Categoría: Adolescencia psicologia o adulto joven

  • ¿Conoces el Sistema de Evaluación de Niños y  Adolescentes (SENA)?

    ¿Conoces el Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes (SENA)?

    El SENA es un instrumento de reciente creación para la evaluación general de problemas en pequeños desde los 3 años.

    Evaluación de Niños

    Uno de las problemáticas con respecto a la evaluación durante la infancia es que existen muchas y diversas herramientas, centradas en uno o dos aspectos, y con criterios de estandarización y homogeneización diferentes. Debido a ello, los profesionales de la evaluación de la infancia y la adolescencia tienen que realizar distintas evaluaciones utilizando varios instrumentos antes de obtener una idea general de la problemática que presenta el pequeño, más allá de las «quejas» de padres y profesores.
    Un proceso de búsqueda de la mejor herramienta que no hace si no retrasar el diagnóstico y la posterior intervención. Tal es así, que incluso ha habido padres que han desistido en su intento por buscar solución para su hijo, debido a la cantidad de horas y pruebas a las que se ve sometido, y todo ello sin un resultado claro.
    Es cierto que la experiencia y pericia del profesional que lleva años trabajando con niños y adolescentes, ahorra mucho tiempo, ya que se concibe un «prediagnóstico» en función de las «quejas» y lo que él mismo puede observar del pequeño, lo cual debe de ser confirmado por una herramienta estandarizada al efecto.
    Situación que se convierte en todo un gran puzzle para quien inicia en la evaluación infantil y de la adolescencia, o que sin ser su área de especialización debe de atender algún caso que lo requiera.
    Para ello se acaba de presentar una herramienta de evaluación global de los trastornos de conducta y emocionales «más comunes» en niños y adolescentes, denominado SENA, pero ¿Conoces el Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes (SENA)?



    Evaluación de Adolescentes

    Para dar solución a esta diversidad de herramientas se ha creado por parte de la empresa T.E.A. Ediciones, un nuevo instrumento de evaluación psicológica denominado Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes (SENA).
    Entre las características de esta herramienta está que divide la evaluación en función del nivel educativo del pequeño: Educación Infantil (de 3 a 6 años), Primaria (de 6 a 12 años) y Secundaria (de 12 a 18 años).
    La aplicación de la prueba es de 20 minutos y puede ser administada tanto individual como colectivamente.
    El uso de esta herramienta depende del profesional que lo utilice, así se puede emplear tanto en el ámbito educativo, clínico o forense.
    Se evalúan cuatro aspectos de la conducta y la vivencia emocional en la infancia y la adolescencia, de donde se saca un índice global:
    – Problemas Interiorizados, Depresión, Ansiedad, Ansiedad social, Quejas somáticas, Sintomatología postraumática y Obsesión-compulsión
    – Problemas Exteriorizados, Problemas de atención, Hiperactividad-impulsividad, Problemas de control de la ira, Agresión, Conducta desafiante y Conducta antisocial.
    – Problemas Contextuales, Problemas con la familia, Problemas con la escuela y Problemas con los compañeros.
    – Problemas Específicos, Consumo de sustancias, Problemas de la conducta alimentaria, Retraso en el desarrollo, Problemas de aprendizaje, Esquizotipia o Comportamiento inusual.
    En el caso concreto del Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA) la evaluación se realiza mediante el apartado correspondiente a Problemas Exteriorizados, en concreto en los ítems correspondientes con HIP- Hiperactividad-Impulsividad y ATE – Problemas de Atención, pudiendo ser también de interés los índices relativos a otros apartados para completar la panorámica general de la influencia del problema del TDA en el menor.

    Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes

    A pesar de la innovación que supone la herramienta en cuanto a ofrecer una visión general de los problemas más comunes que presentan los niños y adolescentes, la herramienta debe ser complementada con otras que analicen y evalúen la problemática concreta objeto de consulta.
    Si bien ofrece información imprescindible para tener una visión general del pequeño, que permite comprende en qué áreas presenta problemas para el establecimiento de la intervención oportuna.
    Queda por analizar la correspondencia o redundancia de esta herramienta con otras hasta ahora utilizadas, por ejemplo en el caso concreto del TDA, hay que analizar hasta qué punto los índices correspondientes a HIP- Hiperactividad-Impulsividad y ATE – Problemas de Atención muestran correlación con las herramientas establecidas para la evaluación del Trastorno de Atención, para comprobar si ofrece información nueva y útil que añadir a las ya empleadas.
    Dicho lo cual se trata de una valiosa herramienta recomendada como screening para analizar las áreas donde muestra problemas el menor, con lo que poder focalizar nuevos estudios, para alcanzar el diagnóstico y diseñar la intervención posterior.

