Autor: Dr. Juan Moisés de la Serna

  • ¿Es beneficiosa la meditación para los niños con autismo?

    ¿Es beneficiosa la meditación para los niños con autismo?

    Un reciente estudio analiza los beneficios de la práctica de meditación para los niños con autismo para reducir sus altos niveles de estrés.
    El Trastorno de Espectro Autista es un trastorno del desarrollo infantil en el que su principal síntoma son los problemas de comunicación con sus semejantes.

    Meditación para los niños con autismo

    La imposibilidad de comunicarse, unido a las constantes demandas del exterior, así como la continua estimulación del ambiente, hacen que el pequeño en muchos casos se encuentre desconcertado y «superado» por la situación, y todo ello sin poder expresarse y que los demás le entiendan.
    Una situación estresante que afecta a su calidad de vida, y que puede desembocar en un Trastorno de Ansiedad, el cual se ha estimado que afecta a un 40% de los pequeños en esta situación.

    La principal intervención en el Trastorno del Espectro Autista está centrada en mejorar las habilidades comunicativas del menor, tanto de comprensión de lo que los demás quieren decirle, como a la hora de expresarse adecuadamente.
    Además de ello, en aquellos pequeños donde los niveles de ansiedad son considerablemente elevados e interfieren con su vida, se realizan entrenamientos en el control del estrés.
    A raíz de ello han surgido algunos intentos por adaptar estos tratamientos de estrés al Trastorno del Espectro Autista, con mayor o menor éxito, debido a sus características «especiales», que en muchos casos le impide seguir instrucciones complejas o de introspección, pero ¿Es beneficiosa la meditación para los niños con autismo?


    https://youtu.be/5Mr533oZH74

    Meditación infancia

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde el Centro de Evaluación y Tratamiento y la Escuela de Medicina Georgetown (EE.UU.) junto con la Universidad de Newcastle (Australia), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Cogent Psychology.
    En el estudio participaron 6 niños entre los 10 y 30 años, todos ellos diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista, siguiendo los criterios diagnósticos del DSM IV-R.
    A todos ellos se les pasó por un entrenamiento que se extendía durante tres meses.
    Cada día debía realizar dos sesiones de Meditación Transcendental, con una duración entre 15 a 20 minutos.
    Se realizó una entrevista semiestructurada a los padres y a los niños para evaluar el nivel de desempeño funcional, así como los niveles de estrés percibido, mediante informe retrospectivo de seis meses antes y de un mes previo a la misma.
    Los resultados informan de notables mejoras en cuanto a la reducción del nivel de estrés de los pequeños, lo que les ayuda en su autoregulación, mejorando su tolerancia y productividad, ayudándolo además a mejorar la calidad del sueño.

    Meditación y autismo

    Hay que tener en cuenta el escaso número de participantes, y la gran horquilla de edad contemplada en el estudio, lo que no permite extraer conclusiones claras sobre la eficacia de la meditación para los niños con autismo, por lo que se requiere de un mayor número de participantes, así como una separación por franjas de edad, como mínimo entre la infancia, la adolescencia y la edad adulta, para poder comprender mejor la eficacia de la meditación en la reducción y el control del estrés.
    Igualmente los métodos empleados para la evaluación de la eficacia a través de autoinformes de niños y padres, dan poca fiabilidad a los datos, ya que actualmente existe todo un abanico de métodos de evaluación, empleando para ello cuestionarios y escalas estandarizadas, para evaluar los cambios tanto en el desempeño funcional del menor con Trastorno del Espectro Autista, como del nivel de estrés y de la sintomatología que le acompaña.
    Es por ello, que para «cuantificar» ese cambio, se requiere del empleo de estos métodos estandarizados.

    A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad,hay que tener en cuenta que pone el enfoque de la intervención en un aspecto importante, y en ocasiones desatendido, el nivel de estrés.
    Buscar vías de reducción y control del estrés, sin duda es un paso que va a ayudar a los pequeños y a sus familias para sobrellevar las consecuencias de este trastorno del desarrollo.

