Una de las realidades cada vez más frecuentes en las escuelas es el ciberbullying.
La realidad del ciberbullying
Si bien se ha trabajado mucho en los últimos años en cuanto a la detección e intervención en el acoso escolar, donde el profesor juega un papel fundamental, en el caso del ciberbullying no está tan claro ya que se trata de una conducta que ocurre en ocasiones fuera del aula.
Según Bamford existen cinco tipos de ciberbullying: de anonimato, donde el agresor oculta su identidad; incendiarios o trolls, que buscan la provocación del otro; de acoso, propiamente dicho, donde existe una acción directa de ofender; de exhibicionismo, donde muestra material privado (normalmente de contenido sexual) sin autorización del dueño; de exclusión, que busca aislar a una persona.
Una realidad que algunos estudios señalan que afectan a uno de cada tres estudiantes mayores de 17 años en EE.UU., cifra que a nivel mundial va del 17 al 48% de afectados.
A pesar de lo cual los profesores pueden detectar los primeros síntomas del ciberbullying y poner en sobreaviso a los padres e incluso mandar al estudiante al orientador escolar para que le ayude, pero para ello tiene que ser el docente quien conozca sobre los distintos tipos, causas, síntomas y consecuencias del ciberbullying, pero ¿Están los profesores preparados con el ciberbullying?
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El ciberbullying en la escuela
Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde laFacultad de Educación de Ataturk, y Centro de Educación a Distancia y Escuela Vocacional de Ciencias Sociales, Universidad de Marmara (Turquía) cuyos resultados han sido publicados en el 2017 en la revista científica The Turkish Online Journal of Educational Technology.
En el estudio participaron cuatrocientos doce estudiantes de pedagogía, de los cuales el 71,6% eran mujeres.
Todos ellos respondieron a tres cuestionarios, el Personal Information Form, donde se recogía información sociodemográfica; el Cyberbullying Attitude Scale (CBAS), donde se analiza la actitud del docente hacia el Cibebullying; y el Multidimensional Scale of Perceived Social Support (MSPSS), para estudiar el papel del apoyo social percibido.
Los resultados muestran que el 17,7% de los participantes llevan usando de 2 a 5 años Internet; mientras que el 74,5% lo llevan usando más de 5 años.
Empleándolo el 34,7%, 1 a 2 horas al días; un 35% entre 2 a 5 horas y un 16,3% más de 5 horas.
Siendo su uso en el 52,4% de los casos en redes sociales y un 25,7% relacionado con los estudios.
Además existen diferencias significativas en cuanto al ciberbullying en función del género, estando más expuestas a esta problemática las profesoras; y al contrario, en cuanto los profesores, ellos valoran y tienen mayor consideración hacia el apoyo social percibido, lo que les permite sobrellevar mejor el ciberbullying en caso de que aparezca.
Hay que tener en cuenta que se requiere de nueva investigación en otras sociedades para poder concluir al respecto, debido a la idiosincrasia del pueblo turco.
Igualmente, los pedagogos no son los únicos docentes que deben de ser formados en ciberbullying, sobre todo en educación intermedia y superior.
Una realidad que como se ha comentado es cada vez más frecuente en las aulas, y para las que se deberían de preparar todos los profesores, tanto para la detección como para la intervención, o al menos que sepan los mecanismos regulados para derivar al alumno del que tiene sospechas que está siendo acosado para que se le pueda dar una solución lo antes posible.
Aunque este estudio no lo abarca, también existe una realidad de la que escasamente se habla y es cuando el ciberbullying lo padecen los propios profesores.
Igual que en el caso de los alumnos, deberían de existir mecanismos para intervenir, y con ello frenar la propagación de acusaciones falsas, comentarios despectivos o cualquier otro ataque que sufra un profesor, evitando así que se convierta en una situación de ciberbullying.
Hay que tener en cuenta que la labor del cuidador se complica cuando la persona a la que cuida sufre alguna enfermedad como la del Párkinson.
Sobre el cuidador de Párkinson
En muchas ocasiones se trata de cuidadores informales, es decir, personas con buena voluntad, pero con escasa preparación sobre cómo tratar al paciente, lo que sin duda le va a generar altos niveles de ansiedad.
Igualmente, el tener que atender a un paciente que sufre una enfermedad neurodegenerativa, como es el Párkinson, va a aumentar ese estado de ansiedad debido a la incertidumbre generada por que día a día se va agravando la sintomatología.