  • ¿Existen deficiencias neuronales en jóvenes con Trastorno Bipolar?

    ¿Existen deficiencias neuronales en jóvenes con Trastorno Bipolar?

    El conocimiento de los últimos años sobre el Trastorno Bipolar se ha centrado en controlar los síntomas a través de la psicofarmacología.

    Joven y trastorno bipolar

    La búsqueda por reducir los episodios maníacos ha centrado buena parte de la investigación con respecto al Trastorno Bipolar, sabiendo que cuentan con los avances de otros profesionales, los que se dedican a la investigación de mejores tratamientos para el Trastorno de la Depresión Mayor.

    Una de las características del Trastorno Bipolar es que tiene un origen alrededor de la adolescencia tardía, hecho que va a marcarle como adulto, debido a las consecuencias que va a tener tanto en su vida como en las personas de su alrededor, si no está adecuadamente diagnosticada y tratada.

    Muchos han sido los intentos por descubrir «detonantes» que expliquen por qué se produce el primer episodio maníaco entre los jóvenes, ya que si se descubre la causa se puede tratar de prevenir, pero ¿Existen deficiencias neuronales en jóvenes con Trastorno Bipolar?



    Joven bipolar

    Esto es lo trata de averiguarse desde la Universidad de Stanford (EE.UU.) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry.
    En el estudio participaron 43 jóvenes entre los 13 a 21 años, 20 de ellos diagnosticados con Trastorno Bipolar I, caracterizado por la presencia mayoritariamente de episodios maníacos; siendo el resto jóvenes sin este trastorno que sirvieron como grupo control con el que comparar.
    Para evaluar el pasado psiquiátrico y la presencia de sintomatología psicopatológica se emplearon dos cuestionarios estandarizados, el Affective Modules of the Washington University in St. Louis–Kiddie Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia (WASH-U KSADS) y el Kiddie Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia–Present and Lifetime version (KSADS-PL).
    Los mismos cuestionarios fueron pasados por los padres de los jóvenes para analizar si mostraban antecedentes familiares.
    Para evaluar la gravedad de la sintomatología maníaca se emplearon dos cuestionarios más, el Young Mania Rating Scale (YMRS) y el Children’s Depressive Rating Scale –Revised (CDRS-R).
    Se evaluó también el nivel de ansiedad y el nivel de impulsividad a través de Children’s Global Assessment Scale (CGAS) y e Barratt Impulsiveness Scale (BIS-1) respectivamente.
    Finalmente se les administró el self-referent encoding task (SRET), donde debían de recoger durante una semana aquella palabra emocional que lo mejor hubiese definido, evaluando de esta forma la emotividad percibida.
    Todos los datos anteriores fueron conjuntados a una resonancia magnética cerebral, donde se observaban principalmente las áreas asociadas a las emociones, como son las amígdalas.
    Los resultados informan de que los jóvenes con Trastorno Bipolar tienen una densidad menor de conexiones neuronales entre la amígdala y el hipocampo y el giro precentral, y un incremento de conexiones entre la amígdala y el precuña, situada en la parte superior del lóbulo parietal.
    Existiendo una correlación significativamente positiva entre la amígdala basolateral y el hipocampo derecho con el nivel de ansiedad en los adolescentes con Trastorno Bipolar, pero no en el grupo control.

    Cerebro y trastorno bipolar

    A pesar de que los resultados parecen claros en cuanto a las diferencias en la conectividad cerebral entre los jóvenes con o sin Trastorno Bipolar, los autores no adelantan ningún tipo de explicación al respecto, si se trata de algo genético, o producido por unos niveles elevados de ansiedad durante la infancia.
    Regiones que por otra parte, son fundamentales para el normal desarrollo del pequeño, así la menor conectividad con el hipocampo, responsable en buena medida del procesamiento de la memoria, puede informar de cierta vulnerabilidad de este colectivo, a tener problemas de memoria y aprendizaje subsecuentes.
    Igualmente los autores no informan si este podría ser un método válido de diagnóstico temprano, con el que detectar a los jóvenes más vulnerables a padecer Trastorno Bipolar, o si los cambios neuronales, son consecuencia de los episodios maníacos, y no se podrían observar hasta que no surgiesen estos.
    A pesar de lo anterior,el avance en el conocimiento de las diferencias neuronales, permite abrir una nueva vía de trabajo en cuanto a tratamiento psicofarmacológico se refiere, con el que buscar compensar el «anormal» funcionamiento del cerebro entre los jóvenes diagnosticados con Trastorno Bipolar I, sabiendo que la intervención debe ser completada con las sesiones psicológicas orientadas a dar herramientas de manejo del estrés y de la frustración como parte de una estabilización del estado de ánimo del joven, para que tenga menores consecuencias en su vida como adulto.

