Categoría: Blog de Articulos con Novedades de Psicologia

En esta sección de Novedades en Psicología escria por el Dr. Juan Moisés de la Serna, se incluyen los distintos artículos sobre las diversas temáticas de Psicología y Neurociencias más actuales y destacados en dichas areas.

  • ¿Cómo afecta el duelo en la Felicidad?

    ¿Cómo afecta el duelo en la Felicidad?

    Una de la situaciones más difíciles en la vida es cuando se pierde a un ser querido lo que para algunas personas puede suponer un gran cambio.

    El duelo es el estado psicológico por el que se ha de pasar por la pérdida de dicho ser querido, considerado como una transición previamente para recuperar su estado.

    Pérdida y felicidad

    Pero el duelo no es exclusivo por la pérdida de un familiar, ya que se puede sentir por otras personas o animales con los que exista una fuerte vinculación emocional.
    A mayor vinculación emocional mayor va a ser el efecto de la pérdida; igualmente si el acontecimiento que ha generado la pérdida ha sido repentino, mayor va a ser ese sentimiento de pérdida.
    Así el duelo por la pérdida de un hijo que ha fallecido en un accidente de tráfico, un fin de semana que salía con los amigos, va a ser sentido como más doloroso, que el fallecimiento de un amigo de nuestro padre que lleva años enfermo.
    Esta pérdida va a tener efectos emocionales y en el estado de ánimo de la persona, pudiendo afectar al sueño, el apetito, e incluso en algunos casos desembocando en un Trastorno de Depresión Mayor, pero ¿Cómo afecta el duelo en la Felicidad?



    Duelo y felicidad

    Esto es lo que trata de responderse con una investigación desde la Jinan University (China), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron doscientos ochenta y tres estudiantes, de los cuales ciento cuarenta y ocho eran chicas, con edades comprendidas entre los veintiuno a veintiséis años.
    A los participantes se les separó en tres condiciones experimentales.
    En la primera los participantes rellenaron un cuestionario estandarizado sobre felicidad denominado Gallup Happy Mood Questionnaire and Life Satisfaction Scale, antes y después de su condición experimental.
    A la mitad de los participantes se les presentó material que contenía eventos de pérdida; mientras que a la hora mitad no se les enseñó nada. Encontrándose cambios significativos únicamente en el grupo que había recibido el material.
    En la segunda condición experimental, se les pidió a los participantes que evaluasen lo que le faltaba a un dibujo; previamente la mitad de ellos debían de recordar un acontecimiento de pérdida personal.
    Los resultados muestran que aquellos que recordaron una pérdida estimaban peor la tarea, amplificando lo que faltaba.
    En la tercera condición se combinaron las dos anteriores, obteniendo similares resultados pero esta vez con el contenido del material de pérdida y no basado en una experiencia personal.

    Sesgo por duelo

    Una de las limitaciones del estudio es la evaluación inmediatamente posterior de haber pasado por la condición experimental, lo que registra un efecto puntual, pero no permite saber si ese «duelo» provocado se mantiene en el tiempo o no.
    Igualmente no se han evaluado ninguna característica de la personalidad para saber si hay algún rasgo que afecte a cómo se vive la pérdida.
    Por último, a pesar de registrar el número de participantes masculinos y femeninos, no se ha realizado una análisis separado al respecto para saber si los efectos encontrados son iguales para hombres que para mujeres, o no se ven afectados por el género.
    A pesar de lo anterior, el estudio hace hincapié en la importancia del «sesgo emocional» que se produce ante la pérdida, donde la persona que sufre el duelo es incapaz de ver nada que le haga feliz en esos momentos.
    Pudiendo de esta manera explicar cómo algunas personas pasan del duelo al Trastorno de Depresión Mayor, al no ser capaz de «salir» de su situación, porque todo lo ve a través de dicho sesgo, en donde se amplifica lo negativo de la vida debido al sufrimiento por la pérdida, siendo incapaz de sentir felicidad por aquello que con anterioridad sí lo provocaba.