Eso añadido a que se trata normalmente de un familiar, con el que se tiene una vinculación emocional y por el que se sufre al verle en esa situación, pero ¿Cuál es el impacto del Párkinson en el cuidador?
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Riesgos para el cuidador de Párkinson
Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde el Institute of Neuroscience, Newcastle University junto con el Centre for Clinical Brain Sciences, University of Edinburgh (Inglaterra) y el School of Medicine and Menzies Health Institute Queensland, Grifth University (Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Geriatric Psychiatry.
En el estudio participaron sesenta y seis cuidadores informales, con una edad superior a los 32 años, que tenían a su cargo pacientes con la enfermedad de Párkinson, de los cuales el 81% eran mujeres.
Se realizaron tres medidas, tras el diagnóstico de Párkinson siguiendo los criterios del Queen’s Square Brain Bank, a los 18 y 36 meses posteriores al mismo.
Se evaluó al cuidador para detectar si mostraba síntomas depresivos a través del Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS); igualmente se emplearon el Neuropsychiatric Inventory (NPI) y el NPI Carer Distress (NPI-D) para ver si mostraba otros síntomas neuropsiquiátricos; por último, se evaluó el nivel de calidad de los cuidadores a través del Scale of Quality of Life of Care-Givers (SQLC).
Con respecto al paciente se realizaron evaluaciones para conocer la gravedad de los síntomas de la enfermedad de Párkinson que padecía a través del Movement Disorder Society (MDS) junto con el United Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS); también se evaluó la presencia de sintomatología depresiva mediante el Geriatric Depression Scale (GDS-15); la calidad de vida a través del Parkinson’s Disease Questionnaire (PDQ-39); las funciones cognitivas y visoespaciales mediante el Mini-Mental State Examination (MMSE) y el Montreal Cognitive Assessment (MoCA); la atención mediante el Cognitive Drug Research Battery; la memoria y el ejecutivo central a través del Cambridge Neuropsychological Test Automated Battery.
Igualmente se tomaron registro de los datos sociodemográficos, edad, género, nivel educativo tanto del paciente como del cuidador y las horas de la semana dedicada al cuidado del paciente.
Los resultados informan que aquellos cuidadores que atienden a pacientes de Párkinson muestran significativamente unos menores niveles de calidad de vida, comparado con los cuidadores que atienden a pacientes con deterioro cognitivo leve y a personas sin psicopatologías de la misma edad.
Siendo el déficit de atención un predictor sobre el deterioro de la calidad de vida de los cuidadores, comparado con otras variables evaluadas.
Entre las limitaciones del estudio comentar el bajo número de participantes, y que no se realizó un análisis para determinar si había diferencias en función del género y las variables evaluadas.
Tal y como afirman los autores del estudio, el cuidador de los pacientes de Párkinson debe de recibir la atención adecuada, ya sea con formación, e incluso terapia para ayudarles a sobrellevar la tarea que deben de realizar, no sólo para hacerla de forma satisfactoria para con el paciente, sino para que no tenga consecuencias negativas sobre el propio cuidador, afectándole en su calidad de vida.
Serán pues las instituciones públicas, las encargadas de velar por el cuidado de los cuidadores, proporcionándoles las herramientas adecuadas para que puedan hacer frente a sus propios problemas para superar estos y que no afecten a la importante labor que realizan de cuidar a un paciente de Párkinson.
Muchos son los intentos por lograr medicamentos que sean capaces de detener el avance y revertir los efectos del Alzheimer.
Tratamientos para el Alzheimer
Aunque en la actualidad los efectos alcanzados son limitados, pues el desarrollo de fármacos es costoso y lento, ya que supone superar muchas trabas algunas de las cuales son administrativas.
Hay que tener en cuenta que para que un medicamento sea considera seguro tiene que superar estrictos procedimientos que abarcan desde el modelo animal hasta el humano, donde se ha de superar con éxito cada etapa sin que los efectos secundarios sean «peores» a la propia enfermedad del Alzheimer.
De ahí, que a pesar de que existen muchos grupos de investigación trabajando al respecto, son todavía pocos los medicamentos disponibles y de ellos con un limitado efecto.
Si bien, ya es posible detener el avance de la enfermedad en determinados casos sobre todo en las fases tempranas de la enfermedad, todavía está lejos el poder revertir los efectos provocados por en las fases avanzadas de la misma, pero ¿Existen nuevas curas para el Alzheimer?