  • ¿Sabes si tu hijo es propenso a sufrir Bullying?

    ¿Sabes si tu hijo es propenso a sufrir Bullying?

    Una de las circunstancias más desconcertantes para quien lo sufre, es saber que es más propenso a sufrir Bullying.

    Propenso a sufrir Bullying

    Si pensamos en Bullying o acoso, lo solemos hacer en el ámbito escolar entre iguales. Una situación que llevaba unos años abriendo los telediarios, hasta que se han empezado a implementar una serie de medidas, que facilitan tanto la denuncia por parte del pequeño que sufre acoso, como por parte de los profesores a la hora de detectar los síntomas del Bullying.
    El aislamiento del parte o todos sus compañeros, un bajada destacada en las calificaciones e incluso el miedo a ir a clase son síntomas claros para padres y profesores de que algo va mal en la escuela, los cuales tienen que ser oídos y atendidos por los adultos, pues es la forma que en muchas ocasiones tienen los menores de «quejarse» del Bullying.
    Unas medidas que incluyen la intervención policial e incluso judicial cuando así es requerida por las circunstancias concretas del Bullying. Tal es así, que se ha creado un teléfono de denuncia anónima, a semejanza del teléfono para atender los casos maltrato a la mujer, pero ¿Sabes si tu hijo es propenso a sufrir Bullying?



    Adolescencia y Bullying

    Esto es lo trata de averiguarse desde CFK Salud Pública y Calidad de Mejoramiento central Dinamarca Región y la Universidad de Estudios Clínicos, la de Parken, la de Aalborg (Dinamarca) cuyos resultados se han publicado en la revista científica BMC Psychology.
    En el estudio participaron 3.681 alumnos con edades entre los 14 y 15 años. Estos mismos alumnos fueron evaluados a la edad de los 17 a 18 años, pero únicamente completaron el estudio 2.181 alumnos.
    De los cuales en esta segunda medida, 125 estaban trabajando, 348 tenían un contrato de aprendiz, 1.305 compaginaban estudios y trabajo y 478 no tenían trabajo.
    De todos ellos se obtuvieron datos demográficos, como los ingresos familiares, nivel educativo de los padres,…
    A los participantes se les hizo tres preguntas en los dos momentos de medida, donde debían identificar si estaban sufriendo Bullying, y de ser así con qué frecuencia lo sufrían.
    Igualmente tuvieron que contestar un cuestionario estandarizado sobre la relación del joven con la familia a través del Parental Bonding Instrument y del Family Assessment Device – General Functioning scale (FAD-GF).
    Se evaluaron dos marcadores de salud, como fueron el número de cigarrillos que consumían diariamente y la presencia o no de sobrepeso.
    Por último se evaluó la personalidad de los adolescentes mediante una escala de autoestima, el Rosenberg’s global self-esteem scale y el Brief COPE Scale para evaluar la capacidad de afrontamiento de las situaciones estresantes.
    Los resultados informan de una reincidencia en las víctimas que ya sufrieron Bullying, pero que ahora lo sufren en el ámbito laboral.
    Los autores analizaron las características implicadas en esta reincidencia, y determinaron que los que más lo sufren son aquellos que muestran bajos niveles de autoestima, con unos padres sobreprotectores, un nivel socio económico intermedio y bajo sentido de la coherencia.
    El sobrepeso también hace que el alumno sea propenso a sufrir Bullying tanto nivel escolar como laboral.
    Por lo que los autores concluyen, que el alumno que muestre el perfil anteriormente indicado es más propenso a sufrir Bullying durante toda su vida, si no consigue desarrollar las habilidades necesarias para hacer frente a este proceso de victimización en que se encuentra.

