Categoría: Anorexia o anorexia nerviosa

Artículos y entrevistas sobre la anorexia o anorexia nerviosa

  • ¿Cuál es el papel de los padres en los trastornos de la alimentación?

    ¿Cuál es el papel de los padres en los trastornos de la alimentación?


    Cuando uno piensa en trastornos como la anorexia o la bulimia, se suele atribuir a un efecto de los modelos presentados a través de los medios de comunicación.

    Causas de los trastornos de la alimentación

    Aunque todavía no está claro sobre el origen de esta problemática, existen teorías que apuntan a la influencia social como mecanismo de distorsión de la talla ideal.
    Igualmente se apunta a algunas características de personalidad que facilitan que determinados jóvenes expuestos a estos modelos “imposibles” acaben desarrollando patologías asociadas a la ingesta de comida.
    Incluso existen teorías que apuntan a la propia familia como origen de este tipo de patologías, entendiéndose que aquellas familias rígidas y con una escasa comunicación entre sus miembros puede estar en el origen de estos trastornos de la alimentación, pero ¿Cuál es el papel de los padres en los trastornos de la alimentación?


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    La familia ante la anorexia y la bulimia

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde
    el Departamento de Dinámica y Psicología Clínica, Universidad de Roma junto con el Departamento De Psicología, Universidad Telemática Internacional Uniettuno (Italia) cuyos resultados han sido publicados en el 2017 en la revista científica Journal of Child and Family Studies.
    En el estudio participaron doscientas cuarenta y tres familias, en las cuales había una hija con problemas de alimentación con edades comprendidas entre los 14 a 17 años.
    Se separaron a las familias en función de la patología de la menor, según fuese anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno de atracón, siguiendo los criterios del DSM-V.
    A los menores se les administró el SCL90-R (Symptom Check-List) para evaluar sus características psicológicas; mientras que a las familias el FACES-IV (Family Adaptability and Cohesion Evaluation Scale) para evaluar la influencia de la familia en el menor.

    Con respecto a los perfiles más habituales hallados, se encuentra entre los que sufren de anorexia nerviosa de una mayor predisposición a padecer otro tipo de psicopatologías; por su parte los que sufren de bulimia nerviosa muestran mayores niveles de somatización, fobia ansiosa e ideación paranoide; mientras los que sufren de trastorno de atracón muestran problemas interpersonales y psicoticismo.
    Los resultados muestran que existe una disparidad entre el concepto del joven y de la familia en cuanto a lo que se considera una convivencia “normal”.
    Percibiendo los que sufren de anorexia nerviosa a la familia como disfuncional, rígida, con baja cohesión y comunicación entre sus miembros.


    La familia ante los trastornos de la alimentación

    Entre las limitaciones del estudio está el que únicamente se analizaron los resultados de aquellas familias que tenían hijas, no pudiendo extrapolar los resultados a las familias con varones con este tipo de problemática.
    Igualmente, el estudio se circunscribe a tres patologías del trastorno de la alimentación, dejando fuera del mismo otros problemas de la alimentación tan importantes como es la obesidad.
    A pesar de las limitaciones anteriores los resultados resaltan la importancia de detectar las características de personalidad asociadas a cada uno de los trastornos de alimentación, con lo que poder establecer campañas de prevención específica a esta población.
    Igualmente, y con respecto al tratamiento, se ha de tener en cuenta que existe en el menor una distorsión en cuanto a las relaciones familiares, y no tanto una realidad de familia distorsionada como hasta ahora se había planteado teóricamente, reduciendo así la “responsabilidad” de la familia en este tipo de problemática.

  • ¿Se puede prevenir la anorexia?

    ¿Se puede prevenir la anorexia?

    Muchos son los intentos por explicar sobre el origen y mantenimiento de la anorexia, tanto desde el punto de vista genético como social.