    Un trastorno del que cada vez se conoce más, y que parece estar teniendo una mayor presencia social, de ahí la importancia, de cada avance en cuanto al diagnóstico y tratamiento se refiere.
    Por lo tanto, si se consigue realizar un diseño correctamente y se alcanzan los mismos resultados, se puede dar por válida la relación entre la reducción de los niveles de estrés y la práctica de la meditación, como método de control del mismo.

  • ¿Qué consecuencias tiene sufrir abusos en la infancia?

    ¿Qué consecuencias tiene sufrir abusos en la infancia?

    Un estudio de la Universidad Libre (Países Bajos) analiza las consecuencias en las relaciones sociales de los adultos tras sufrir abusos en la infancia.
    El abuso infantil es uno de los acontecimientos más traumáticos tanto para el que lo sufre como para sus familiares una vez que se descubre.

    Abusos en la infancia

    El pequeño que carece de una estructura psicológica adecuada, no llega a entender el por qué de la situación y debe vivir con una situación tan dramática que en muchos casos puede marcarle en sus relaciones sociales.
    Dependiendo de la edad del menor, los adultos, una vez que el menor crece, se deciden por contarle o no lo acontecido durante su infancia.
    A pesar de esta decisión, las consecuencias van a permanecer ahí mientras el pequeño, ahora convertido en adulto, no se enfrente y afronte adecuadamente.

    Una realidad, la de los abusos en la infancia, que va a marcar de forma decisiva a la víctima. Así se ha reportado que las personas que sufrieron abusos durante la infancia van a mostrar unos menores niveles de autoestima, con mayores casos de depresión y de trastorno de estrés post-traumático.
    Incluso algunos estudios lo relacionan con alcanzar menores metas educativas y con problemas de delincuencia durante la adolescencia, pero ¿Qué consecuencias tiene en la relaciones futuras sufrir abusos en la infancia?



    Maltrato infantil

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde la Universidad Libre (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Crime Science.
    En el estudio participaron 910 víctimas de abusos en la infancia, cuyo listado fue extraído de los informes de la policía, de hechos acontecidos entre 1980 a 1985.
    El 73,8% de los casos era a mujeres, y la edad en que sucedió el abuso fue alrededor de los 12 años. Siendo en el 46,3% de los casos un abuso repetido.
    Los resultados significativos en cuanto a las consecuencias en las relaciones como adultos de estas personas que han sufrido abuso en la infancia son:
    – Se produjo una maternidad temprana, de tres años de anticipación en comparación con el resto de la población holandesa.
    – Con una anticipación en cuanto al matrimonio e incluso divorcios en comparación con la población general.
    – Igualmente tuvieron más hijos que la población general.
    Siendo significativamente más elevado los datos anteriores cuando los abusos lo sufrieron mujeres frente a hombres.

    Trauma infantil

    Hay que tener en cuenta que los resultados anteriores sólo contemplan las relaciones en función del número de hijos, matrimonios y divorcios, y no en cuanto a otras variables, como el número de parejas, o la estabilidad en el tiempo con ellas, todas ellas a tener en cuenta para comprender la verdadera incidencia de los abusos en la infancia.
    Una de las limitaciones del estudio es que la población masculina está escasamente representada, luego los resultados obtenidos pueden variar si se incorporan nuevos sujetos a la muestra. Esto es debido a que existe una mayor conciencia de denuncia en el caso de las niñas que de los niños, algo que en los últimos años se ha intentado corregir por parte de las autoridades.
    Otra de las limitaciones en cuanto a el tiempo transcurrido desde el abuso, unos 33 años de media, lo que implica que la persona ha tenido tiempo para aprender a sobrellevar y a superar las consecuencias del abuso; si esta medida se hubiese realizado a los diez años o menos, seguramente los resultados serían más «catastróficos» y notables.

