Categoría: Obesidad o obesidad morbida

Artículos y entrevistas sobre Obesidad o obesidad morbida

  • ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    Una de las preocupaciones de los padres con hijos con problemas de alimentación es que no saben cómo hacer que mantengan su peso saludable.

    El problema de la anorexia

    Los problemas de alimentación están creciendo en las últimas décadas, ya sea por exceso de comida, como en el caso de la obesidad, como por defecto de alimentación, en el caso de la anorexia o la bulimia.
    Los mayores afectados de estos problemas de alimentación los suelen sufrir los adolescentes, siendo en muchos casos superados cuando llegan a la edad adulta, en el caso de la bulimia o la anorexia.
    Aunque lo más preocupante son las consecuencias que sobre la salud va a generar estos problemas de alimentación, ya que, en el caso de la obesidad, ya que esta no sólo se mantiene si no que se convierte en crónica en la etapa adulta.
    Son muchas las consecuencias de la obesidad para la salud de la persona, y hasta el momento no se han detallado ningún beneficio para la misma.
    Especialmente preocupante la aparición de numerosos casos de pequeños con obesidad, situación que de no poner remedio le va a acompañar el resto de su vida, siendo una sobrecarga emocional, afectando a su nivel de autoestima y a las relaciones sociales, además de las consecuencias en la salud anteriormente apuntadas.
    Una situación que lejos de “controlarse” por parte de los poderes públicos parece que se ha hecho crónico, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente sobre la evolución de la prevalencia de la obesidad en EE.UU.

    Evolución de la prevalencia de la obesidad en Estados Unidos | HealthGrove


    En la gráfica se puede observar cómo desde 1999 hasta la actualidad, la tasa de obesos mayores de 20 años se sitúa por encima del 30%, produciéndose un incremento paulatino cada año, alcanzando en el 2014 el 37% de los estudiados.
    En el caso de los menores de 20 años, el primer registro de 1999 informa sobre un 13,9% de afectados, produciéndose un incremento muy leve hasta llegar en 2014 al 17,2% de los menores.
    Muchos son los factores que se atribuido a los problemas de alimentación, siendo los principales la dieta que se sigue y el sedentarismo, pero ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?


    Vídeo Recomendado: DOCTOR ANTONIO ESCRIBANO: ALIMENTACIÓN EN EL DEPORTISTA

    El deporte y la conducta alimenticia

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada conjuntamente desde la University of Thessaly (Grecia) y la University of Jyväskylä (Finlandia) cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron 361 adultos, de los cuales el 67,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 24 a 48 años.
    Todos ellos tuvieron que responder una serie de cuestionarios para conocer sus hábitos deportivos y de alimentación, y estudiar la relación y las consecuencias de ambos, para ello se les administró el Self-reported exercise behavior para conocer los hábitos deportivos, el Self-reported healthy eating behavior para conocer los hábitos alimenticios, el TPB measures of exercise and healthy eating para conocer lar elación entre salud alimenticia y deporte, el Intention for exercise and healthy eating para estudiar las intenciones sobre la relación deporte-alimentación, el Attitude for exercise and healthy eating para conocer las actitudes hacia la relación deporte-alimentación, el Subjective norm for exercise and healthy eating con lo que analizar lo que se considera “normal” en la relación deporte-alimentación y por último el Perceived behavioral control for exercise and healthy eating para conocer la percepción del control sobre la relación deporte-alimentación.
    Igualmente, todos los participantes informaron de su peso y altura por lo que se pudo calcular el Índice de Masa Corporal, sabiendo que valores superiores a 25 kg/m2 se considera sobrepeso.
    Los resultados informan que el 48,7% de los participantes tenían sobrepeso. Sobre los cuestionarios empleados, se ha observado una relación significativa entre el ejercicio y la alimentación en función de la intención y la actitud.
    Esto es aquellas personas que tenían la intención de mantener una alimentación saludable con un ejercicio adecuado eran los que más posibilidades tenían de realizarlo. Igualmente, los que mostraban una actitud más positiva hacia esta relación eran los que luego tenían mayores probabilidades de mantener dicha relación entre deporte y alimentación. No encontrándose estas relaciones significativas entre el grupo de personas obesas, a los que les “faltaba” la intención o la actitud hacia el deporte y a alimentación sana.


    Relación deporte y alimentación

    Hay que tener en cuenta que en el estudio únicamente se han recogido información sobre lo que dicen los participantes, y no tanto lo que hacen con respecto al ejercicio físico, medida que sería más objetiva a la hora de poder establecer conclusiones al respecto.
    Hay que destacar que los análisis se han realiza sobre una población muy concreta, los griegos, con una dieta mediterránea saludable, que no se encuentra en otros países, por lo que para concluir al respecto es preciso realizar nuevas investigaciones.
    Tal y como indican los autores del estudio, el conocer los factores de intencionalidad y actitud hace que se deban de replantear los programas de intervención para incentivar el deporte centrado en estos dos factores.
    Igualmente hay que afrontar que las campañas deben de estar orientado hacia las personas que ya sufren de obesidad, ya que son estos los que más dificultades tienen para activar la intención por realizar deporte y comer sanamente, e igualmente los que tienen una peor actitud hacia los beneficios de ambos.