    El problema de la anorexia nerviosa

    A pesar de que se ha logrado identificar alguno de estos factores que dan origen o facilitan la aparición del trastorno de anorexia, aún queda mucho en cuanto a la prevención se refiere.
    Una problemática que se extiende de forma desigual por el mundo, siendo los más afectados los países más desarrollados; e igualmente tiene una diferencia incidencia en función del género y de la edad de los pacientes, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente:


    Intervención en la anorexia nerviosa

    Actualmente existe todo un protocolo de intervención, tanto desde los centros de salud como hospitales, sobre cómo actuar cuando se detecta a un paciente que sufre anorexia.
    Algo relativamente fácil de comprobar cuando se encuentra en fase avanzada, debido a la delgadez extrema de la persona.
    Con posterioridad, una vez atendido hospitalariamente, se les deriva a un especialista para empezar el tratamiento para la recuperación.
    Con muchas y diversas las técnicas empleadas para ello, ya sea con re-educación de la alimentación, supervisión de la comida y terapia propiamente dicha.
    En la terapia son varios los factores que se trabajan, desde la imagen persona, la autoestima, el autocontrol,…pero ¿Se puede prevenir la anorexia?


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    Buscando indicios en la Anorexia Nerviosa

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de resolver con una reciente investigación realizada desde el Department of Psychology, University of Connecticut (EE.UU.) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Eating Disorders: The Journal of Treatment & Prevention.
    En el estudio participaron doscientas sesenta y dos mujeres que fueron reclutadas de dos ambientes diferentes en Internet, quienes buscaban información médica sobre causas y consecuencias de la anorexia (ciento treinta y tres mujeres entre 18 a 55 años); frente a los que buscaban métodos «extremos» para adelgazar (ciento veintinueve mujeres entre 18 a 40 años).
    Se invitó a sus usuarios a rellenar tres cuestionarios, uno en el que debían calcula el índice de masa corporal, uno sobre autoestima y un tercero sobre sintomatología depresiva.
    Igualmente se les hizo preguntas para detectar la presencia de anorexia, y sobre su posicionamiento personal hacia este trastorno.
    Los resultados muestran que aquellas personas que estaban «de acuerdo» con la anorexia, mostraban un menor índice de masa corporal, mayores niveles de sintomatología asociado a este trastorno y una menor autoestima.
    Entre las reclutadas que frecuentaban páginas «favorables» a la anorexia se observó que además tenían sintomatología depresiva.


    Diagnosticando la Anorexia Nerviosa

    Entre las limitaciones del estudio, está el que no se ha realizado ningún tipo de seguimiento de estas personas para ver si su opinión y las relaciones encontradas se mantienen en el tiempo o no.
    Igualmente tampoco se las ha preguntado sobre su historial clínico y si han sido diagnosticadas con este u otro trastorno de la alimentación.
    A pesar de lo anterior, parece claro que aquellas personas que «simpatizan» con la anorexia son más proclives a sufrirla, frente a los que únicamente se informan sobre ella.
    Una buena forma de detectar población en riesgo y por tanto que requiere de una mayor atención para ayudarla a que no caiga en dicho trastorno.
    Dejando fuera de este análisis estaría el qué hacer con este tipo de páginas, canales de youtube,… ya que queriéndolo o no, están fomentando este tipo de trastorno con todas las consecuencias tiene que sobre el paciente y sus familiares.
    Ya son varios los países que han regulado al respecto prohibiendo la «propaganda» que favorezca este tipo de trastornos, evitando que los más jóvenes se vean expuestos a información incorrecta, parcial y en algunos casos hasta falsa, que «promete» una figura más delgada, aún a riesgo de la salud de la persona.
    Igualmente queda fuera de este estudio, la necesaria educación de los progenitores para que sepan identificar los primeros síntomas de esta problemática, y por tanto tratar de buscar ayuda profesional en los primeros momentos de la misma.
    Para concluir y respondiendo a la pregunta de este artículo, parece que sí se puede conocer qué jóvenes están a sufrir anorexia, precisamente los que visitan este tipo de páginas de Internet que «simpatizan» con la anorexia y sus supuestos beneficios.

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  • ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    Una de las preocupaciones de los padres con hijos con problemas de alimentación es que no saben cómo hacer que mantengan su peso saludable.

    El problema de la anorexia

    Los problemas de alimentación están creciendo en las últimas décadas, ya sea por exceso de comida, como en el caso de la obesidad, como por defecto de alimentación, en el caso de la anorexia o la bulimia.
    Los mayores afectados de estos problemas de alimentación los suelen sufrir los adolescentes, siendo en muchos casos superados cuando llegan a la edad adulta, en el caso de la bulimia o la anorexia.
    Aunque lo más preocupante son las consecuencias que sobre la salud va a generar estos problemas de alimentación, ya que, en el caso de la obesidad, ya que esta no sólo se mantiene si no que se convierte en crónica en la etapa adulta.
    Son muchas las consecuencias de la obesidad para la salud de la persona, y hasta el momento no se han detallado ningún beneficio para la misma.
    Especialmente preocupante la aparición de numerosos casos de pequeños con obesidad, situación que de no poner remedio le va a acompañar el resto de su vida, siendo una sobrecarga emocional, afectando a su nivel de autoestima y a las relaciones sociales, además de las consecuencias en la salud anteriormente apuntadas.
    Una situación que lejos de “controlarse” por parte de los poderes públicos parece que se ha hecho crónico, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente sobre la evolución de la prevalencia de la obesidad en EE.UU.