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Nuevos fármacos par el Alzheimer
Esto es lo que se ha pretendido descubrir con una investigación realizada desde el Tanz Centre for Research in Neurodegenerative Diseases, junto con el Department of Medicine, Division of Neurology, University of Toronto (Canadá) y el Cambridge Institute for Medical Research, y el Department of Clinical Neurosciences, University of Cambridge (Inglaterra) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Plos One.
Se trata de un estudio bibliográfico donde se analizan las bases de datos OMIM y PubMed para determinar las proteínas implicadas en la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados muestran un total de quinientos veinticuatro proteínas implicadas en el Alzheimer.
Un segundo análisis se realiza con respecto a los medicamentos existentes para las proteínas provenientes de la base de datos e DrugBank and Therapeutic Target, independientemente de la enfermedad para la que están diseñadas.
Los resultados muestran que dieciocho de esas proteínas implicadas pueden ser tratadas con setenta y cinco medicamentos existentes no específicos para el Alzheimer.
Es decir, actualmente existen medicamentos no diseñado para ello que podrían tener efectos beneficiosos en el Alzheimer.
Por último se realizó un análisis matemático para determinar las proteínas que más se repetían en los estudios y se detectaron ocho (ABCA7, APOE, BIN1, PICALM, CELF1, INPP5D, SPON1, y SOD3), siendo estas las candidatas según los autores a proporcionar mayores beneficios en caso que sean tratadas.
Una proteína que regula conexiones cerebrales, nuevo reto para tratar el Alzheimer… https://t.co/AoLgjaqbg1
Entre las limitaciones del estudio está en que no se ha llevado a la práctica las conclusiones del mismo, es decir no se ha observado si realmente proporciona los resultados que las matemáticas indican.
A pesar de lo anterior, no es raro en medicina que un fármaco acabe tratando una patología para lo que no había sido diseñado, debido a sus efectos benéficos.
Es por ello que los autores consideran esta una mejor vía de tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, ya que los medicamentos están disponibles en el mercado, y han superado todos los controles de seguridad.
Falta pues comprobar la eficacia en pequeños grupos de pacientes, antes de dar por válidos los resultados hallados.
Presentación del libro Inteligencia Emocional, en formato e-book disponible en los principales puntos de venta de libros electrónicos como Amazon, Apple Store o la Casa del Libro.
– ¿Cómo surge la idea del libro Inteligencia Emocional
Si de algo se ha hablado en los últimos años en el área de la Psicología ha sido con respecto a la I.E. (Inteligencia Emocional), al principio como un desarrollo más del área de estudio de las emociones humanas y sus implicaciones en la vida, para luego adquirir un papel predominante en campos tan importantes como la educación o la empresa, y todo ello gracias a los beneficios que se ha observado que provoca tanto en el rendimiento como en la satisfacción con la vida por parte de quien cultiva la I.E.
– ¿Está basado su libro en una experiencia personal?
En el libro se recogen las últimas investigaciones en el ámbito del I.E. que da respuesta a muchas de las cuestiones que me han ido presentando las personas con las que trabajo y colaboro, por lo que es eminentemente práctico, sin perder la rigurosidad teórica, todo ello encaminado a conocer qué es la I.E., cuáles son sus puntos fuertes y cómo alcanzar un correcto desarrollo del mismo.
– ¿Qué se va a encontrar el lector en su libro?
En este ebook se trata de ofrecer una aproximación a las últimas investigaciones realizadas en el ámbito de la I.E., donde acercarse tanto a su definición y consecuencias, pero sobre todo a cómo este puede aplicarse en la vida cotidiana para poder obtener los mayores beneficios posibles.
Un camino necesario, el de desarrollar la I.E. que se verá como imprescindible una vez hayas finalizado la lectura de este ebook.
– ¿Cómo se distribuye el contenido del libro?
El libro se compone de seis capítulos, donde se abarcan los aspectos más importantes, como son,
Capítulo 1. Definiendo la Inteligencia Emocional
Capítulo 2. Beneficios de la Inteligencia Emocional
Capítulo 3. La resiliencia
Capítulo 4. Educando la Inteligencia Emocional
Capítulo 5. Trastornos Emocionales: Depresión y Ansiedad
Capítulo 6. Teoría de la Mente
– ¿Con qué colaboraciones ha contado para este libro?
