Uno de los problemas asociados al Alzheimer es que se trata de un enfermedad neurodegenerativa, con lo que con el tiempo la persona va perdiendo facultades.
Cuidar Alzheimer
Una situación que aparte del sufrimiento que entraña para el propio paciente y sus familiares, también lo tienen que sobrellevar los cuidadores, ya que su labor día a día se van haciendo cada vez más compleja, ya que el paciente de Alzheimer va siendo cada vez más dependiente.
En muchas ocasiones se trata de un cuidador informal, es decir, un miembro de la familia el que se encarga del cuidado del paciente, el cual además de las emociones que le provoca por su afinidad, tiene un plus añadido de presión en cuanto a que no está formado y preparado para ello.
Más o menos todos nos vemos capaces de atender a un crío recién nacido, o de atender a un anciano en los cuidados más generales, pero esto no es suficiente cuando se trata de una persona enferma y de ahí la necesidad de que estos cuidadores informales se profesionalicen o por lo menos acudan a asociaciones y organizaciones que le puedan ofrecer el apoyo profesional necesario con lo que suplir sus carencias, con la idea de que pueda ofrecer la mayor calidad asistencial posible al enfermo de Alzheimer.
De hecho el conocimiento sobre la enfermedad y su avance no va a ser el único criterio que va a afectar en la calidad del cuidado, si no también la propia salud física y psicológica del cuidador, ya que si este se ve resentido por alguna enfermedad, también lo hará el cuidado que pueda ofrecer, de ahí que en los últimos años se esté empezando a prestar mayor atención al cuidador, sobre todo desde las distintas instituciones publicas y privadas, que organizan actos tanto de concienciación como de convivencia entre los cuidadores, tanto en cuanto a información se refiere, como a la hora de ofrecerle ayuda y consuelo emocional, con lo que poder «recargar las pilas» para poder hacer bien su trabajo, pero ¿Se puede mejorar el Alzheimer interviniendo en el cuidador?
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Interviniendo Alzheimer
Esto es precisamente lo que se trata de investigar de la Escuela de Salud Pública y la Escuela de Medicina de la Universidad de Drexel, la Escuela de Enfermería Johns Hopkins y la Universidad Case Western Reserve (EE.UU.) publicado recientemente en la revista científica International Journal of Alzheimer’s Disease.
Los investigadores han probado un programa de entrenamiento a cuidadores para comprobar si tiene efectos en sí mismos y en los pacientes de Alzheimer que atienden, todo ello evaluado en tres momentos, al inicio del estudio, tras seis (momento de finalización de la intervención) y tras otros seis meses desde el final del entrenamiento.
En el estudio participaron 102 familias, 50 donde los cuidadores recibirían un determinado entrenamiento y 52 donde no recibirían nada, grupo control. Entre los requisitos para poder participar en el estudio se encontraba que dedicasen más de ocho horas semanales al cuidado del paciente de Alzheimer, y que ellos mismos no sufriesen ninguna psicopatología evaluado a través de un cuestionario estandarizado denominado Short Portable Mental Status Questionnaire.
Igualmente se comprobó que el paciente de Alzheimer no estuviese sufriendo a la vez otras psicopatologías que complicase el diagnóstico, ni que se presentarse junto con otras demencias.
A todos los participantes se les evaluó su nivel de ansiedad a través del The State-Trait Anxiety Inventory, A-State (STAI), su nivel de depresión con Center for Epidemiologic Studies Depression Scale (CESD), su inventiva para resolver problemas con Self-Control Scale (SCS), su preparación como cuidador con Preparedness for Caregiving Scale, el papel de la familia en el cuidado con Family Role Reward Scale (FRRS), la tensión familiar por el cuidado del paciente con Caregiver Role Strain, la cualidad del cuidado con Mutuality Scale (MS), y los problemas conductuales a través de Revised Memory and Behavior Problem Checklist (RMBPC).
Se realizó en el grupo experimental una intervención con sesiones de dos horas semanales durante seis meses donde se le entrenó al cuidador en el manejo de las propias emociones, así como a conocer mejor la enfermedad de Alzheimer y cómo tenía que enfrentarse a cada una de las situaciones que le van a ir surgiendo con el tiempo.
Tras el entrenamiento se le volvió a evaluar, para comprobar si se han producido cambios. igualmente se le evaluó a los seis meses de acabar el programa para ver si los cambios eran duraderos en el tiempo.
Los resultados indican tras los seis meses de entrenamiento, una mejoría significativa en cuanto a inventiva del cuidador, con un incremento significativo en cuanto a su nivel de ansiedad comparado con el grupo control.
A los seis meses después del entrenamiento se cambiaron las tornas, mostrando ahora mayores niveles de ansiedad los cuidadores del grupo control frente a los entrenados aunque la diferencia no resultó significativa, siendo mostrando estos últimos niveles significativos más elevados de preparación e inventiva para la resolución de problemas en el cuidado del paciente con Alzheimer.
En cuanto a la valoración cualitativa los familiares de los participantes daban cuenta de una mejora en la calidad del trato al paciente gracias al programa de entrenamiento.
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— Formación Alzheimer (@Alzheimer_forma) 15 de mayo de 2017
Cuidador Alzheimer
A pesar de los buenos resultados hay que tener en cuenta que se trata de un programa experimental donde hay un número reducido de participantes, por lo que se requiere de nueva investigación al respecto.
Dicho lo cual, los resultados sí dejan comprobar efectos deseables de la intervención sobre los cuidadores que van a repercutir tanto sobre su propia vida emocional, como sobre la calidad asistencial que va a poder ofrecer al paciente enfermo de Alzheimer.
Algo que por su importancia precisa de mayor investigación, ya que es de fácil aplicación en los cuidadores a través de las distintas organizaciones y asociaciones, con el fin de mejorar la calidad y calidez del trabajo que realizan y con ella no entorpecer el proceso de la enfermedad de Alzheimer, e incluso hacer de forma activa por parte de los cuidadores por ralentizar este avance.