    Evolución de la prevalencia de la obesidad en Estados Unidos | HealthGrove


    En la gráfica se puede observar cómo desde 1999 hasta la actualidad, la tasa de obesos mayores de 20 años se sitúa por encima del 30%, produciéndose un incremento paulatino cada año, alcanzando en el 2014 el 37% de los estudiados.
    En el caso de los menores de 20 años, el primer registro de 1999 informa sobre un 13,9% de afectados, produciéndose un incremento muy leve hasta llegar en 2014 al 17,2% de los menores.
    Muchos son los factores que se atribuido a los problemas de alimentación, siendo los principales la dieta que se sigue y el sedentarismo, pero ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?


    Vídeo Recomendado: DOCTOR ANTONIO ESCRIBANO: ALIMENTACIÓN EN EL DEPORTISTA

    El deporte y la conducta alimenticia

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada conjuntamente desde la University of Thessaly (Grecia) y la University of Jyväskylä (Finlandia) cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron 361 adultos, de los cuales el 67,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 24 a 48 años.
    Todos ellos tuvieron que responder una serie de cuestionarios para conocer sus hábitos deportivos y de alimentación, y estudiar la relación y las consecuencias de ambos, para ello se les administró el Self-reported exercise behavior para conocer los hábitos deportivos, el Self-reported healthy eating behavior para conocer los hábitos alimenticios, el TPB measures of exercise and healthy eating para conocer lar elación entre salud alimenticia y deporte, el Intention for exercise and healthy eating para estudiar las intenciones sobre la relación deporte-alimentación, el Attitude for exercise and healthy eating para conocer las actitudes hacia la relación deporte-alimentación, el Subjective norm for exercise and healthy eating con lo que analizar lo que se considera “normal” en la relación deporte-alimentación y por último el Perceived behavioral control for exercise and healthy eating para conocer la percepción del control sobre la relación deporte-alimentación.
    Igualmente, todos los participantes informaron de su peso y altura por lo que se pudo calcular el Índice de Masa Corporal, sabiendo que valores superiores a 25 kg/m2 se considera sobrepeso.
    Los resultados informan que el 48,7% de los participantes tenían sobrepeso. Sobre los cuestionarios empleados, se ha observado una relación significativa entre el ejercicio y la alimentación en función de la intención y la actitud.
    Esto es aquellas personas que tenían la intención de mantener una alimentación saludable con un ejercicio adecuado eran los que más posibilidades tenían de realizarlo. Igualmente, los que mostraban una actitud más positiva hacia esta relación eran los que luego tenían mayores probabilidades de mantener dicha relación entre deporte y alimentación. No encontrándose estas relaciones significativas entre el grupo de personas obesas, a los que les “faltaba” la intención o la actitud hacia el deporte y a alimentación sana.


    Relación deporte y alimentación

    Hay que tener en cuenta que en el estudio únicamente se han recogido información sobre lo que dicen los participantes, y no tanto lo que hacen con respecto al ejercicio físico, medida que sería más objetiva a la hora de poder establecer conclusiones al respecto.
    Hay que destacar que los análisis se han realiza sobre una población muy concreta, los griegos, con una dieta mediterránea saludable, que no se encuentra en otros países, por lo que para concluir al respecto es preciso realizar nuevas investigaciones.
    Tal y como indican los autores del estudio, el conocer los factores de intencionalidad y actitud hace que se deban de replantear los programas de intervención para incentivar el deporte centrado en estos dos factores.
    Igualmente hay que afrontar que las campañas deben de estar orientado hacia las personas que ya sufren de obesidad, ya que son estos los que más dificultades tienen para activar la intención por realizar deporte y comer sanamente, e igualmente los que tienen una peor actitud hacia los beneficios de ambos.