    Consejos para prevenir problemas de alimentación

    – Manen una dieta equilibrada, donde no faltan frutas y verduras
    – Procurar siempre quedarte con un poco de gana, sin llegar a la saciedad
    – Realizar ejercicio moderado diariamente y a ser posible al aire libre
    – Hidratarse bien antes y después del ejercicio
    – Si ve que su peso sube o baja más de tres kilos a la semana sin hacer nada para ello, acuda a un endocrino

  • Entrevista con D.  Jesús Javier Díaz sobre su última obra El libro negro de los secretos de la Obesidad

    Entrevista con D. Jesús Javier Díaz sobre su última obra El libro negro de los secretos de la Obesidad


    Entrevista con D. Jesús Javier Díaz, Presidente en ASEPO Asociación Nacional de Personas Obesas y el Tratamiento de la Obesidad, quien nos presenta El libro negro de los secretos de la Obesidad.




    ¿Cómo se le ocurrió la idea de escribir esta obra?

    Mi motivación principal a la hora de escribir este libro no ha sido otra que dar a conocer lo que diferentes profesionales, medios de comunicación, investigadores y médicos conocen, estudian, explican y “aplican” en sus tratamientos con pacientes. Aunque hoy en día vivimos en la era de la información, a menudo se dan protocolos clínicos y actuaciones que producen confusión entre los mismos profesionales sanitarios, más cuando estos protocolos están supervisados, aprobados y establecidos por instituciones gubernamentales e incluso, cómo no, representativas a estos niveles.

    ¿Para quién va dirigido su libro y qué puede encontrar el lector entre sus páginas?

    Va dirigido tanto a toda persona obesa como a distintos profesionales de la salud.
    Este libro es único y singular. De hecho, es un compendio del anterior, aún no publicado: El método de la reconducción alimenticia. En esta obra encontrarás la respuesta a preguntas como: ¿Por qué la obesidad es una enfermedad crónica, progresiva e irreversible? ¿Por qué debemos verla y tratarla de este modo?


    Vídeo Recomendado: Presentacion libro «El Libro Negro de los Secretos de la Obesidad» PTV 22-01-2013

    ¿Qué consecuencias sociales tiene la obesidad?

    La obesidad, un asunto que atañe a la salud pública y que a todos afecta por igual (independientemente del sexo, la etnia, la edad, la nacionalidad o el nivel educativo o los recursos económicos)
    Aunque distintos estudios demuestran que la obesidad es de origen multifactorial (es decir, intervienen factores genéticos, ambientales, psicológicos, etc.), bajo mi punto de vista, en la actualidad es un problema asociado al factor socioeconómico, al sedentarismo, a la inestabilidad laboral y al aumento del stress producido por los ritmos de la vida.
    La obesidad, que puede aparecer en cualquier momento, se da frecuentemente en los países desarrollados y hoy día se ha convertido en la segunda causa de muerte evitable en todo el mundo, por detrás del tabaquismo. Cuanto más bajo sea el nivel socioeconómico y cultural, mayor es el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad. Por ello, hoy día, muchas personas que viven en países con limitados ingresos y medios se enfrentan no solo al problema de las enfermedades infecciosas y la malnutrición, sino que también experimentan un aumento de los factores de riesgo de enfermedades crónicas como el sobrepeso y la obesidad, debido a la incorrecta alimentación durante la etapa prenatal, la lactancia y la infancia (donde se ingieren alimentos hipercalóricos y de escaso valor nutricional) y a la falta de actividad física.

    Problemas psicológicos
    · Miedo e inseguridad personal.
    · Pérdida de la autoestima.
    · Desorden de conductas alimentarias.
    · Perturbación emocional por hábitos de ingesta erróneos.
    · Distorsión de la imagen corporal.
    · Tristeza e infelicidad.
    · Ansiedad, frecuentemente en niños, por pseudomicropene y Pseudoginecomastia.
    · Depresión.
    · Frigidez e impotencia.

    Problemas sociales
    · Angustia por presión social frente a su obesidad.
    · Angustia por presión social frente a su adelgazamiento.
    · Aislamiento social.
    · Dificultades para vestir, usar trasportes públicos…
    · Sobreprotección familiar.
    · Rotura del núcleo familiar o de la pareja.

    ¿Cómo distinguir entre una obesidad mórbida y una genética?

    La obesidad mórbida es una sucesión de procesos sistematizado se puede resumir en dos:
    1º Obesidad hiperplásica (exceso de células grasas): es aquella que aparece durante la infancia. Por lo general, el 70% de los niños obesos de 10 a 13 años siguen siéndolo en la edad adulta.
    2º Obesidad hipertrófica (exceso de tamaño de las células grasas): comienza en la etapa adulta y con lleva o puede terminar si no se corrige en obesidad mórbida.
    Obesidad genética: el polimorfismo en varios genes que controlan el apetito, el metabolismo y la integración de adipoquina predisponen a la obesidad, pero para que esta se dé, es necesario contar con suficientes calorías y posiblemente con la presencia de otros factores
    Falsa Obesidad genética: Aunque los niños de padres obesos tienen 10 veces más probabilidades de padecer obesidad que aquellos cuyos progenitores no son obesos, en la mayoría de los casos son más determinantes los hábitos alimenticios y el sedentarismo, factores que realmente coadyuvan a la repetición de los patrones de obesidad.

    ¿Existe algún perfil de persoanlidad entre los que sufren anorexia?