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  • ¿Determina la personalidad la carrera que se estudia?

    ¿Determina la personalidad la carrera que se estudia?

    Muchos son los factores que se tienen en cuenta a la hora de tomar la decisión de elegir la carrera universitaria incluida la personalidad.

    Los amigos, las salidas profesionales e incluso la familia son factores determinantes para elegir lo que estudiar, algo que va a marcar el futuro profesional de la persona, pero ¿Y la personalidad?.

    Estudiar carrera

    Con apenas dieciocho años se ha de tomar una decisión transcendental que va a determinar el futuro de la persona, ya que según estudie una carrera u otra va tener acceso a un tipo de trabajo u otro.
    Es entonces donde entran en juego las «presiones», modas y tendencias, para tomar esta decisión tan importante.
    En ocasiones se tiende por ir donde van los amigos, en otras se escoge la carrera con más empleabilidad o con la que se gana más dinero cuando se haya finalizado, también existen parámetros familiares como seguir la «tradición familiar», o incluso puede verse determinado por las posibilidades económicas al escoger una universidad más próxima a casa para no tener gastos extras.
    Igualmente el aspecto económico si no se tiene beca, va a influir en el tipo de institución a la que se va, si es pública o privada, pero ¿Determina la personalidad la carrera que se estudia?



    Personalidad estudiar

    Esto es lo que se ha tratado de responder mediante una investigación realizada desde la Faculty of Sport Sciences, Usak University (Turquía) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Social Sciences & Education.
    En el estudio participaron quinientos noventa y cuatro estudiantes universitarios, de los cuales doscientos sesenta y uno eran mujeres, con edades comprendidas entre los diecisiete a veintinueve años.
    Seis fueron los tipo de facultades de dichos universitarios, Facultad de Ciencias del Deporte, Facultad de Teología, Facultad de Educación, Facultad de Artes y Ciencias, Facultad de Ingeniería y Escuelas Vocacionales.
    Para evaluar la personalidad se empleó el cuestionario estandarizado de Eysenck denominado Eysenck Personality Questionnaire” and “Rosenbaum’s Learned Resourcefulness Scale (EPQ), que evalúa tres factores de la personalidad, el psicoticismo, la extraversión y el neuroticismo.
    Igualmente se empleó el Rosenbaum Learned Resourcefulness Scale (L.R.S.) para evaluar las habilidades de autocontrol, necesarias para la consecución de objetivos.
    Los resultados informan de diferencias significativas en los niveles de psicoticismo en función del género, siendo significativa mayor en chicos.
    En cuanto a la selección de la carrera universitaria se encontraron diferencias significativas en función del nivel de extraversión del estudiante.
    Así los estudiantes con niveles más elevados de extraversión elegían carreras impartidas en la Facultad de Deporte y en las Escuelas Vocacionales, mientras que los que tenían bajos niveles de extroversión, o lo que es lo mismo altos niveles de introversión preferían estudiar en carreras impartidas en la Facultad de Teología, Facultad de Ingeniería y Facultad de Artes y Ciencia.

    Personalidad carrera

    Hay que tener en cuenta que en Turquía la enseñanza es gratuita incluso en los niveles universitarios, luego el aspecto económico a la hora de determinar el tipo de universidad no va a suponer un factor determinante.
    Igualmente se ha de tener las peculiaridad culturales de esta población universitaria, lo que hace que para ser extensible sus resultados se necesite replicar los estudios en otras culturas.
    Con las salvedades anteriores, el haber encontrado diferencias significativas en función del nivel de extraversión entre estudiantes de unas carreras frente a otras es indicativo de que las mismas fueron escogidas en función de la personalidad.
    Eso no indica que exista un determinismo proveniente de nuestra personalidad, si no una predisposición que nos hace ver como más atractiva aquellas carreras que se corresponden con nuestra forma de ser.

  • ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?

    ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?