    Consejos para prevenir problemas de alimentación

    – Manen una dieta equilibrada, donde no faltan frutas y verduras
    – Procurar siempre quedarte con un poco de gana, sin llegar a la saciedad
    – Realizar ejercicio moderado diariamente y a ser posible al aire libre
    – Hidratarse bien antes y después del ejercicio
    – Si ve que su peso sube o baja más de tres kilos a la semana sin hacer nada para ello, acuda a un endocrino

  • Entrevista con D.  Jesús Javier Díaz sobre su última obra El libro negro de los secretos de la Obesidad

    Entrevista con D. Jesús Javier Díaz sobre su última obra El libro negro de los secretos de la Obesidad


    Entrevista con D. Jesús Javier Díaz, Presidente en ASEPO Asociación Nacional de Personas Obesas y el Tratamiento de la Obesidad, quien nos presenta El libro negro de los secretos de la Obesidad.




    ¿Cómo se le ocurrió la idea de escribir esta obra?

    Mi motivación principal a la hora de escribir este libro no ha sido otra que dar a conocer lo que diferentes profesionales, medios de comunicación, investigadores y médicos conocen, estudian, explican y “aplican” en sus tratamientos con pacientes. Aunque hoy en día vivimos en la era de la información, a menudo se dan protocolos clínicos y actuaciones que producen confusión entre los mismos profesionales sanitarios, más cuando estos protocolos están supervisados, aprobados y establecidos por instituciones gubernamentales e incluso, cómo no, representativas a estos niveles.

    ¿Para quién va dirigido su libro y qué puede encontrar el lector entre sus páginas?

    Va dirigido tanto a toda persona obesa como a distintos profesionales de la salud.
    Este libro es único y singular. De hecho, es un compendio del anterior, aún no publicado: El método de la reconducción alimenticia. En esta obra encontrarás la respuesta a preguntas como: ¿Por qué la obesidad es una enfermedad crónica, progresiva e irreversible? ¿Por qué debemos verla y tratarla de este modo?


    Vídeo Recomendado: Presentacion libro «El Libro Negro de los Secretos de la Obesidad» PTV 22-01-2013

    ¿Qué consecuencias sociales tiene la obesidad?

    La obesidad, un asunto que atañe a la salud pública y que a todos afecta por igual (independientemente del sexo, la etnia, la edad, la nacionalidad o el nivel educativo o los recursos económicos)
    Aunque distintos estudios demuestran que la obesidad es de origen multifactorial (es decir, intervienen factores genéticos, ambientales, psicológicos, etc.), bajo mi punto de vista, en la actualidad es un problema asociado al factor socioeconómico, al sedentarismo, a la inestabilidad laboral y al aumento del stress producido por los ritmos de la vida.
    La obesidad, que puede aparecer en cualquier momento, se da frecuentemente en los países desarrollados y hoy día se ha convertido en la segunda causa de muerte evitable en todo el mundo, por detrás del tabaquismo. Cuanto más bajo sea el nivel socioeconómico y cultural, mayor es el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad. Por ello, hoy día, muchas personas que viven en países con limitados ingresos y medios se enfrentan no solo al problema de las enfermedades infecciosas y la malnutrición, sino que también experimentan un aumento de los factores de riesgo de enfermedades crónicas como el sobrepeso y la obesidad, debido a la incorrecta alimentación durante la etapa prenatal, la lactancia y la infancia (donde se ingieren alimentos hipercalóricos y de escaso valor nutricional) y a la falta de actividad física.

    Problemas psicológicos
    · Miedo e inseguridad personal.
    · Pérdida de la autoestima.
    · Desorden de conductas alimentarias.
    · Perturbación emocional por hábitos de ingesta erróneos.
    · Distorsión de la imagen corporal.
    · Tristeza e infelicidad.
    · Ansiedad, frecuentemente en niños, por pseudomicropene y Pseudoginecomastia.
    · Depresión.
    · Frigidez e impotencia.

    Problemas sociales
    · Angustia por presión social frente a su obesidad.
    · Angustia por presión social frente a su adelgazamiento.
    · Aislamiento social.
    · Dificultades para vestir, usar trasportes públicos…
    · Sobreprotección familiar.
    · Rotura del núcleo familiar o de la pareja.

    ¿Cómo distinguir entre una obesidad mórbida y una genética?