    En medicina, el término anorexia alude a la inapetencia o falta de apetito producido por estados febriles, ciertas enfermedades generales o, simplemente, por situaciones puntuales de la vida cotidiana. La anorexia es, por ende, un síntoma asociado a varias enfermedades (como algunos tipos de cáncer, diabetes mellitus, hipertiroidismo…) y no una enfermedad en sí, pues en ellas no existe distorsión de la imagen corporal ni obsesión por adelgazar.
    Por el contrario, la anorexia nerviosa, que no debe confundirse con la anorexia (síntoma), es una enfermedad o trastorno de la conducta alimentaria que existe desde la antigüedad y que se caracteriza por la distorsión de la imagen corporal (es decir, se percibe el propio cuerpo más grande, más gordo, de lo que en realidad es), la reducción de la ingesta de alimentos, la inanición y una pérdida de peso con consecuencias muy graves para la salud. La obsesión es tal que llegan a contabilizar las calorías consumidas.
    Esta enfermedad se presenta normalmente en la adolescencia, aunque también se da en edades más tardías (20-40 años), y afecta sobre todo a las mujeres (entre un 0.3% y un 1% de mujeres afectadas en los países desarrollados).
    En un primer estadio, las personas que sufren anorexia mienten en el entorno familiar y más cercano para evitar comer y acelerar la pérdida de peso. Otras realizan deporte en exceso, vomitan de forma intencionada o toman laxantes y diuréticos.


    ATTeXdK-D_Y https://youtu.be/ATTeXdK-D_Y

    Vídeo Recomendado: 2015 Programa «Las 101 Mañanas» entrevista Eduardo Bandera a Jesús Javier Díaz Rico (ASEPO)

    ¿Qué relación tiene el Síndrome de Cushing con los niveles de estrés?

    El síndrome de Cushing o hipercortisolismo es el resultado de la producción excesiva de corticoesteroides por las glándulas adrenales. Este exceso de cortisol puede estar provocado por diversas causas. La más común, que afecta a un 60-70% de los pacientes, es un adenoma en la hipófisis (enfermedad de Cushing).
    El Cortisol
    Esta hormona, secretada normalmente por las glándulas suprarrenales, permite responder a situaciones estresantes, como la enfermedad, y afecta a la mayoría de los tejidos corporales. Cuando el cuerpo produce demasiado cortisol, aparece el síndrome de Cushing. Algunas personas padecen síndrome de Cushing porque tienen un tumor en las glándulas suprarrenales. Otras, por el contrario, lo padecen porque producen demasiada hormona ACTH (hormona adrenocorticotropa), que estimula a las suprarrenales para que produzcan cortisol. Cuando el ACTH proviene de la hipó- fisis, hablamos de enfermedad de Cushing. El síndrome de Cushing es bastante raro y con una prevalencia muy baja, pues se dan unos 35 casos por cada millón de habitantes.

    ¿Está preparando un nuevo libro?

    ¡Sí!, ya lo tengo publicado le paso el enlace de la editorial que lo ha editado:
    http://www.mandalaediciones.com/alimentacion-natural/nutricion-y-dietetica/fullmetalbox.asp




    Desde aquí mi agradecimiento a D. Jesús Javier Díaz por habernos presentado su obra El libro negro de los secretos de la Obesidad y acercarnos a la realidad de los trastornos de la alimentación.

  • Entrevista a Amelia Zamora Bayón psicóloga del método Thinking

    Entrevista a Amelia Zamora Bayón psicóloga del método Thinking


    Entrevista con Dª Amelia Zamora Bayón quien nos introduce en este novedoso abordaje de los problemas de alimentación mediante el método Thinking.




    – ¿Qué es el método Thinking y cuál es su objetivo?

    El Método Thinking es una intervención multidisciplinar (medicina, nutrición, psicología y actividad física) para los trastornos alimentarios y de la ingesta de alimentos por exceso (que no por restricción como la anorexia nerviosa): bulimia nerviosa, trastorno por atracón y trastorno por atracón nocturno, adicción a la comida, el comer compulsivo, etc. Es decir, abordamos la relación patológica con la comida.
    El objetivo del Método Thinking es ayudar a las personas que sufren estas problemáticas a lograr cambios a largo plazo, aquellos que les permitan mantenerse en un peso saludable. Para ello, el proceso se divide en 4 etapas de cambio psicológico (liberación, consolidación, construcción y equilibrio) y otras cuatro de reeducación alimentaria (cuatro módulos de alimentación).

    – ¿Cómo surgió el método Thinking?

    El Método Thinking nace de la propia experiencia de Diego Olmedilla, su creador. Harto de deambular sin éxito por el mundo de las dietas, la nutrición y la frustración, se preguntaba por qué no era capaz de conseguir y mantener un peso adecuado. Olmedilla acabó dándose cuenta de que las dietas no ofrecían más que una solución parcial al problema de la obesidad y el sobrepeso. A partir de ahí investigó y se formó en el tratamiento de adicciones y formó un equipo multidisciplinar para abordar el problema.



    – ¿A quién va dirigido el método Thinking?

    Además de intervenir con psicopatologías alimentarias y de la ingesta de alimentos, el Método Thinking también está indicado para todas aquellas personas que, queriendo bajar peso no lo consiguen y acumulan muchos procesos de dieta abandonados o fracasados, porque al poco tiempo se vuelven a ganar los kilos perdidos e incluso para todas aquellas personas que, no necesitando perder peso, tienen una relación tormentosa con la comida.
    El Método Thinking es un plan de tratamiento adecuado para cualquier persona que quiera dar el paso hacia una vida saludable. Un estilo de vida en el que comer sano, hacer ejercicio, reservar tiempo para el autocuidado y aprender a manejar emocionalmente las adversidades de la vida, sean objetivos prioritarios. Thinking es un gran facilitador para el cambio.
    El método es accesible a cualquier persona en cualquier parte del mundo gracias al Thinking Line, la versión on-line del tratamiento.