    En una sociedad basado en la comunicación, parece que la sordera puede resultar un inconveniente.

    La pérdida de la audición es un problema frecuente en los ancianos, pero también entre los jóvenes que se ven expuestos a sonidos demasiados altos; igualmente entre las causas de la sordera están las genéticas.

    Dificultades auditivas

    Actualmente estamos continuamente bombardeados por sonidos provenientes de distintas fuentes, ya sea de otros vehículos al conducir, de la televisión al presentar las noticias, o de otra persona que intenta decirnos algo.
    Tal es así que hay ciudades consideradas como las más ruidosas, donde incluso se hace difícil separar el ruido de las palabras de una conversación, pero ¿Qué pasaría si no tuviésemos acceso a ese sonido?
    Esto que hace se años hubiese considerado un trauma, actualmente y gracias a los avances se considera un problema a superar.
    El lenguaje de signos ha permitido mantener la comunicación con los demás, para poder expresar lo que uno siente, piensa o quiere, lo que de otra forma supondría un gran problema de aislamiento, pero ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?


    https://youtu.be/4-el6oR1Ttg

    Sordera y emoción

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada por el Department of Psychology, Göteborg University (Suecia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Clinical and Experimental Psychology.
    En el estudio participaron cincuenta y tres adultos, treinta y tres de ellos eran sordos y el resto con dificultades auditivas, de los cuales cuarenta y dos eran mujreres, con una edad media de 42 años.
    Para evaluar la presencia de problemas emocionales se empleó una escala estandarizada denominada Positive Affect Negative and Affect Scale (P.A.N.A.S.), para evaluar el nivel de estrés se empleó el Stress and Energy (S.E.) y para evaluar el nivel de autoestima se usó el Rosenberg’s Self-esteem Scale (S.E.S.).
    También se recogieron datos sociodemográficos de los participantes, el nivel de educación o el consumo de tabaco o alcohol entre otros.
    Los resultados muestran que según evaluación de la salud mental siguiendo los criterios del D.S.M.-V., el 43% de los participantes sufrían Trastorno de Depresión Mayor; el 33% Trastornos de Ansiedad; el 33% sufrían Traumas relacionados con estresores; el 21,4% Trastorno de Déficit de Atención; el 12% Trastorno Obsesivo Compulsivo; el 7% Personalidad Esquizotípica; y el 21% Trastorno del Espectro Autista; comprobándose que en el 5% de los participantes se producía Adicción a Sustancias.
    Hay que señalar que la suma de los diagnósticos anteriores superan el 100%, ya que estos no son excluyentes, pudiéndose presentar en la misma persona, por ejemplo, el Trastorno de Depresión Mayor y el Trastorno de Ansiedad.
    En total el 42% de los participantes sordos o con dificultades auditivas mostraron más de una psicopatología.
    Con respecto de la evaluación de las escalas y cuestionarios, se obtuvo que la autoestima y el nivel de energía pueden predecir la presencia de patologías asociadas a la emoción.

    Sordera y trastorno emocional

    Una de las limitaciones es en cuando a la exposición de los resultados, no haciendo distinción entre los que eran sordos y los que tenían dificultades de audición.
    Cabría esperarse que a mayores dificultades auditivas mayores problemas psicológicos, pero al no realizar dicha distinción no se puede concluir al respecto.
    Igualmente no se ha tenido en cuenta criterios de integración que pueden estar afectando al estado de ánimo del participante; esperándose que las personas sordas integradas tengan menores problemas psicológicos que las no integradas, aspecto que tampoco se ha podido comprobar en este estudio.
    A pesar de las limitaciones del estudio, se ha comprobado como este colectivo es especialmente sensible a padecer problemas psicológicos, sobre todos a los relacionados con el estado de ánimo.
    Algo a tener en cuenta en los centros especializados de tratamiento de los problemas de audición, y centros de integración, donde deberían de conocer alguno de los síntomas principales de estas psicopatologías, para derivar a sus miembros al profesional de la salud cuando los detectasen.
    Igualmente cabría esperar que se diseñasen programas de prevención entre este colectivo, para que puedan tener una mejor calidad de vida, sin complicaciones psicopatológicas.

  • ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?

    ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?

    Algunos autores han definido al ser humano como un «animal social», por lo que la soledad se podría entender como contra-natura.

    Es cierto que en algunos momentos es bueno y deseado unos momentos de soledad, pero no así el aislamiento social del que se tiende a evitar.

    Aislamiento social

    Si pensamos en grupos de edad, probablemente supongamos que las personas cuanto más mayores pueden sentirse más solas, sobre todo a edades más avanzadas, donde el anciano a perdido a tantos por «el camino».
    Por el contrario, la época de la adolescencia y la juventud son las épocas de la exploración, donde el grupo de iguales se convierte en el referente, y donde parece que no hay momento para estar solos.
    A pesar de lo cual, el sentimiento de la soledad no es algo que dependa del número de personas con las que se esté en ese momento, sino de las relación íntima y de calidad con esas mismas personas, pudiéndose sentir aislado en una fiesta con desconocidos, o muy acompañado con una sola persona.
    Sentimientos de soledad que van a regir lo que pensamos y cómo nos comportamos, pero ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?



    Soledad y alcohol

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde la University of New Brunswick, Saint John (Canada) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Depression & Anxiety.
    En el estudio participaron doscientos cuarenta y seis adultos, de los cuales el 71,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta años.
    Todos los participantes tuvieron que rellenar un cuestionario estandarizado sobre el uso de sustancias denominado University Life and Substance Use Survey, sobre el uso y abuso de alcohol mediante el Alcohol Use Disorder Identification Test (A.U.D.I.T.), y el abuso de sustancias con el Drug Use Disorder Identification test (D.U.D.I.T.).
    Igualmente se evaluó el nivel de soledad percibido mediante el Social and Emotional Loneliness Scale for Adults- Short version (S.E.L.S.A.-S.), y el estilo de relaciones íntimas mediante el Experiences in close relationships scale (E.C.R.).
    Los resultados muestran una correlación positiva significativa entre el nivel de soledad y el abuso de sustancias, siendo las más común el alcohol, en un 49,8% de los participantes.
    Es decir, en la medida que existe una aislamiento social crónico se incrementa sustancialmente las posibilidades de que la persona acabe convirtiéndose en un alcohólico.

    Soledad y abuso de sustancias

    Entre las limitaciones del estudio está precisamente la selección de los participantes, ya que a edades tan jóvenes es difícil encontrar a personas que sufran aislamiento crónico, más frecuente a edades superiores, con lo que se esperaría hallar los mismos resultados en poblaciones de mayor edad en una nueva investigación.
    Igualmente la evaluación se realizó mediante autoinforme, sujeto al sesgo de la deseabilidad social, en donde el participante puede «maquillar» sus resultados según lo que cree que el experimentador busca.
    Un registro observacional o mediante informes de terceras personas podrían completar la información proporcionada.
    Este resultado puede parecer contradictorio con lo que se puede observar en bares o discotecas, en que los amigos se reúnen a celebrar bebiendo alcohol.
    Pero si recordamos la barra de los bares, aquellos que se quedan por horas son los más aislados del lugar, que escasamente entablan conversación más allá de solicitar una nueva copa.
    A pesar de que los autores resaltan los resultados no plantean ningún tipo de relación causa-efecto, ya que las personas que consumen alcohol en exceso acaban siendo «apartadas» y en ocasiones rechazadas por los demás, aumentando así su sentimiento de soledad y aislamiento.
    Igualmente queda por diseñar programas de prevención al respecto, donde se analicen las causas de la soledad crónica entre jóvenes, para darles «solución» y evitar así que acaben siendo bebedores crónicos, con todos los problemas para la salud que entraña.

  • ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?

    ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?