    La obesidad mórbida es una sucesión de procesos sistematizado se puede resumir en dos:
    1º Obesidad hiperplásica (exceso de células grasas): es aquella que aparece durante la infancia. Por lo general, el 70% de los niños obesos de 10 a 13 años siguen siéndolo en la edad adulta.
    2º Obesidad hipertrófica (exceso de tamaño de las células grasas): comienza en la etapa adulta y con lleva o puede terminar si no se corrige en obesidad mórbida.
    Obesidad genética: el polimorfismo en varios genes que controlan el apetito, el metabolismo y la integración de adipoquina predisponen a la obesidad, pero para que esta se dé, es necesario contar con suficientes calorías y posiblemente con la presencia de otros factores
    Falsa Obesidad genética: Aunque los niños de padres obesos tienen 10 veces más probabilidades de padecer obesidad que aquellos cuyos progenitores no son obesos, en la mayoría de los casos son más determinantes los hábitos alimenticios y el sedentarismo, factores que realmente coadyuvan a la repetición de los patrones de obesidad.

    ¿Existe algún perfil de persoanlidad entre los que sufren anorexia?

    En medicina, el término anorexia alude a la inapetencia o falta de apetito producido por estados febriles, ciertas enfermedades generales o, simplemente, por situaciones puntuales de la vida cotidiana. La anorexia es, por ende, un síntoma asociado a varias enfermedades (como algunos tipos de cáncer, diabetes mellitus, hipertiroidismo…) y no una enfermedad en sí, pues en ellas no existe distorsión de la imagen corporal ni obsesión por adelgazar.
    Por el contrario, la anorexia nerviosa, que no debe confundirse con la anorexia (síntoma), es una enfermedad o trastorno de la conducta alimentaria que existe desde la antigüedad y que se caracteriza por la distorsión de la imagen corporal (es decir, se percibe el propio cuerpo más grande, más gordo, de lo que en realidad es), la reducción de la ingesta de alimentos, la inanición y una pérdida de peso con consecuencias muy graves para la salud. La obsesión es tal que llegan a contabilizar las calorías consumidas.
    Esta enfermedad se presenta normalmente en la adolescencia, aunque también se da en edades más tardías (20-40 años), y afecta sobre todo a las mujeres (entre un 0.3% y un 1% de mujeres afectadas en los países desarrollados).
    En un primer estadio, las personas que sufren anorexia mienten en el entorno familiar y más cercano para evitar comer y acelerar la pérdida de peso. Otras realizan deporte en exceso, vomitan de forma intencionada o toman laxantes y diuréticos.


    ATTeXdK-D_Y https://youtu.be/ATTeXdK-D_Y

    Vídeo Recomendado: 2015 Programa «Las 101 Mañanas» entrevista Eduardo Bandera a Jesús Javier Díaz Rico (ASEPO)

    ¿Qué relación tiene el Síndrome de Cushing con los niveles de estrés?

    El síndrome de Cushing o hipercortisolismo es el resultado de la producción excesiva de corticoesteroides por las glándulas adrenales. Este exceso de cortisol puede estar provocado por diversas causas. La más común, que afecta a un 60-70% de los pacientes, es un adenoma en la hipófisis (enfermedad de Cushing).
    El Cortisol
    Esta hormona, secretada normalmente por las glándulas suprarrenales, permite responder a situaciones estresantes, como la enfermedad, y afecta a la mayoría de los tejidos corporales. Cuando el cuerpo produce demasiado cortisol, aparece el síndrome de Cushing. Algunas personas padecen síndrome de Cushing porque tienen un tumor en las glándulas suprarrenales. Otras, por el contrario, lo padecen porque producen demasiada hormona ACTH (hormona adrenocorticotropa), que estimula a las suprarrenales para que produzcan cortisol. Cuando el ACTH proviene de la hipó- fisis, hablamos de enfermedad de Cushing. El síndrome de Cushing es bastante raro y con una prevalencia muy baja, pues se dan unos 35 casos por cada millón de habitantes.

    ¿Está preparando un nuevo libro?

    ¡Sí!, ya lo tengo publicado le paso el enlace de la editorial que lo ha editado:
    http://www.mandalaediciones.com/alimentacion-natural/nutricion-y-dietetica/fullmetalbox.asp




    Desde aquí mi agradecimiento a D. Jesús Javier Díaz por habernos presentado su obra El libro negro de los secretos de la Obesidad y acercarnos a la realidad de los trastornos de la alimentación.