    – ¿Existe alguna limitación de edad mínima o por encima para aplicar el método Thinking?

    Por ahora trabajamos con adultos y adolescentes. Con el tiempo también nos gustaría proponer una adaptación del método a la población infantil, ya que el asunto de la obesidad en la infancia es un problema grave.
    Con respecto a ancianos, también trabajamos con ellos, pero el control médico es más exhaustivo porque la mayoría presentan problemas médicos comórbidos con la obesidad o de otro tipo.

    – ¿Cuántas sesiones se requieren en el método Thinking?

    El tiempo medio de tratamiento en Método Thinking oscila entre los seis y los doce meses. En realidad depende mucho de cada caso. Las personas con obesidades o con obesidades mórbidas tienen que perder muchos kilos y eso les obliga a estar muchos meses en la fase de Liberación (fase inicial del método en la que uno de los objetivos es la pérdida de peso). Son esperables pérdidas mensuales de entre un 7% y un 10% para los varones y entre un 5% y un 7% para las mujeres.
    Es necesario que las personas estén cerca del peso saludable para pasar a la siguiente fase, Consolidación. Al finalizar el proceso, los pacientes han tenido que estar al menos tres meses en la fase de Construcción comiendo de todo (módulo 4 de alimentación).

    – ¿Cómo es una sesión en el método Thinking?

    Como te he comentado anteriormente, el Método Thinking es una estrategia multidisciplinar. Nuestros pacientes disfrutan de sesiones individuales con todos los profesionales implicados en su tratamiento: el médico, el nutricionista, el psicoterapeuta y el preparador físico. También interviene un coach en determinados casos, especialmente cuando detectamos que la terapia no es tan necesaria.
    Además de estas sesiones individuales, Thinking utiliza el grupo de terapia como herramienta fundamental. Los pacientes vienen a las terapias grupales dos, tres o más veces a la semana. Una vez a la semana llevamos a cabo un grupo de Mindfulness.
    También hay grupos de ejercicio físico semanales y todos los meses ofrecemos una gran variedad de talleres monográficos: neurociencia, coaching, autocontrol, mitos sobre la nutrición, son algunos ejemplos.
    Uno de nuestros objetivos para el 2016 es la implementación del “ocio saludable”, es decir, alternativas de tiempo libre orientadas a la vida sana. Creemos que con esta nueva línea de intervención el Método Thinking será sin dudarlo el tratamiento más completo y eficaz para tratar los problemas de sobrepeso y obesidad de los que se ofrecen en España.



    – ¿Tiene una base científica el método Thinking?

    Sí, el Método Thinking está basado en tratamientos empíricamente validados para la intervención en problemas de adicción y trastornos de la alimentación y de la ingesta de alimentos. Además, aplicamos herramientas terapéuticas como el Mindfulness y la Terapia de Aceptación y compromiso que son terapias de tercera generación con un creciente apoyo científico. Asimismo, tenemos en cuenta las aportaciones de la neurociencia, de la psicología social y de la sociología.
    Estamos al corriente de las publicaciones científicas, es más, también queremos desarrollar estudios y realizar publicaciones.
    En el año 2014 publicamos un artículo en la Revista Clínica Contemporánea del Colegio de Psicólogos en el que explicamos el trabajo grupal que realizamos para tratar los problemas de obesidad:
    http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/clinicacontemporanea/cc2014v5n1a4.pdf
    Además tenemos acuerdos de cooperación educativa con la Universidad Pontificia de Comillas y con la UEM.

    – ¿Qué diferencia al el método Thinking de otros tratamientos para problemas similares?

    El Método Thinking es un abordaje integral y científico para el tratamiento de los trastornos adictivos y los trastornos de la alimentación. Éstas son problemáticas de salud mental muy complejas y de difícil abordaje, su tasa de recuperación es muy baja, estando entre el 20% y el 30%. Nuestras estadísticas hablan de una tasa de recuperación por encima del 50%, incluso del 60%.
    Nuestro tratamiento ofrece toda una batería de herramientas multidisciplinares que buscan el cambio a largo plazo. Por ello, una vez que nuestros pacientes reciben el alta al finalizar la fase de Construcción pueden seguir viniendo y haciendo terapia en la que llamamos fase de Equilibrio. En ella pueden seguir contando con nuestro apoyo el tiempo que necesiten para apuntalar todos los cambios y habilidades que han adquirido.

    – ¿Se puede uno formar en el método Thinking?, y de ser así ¿Cómo y cuando?

    La idea de formar a profesionales es una idea que tenemos en mente pero que aún no hemos desarrollado. Por ahora colaboramos con diferentes universidades para formar a alumnos de prácticas del grado de psicología.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Amelia Zamora Bayón, por habernos acercado a este nuevo desarrollo terapéutico para combatir problemas relacionados con la alimentación denominado método Thinking: Psiconutrición.

  • ¿Se relaciona la obesidad con la fibromialgia?

    ¿Se relaciona la obesidad con la fibromialgia?

    La fibromialgia durante muchos años ha sido desatendida en el ámbito clínico por sus características.
    El dolor es la señal del organismo que se genera para avisar de que algo no va bien.