    A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad, hay que tener en cuenta que el abuso en la infancia va a tener un importante efecto en la vida futura de sus víctimas.
    Aspecto que hay que se tratado desde las instituciones, más allá de facilitar la denuncia, y de crear mecanismos de «sanción» al agresor. Hay que realizar una verdadera inversión en un tratamiento integral de la persona, que le ayude a superar las secuelas que este abuso pueda generar, y con ello, facilitando que pueda llevar una vida los más «común» posible.
    Igualmente en dicho tratamiento habrá que incluir a los familiares más próximos con los que convive, ya que estos van a influir en el normal desarrollo de la persona, si aprenden a comprender la situación que ha sufrido y cómo pueden ayudar al respecto.

  • ¿Qué consecuencias tiene el Síndrome de las Piernas Inquietas?

    ¿Qué consecuencias tiene el Síndrome de las Piernas Inquietas?

    Un estudio realizado desde el Hospital Baylor-Scott and White en conjunto con el Hospital Presbiteriano de Texas (EE.UU.) desentraña las consecuencias en la calidad de vida del Síndrome de las Piernas Inquietas.
    La sintomatología similar, como es en el caso de los temblores, puede hacer sospechar que sea debido a la enfermedad de Párkinson, pero no es el único trastorno neurológico que conlleva estos problemas.

    https://soundcloud.com/juanmoises/que-consecuencias-tiene-el-sindrome-de-las-piernas-inquietas

    Síndrome de las Piernas Inquietas

    La calidad de vida de la persona se define basándose en muchas características, ya sea a nivel económico, social o de desarrollo personal. Sólo hay que recordar la Pirámide de Necesidades de Maslow para recordar que existe una gran variedad de «necesidades» que atender para estar satisfechos.
    El problema es que todo ello se ve truncado cuando surge una enfermedad, pero si esta es de tipo neurodegenerativo, las consecuencias son aún más graves.
    Quizás el más conocido es la enfermedad de Párkinson, cuyas consecuencias va poco a poco abarcando y afectando a todos los campos de la persona, impidiéndole llevar una vida «normal» en detrimento de su calidad de vida, hasta que en las fases más avanzadas de la enfermedad se puede convertir en dependiente de otra persona para las acciones más simples como vestirse o comer.

    Este es el caso del síndrome de las piernas inquietas, también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom, el cual no es tan conocido como el caso de la enfermedad de Párkinson, pero que igualmente se trata de un trastorno neurológico, por el cual la persona que lo padece siente incomodidades y hasta calambres en las piernas, lo que hace que tenga que mover estas, pero ¿Qué consecuencias tiene el Síndrome de las Piernas Inquietas?



    Enfermedad de Párkinson

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde el Hospital Baylor-Scott and White en conjunto con el Hospital Presbiteriano de Texas (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Parkinsonism and Restless Legs Syndrome.
    En el estudio participaron ciento diez mujeres; treinta y seis pacientes diagnosticadas con el síndrome de las piernas inquietas, siguiendo los criterios diagnósticos del International RLS Syndrome Study Group; treinta y dos de ellas tenían la enfermedad de Párkinson; y cuarenta y dos mujeres sin ninguna de las patologías anteriores, como grupo control.
    A todas ellas se les entrevistaron mediante non-motor symptoms assessment scale for PD (NMSPD) para conocer la gravedad de la sintomatología motora que sufrían; el Beck Depression Inventory II scale, para determinar si había presencia o no de síntomas depresivos; el Epworth Sleep Scale, para conocer la incidencia sobre el sueño; y el Montreal Cognitive Assessment scale para comprobar si se veían afectadas otras habilidades cognitivas.
    Toda esta información se complementó con entrevistas a cuidadores y familiares, así como con los datos sociodemográficos y el historial médico de cada paciente.
    Los resultados indican que se producen cambios de humor y alteraciones del sueño entre 5 y 10 años antes de ser diagnosticado el síndrome de piernas inquietas.
    Las alteraciones de la salud provocadas por este síndrome van a tener asociada una mayor presencia de hipertensión, artritis, dolor crónico, y diabetes.
    Estos resultados empeoraban cuando se producía la presencia conjunta del síndrome de piernas inquietas y la enfermedad de Párkinson en el mismo paciente.
    Retrasándose la edad de inicio del síndrome de piernas inquietas en aquellos pacientes que con posterioridad van a desarrollar la enfermedad de Párkinson.