  • Entrevista a Amelia Zamora Bayón psicóloga del método Thinking

    Entrevista a Amelia Zamora Bayón psicóloga del método Thinking


    Entrevista con Dª Amelia Zamora Bayón quien nos introduce en este novedoso abordaje de los problemas de alimentación mediante el método Thinking.




    – ¿Qué es el método Thinking y cuál es su objetivo?

    El Método Thinking es una intervención multidisciplinar (medicina, nutrición, psicología y actividad física) para los trastornos alimentarios y de la ingesta de alimentos por exceso (que no por restricción como la anorexia nerviosa): bulimia nerviosa, trastorno por atracón y trastorno por atracón nocturno, adicción a la comida, el comer compulsivo, etc. Es decir, abordamos la relación patológica con la comida.
    El objetivo del Método Thinking es ayudar a las personas que sufren estas problemáticas a lograr cambios a largo plazo, aquellos que les permitan mantenerse en un peso saludable. Para ello, el proceso se divide en 4 etapas de cambio psicológico (liberación, consolidación, construcción y equilibrio) y otras cuatro de reeducación alimentaria (cuatro módulos de alimentación).

    – ¿Cómo surgió el método Thinking?

    El Método Thinking nace de la propia experiencia de Diego Olmedilla, su creador. Harto de deambular sin éxito por el mundo de las dietas, la nutrición y la frustración, se preguntaba por qué no era capaz de conseguir y mantener un peso adecuado. Olmedilla acabó dándose cuenta de que las dietas no ofrecían más que una solución parcial al problema de la obesidad y el sobrepeso. A partir de ahí investigó y se formó en el tratamiento de adicciones y formó un equipo multidisciplinar para abordar el problema.



    – ¿A quién va dirigido el método Thinking?

    Además de intervenir con psicopatologías alimentarias y de la ingesta de alimentos, el Método Thinking también está indicado para todas aquellas personas que, queriendo bajar peso no lo consiguen y acumulan muchos procesos de dieta abandonados o fracasados, porque al poco tiempo se vuelven a ganar los kilos perdidos e incluso para todas aquellas personas que, no necesitando perder peso, tienen una relación tormentosa con la comida.
    El Método Thinking es un plan de tratamiento adecuado para cualquier persona que quiera dar el paso hacia una vida saludable. Un estilo de vida en el que comer sano, hacer ejercicio, reservar tiempo para el autocuidado y aprender a manejar emocionalmente las adversidades de la vida, sean objetivos prioritarios. Thinking es un gran facilitador para el cambio.
    El método es accesible a cualquier persona en cualquier parte del mundo gracias al Thinking Line, la versión on-line del tratamiento.

    – ¿Existe alguna limitación de edad mínima o por encima para aplicar el método Thinking?

    Por ahora trabajamos con adultos y adolescentes. Con el tiempo también nos gustaría proponer una adaptación del método a la población infantil, ya que el asunto de la obesidad en la infancia es un problema grave.
    Con respecto a ancianos, también trabajamos con ellos, pero el control médico es más exhaustivo porque la mayoría presentan problemas médicos comórbidos con la obesidad o de otro tipo.

    – ¿Cuántas sesiones se requieren en el método Thinking?

    El tiempo medio de tratamiento en Método Thinking oscila entre los seis y los doce meses. En realidad depende mucho de cada caso. Las personas con obesidades o con obesidades mórbidas tienen que perder muchos kilos y eso les obliga a estar muchos meses en la fase de Liberación (fase inicial del método en la que uno de los objetivos es la pérdida de peso). Son esperables pérdidas mensuales de entre un 7% y un 10% para los varones y entre un 5% y un 7% para las mujeres.
    Es necesario que las personas estén cerca del peso saludable para pasar a la siguiente fase, Consolidación. Al finalizar el proceso, los pacientes han tenido que estar al menos tres meses en la fase de Construcción comiendo de todo (módulo 4 de alimentación).

    – ¿Cómo es una sesión en el método Thinking?