    Definiendo fibromialgia

    El dolor puede provenir tanto desde el exterior, como del interior, pero cuando el dolor se convierte en un problema en sí misma, «doliendo» el cuerpo sin ningún tipo de justificación externa o interna, es cuando se denomina síndrome de fibromialgia.
    A pesar de que existía bibliografía con respecto a pacientes que venían a consulta quejándose de un incómodo dolor que le impedía llevar una vida normal, no se atendía estos casos adecuadamente.
    Se ha tenido que esperar, hasta hace unos escasos años, para ser reconocido como un síndrome, para empezar a buscar tratamientos oportunos para ello.
    Pero sobre todo y más importante, ha adquirido consideración desde el punto de vista médico, a partir del desarrollo tecnológico, lo cual ha permitido diseñar aparatos para evaluar los niveles de dolor sin necesidad de que la persona diga nada.
    Actualmente se siguen dos vías de investigación con respecto a la fibromialgia, aquel que busca cómo mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo sufren, y la que trata de averiguar porqué se produce, y qué factores están implicados en su avance, pero ¿Se relaciona la obesidad con la fibromialgia?



    Obesidad y fibromialgia

    Esto es precisamente lo que trata de averiguarse desde la Division of Rheumatology, Department of Medicine, University of Puerto Rico, Medical Sciences Campus, San Juan y el Retrovirus Research Center, Department of Internal Medicine, Universidad Central del Caribe School of Medicine, Bayam´on (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Obesity.
    En el estudio participaron 144 mayores, 95,1% mujeres de 21 años, todo ellos diagnosticados y tratados con el síndrome de fribromialgia.
    A todos se les registró su peso y altura, para determinar si sufrían o no sobrepeso, considerándose en este segundo grupo a quienes obtenían puntuaciones superiores a 25 kilos divido entre el doble de su altura (índice de masa corporal).
    Se registró igualmente las variables sociodemográficas de los participantes, edad, género, años de estudio; período desde que sufre el síndrome; la presencia de conductas de riesgo como el consumo de alcohol o tabaco; los hábitos saludables de vida como la práctica de ejercicio moderado.
    Igualmente se evaluó mediante autoinforme la presencia de problemas de salud asociados al síndrome de fibromialgia como, insomnio, dolor de cabeza, ansiedad, anorexia, depresión, pérdida de memoria, diarreas, parestesias,…

    Los resultados informan que en el 75.7% de los pacientes con síndrome de fibromialgia además se presenta obesidad.
    Igualmente los análisis muestran una relación significativa entre la obesidad en pacientes con síndrome de fibromialgia y la presencia significativa de problemas de memoria y de ansiedad.
    No existiendo diferencias significativas en función de ninguna otra variable sociodemográfica.
    Los autores resaltan la importancia de sus resultados, dado las graves consecuencias que sobre la calidad de vida del paciente tiene la fibromialgia.

    Tratamiento fibromialgia

    Una de las limitaciones del estudio es el empleo de los autoinformes para la recogida de datos sobre los síntomas asociados al síndrome de fibromialgia, algo que se ha visto superado en los últimos años con nuevos métodos de investigación más fiables.
    Hay que tener en cuenta la desigual proporción de participantes en cada uno de los grupos; ya que aunque no tendría por qué cambiar los resultados, se debería de haber seleccionado grupos con un número equiparable de participantes para poder concluir al respecto.
    Igualmente se precisa observar si existe esta relación entre las personas obesas y altos niveles de ansiedad junto con problemas de memoria, entre aquellas personas que no padecen el síndrome de fibromialgia, o es un intermediador necesario.
    Por último, el estudio no establece si la relación existente entre la obesidad y el síndrome de fibromialga es de causa-efecto, o cuál de las dos se produce primero.
    A pesar de las limitaciones, el estudio evidencia un problema de salud como es el síndrome de fibromialga, al que además hay que prestar especial atención si se sufre sobrepeso, ya que va a tener acompañado una sintomatología que va en detrimento de la calidad de vida de los pacientes.
    Aspecto que hace replantearse en estos casos la forma de intervenir, ya que se esperaría que con la reducción del peso, se podría mejorar muchos de estos síntomas asociados, con lo que luego resultaría más efectivo el tratamiento específico del síndrome de fibromialga.

    Experto Colaborador:




    Las mujeres con sobrepeso y obesidad – especialmente los que no ejercen en absoluto o ejercicio por menos de una hora a la semana – se encuentran en mayor riesgo de desarrollar el trastorno generalizado dolor de la fibromialgia.
    Otros factores de riesgo sospechosos para la fibromialgia incluyen eventos estresantes o traumáticas como un accidente de automóvil, los antecedentes familiares, o la presencia de enfermedades reumáticas como lupus.
    En la última iteración de investigación establecer vínculos fibromialgia-obesidad, un equipo de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota, el estado evaluado Índice de Masa Corporal (IMC) y su asociación con la gravedad de los síntomas y la calidad de vida [Kim et al. 2012].
    En este estudio, 888 pacientes con fibromialgia que fueron vistos en una clínica de tratamiento de la Fibromialgia completaron el Cuestionario de Impacto de Fibromialgia (FIQ) y la encuesta de salud Short Form 36 (SF-36).

  • Entrevista con Dª. Vilma Aho, sobre la importancia del sueño

    Entrevista con Dª. Vilma Aho, sobre la importancia del sueño


    Entrevista con Dª. Vilma Aho, Biocientífica, investigadora del sueño, estudiante de doctorado del Team Sleep Helsinki, Instituto de Biomedicina de la Universidad de Helsinki (Finlandia), quien nos habla sobre la importancia del sueño.




    – ¿Por qué es tan importante dormir?