    Síndrome de las Piernas Inquietas y Enfermedad de Párkinson

    Hay que tener en cuenta que los resultados han sido obtenidos sólo de población femenina, luego sus resultados no pueden ser extrapolables a los hombres hasta que no se lleve a cabo investigación al respecto.
    Igualmente no se ha incorporado ninguna separación de la población en función de la edad, no permitiendo conocer si las relaciones significativas anteriores varían en función de la edad, reforzándolas o haciéndolas más débiles.

    A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad, destacar la grave incidencia de este síndrome, a pesar de que no es tan conocido como la enfermedad de Párkinson. Consecuencias que van más allá de las molestias propias del síndrome, si no que abarcan a muchos ámbitos, tanto de tipo cognitivo, como médico.
    El conocimiento al respecto debe de ayudar, primeramente a crear conciencia sobre esta problemática y sus importantes consecuencias. Igualmente hay que establecer planes de atención multidisciplinar, para atender a cada una de las áreas afectadas, para así mantener el mayor tiempo posible la independencia de la persona y su calidad de vida.

  • ¿Existen diferencias de género en la Inteligencia Emocional?

    ¿Existen diferencias de género en la Inteligencia Emocional?

    Un estudio realizado desde la Universidad de Málaga encuentra diferencias en cuanto al género, en lo que se refiere a la relación entre la inteligencia emocional e indicadores de bienestar.

    La Inteligencia Emocional, ha sido un concepto popularizado por que involucra toda la tradición sobre el estudio y análisis de las emociones, unido a los últimos avances de las neurociencias.

    Inteligencia Emocional

    La importancia de la Inteligencia Emocional radia en la capacidad de control de los niveles de estrés, a parte de ser una herramienta fundamental para el sostenimiento de las relaciones sociales.
    Con respecto al estrés, el saber poner en situación lo que acontece, es imprescindible para relativizar el estrés, y saber que lo que se siente es fruto de un momento determinado, pero que con el tiempo se puede conseguir superar los inconvenientes que surjan, o al menos evitarlos.
    En cambio, si una persona está inmersa en el estrés, este le llega a bloquear e impedir buscar una solución a esa situación.
    El estrés además está relacionado con problemas de salud. Al mantenerse unos niveles elevados de estrés, el organismo se va «desgastando» más rápidamente, lo que hace que surjan problemas de salud, de ahí la importancia de tener un correcto desarrollo de la inteligencia emocional.

    Con respecto al papel social de la Inteligencia Emocional, este es fundamental, debido a que toda relación se basa en un intercambio que va más allá de la información. Gracias a la Inteligencia Emocional podemos saber que la otra persona viene hoy preocupada, triste o feliz.
    Igualmente, el otro, puede conocer si nos pasa algo, debido a las emociones que expresamos.

    El caso contrario, en el que existe unos niveles reducidos de Inteligencia Emocional nos encontraríamos ante una persona con Alexitimia, lo que el propio Daniel Goleman denominaba, un analfabeto emocional, incapaz de conocer qué es lo que está sintiendo uno mismo, y qué es lo que sienten los demás.
    Al respecto en algunas autonomías, como en Canarias, se están realizando verdaderos esfuerzos por incorporar la educación de la Inteligencia Emocional en las escuelas, para prevenir la Alexitimia entre su alumnado, pero ¿Existen diferencias de género en la Inteligencia Emocional?



    Bienestar Personal

    Esto es lo que se han tratado de averiguar desde la Universidad de Málaga (España) cuyos resultados han sido publicados en el 2105 en la revista científica Frontiers in Psychology.
    En el estudio participaron 665 adultos, de edades comprendidas entre los 18 a 68 años, de los cuales 336 eran mujeres.
    A todos ellos se les administró un cuestionario sobre los niveles de estrés percibido mediante Perceived Stress Scale (PSS); la Inteligencia Emocional se evaluó mediante la prueba Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT), y el estado de salud general de la persona mediante la escala estandarizada Subjective Happiness Scale (SHS).