    Como te he comentado anteriormente, el Método Thinking es una estrategia multidisciplinar. Nuestros pacientes disfrutan de sesiones individuales con todos los profesionales implicados en su tratamiento: el médico, el nutricionista, el psicoterapeuta y el preparador físico. También interviene un coach en determinados casos, especialmente cuando detectamos que la terapia no es tan necesaria.
    Además de estas sesiones individuales, Thinking utiliza el grupo de terapia como herramienta fundamental. Los pacientes vienen a las terapias grupales dos, tres o más veces a la semana. Una vez a la semana llevamos a cabo un grupo de Mindfulness.
    También hay grupos de ejercicio físico semanales y todos los meses ofrecemos una gran variedad de talleres monográficos: neurociencia, coaching, autocontrol, mitos sobre la nutrición, son algunos ejemplos.
    Uno de nuestros objetivos para el 2016 es la implementación del “ocio saludable”, es decir, alternativas de tiempo libre orientadas a la vida sana. Creemos que con esta nueva línea de intervención el Método Thinking será sin dudarlo el tratamiento más completo y eficaz para tratar los problemas de sobrepeso y obesidad de los que se ofrecen en España.



    – ¿Tiene una base científica el método Thinking?

    Sí, el Método Thinking está basado en tratamientos empíricamente validados para la intervención en problemas de adicción y trastornos de la alimentación y de la ingesta de alimentos. Además, aplicamos herramientas terapéuticas como el Mindfulness y la Terapia de Aceptación y compromiso que son terapias de tercera generación con un creciente apoyo científico. Asimismo, tenemos en cuenta las aportaciones de la neurociencia, de la psicología social y de la sociología.
    Estamos al corriente de las publicaciones científicas, es más, también queremos desarrollar estudios y realizar publicaciones.
    En el año 2014 publicamos un artículo en la Revista Clínica Contemporánea del Colegio de Psicólogos en el que explicamos el trabajo grupal que realizamos para tratar los problemas de obesidad:
    http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/clinicacontemporanea/cc2014v5n1a4.pdf
    Además tenemos acuerdos de cooperación educativa con la Universidad Pontificia de Comillas y con la UEM.

    – ¿Qué diferencia al el método Thinking de otros tratamientos para problemas similares?

    El Método Thinking es un abordaje integral y científico para el tratamiento de los trastornos adictivos y los trastornos de la alimentación. Éstas son problemáticas de salud mental muy complejas y de difícil abordaje, su tasa de recuperación es muy baja, estando entre el 20% y el 30%. Nuestras estadísticas hablan de una tasa de recuperación por encima del 50%, incluso del 60%.
    Nuestro tratamiento ofrece toda una batería de herramientas multidisciplinares que buscan el cambio a largo plazo. Por ello, una vez que nuestros pacientes reciben el alta al finalizar la fase de Construcción pueden seguir viniendo y haciendo terapia en la que llamamos fase de Equilibrio. En ella pueden seguir contando con nuestro apoyo el tiempo que necesiten para apuntalar todos los cambios y habilidades que han adquirido.

    – ¿Se puede uno formar en el método Thinking?, y de ser así ¿Cómo y cuando?

    La idea de formar a profesionales es una idea que tenemos en mente pero que aún no hemos desarrollado. Por ahora colaboramos con diferentes universidades para formar a alumnos de prácticas del grado de psicología.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Amelia Zamora Bayón, por habernos acercado a este nuevo desarrollo terapéutico para combatir problemas relacionados con la alimentación denominado método Thinking: Psiconutrición.

  • ¿Se relaciona la obesidad con la fibromialgia?

    ¿Se relaciona la obesidad con la fibromialgia?

    La fibromialgia durante muchos años ha sido desatendida en el ámbito clínico por sus características.
    El dolor es la señal del organismo que se genera para avisar de que algo no va bien.

    Definiendo fibromialgia

    El dolor puede provenir tanto desde el exterior, como del interior, pero cuando el dolor se convierte en un problema en sí misma, «doliendo» el cuerpo sin ningún tipo de justificación externa o interna, es cuando se denomina síndrome de fibromialgia.
    A pesar de que existía bibliografía con respecto a pacientes que venían a consulta quejándose de un incómodo dolor que le impedía llevar una vida normal, no se atendía estos casos adecuadamente.
    Se ha tenido que esperar, hasta hace unos escasos años, para ser reconocido como un síndrome, para empezar a buscar tratamientos oportunos para ello.
    Pero sobre todo y más importante, ha adquirido consideración desde el punto de vista médico, a partir del desarrollo tecnológico, lo cual ha permitido diseñar aparatos para evaluar los niveles de dolor sin necesidad de que la persona diga nada.
    Actualmente se siguen dos vías de investigación con respecto a la fibromialgia, aquel que busca cómo mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo sufren, y la que trata de averiguar porqué se produce, y qué factores están implicados en su avance, pero ¿Se relaciona la obesidad con la fibromialgia?