    El sueño es un proceso fisiológico complejo que es esencial para todas las especies animales estudiadas.
    En los mamíferos y aves (y algunos reptiles), las fases del sueño son detectadas por electroencefalograma (EEG). El sueño -o el estados similares al sueño- se ha observado también en otros animales, como los peces cebra, las moscas de la fruta y nematodos (C. elegans), utilizando para ello criterios de comportamiento.
    A pesar de que los humanos gastamos aproximadamente una tercera parte de nuestra vida durmiendo, los científicos del sueño todavía no están seguros acerca de por qué tenemos que dormir.
    Las principales teorías actuales formulan la hipótesis de que se necesita dormir para mantener el equilibrio de la energía y/o facilitar las redes neuronales para recuperarse de la actividad del estado de vigilia y ayudar en los procesos de aprendizaje y memoria.
    Durante las fases de sueño, los cambios en la actividad cerebral se sincronizan a los cambios del sistema nervioso autónomo y al tono muscular. El sueño es esencial para procesos cognitivos tales como la memoria y el aprendizaje, y también está estrechamente conectado a los sistemas periféricos, tales como el sistema inmune y el metabolismo.
    La sincronización del sueño y la vigilia se controla por dos procesos: el ritmo circadiano y la presión homeostática del sueño. El ritmo circadiano (circa => cerca de; diano => un día) oscila durante el día y la noche, el momento de la actividad de los animales diurnos es el tiempo del día y el de las especies nocturnas es la noche. La luz arrastra el reloj maestro en el núcleo supraquiasmático del cerebro (NSQ). El NSQ interviene en la regulación de señales neurohormonales y la sincronización de otros ritmos del organismo, por ejemplo, el sueño, la alimentación y el metabolismo.
    La homeostasis (homeos => similar; stasis => estado), por definición, trata de mantener el sistema estable y relativamente constante. El proceso homeostático del sueño mide la necesidad de sueño, aumentando durante la vigilia y disminuyendo hacia la línea basal durante el sueño.



    – ¿Cuánto tiempo de sueño realmente necesitamos?

    La necesidad del sueño no es en realidad una medida fácil de determinar. En estudios experimentales, el EEG de los sujetos se puede grabar en el laboratorio del sueño y su longitud sueño puede medirse objetivamente. Sin embargo, no hay una forma para cuantificar objetivamente la necesidad real de sueño.
    A pesar de lo cual se pueden abordar la necesidad subjetiva del sueño a través de preguntas por ejemplo, ¿Cuánto sueño sueles necesitar para sentirte renovado y para un buen funcionamiento durante el día?, que se utilizan en los estudios epidemiológicos.
    La duración del sueño de un individuo es determinado tanto por factores genéticos y ambientales.
    Hasta ahora unos pocos genes que se asocian a la duración del sueño han sido identificados en estudios de población humana. Sin embargo, cada uno de estos genes puede explicar una pequeña parte de la variabilidad entre individuos. En la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), los científicos han identificado por ejemplo, un gen llamado Sleepless. Las moscas con una mutación en este gen, sólo necesitan una quinta parte de sueño en comparación con el tiempo en el resto de las moscas. Sin embargo, estos mutantes no parecen dedicar mucho más tiempo a hacer cosas, ya que también tienen vida útil considerablemente más corto que las moscas normales (aproximadamente la mitad del tiempo).
    La duración en el sueño humano se ha evaluado en varias poblaciones. En promedio, la mayoría de la gente tiende a dormir 7-8 horas por la noche. Aunque la duración media del sueño ha disminuido durante las últimas décadas.
    Parece ser, que también hay quien de forma natural duerme poco y sobreviven bien a lo largo de su vida con sólo unas pocas horas de sueño por noche. Del mismo modo, algunas personas dicen necesitar más de 9 o 10 horas cada noche para sentirse bien descansados.
    El sueño cambia con la edad. Así se suele dormir entre 14 horas por la noche a la edad de 1 año y entre 9 a 10 horas con 12 años.
    En los adultos, el envejecimiento disminuye la duración y la calidad del sueño, y las personas mayores tienden a tener un sueño más fragmentado (con interupciones).
    También existen diferencias de género, las mujeres duermen en promedio 20 minutos más que los hombres por noche.
    La pérdida de sueño podría ser definido como el tiempo que un individuo duerme en una cierta noche restado de su necesidad de sueño natural. La pérdida de sueño puede ser causada por ejemplo, por insomnio, trabajo por turnos, actividades de tiempo libre, enfermedades somáticas que afectan el sueño, etc.
    La pérdida de sueño se puede acumular si una persona duerme repetidamente menos de que lo necesita.
    Los efectos de la falta de sueño sobre diversos aspectos de la fisiología y la patología se pueden estudiar usando la restricción del sueño experimental (privación parcial o total de sueño en condiciones controladas de laboratorio), comparando antes vs después y/o sujetos privados de sueño frente a sujetos control que duermen normalmente); con estudios epidemiológicos (transversal o longitudinal); con información de cuestionarios subjetivos sobre los parámetros del sueño, tales como la calidad, necesidad, duración, y pérdida de sueño.

    – ¿Cuánto tiempo se puede estar sin dormir?

