Uno de los problemas de padres y profesores es en el aprovechamiento de los estudios reflejado en el rendimiento escolar.
Sobre éxito escolar
Cuando la principal actividad de los niños y adolescentes es acudir a clase, los resultados académicos parecen ser el mejor indicador de su aprovechamiento.
Cualquier padre se preocuparía por un bajo rendimiento escolar, buscando soluciones al respecto, ya sea buscando un profesor particular o restringiendo las horas de juego.
Igualmente cuando un joven reprueba un curso, teniéndolo que repetir, los padres lo suelen vivir como un fracaso personal, pues saben que a la larga eso puede tener efectos en el futuro del menor.
Una situación que en ocasiones en vez de convertirse en una «segunda oportunidad» se transforma en un problema para el menor al verse marcado como el «repetidor», teniendo que convivir con alumnos de menor edad, mientras ve cómo sus compañeros siguen progresando en sus estudios.
Muchos son los factores que van a hacer que el joven enmiende su actitud y desempeño, para poder rectificar aquello que le lleva al fracaso académico, pero ¿Se puede predecir el buen rendimiento escolar?
https://youtu.be/lH4fPefgaxg
Resultados en la escuela
Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación desde la Facultad de Psicología, Universidad
Padjadjaran (Indonesia) junto con la Universidad Busoga (Uganda) cuyos resultados han sido publicados en el 2016 la revista científica The Open Psychology Journal.
En el estudio participaron ciento un estudiantes. Todos ellos rellenaron dos cuestionarios estandarizados, el Academic Self-efficacy questionaire y el Regulated Learning Questionaire, para evaluar la autoeficacia y la autoregulación respectivamente.
Autoeficacia definida como la creencia sobre las propias habilidades; mientras que la autoregulación ayuda a la persona a planifica y alcanzar sus metas.
Por último se recogieron los resultados académicos del último semestre cursado.
Rendimiento escolar
Los resultados indican diferencias significativas positivas en cuanto a los resultados académicos en función tanto de la autoeficacia y de la autoregulación.
Esto es, a mayor autoeficacia mejores resultados; e igualmente a menor autoregulación peores resultados académicos.
Igualmente existe una correlación positivas entre la autoeficacia y la autoregulación.
Los resultados no informan sobre los resultados de la interacción entre las dos variables y el desempeño académico.
Así cabría esperar que aquellos estudiantes que tuviese niveles más elevado de autoestima y de autoregulación serían los que mejor desempeño académico tuviesen, aspecto no comentado por los autores del estudio.
A pesar de la claridad de los resultados hay que tener en cuenta que no se han evaluado otras variables que pueden estar afectando al desempeño académico.
Aun y con las limitaciones anteriores, los resultados ofrecen un importante avance en cuanto a la intervención en el fracaso escolar se refiere.
Ya que se puede tratar de mejorar los resultados interviniendo, ya no sólo en las horas dedicadas al estudio, si no en mejorar las habilidades de autoeficacia y autoregulación del estudiante.
En el primer caso enseñando al menor sobre sus verdaderas posibilidades y la importancia de tener un comportamiento de acuerdo a su forma de pensar, en pro de un futuro mejor.
Y en el segundo caso, reeducando sus hábitos de comportamiento, enseñándoles a planificar, priorizar y cumplir los planes establecidos.
Se esperaría que con cualquiera de estas dos simples intervenciones se mejorasen las calificaciones de los estudiantes, aspecto que queda por comprobarse para próximas investigaciones.