    Escuela y Bullying

    Hay que tener en cuenta que los resultados se corresponden con una sociedad concreta donde muchos jóvenes se incorporan al mundo laboral nada más terminar el instituto, una realidad que difiere en mucho de otras localizaciones, por lo que se precisa de nueva investigación al respecto para poder obtener conclusiones válidas.
    Tal y como señalan los autores del estudio, hay que hacer hincapié en la formación de habilidades de afrontamiento de las situaciones de estrés desde la escuela, y por supuesto, establecer y ejecutar las medidas de detección del acoso en la escuela.
    Pero estas medidas no deben ir solo encaminadas a detener la conducta de acoso, sino también, a reforzar las habilidades de la víctima del acoso, pues tal y como se ha visto en el estudio, si no se hace así, en un futuro, ya sea en el instituto o en el ámbito laboral va a volver a sufrir este acoso.
    La intervención psicológica, por tanto debe incidir tanto en las habilidades sociales, con las que expresar sus emociones, así como en el control del estrés, y reforzando la autoestima del pequeño.
    Un papel protagonista que tendrá que ir asumiendo el psicólogo escolar, ya que es el más preparado tanto para la detección como para la intervención posterior.

  • ¿Qué papel juegan los padres en los deportistas?

    ¿Qué papel juegan los padres en los deportistas?

    La vida de los deportistas se basa en estar en forma y entrenar mucho para poder rendir al máximo en las competiciones.

    Padres de deportistas

    Cuando uno piensa en jóvenes deportistas, imagina todo el esfuerzo y la dedicación que tienen que invertir para conseguir éxito en su carrera profesional. Muchos son los que inician el deporte pensando que podrán llegar hasta lo más alto, pero son pocos los que lo alcanzan.
    Una vida de sacrificios con una media de ocho horas de entrenamiento, son necesarios para tener unas condiciones físicas óptimas y unas destrezas suficientemente desarrolladas.
    Pero de nada sirve, si la persona no tiene las condiciones psicológicas adecuadas, algo de lo que hasta hace poco no se habían dado cuenta los equipos, y de lo cual ha surgido una nueva profesión, el psicólogo deportivo.
    Entre sus muchas funciones, está el de dar soporte psicológico y ayudar a los competidores a estar en sus mejores condiciones mentales a la hora de afrontar las pruebas a superar. Algo que si bien parece depender de uno mismo, puede verse influido por los condicionantes externos, como quién serán los restantes competidores, en qué condiciones se disputa la competición,…, pero ¿Qué papel juegan los padres en los deportistas?



    Familia deportistas

    Esto es lo trata de averiguarse desde la Universidad Guru Nanak De, el Instituto Deportivo Armado, la Sociedad de Control AIDS del estado de Punjab (India) cuyos resultados se han publicado en la revista científica The International Journal of Indian Psychology.
    En el estudio participaron 100 estudiantes de escuelas deportivas, 50 chicos y 50 chicas, con edades comprendidas entre los 14 a 18 años.
    Todos ellos rellenaron dos pruebas, uno relativo al nivel de influencia de los padres en la vida del joven mediante la escala estandarizada, Parental Involvement Scale; y la segunda donde se evalúa el nivel de autoestima del joven mediante la escala Self-esteem Scale.
    Según la escala de influencia de los padres, los resultados indican que los padres tienen significativamente una mayor influencia sobre las chicas que sobre los chicos.
    No existen diferencias en cuanto al nivel de autoestima respondido entre los chicos y las chicas.
    Analizando ambas en conjunto, no se obtienen diferencias significativas del nivel de autoestima en función de la influencia paterna.

    Deporte y familia

    Hay que tener en cuenta que el profesional deportivo no es una persona aislada del resto del mundo, y que cuando termina su entrenamiento o competición vuelve con su familia y su círculo de amistad, influyendo estos, aún sin saberlo, en el estado de ánimo y la autoestima de estos profesionales.
    Igualmente hay que tener en cuenta el momento evolutivo del joven, donde los padres han pasado a un «segundo plano», convirtiéndose los iguales en su modelo de referencia, luego faltaría incluir en el estudio esta variable para comprobar si la autoestima es totalmente independiente del medio social del deportista o no.
    A pesar de lo cual, el papel de «los otros» no parece ser tan determinante como a priori cabría esperar, entre otros motivos, por que en el papel del psicólogo deportivo está el de reforzar al autoestima de los atletas y sus convicciones sobre sus propias capacidades y potencialidades.
    Al respecto y como excepción a lo anteriormente mencionado, únicamente hay que recordar varios casos notorios, en el que un jugador número uno del mundo, perdió su hegemonía justamente el año en que sus padres estaban divorciándose, lo que seguro originó gran tensión intrafamiliar, y al final afecto en el rendimiento deportivo.