    Los resultados informan que los hombres que experimentan niveles de estrés más elevados también lo hacen en cuanto a los niveles de bienestar personal, es decir, de felicidad y de depresión.
    En cambio en las mujeres no resulta significativa la relación anterior, no viéndose relacionado los niveles de estrés, y por ende, de Inteligencia Emocional, con los niveles de depresión o felicidad personal.
    Por lo cual, para aumentar los niveles de felicidad en el hombre bastaría con realizar una intervención sobre la Inteligencia Emocional del mismo.

    Emoción y Salud

    A pesar del extenso número de participantes, las pruebas empleadas han sido en todos los casos autoinformes, sobre lo que la persona piensa o cree, aspecto que tendría que ser corroborado por otro tipo de recogida de datos como la observación o las preguntas a familiares o amigos.
    Ya que la visión de uno mismo, y la autoevaluación suelen mostrar siempre sesgos en lo que respecta a las investigaciones.
    Igualmente un rango tan amplio de edad de los participantes, no permite comprender cómo va evolucionando esta relación, si es que existen diferencias de género en función de la edad. Así, un análisis por edad, podría informar si los adolescentes se parecen más o menos en función del género, o si esto sucede a edades más avanzadas.

    A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad, hay que tener en cuenta que las conclusiones parecen claras, en cuanto a la necesidad de desarrollar terapias y tratamientos diferenciales entre hombres y mujeres, con lo que optimizar los resultados de los mismos.
    Esto requiere de una revisión de los instrumentos de intervención empleados hasta el momento en función del género, para comprobar cuál de ellos es más adecuado y provoca un mayor beneficio en un género o en otro, y aquel que no sirva, por ejemplo en hombres, buscar nuevos desarrollo para que aumente la eficacia de la intervención.

    Para citar:
    Dr. Juan Moisés de la Serna, ¿Existen diferencias de género en la Inteligencia Emocional?, The Winnower 2:e145115.58940 (2015). DOI: 10.15200/winn.145115.58940


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  • ¿Se puede mejorar los primeros síntomas del Alzheimer?

    ¿Se puede mejorar los primeros síntomas del Alzheimer?


    Un reciente estudio desde dos universidades americanas informan de que es posible corregir algunos problemas relacionados con los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Cuando uno piensa en la enfermedad de Alzheimer lo hace en los problemas de memoria, pero estos no son los únicos síntomas que surgen durante las primeras etapas de la enfermedad y que tienen que ser igualmente atendidos.

    Primeros síntomas del Alzheimer

    Si bien los primeros síntomas del Alzheimer, suelen confundirse con los provocados por el paso del tiempo, sobre todo cuando estos aparecen a edades avanzadas, existen herramientas especialmente diseñadas para la detección de esta sintomatología, tanto mediante registro observacional de sintomatología externa, como en tareas de ejecución.
    Todos estos datos son comparados con los resultados poblacionales previos, es decir, con la población «normal», para comprobar si la persona presenta síntomas propios de su edad, o son debidos a otros factores a explorar en profundidad.
    Un análasis más detallado permite corroborar o descartar el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.
    El problema, es que los síntomas provocados por la enfermedad, en las primeras etapas son tan leves que apenas provoca malestar en el paciente, ni «quejas» en sus familiares, por lo que escasamente acuden a consulta para ser revisados por el especialista.
    Entre esta sintomatología están los relacionados con el discurso, cuyas características afectadas por la enfermedad de Alzheimer son, un escaso mantenimiento de la temática de conversación, con uso de datos muy superficiales y sin detalles; continuos errores cuando se emplean referencias del pasado, con interrupciones en el hilo conductor; repeticiones, circunloquios (decir muchas cosas dando vueltas a una idea principal) y rectificaciones en el discurso.
    Esta sintomatología aunque no es exclusivo de los pacientes con enfermedad de Alzheimer sí va a influir en la calidad de sus relaciones, al no poder mantener un nivel de comunicación adecuado, haciendo en algunos casos que sus interlocutores pierdan el interés por hablar con alguien que no es capaz de responder adecuadamente, facilitando y fomentando de esta forma el aislamiento del paciente, pero ¿Se pueden mejorar estos primeros síntomas del Alzheimer?