Este libro ha contado con la colaboración del Gobierno de Canarias, la Dra. Jaci Molins Roca, Directora del posgrado universitario de coaching personal y organizacional de la Universidad Rovir i Vigili y D. Bruno Moioli Montenegro, Experto-Trainer en Inteligencia Emocional.
– ¿Está escribiendo un nuevo libro?
Estoy preparando un nuevo libro que espero aparezca en los próximos meses, como parte de mi compromiso con la divulgación científica en las temáticas de la Psicología y las Neurociencias.
Desde aquí mi agradecimiento a Amazon por haber realizado la publicación de la obra «Inteligencia Emocional», facilitándome así la labor de divulgación científica a través de dicho libro electrónico.
Muchos son los temores que surgen cuando uno tiene que ir al dentista tal y como la ansiedad dental.
Ansiedad Dental
Desde hace mucho que se conoce el efecto que produce en alguna la “bata blanca” de los médicos, generando una elevación del nivel de ansiedad; pues más frecuente todavía es el temor al dentista, sobre todo cuando este debe de realizar alguna intervención en la boca, a lo cual se conoce como ansiedad dental.
Algo que no dejaría de ser anecdótico, pues no todos los días vamos al dentista, en cambio se ha observado que el 30% de los pacientes con ansiedad dental tienen asociado una escasa higiene dental, lo que a la larga acarrea problemas serios en la boca, incluida la pérdida de dientes, pero ¿Cómo se debe de tratar la ansiedad dental?
Vídeo Recomendado: METODO INTEGRAL DE ADELGAZAMIENTO.
Intervención Ansiedad Dental
Esto es lo que se ha tratado de averiguar con un estudio realizado desde la School of Dentistry, International Medical University (Malaysia); junto con el College of Medicine, University of Sharjah, (Emiratos Unidos) y el Restorative Dentistry Faculty, AT Still University (EE.UU.) cuyos resultados se han publicado en la revista científica International Journal of Psychological Studies.
En el mismo participaron sesenta y cinco adultos, con edades comprendidas entre los 37 a 42 años, de los cuales treinta y nueve eran mujeres.
De ellos treinta tenían ansiedad dental, pasando la mitad por una condición experimental, perteneciendo el resto al grupo control quien no recibió ningún tipo de tratamiento.
A todos ellos se les evaluó la presencia de ansiedad dental a través del D.A.S.-R. (Dental Anxiety Scale-Revised); la ansiedad ante los procedimientos de tratamientos dentarios mediante el D.C.A. (Dental Concerns Assessment); igualmente se recogieron datos sociodemográficos mediante el D.I.S. (Demographic Information Scale).
La intervención consistió en una combinación de psicoeducación, en donde se le informaba sobre la ansiedad dental, causas y consecuencia; otra en donde observaba un vídeo de la intervención en el dentista para combatir el miedo al mismo; y una tercera consistente en una técnica de relajación basada en la respiración como forma de tranquilizarse antes de la sesión con el dentista.
Los resultados pre y post intervención muestran una reducción significativa en el nivel de ansiedad dentro del grupo experimental, y del post con el grupo control.
¿Ansiedad antes de una extracción dental?, les brindamos algunos consejos de cómo manejarla. #SaludTVhttps://t.co/N4WCFo1mAQ
Entre las limitaciones del estudio está que no ha realizado un seguimiento del mismo para comprobar si sus efectos se mantienen en el tiempo, así como que no ha realizado un análisis en función del sexo aun teniendo participantes de ambos géneros.
A pesar de lo anterior, los resultados parecen claro, cómo una intervención oportuna orientada a la “raíz del problema” es suficiente para combatir los miedos y ansiedades y con ello facilitar la labor del médico.
A pesar de no ser una novedad como tal, esto debería de abrir una puerta a la colaboración estrecha entre los psicólogos y médicos, de forma que se ayude a mejorar la calidad de vida del paciente, sobre todo en lo que se refiere a la ansiedad, como en este caso.
Entrevista a Dª Isabel Crespo Peña, Director técnico. Psicologo Clinico-Sanitario y PsicoOncologo en OMEGA PSICOLOGIA, por habernos acercado a la PsicoOncología.
¿Cuál es la principal demanda en consulta en relación a la psicooncología?
La demanda depende sobre todo de si es en un nivel intrahospitalario o a nivel de consulta externa. A nivel hospitalario suelen ser cuestiones relacionadas con la adaptación a la hospitalización o cuestiones relacionadas con problemas de comunicación con el equipo médico tanto del paciente como de la familia. También problemas de adaptación a los tratamientos especialmente a la radioterapia y a la cirugía.