  • ¿Se relaciona el Burnout con alguna característica de personalidad?

    ¿Se relaciona el Burnout con alguna característica de personalidad?

    Una de las situaciones más desasgradables para los jóvenes es sufrir el síndrome de Burnout, pero ¿Qué papel juega la personalidad de adolescente en ello?

    Burnout en adolescentes

    El síndrome de Bournout, o de estar quemado, consiste en un padecimiento psicológico de síntomas como la fatiga crónica, una baja autoestima, con sentimiento de decaimiento e impotencia, unido a una pérdida de interés por aquello que realiza, todo lo cual se puede llegar a provocar sintomatología física como mareos, bómitos, dolores articulares o de cabeza, insomonio,…
    Una situación que es más habitual que lo sufran los adultos, debido principalmente a exigencias percibidas del ambiente, a las que entienden que no pueden responder satisfactoriamente; presente sobre todo en el ámbito laboral, asociado principalmente con el estrés en el trabajo.
    Pero los jóvenes también pueden estar sometidos a situaciones de estrés continuado, tando desde el ámbito académico como deportivo, sobre todo si este último se realiza de forma profesional, participando en algún club deportivo, sometido a la presión de las competiciones periódicas, preocupados en mejorar su puntuación en cada campeonato, pero ¿Se relaciona el Burnout con alguna característica de personalidad?


    https://youtu.be/6aVSJwnMuAE

    Burnout en atletas

    Esto es lo que se afirma haber encontrado desde la Universidad de Kent (Inglaterra) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Sport & Exercise Psychology.
    En el estudio participaron 103 atletas, 82 chicos y 21 chicas, entre los 16 a 19 años, todos ellos pertenecientes a clubs deportivos, siendo participantes asíduos a competiciones a nivel regional, nacional e internacional.
    Hubo atletas de muchos tipo de deportes diferentes como futbol, rugbi, baloncesto,…
    De todas las características de personalidad posibles, los autores seleccionaron la del perfeccionismo para ser analizada en este estudio, todo ello basado en estudios previos que ellos mismos realizaron.
    Se tomaron medidas de evaluación en dos momentos diferentes, separados por tres meses. A todos ellos se les administraron dos cuestionarios para evaluar la característica de personalidad de perfeccionamiento, empleado el Sport Multidimensional Perfectionism Scale (SMP) y el Multidimensional Inventory of Perfectionism in Sport (MIPS).
    A través de estos cuestionarios se evaluaron dos dimensiones del perfeccionamiento, la preocupación por alcanzar el perfeccionamiento, de entidad más psicológica; y el esfuerzo por la perfección.
    Para evaluar la presencia de síndrome de Burnout entre los atletas se evaluaron a través de la escala estandarizada Athlete Burnout Questionnaire (ABQ).
    Los resultados muestran que aquellos atletas que tenían una mayor preocupacion por alcanzar la perfección, pero con bajos niveles de esfuerzo por alcanzarlo, eran los que más probabilidades de sufrir Burnout tenían.
    Y al reves, aquellos que más se esforzaban por conseguir sus metas, sin preocuparse por la perfección, eran los que menos sufrían el síndrome de Burnout.

    Burnout y personalidad

    Aunque los resultados parecen claros entre la relación de esta característica de personalida de la preocupación por el perfeccionamiento y una mayor incidencia del Burnout, hay que tener en cuenta que el estudio se ha centrado en una población muy específica, los jóvenes atletas, precisando de mayor investigación en otros ámbitos de la juventud antes de concluir sobre la generalidad de esta relación.
    Tal y como sucede en otros ámbitos, el preocuparse en exceso, puede llevar a bloquear a la persona, sobre todo cuando esta no pone de su parte por superar la situación en la que se encuentra, y como en este caso, llevarle a sufrir un síndrome de bournout.
    A pesar de que los resultados se han centrado en la caractersíticas de personalidad del perfeccionamiento, sería conveniente realizar análisis sobre otras características que pudiesen estar mediando en esta relación con el síndrome de Bournout, para comprender cómo intervenir de forma más eficaz para evitar que aparezca.

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