    Sintomatología Alzheimer

    Esto es lo que se han tratado de averiguar conjuntamente desde la Universidad de Nebraska Omah y la South Alabama (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Alzheimer’s Disease.
    En el estudio participaron cinco adultos, que llevaban más de cinco años sufriendo la enfermedad de Alzheimer, con una puntuación entre 5 y 6 en la escala de deterioro estandarizado, Global Deterioration Scale (GDS); mostrando todos dificultades en el discurso según los resultados con Arizona Battery of Communication Disorders of Dementia (ABCD).
    La intervención se realizó mediante sesiones de 20 minutos en un contexto de conversación de forma que se:
    – Remarcaron las ideas relevantes de la conversación
    – Se realizaron preguntas de si/no para reestructurar las oraciones
    – Indicando la información que falta a la vez que se remarca la idea principal de la conversación
    – La indicación de palabras o frases que no corresponden en el contexto para su eliminación
    Todo ello remarcado por el lenguaje gestual.
    Los resultados comparados entre los datos de coherencia obtenidos mediante el Glosser and Deser y el healthy elderly (HE), antes y después de la intervención muestran notable mejorías en cuanto a discurso, tanto en su calidad como en su fluidez.


    Intervención temprana en el Alzheimer

    El diseño, a pesar de obtener significativos, carece de un grupo control de comparación, ya que las evaluaciones pre y post, pueden verse afectada por una variable no controlada, como es la atención propia del experimento; por lo que sin tener un grupo control es difícil poder dar como válidos los resultados.
    Hay que tener en cuenta el escaso número de participantes, por lo que las conclusiones, a pesar de parecer claras deben de ser corroborados por nuevas investigaciones en donde se incluya un mayor número de participantes.
    Igualmente hay que tener en cuenta que se trata de una intervención para paliar los síntomas provocados por la enfermedad de Alzheimer, y no tanto un intento de buscar algún tipo de cura, es decir, esta intervención por sí sola, no va a detener el avance de la enfermedad, por lo que requerirá del uso conjunto de otras intervenciones, incluída la psicofarmacológica para ello.
    A pesar de lo anterior, una intervención tan simple como la expuesta puede ayudar y mucho a corregir los primeros síntomas del Alzheimer, ofreciendo con ello un mayor tiempo de calidad de vida al paciente, permitiéndole mantener un nivel de comunicación normal con sus allegados y amigos.
    Técnicas que son muy similares a las empleadas en pequeños con retraso del desarrollo, como en el caso del Autismo, algo que se lleva usando durante años con muy buen resultado.
    Una vez superada las limitaciones comentadas del estudio, se puede establecer un diseño de intervención simple y sencillo, que pueden ser aprendidos en centros de rehabilitación a los familiares, para que estos lo usen en sus propios domicilios con el paciente, y con ello que optimicen la intervención.


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  • ¿Se puede prevenir el maltrato machista?

    ¿Se puede prevenir el maltrato machista?


    Entrevista con D. Pedro José Horcajo Gil, Máster en Psicología General Sanitaria (Doctorando en Psicología Forense: eficacia de un programa de tratamiento a hombres condenados por maltratar a sus mujeres), sobre su investigación respecto a la eficacia de los programas de prevención del maltrato machista.




    – ¿En qué está investigando con respecto a la violencia de género?

    Mi tesis está enfocada a analizar la eficacia de un programa de tratamiento psicológico.

    – ¿Es sobre lo que actualmente se llama violencia machista?

    Efectivamente, existe el machismo como constructo bien definido y como percepción socialmente compartida.

    – ¿Sé analizan rasgos de personalidad que puedan estar implicados?

    Sí, el descubrimiento de grupos de rasgos psicopatológicos de personalidad es muy importante, porque obviamente la intervención debe ser distinta en cada caso particular.