    Obesidad y fibromialgia

    Esto es precisamente lo que trata de averiguarse desde la Division of Rheumatology, Department of Medicine, University of Puerto Rico, Medical Sciences Campus, San Juan y el Retrovirus Research Center, Department of Internal Medicine, Universidad Central del Caribe School of Medicine, Bayam´on (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Obesity.
    En el estudio participaron 144 mayores, 95,1% mujeres de 21 años, todo ellos diagnosticados y tratados con el síndrome de fribromialgia.
    A todos se les registró su peso y altura, para determinar si sufrían o no sobrepeso, considerándose en este segundo grupo a quienes obtenían puntuaciones superiores a 25 kilos divido entre el doble de su altura (índice de masa corporal).
    Se registró igualmente las variables sociodemográficas de los participantes, edad, género, años de estudio; período desde que sufre el síndrome; la presencia de conductas de riesgo como el consumo de alcohol o tabaco; los hábitos saludables de vida como la práctica de ejercicio moderado.
    Igualmente se evaluó mediante autoinforme la presencia de problemas de salud asociados al síndrome de fibromialgia como, insomnio, dolor de cabeza, ansiedad, anorexia, depresión, pérdida de memoria, diarreas, parestesias,…

    Los resultados informan que en el 75.7% de los pacientes con síndrome de fibromialgia además se presenta obesidad.
    Igualmente los análisis muestran una relación significativa entre la obesidad en pacientes con síndrome de fibromialgia y la presencia significativa de problemas de memoria y de ansiedad.
    No existiendo diferencias significativas en función de ninguna otra variable sociodemográfica.
    Los autores resaltan la importancia de sus resultados, dado las graves consecuencias que sobre la calidad de vida del paciente tiene la fibromialgia.

    Tratamiento fibromialgia

    Una de las limitaciones del estudio es el empleo de los autoinformes para la recogida de datos sobre los síntomas asociados al síndrome de fibromialgia, algo que se ha visto superado en los últimos años con nuevos métodos de investigación más fiables.
    Hay que tener en cuenta la desigual proporción de participantes en cada uno de los grupos; ya que aunque no tendría por qué cambiar los resultados, se debería de haber seleccionado grupos con un número equiparable de participantes para poder concluir al respecto.
    Igualmente se precisa observar si existe esta relación entre las personas obesas y altos niveles de ansiedad junto con problemas de memoria, entre aquellas personas que no padecen el síndrome de fibromialgia, o es un intermediador necesario.
    Por último, el estudio no establece si la relación existente entre la obesidad y el síndrome de fibromialga es de causa-efecto, o cuál de las dos se produce primero.
    A pesar de las limitaciones, el estudio evidencia un problema de salud como es el síndrome de fibromialga, al que además hay que prestar especial atención si se sufre sobrepeso, ya que va a tener acompañado una sintomatología que va en detrimento de la calidad de vida de los pacientes.
    Aspecto que hace replantearse en estos casos la forma de intervenir, ya que se esperaría que con la reducción del peso, se podría mejorar muchos de estos síntomas asociados, con lo que luego resultaría más efectivo el tratamiento específico del síndrome de fibromialga.

    Experto Colaborador:




    Las mujeres con sobrepeso y obesidad – especialmente los que no ejercen en absoluto o ejercicio por menos de una hora a la semana – se encuentran en mayor riesgo de desarrollar el trastorno generalizado dolor de la fibromialgia.
    Otros factores de riesgo sospechosos para la fibromialgia incluyen eventos estresantes o traumáticas como un accidente de automóvil, los antecedentes familiares, o la presencia de enfermedades reumáticas como lupus.
    En la última iteración de investigación establecer vínculos fibromialgia-obesidad, un equipo de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota, el estado evaluado Índice de Masa Corporal (IMC) y su asociación con la gravedad de los síntomas y la calidad de vida [Kim et al. 2012].
    En este estudio, 888 pacientes con fibromialgia que fueron vistos en una clínica de tratamiento de la Fibromialgia completaron el Cuestionario de Impacto de Fibromialgia (FIQ) y la encuesta de salud Short Form 36 (SF-36).

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