A nivel de consultas externas, las demandas van más relacionadas con la adaptación al diagnóstico inicial de un cáncer y el duelo que produce, o con adaptación a las recidivas del tumor y el miedo que supone. En centros privados como es Omega Psicología, la demanda va generalmente solicitada por la familia que no sabe cómo sobrellevar la enfermedad o con miedos de pacientes concretos como fobias a tratamientos concretos y también miedo a la enfermedad recién diagnosticada.
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¿Cuál es el perfil de las personas que acuden a consulta en relación a la psicooncología?
No hay un perfil concreto. Es más frecuente que soliciten ayuda personas de cultura media o alta que estén más informados de lo que es un especialista en PsicoOncología, y de edad media, pero también pueden ser personas mayores que vienen con sus hijos o gente joven que guarda un parentesco de primera línea con el enfermo como una hermana o madre, y puede ser con cualquier enfermedad oncológica de las más de 200 que existen, todas ellas muy diferentes en sus síntomas, evoluciones y pronósticos. Lo importante es adaptar el tratamiento psicooncologico a la persona y a sus circunstancias vitales en su padecimiento en el aquí y en el ahora.
¿Se debe coordinar la terapia recibida con el médico especialista que atiende al paciente oncológico?
En los hospitales públicos la terapia psicooncologica está dentro de una unidad o servicio médico multidisciplinar como un servicio médico más, ya que la Psicooncología nace de la psiquiatría y es una ciencia también multidisciplinar. No obstante, también hay servicios de psicooncologia en unidades hospitalarias de consultas externas como son las de consejo genético oncológico, o dentro del screening de cáncer de mama en ginecología y otras áreas. Estas últimas se coordinan con las del hospital como interconsultas, si son internas en distintas plantas, y con las consultas externas de centros de especialidades si el paciente viene desde casa.
En centros privados como es Omega, es posible que su médico oncólogo de referencia les haya recomendado buscar apoyo psicológico especializado, y que acudan a nosotros. En estos casos, y en realidad en todos los demás, nosotros nos ocupamos de realizar un seguimiento pormenorizado de todos los informes que traen a consulta con todos los tratamientos previos que han llevado, de hormonoterapia, quimioterapia, y radioterapia etc. para saber qué tipo de intervención psicooncologica debemos realizar y también les damos informes detallados que después llevan también a su oncólogo de referencia y a su hospital sea público o privado.
En los pacientes oncológicos es muy importante el seguimiento de todas sus intervenciones físicas y psíquicas, pues en los últimos tiempos se ha visto la importancia del abordaje integral de la enfermedad oncológica mostrando claros beneficios en el paciente y en su calidad de vida.
¿Cómo se mide la eficacia del tratamiento del paciente oncológico?
Hay muchas medidas que nos pueden dar cuenta de la evolución de un paciente oncológico con nuestra intervención. A nivel hospitalario se suelen pasar con más frecuencia herramientas como el H.A.D. para medir la depresión de forma rápida y asequible, también se usan mucho los test de Zarit para cuidadores de primer grado, y los test del dolor, así como los específicos sobre calidad de vida de la E.O.R.T.C., que son europeos y específicos de cada tumor y localización. También se usan mucho los test de orientación y deterioro como los de Lobo, y herramientas para terapias coadyuvantes. Las poblaciones infantiles tienen otro tipo de test que dependen de su edad evolutiva y de su tumor o tipo de intervención médica.
Los hay para la punción de médula ósea, para trasplante de células hematopoyéticas en intervención de médula, para la adaptación o afrontamiento de la enfermedad. En fin, es un mundo muy complejo y hay mucha investigación en psicooncología (también en la evaluación y medición) ya que es una ciencia muy joven con escasos 20 años y compuesta por varias ciencias como la psiquiatría, la oncología médica y radioterápica, la psicología clínica, la ginecología etc.
En centros privados como Omega, cuando pasamos test inicial y retest al final del tratamiento, ya sabemos si la intervención ha sido eficaz y generalmente lo es, ya que conseguimos mayores niveles de adaptación a la enfermedad, mayor espíritu de lucha, mejora de la sintomatología física y psíquica, y mayor nivel de calidad de vida.
¿Cuándo finaliza la terapia en pacientes oncológicos?