    – ¿Cuál es el origen de la violencia machista?

    Existen datos sobre el ciclo intergeneracional de la violencia y la transmisión de la misma de padres a hijos.
    Muchos de los hombres que han cometido actos de maltrato contra sus mujeres, fueron o bien hijos maltratados o bien observaron cómo sus padres maltrataban a sus madres.
    tTodo esto tiene que ver con el modelo de aprendizaje vicario de Bandura (el fenómeno del maltrato puede ser analizado desde muchas perspectivas y marcos teóricos).
    Sin embargo, estos datos no son concluyentes, a día de hoy se sabe que no todos los hombres que fueron víctimas de violencia (directa o indirectamente) han maltratado en la adultez, ni todos los que han maltratado fueron víctimas de violencia.
    Hay variables que todavía se «escapan».



    – ¿Se puede identificar un perfil del maltratador?

    En cuanto a perfiles, depende de lo que definamos por perfil.
    Muchos autores prefieren analizar cada caso de manera particular, puesto que no hay dos personas iguales.
    Pero de cara a la investigación a veces se hace necesario tener que reunir características comunes; en este sentido, es más interesante hablar de tipos de maltrato.
    Los 4 perfiles más destacados serían:
    – El de dominancia/intimidación (en el que predomina la agresión física y se intenta someter a la pareja).
    – El de denigración (en el cual se pretende dañar la autoestima de la pareja).
    – El de aislamiento (privar a la pareja, tanto de poder relacionarse con su familia y amistades como de buscar empleo; el principal objetivo es aislarla económica y emocionalmente)
    – El de retirada de atención (mediante compoortamientos de evitación, se le niega a la pareja la atención de cosas importantes para ella, a modo de castigo).
    Existe una «categoría» adicional denominada violencia económica (donde los recursos económicos son estrictamente controlados, proporcionando el dinero justo para actividades puntuales).
    Pero como te comentaba, es raro que se dé un tipo «puro», en la práctica clínica nos encontramos con que se suelen dar conductas pertenecientes a varios «tipos» de violencia».
    Así como la violencia física, la psicológica y la sexual no suelen darse aisladamente.

    – ¿En qué consiste un programa de prevención de este tipo?

    En cuanto a la prevención, se está llevando a cabo la impartición de un módulo específico de violencia en las relaciones de pareja en el noviazgo en institutos de la Comunidad de Madrid (junto con módulos de prevención de consumo de sustancias y de conductas antisociales).
    Como todas las conductas desadaptadas, se puede prevenir.

    – ¿Cual es el objetivo del programa de prevención de recaídas?

    El objetivo concreto de este programa es procurar evitar bajo todos los medios posibles de que disponemos que se vuelvan a producir actos violentos, incluyendo el fortalecimiento de los recursos de afrontamiento de estos hombres de cara a una mayor tolerancia a la frustración, disminución de errores cognitivos hacia la mujer y otros aspectos relevantes.



    – ¿Sobre qué tipo de población se aplican estos programas?

    Deben ser hombres (en algún caso se ha intervenido con mujeres condenadas por violencia de género) condenados a una pena inferior a 2 años.

    – ¿Cree que se invierte lo suficiente en la prevención de este tipo de conductas?

    Al menos bajo mi humilde opinión, los que toman las decisiones deberían invertir más en estas labores.

    – ¿Qué queda por descubrirse todavía con respecto a la previón de este tipo de violencia?

    Se necesita un sólido conocimiento de los factores de riesgo, modificables y no modificables (sexo, estatus socio-económico y cultural de la familia de crianza, educación temprana, etc.).
    Aunque se ha avanzado bastante, aún queda bastante por conocer sobre el tema.




    Desde aquí mi agradecimiento a D. Pedro José Horcajo Gil, Máster en Psicología General Sanitaria (Doctorando en Psicología Forense: eficacia de un programa de tratamiento a hombres condenados por maltratar a sus mujeres), por habernos acercado a este tipo de intervención.

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