida de un niño o una niña provoca una “herida psíquica” que puede incidir o activarse de nuevo en la adultez.
    Que aparezcan consecuencias negativas en el futuro va a depender de si existen más traumas previos, haber sufrido malos tratos en la infancia o si la persona presenta un trastorno de personalidad. Habrá también un peor pronóstico cuando la persona haya sido revictimizada porque la exposición haya sido continuada en el tiempo (es el caso de la violencia familiar, abuso sexual infantil, secuestros prolongados…), o que hayan ocurrido diferentes situaciones traumáticas a lo largo de su desarrollo, que la sintomatología postraumática haya sido intensa o de carácter disociativo, como por ejemplo, amnesia psicógena.

    – ¿Cómo se trata el trauma?

    La intervención psicológica con las personas que han sufrido un trauma va a depender en gran medida del enfoque y abordaje terapéutico que utilice cada profesional.
    Diferentes autores especializados en trauma como Pierre Janet, Van del Kolk o Herman, establecen la necesidad de abordar la intervención por fases.
    En una primera fase de Estabilización, el objetivo será la reducción o eliminación de sintomatología postraumática. Se trata de dotar a la persona de recursos y herramientas para la regulación y autocontrol emocional, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y fortalecimiento de sus recursos personales. En definitiva, tiene que ser una fase de empoderamiento.
    En una segunda fase nos centraremos más en una intervención sobre el hecho traumático. Se trata de superar la fobia al recuerdo, procesando adecuadamente lo vivido de tal forma que pueda ser “engranado” en la narrativa biográfica de la persona. La memoria traumática suele estar fragmentada, sin narrativa, con recuerdos sensoriales de gran impacto y sin integración. El objetivo por tanto es integrar. En esta fase pueden utilizarse técnicas como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) que están demostrando una gran eficacia en el abordaje del Trastorno por Estrés Postraumático y otros trastornos derivados de una situación traumática.
    Finalmente, se trata de consolidar la integración, facilitar el duelo y reconectar a la persona de nuevo con su ambiente consiguiendo una adaptación óptima a su vida diaria y en sus relaciones interpersonales.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Virginia Mora, Psicóloga Sanitaria. Experta en violencia y trauma, por habernos acercado al mundo del trauma.

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