    El máximo tiempo de vigilia prolongada para un ser humano sano parece estar entre 1 a 3 semanas, pero el máximo real no se conoce, ya que no están éticamente aceptados estos estudios.
    Sin embargo, hay algunos experimentos documentados desde décadas anteriores. En uno muy conocido, se informó de una persona de 17 años de edad, estudiante de la escuela secundaria de San Diego, que permaneció despierto durante 11 días en el año 1963. De acuerdo con los informes, él no tomó ningún tipo de estimulantes y su estado fue supervisado por un científico del sueño asistido por su compañeros de clase. Sin embargo, como no se registró su EEG, su vigilia no puede ser confirmado de forma fiable. Este es el caso el mayor tiempo con récords de este tipo.
    También hay informes de gente que asegura no haber dormido durante períodos mucho más largos, incluso añoso o décadas. Ninguno de ellos ha sido científicamente confirmado, por lo que yo conozco.
    Es posible que estos individuos subjetivamente sientan que no consiguen dormir del todo, pero aún así pueden tener episodios muy cortos de sueño, «microsueño», y/o sueño local que ocurre (o sueños locales que ocurren) en una parte del cerebro a la vez, mientras que el resto del cerebro permanece en el estado de vigilia.
    Los episodios de microsueño no son detectados por el análisis habitual EEG (que normalmente se analiza en épocas de 30 segundos), pero se pueden encontrar en un análisis más extenso de la grabación de EEG.
    Los sueños locales pueden ser detectados con EEG de alta densidad, es decir, un registro de EEG con cientos de electrodos colocados alrededor de la cabeza del sujeto.
    En estudios experimentales realizados en animales, la privación total de sueño durante largos períodos ha demostrado ser letal. En los seres humanos, hay algunas enfermedades raras, como el insomnio familiar fatal, donde los pacientes pueden tener privación severa de sueño durante meses, que finalmente lleva a la muerte.

    – ¿Qué ocurre si no dormimos lo suficiente?

    La pérdida de sueño afecta el cerebro disminuyendo el rendimiento cognitivo, como la memoria y el aprendizaje.
    Además el metabolismo en el cerebro se ve afectado. La adenosina es una molécula que aumenta en un área determinada en el cerebro durante la vigilia, cuando las reservas de energía del cerebro caen. La adenosina impulsa el estado de sueño al producirse mediante la unión en los receptores de adenosina. Por el consumo de café, podemos retrasar el efecto de la adenosina al bloquear estos receptores con cafeína. Sin embargo, la cafeína no destruye la adenosina formada, por lo que no elimina la presión del sueño creado.
    La pérdida de sueño no ataca sólo el cerebro, sino también a los sistemas periféricos, tales como el sistema inmune y el metabolismo de hidratos de carbono. Hay por ejemplo una conexión entre la regulación del apetito y la regulación del sueño. Se ha informado de que la cantidad de la grelina “hormona del hambre” puede aumentar y la cantidad de la leptina “hormona de la saciedad” disminuir, como resultado de la pérdida de sueño. Esto posiblemente puede causar comer en exceso y puede conducir a la obesidad.

    – ¿Cuál es la relación entre el sueño y el sistema inmunológico?

    El sueño y el sistema inmune están estrechamente interconectados. Estos sistemas están en constante interacción bidireccional, el sueño afecta el sistema inmunológico y, viceversa, el sistema inmune afecta el sueño.
    Esto se puede observar, por ejemplo, en la necesidad de mayor cantidad de sueño cuando cogemos una infección, como el resfriado común.
    Esto está mediado por citocinas proinflamatorias, mensajeros sistema inmune, que transportan los mensajes de alerta en la sangre, que también promueven el sueño en el cerebro.
    Estas citocinas también aumentan cuando nos quedamos despiertos durante períodos prolongados. Además, la pérdida de sueño causa cambios en la regulación del sistema inmune a nivel de diferentes glóbulos blancos (leucocitos) y expresión génica en estas células y poblaciones de expresión génica en los leucocitos.
    La pérdida de sueño también aumenta el PCR proteína de fase aguda (proteína C reactiva), y provoca un estado de bajo grado de inflamación. Estos efectos sugieren que la pérdida de sueño actúa como una señal de peligro en el cuerpo.
    Aunque la pérdida de sueño hace que se active el sistema inmune, cuando esta pérdida se acumula puede dar lugar más infecciones por una baja de las defensas. Las respuestas a las vacunas también se han reportado a ser más débil si el sueño está restringido.

    – ¿Cuál es la relación entre el sueño y la salud del corazón?

    Los estudios epidemiológicos han demostrado una asociación entre el dormir poco con más alta mortalidad (en general, así como por enfermedades cardiovasculares), y un mayor riesgo de diabetes tipo II, aterosclerosis y obesidad.
    También el sueño de mayor duración de lo normal, ha sido propuesto como un factor de riesgo para muchas enfermedades, pero todavía es poco claro cuántos de estos hallazgos puede ser explicados por otros factores como enfermedades subyacentes, factores sosio-económicos, etc..
    Los estudios experimentales han demostrado que la pérdida de sueño cambia el metabolismo de carbohidratos, provocando un desequilibrio en la proporción de insulina a la glucosa, que puede conducir a la resistencia a la insulina y diabetes tipo II. Se han informado también del aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Además de los factores metabólicos, la inflamación de bajo grado es un mediador importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
    Estos cambios pueden explicar en parte cómo la pérdida crónica de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, junto con otros factores de riesgo. Además de la cantidad de sueño, también el tiempo de sueño y la vigilia es importante para el correcto funcionamiento del cuerpo, y pudiendo sueños a destiempo conducir a la desincronización de los relojes periféricos y del reloj maestro en el cerebro, provocando un aumento en el riesgo de enfermedades metabólicas.

    – ¿Qué se está estudiando en el Team Sleep Helsinki?

    En el Team Sleep Helsinki (grupo de investigación Tarja Porkka-Heiskanen) en la Universidad de Helsinki, estudiamos los mecanismos moleculares de la regulación del sueño y la vigilia. También estamos interesados ​​en los efectos de la pérdida de sueño, especialmente en relación con la depresión y –por otro lado– en los sistemas periféricos. En mi proyecto de tesis doctoral, me estoy centrando en los efectos de la pérdida acumulada de sueño sobre el sistema inmunológico y el metabolismo de los lípidos.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Vilma Aho, bioscientist, investigadora del sueño de la Universidad de Helsinki (Finlandia), por habernos acercado a la importancia del sueño.