    Una de las dificultades de cualquier tratamiento es si existe comorbilidad con otras patologías, sobre todo si lo sufre un pequeño con Trastorno del Espectro Autista y además sufre epilepsia.

    Si pensamos en las importantes consecuencias que entraña el Trastorno del Espectro Autista, caracterizado por un retraso en el desarrollo de habilidades de comunicación, que además va a ir acompañado de problemas de coordinación motriz y dificultades en el manejo del mundo emocional.

    Autismo

    El padecer otras patologías, ya sean orgánica o psicológicas no va a hacer si no complicar el proceso de desarrollo del menor, pues va a tener que ser tratado de ambos.
    Si ya es complicado sufrir una patología orgánica o psicológica cuando se es menor, hacerlo cuando se sufre un trastorno del desarrollo es aún más complicado tanto para el menor como para sus padres.
    Uno de los padecimientos más desconcertantes para los progenitores y con importantes consecuencias para el menor es sufrir epilepsia, lo cual suele incluir ataques que se acompañan con pérdida de memoria, caídas y convulsiones.
    Una situación no agradable para ninguna persona, pero mucho menos para un pequeño en desarrollo, que ve cómo esto afecta a sus relaciones con los demás pero, ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?


    https://youtu.be/GHFUYQo9WmY

    Epilepsia

    Esto es precisamente lo que trata de resolverse mediante una investigación realizada desde el Pediatric Neurology Department y el Pediatric Department, Pequeno Príncipe Children’s Hospital, junto con Otoneurology Laboratory, Tuiuti University of Paraná (Brasil) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Epilepsy and Clinical Neuropsychology.
    En el estudio participaron 65 pequeños con el diagnóstico de trastorno del espectro autista, según los criterios del D.S.M.-V. y que además sufrían epilepsia, de los cuales 23 eran niñas.
    Se analizó el EEG como modo de estudiar las diferencias neuronales realizando registro de actividad eléctrica cerebral en sesiones superiores a treinta minutos donde los pequeños no debían de hacer nada.
    Igualmente se recogió información sobre el historial médico del pequeño, problemas en el nacimiento e incluso el historial del problemas de sus progenitores.
    Entre estos pequeños con Trastorno del Espectro Autista, el 9,52% habían sido bebés prematuros; el 7,94% habían sufrido asfixia durante el parto; y el 15,87% tenían familiares con antecedentes de problemas neurológicos.
    Los resultados indican la presencia de epilepsia en un 17,4% de ellos, de los cuales el 63% eran niñas.
    Igualmente se ha establecido una clasificación entre los pequeños con epilepsia en función de las áreas afectadas, aunque en muchos de esos grupos sólo se incluía un menor.

    Autismo y epilepsia

    Aunque todavía no está suficientemente explicado el motivo, la presencia de epilepsia se encuentra dentro de los parámetros de estudios anteriores que lo sitúan entre un 5 a un 46% de los casos de autismo, mientras que la presencia de epilepsia en la población general se sitúa entre un 0,7 a un 1%.
    Igualmente la mayor presencia de casos en niñas, del 63% se corresponde con los hallazgos previos, y eso que la proporción de la presencia del trastorno del espectro autista en mujeres de de 1 a 4.
    Que exista una comorbilidad entre ambos, no es suficiente para establecer una relación de causa efecto, lo que sí parece claro es que las consecuencias que conlleva en el menor van a ser aún mayores.
    Algunos autores han señalado que esta comorbilidad puede deberse a una disfunción cerebral todavía no localizada, es decir, que los pequeños tengan problemas neuronales que sustenten tanto la aparición de la epilepsia como el sufrir el Trastorno del Espectro Autista.
    Hay que tener en cuenta que los pequeños que sufren autismo junto con epilepsia deben recibir la medicación correspondiente con antiepilépticos y/o antipsicóticos, de ahí la importancia de su diagnóstico, para lo cual únicamente se requiere de una prueba tan sencilla como es el análisis del EEG.

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