La finalización de la terapia en hospitales, acaba cuando acaba la relación del equipo médico del paciente, generalmente acaba con el alta de la última revisión del paciente porque ha superado su neoplasia y está en remisión o estadio libre de enfermedad de 5 años o más.
Por desgracia otras veces la relación terapéutica acaba con el exitus del paciente en una unidad U.C.P.A. de cuidados paliativos hospitalarios o en equipo domiciliario si el paciente elige morir en casa.
Hay un pequeño porcentaje que reniega de la ayuda del psicooncólogo, aunque su médico de familia u oncólogo de referencia se lo recomiende, y otro pequeño porcentaje que tiene lo que llamamos «muerte estadística» cuando desaparece de las consultas sin avisar al terapeuta, por cansancio, dejadez, depresión o síndrome de desmoralización, pero esto por suerte no es lo más frecuente.
Generalmente el paciente está muy agradecido del tipo de intervenciones que realizamos con él y manifiesta no saber ni imaginar que existía este tipo de psicólogos especialistas en cáncer.
¿Qué técnicas son las más usadas en consulta en pacientes oncológicos?
Lo más usado es la terapia coadyuvante que es específica para estas enfermedades tumorales, aunque es muy variada porque tiene que adaptarse al tipo de enfermedad (que es muy distinta) y al estadío del tumor, y a las variables de personalidad del paciente. Es muy específica.
También usamos mucho, tanto en centros públicos como privados como es Omega, la terapia de duelo complicado o patológico con subtécnicas especiales dentro de ésta como la de la silla vacía.
Son frecuentes también las técnicas para la espiritualidad o de fin de vida orientadas al desapego del paciente con su yo y a ir cerrando cosas que le preocupan y orientadas a conseguir la idea de trascendencia del paciente ya que esta idea suele ser apaciguadora del problema de «dejar de ser”, son terapias sobre todo realizadas en pacientes paliativos, y dentro de éstos con los pacientes terminales. Se centran en dar esperanzas breves e intensas a los pacientes en el aquí y en el ahora.
También en pacientes oncológicos con tumores menos avanzados se realizan intervenciones para el síndrome de Damocles y de desmoralización que se basan en técnicas conductistas como la planificación de actividades y como las de relajación.
Y especialmente frecuente en casi todas las enfermedades oncológicas y en casi todos los estadíos, son las técnicas cognitivas como la reestructuración de creencias irracionales y sesgos, la inoculación de estrés para cirugías con amputación y de trasplante de médula ósea, y las técnicas para la reestructuración de la autoimagen en el carcinoma de mama y cánceres de cabeza y cuello, entre un larguísimo elenco de técnicas procedentes del área de la psiquiatría como la intervención en crisis y la hipnosis, técnicas de screening ginecológico para la mentalización de las pacientes en pautas de prevención, técnicas procedentes de la oncología médica como las del consejo genético oncológico orientadas a la información del paciente en mastectomías profilácticas etc. Es todo un universo el de la intervención psicooncologica, igual que lo era el de la evaluación.
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¿Suelen volver a consulta en los casos que se produce una reaparición del cáncer?
Normalmente si vuelven a consulta cuando tienen una recidiva, bien porque su médico oncólogo se lo recomienda, o bien de motu proprio porque les moviliza el miedo que tienen a la enfermedad debido al síndrome de Damocles.
Aunque es cierto que entre estos pacientes habría que distinguir los que vienen con un peor afrontamiento porque el miedo les bloquea la resolución de problemas (suelen ser pacientes con un afrontamiento más centrado en la emoción) y los que vienen con miedo también pero con un afrontamiento más centrado en el problema, éstos suelen ser más fuertes y con más resiliencia que los anteriores, pues han sabido usar su experiencia oncológica con la enfermedad para fortalecerse y obtener herramientas útiles para luchar contra su cáncer.
Y en esa labor les ayudamos nosotros desde Omega Psicología, tratando de orientar cualquier intervención a que consigan más fortaleza y más recursos psicológicos y habilidades para afrontar su cáncer activamente.
Esto les suele ayudar siempre, independientemente de si su cáncer se resuelve bien o no, ya que tienen la percepción de haber luchado con eficacia en todo momento de su enfermedad y eso, por sí solo, les produce satisfacción, les da entereza y les hace resilientes.
Desde aquí mi agradecimiento a Dª Isabel Crespo Peña, Director técnico. Psicologo Clinico-Sanitario y PsicoOncologo en OMEGA PSICOLOGIA, por habernos acercado a la PsicoOncología.
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