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  • ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?

    ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?


    Uno de los problemas de salud más importantes de los últimos años en determinados países desarrollado es el aumento de los casos de obesidad.

    Pensamiento obesdidad

    Aunque han sido muchos los factores que se han considerado como los causantes del sobrepeso que lleva a la obesidad.
    Si bien con anterioridad el único índice que se tenía para saber si la persona sufría de obesidad era el peso, con posterioridad se incorporó la evaluación de la altura, surgiendo así lo que se conoce como Índice de Masa Corporal (I.M.C.) que se calcula dividiendo el peso por la altura. El I.M.C. ofrece un porcentaje, el cual si es por debajo del 18% se considera desnutrición y por encima del 25% sobrepeso.
    Aunque el I.M.c. está ampliamente aceptado, hoy en día los médicos cuentan con índices más exactos que tienen en cuenta también el género de la persona, e incluso su edad, con lo que establecer más correctamente si se está ante una persona obesa o no, a la vez que ofrece información sobre el porcentaje de la grasa acumulada en exceso.
    La mala alimentación es una de las principales causas de la acumulación excesiva de grasa, y eso a pesar de la una mayor variedad de alimentos que permiten llevar sin mayores costes una dieta equilibrada. A pesar de lo cual el número de obsesos entre los países desarrollados sigue creciendo, habiéndose observado que empieza a afectar a edades cada vez más tempranas, pudiendo encontrarse niños obesos que van a arrastrar problemas de salud asociados durante toda su vida.
    Ya que la acumulación de grasa en sí tiene escasas consecuencias, pero el exceso tiene asociado la presencia de múltiples enfermedades que se incrementan a medida que lo hace el sobrepeso, y que en muchos casos se recupera la persona cuando pierde esos kilos de más.
    Muchas son las creencias al respecto, desde aquellos que piensan que es algo genético y que no se puede hacer nada, otros que afirman «haber probado de todo para bajar» sin haber conseguido anda, pensamientos que limitan la capacidad de la persona de poner en manos de un profesional de la salud especializado, pero ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?



    Controlar la obesidad

    Esto es precisamente lo que trata de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) cuyos resultados han sido recientemente publicados en el 2014 en la revista científica The Journal of Social Psychology.
    El objetivo de este estudio es determinar si las creencias de las personas sobre las posibilidades o no de baja peso van a influir en la realidad de conseguirlo.
    En este estudio han participado ciento noventa y tres adultos reclutados a través de Internet, con edades comprendidas entre los 18 a 65 años, de los cuales 124 eran mujeres, con un índice de peso corporal medio de 25, lo que supone que se encuentra en el inicio de la obesidad.
    A los participantes se les distribuyó entre cuatro variables en donde leían sobre un obeso que intentaba perder peso, en situaciones en que lo atribuía a sí mismo o al exterior.
    Se registró y analizó la respuesta de todos los participantes según su condición experimental, opinando sobre el texto que les había correspondido en una escala de afectividad de -7 a +7 siendo la valoración más baja la correspondiente a fuertemente en desacuerdo y la más alta, fuertemente de acuerdo.
    Los resultados indican que aquellos obesos que leyeron un texto donde la persona se esforzaba por bajar su peso fueron mejor valorados que aquellos que leyeron un texto donde se explicaban los efectos negativos de la obesidad.
    Estos resultados va en la línea de recientes estudios que indican que entre los obesos se valora más a aquellos que consiguen con su esfuerzo bajar que aquellos que lo logran con una intervención externa como es la crujía.
    Por lo que los autores concluyen que el estigma que sufren las personas obesas no desaparecen cuando estas pierden peso, si los demás saben que lo han hecho empleado para ello métodos externos, que no requieren de ningún tipo de esfuerzo por su parte; en cambio cuando la persona se ha esforzado existe un gran consideración social por haber podido conseguir superar su problema de sobrepeso con sus propios medios y esfuerzo.


    Sin obesidad

    Esto es así probablemente por que los propios participantes, que tienen una media de sobrepeso han tenido la experiencia de querer perder peso y saben lo que cuesta bajarlos, tanto con lo que respecta al ejercicio físico como a llegar una dieta saludable con lo que corregir los desajustes que le llevaron a la persona al sobrepeso.
    Lo que no hace si no exponer la idea errónea que se puede tener de que uno pesa «lo que quiere», sin tener en cuenta que existen otros muchos factores de origen genético e incluso farmacológicos o médicos que puede estar influyendo en el mantenimiento y aumento del peso por parte de la persona, y no ser ella la responsable de bajarlo.
    Por lo que sería bueno y conveniente trabajar con estas ideas entre aquellas personas que por su condición no puedan perder peso, para que no se sientan mal por ello.
    Y para aquellos que quieran y puedan hacerlo, recordarles que el esfuerzo es una vía válida para que aparte de perder peso se sientan satisfechos consigo mismo por conseguir sus propias metas personales tan importantes como es la de recuperar la salud.
    A pesar de los resultados, el haber empleado personas por Internet en vez en presencial, además la selección de los participantes con un rango tan amplio de edad no permite conocer si estos resultados cambian o se mantienen durante el tiempo. Igualmente el número de participantes y el origen de los mismos, el 81% caucásico, hace que se requiera de nueva investigación para poder dar por válido los resultados.

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