Autor: Dr. Juan Moisés de la Serna

  • ¿Es posible evitar los efectos nocivos del acoso escolar?

    ¿Es posible evitar los efectos nocivos del acoso escolar?

    El acoso escolar o Bullying es una de las mayores preocupaciones entre los educadores y psicólogos que tratan de evitar sus efectos en los menores que lo sufren.

    Acoso escolar

    Imagine que se levanta un día de la cama y le dice su madre que debe acudir a su centro de estudio, donde sabe que hay unos chicos que le acosan, insultan y pegan en el recreo, ¿Iría usted a clase?
    Esta es una realidad a la que se tienen que enfrentar cada vez más pequeños en las escuelas, ¿Y la solución?, de momento no se conoce que haya una, ya que de ser así, rápidamente se «exportaría» al resto de los centros del sistema educativo y se paliaría una realidad que se ha comprobado que deja «mella» en el pequeño que va a sufrir sus consecuencias incluso en la edad adulta.
    Ya no se trata únicamente de los moratones, hematomas u otras lesiones «menores» que pueda sufrir el menor, sino las más graves son precisamente las que no se ven, a nivel psicológico, ya que va a minar su autoestima en una etapa crítica de su formación de la personalidad, igualmente va a determinar cómo se relacionará en el futuro con los demás. Una situación tan estresante que puede ser origen incluso de enfermedades psicosomáticas así como de intentos de suicidios en los casos más dramáticos.
    Para dar respuesta a ésta situación han sido varios los intentos tanto desde una intervención directa sobre los menores acosados, o bien sobre los acosadores, sobre los «maestros» para que sean estos los que detecten las situaciones de acoso en el aula, o incluso para que sean ellos los que «lo paren», incrementado su autoridad y las consecuencias de las conductas inapropiadas en clase, e incluso realizando charlas de concienciación en los padres, para que sepan apreciar cuándo el pequeño da síntomas de que «algo no va bien» en clase. Todas estas intervenciones han tenido resultados desiguales, pero como se indicó al principio se ha encontrado una fórmula adecuada para «cortar de raíz» éste problema creciente.



    Acoso escuela

    Un reciente estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Milano–Bicocca (Italia) y la Universidad de Manitoba (Canadá) publicado en Journal of Experimental Child Psychology aborda ésta cuestión desde una perspectiva diferente.
    Los autores del estudio entienden que para cuando aparece el acoso escolar o bullying escolar «es demasiado tarde», y que es mejor fijarse en las etapas anteriores de formación con las que trabajar para que se den estas situaciones, es decir, su «cura» consiste en prevenirlo.
    La investigación contó con 110 participantes, de 6 a 7 años, la mitad de ellos niños y la mitad niñas, a los cuales se les dividió en dos grupos, ambos grupos se les hizo leer una serie de textos sobre situaciones emocionales durante dos meses, al primer grupo se le pidió que comentasen los textos de forma abierta sobre la naturaleza, causas y regulación de las emociones; mientras que al segundo que lo representase mediante dibujos.
    Los resultados muestran que el primer grupo incrementó su comprensión sobre las emociones, la teoría de la mente (ponerse en el lugar del otro), así como su empatía, evaluado tras la fase de entrenamiento, resultados que se mantenían incluso seis meses después.

    Consecuencia acoso

    Aunque no fue evaluadas las consecuencias en la futura aparición del acoso escolar o bullying escolar, los autores esperan que una mayor comprensión de las propias emociones y de la empatía, sea «suficiente» para prevenir situaciones de acoso en un futuro, crítico por parte de otros autores, ya que una falta de empatía y de control de los impulsos estaría en la base del disruptivo comportamiento por parte del pequeño acosador.
    Un intento por paliar los efectos «devastadores» del acoso escolar, antes de que éste surja desde una perspectiva de la educación en la infancia, un modelo que de comprobarse que es «exportable» a otros lugares, sería bueno para los pequeños, ya que «garantizaría» un mejor desempeño social, sin llegar a situaciones de acoso.
    Aunque como los mismos autores indican, existen muchas limitaciones, además de que mientras no sea un modelo implantado en todas las escuelas, siempre se corre el riesgo de tener en clase alumnos procedentes de otros centros que no han recibido esta educación previa, y por lo tanto está más «expuesto» a convertirse en acosador.

  • Fundación MasFamililia: cuando la familia es lo primero

    Fundación MasFamililia: cuando la familia es lo primero


    Entrevista completa a D. Rafael Fuertes, Director General de la Fundación MasFamililia quien nos va a hablar sobre la forma en cómo se puede conciliar la vida familiar con el puesto de trabajo, labor que fomenta desde la Fundación MásFamilia




    – ¿Qué es la Fundación MasFamililia y cuál es su objetivo?

    Fundación Másfamilia es una organización privada, independiente, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico, creada y dirigida para aportar soluciones innovadoras y altamente profesionales para la protección y apoyo de la Familia, y especialmente de aquéllas con dependencias en su seno.
    La Fundación surge con el fin prioritario de desarrollar acciones profesionales que supongan una mejora de la calidad de vida y bienestar de las familias como la Iniciativa E.F.R. (Empresa Familiarmente Responsable).

    – ¿Qué son las E.F.R. y cuál es su objetivo?

    La Iniciativa E.F.R. es un movimiento internacional que, formando parte de la R.S.E., se ocupa de avanzar y dar respuestas en materia de responsabilidad y respeto a la conciliación de la vida familiar y laboral.
    E.F.R. responde a una nueva cultura social y empresarial basada en la flexibilidad, el respeto y el compromiso mutuos. Y de esta iniciativa surge la Certificación efr que es un modelo de gestión para empresas, instituciones y centros educativos ad hoc.

    – ¿Cualquier entidad puede ser E.F.R.? ¿Cuántas empresas hay certificadas?

    Actualmente hay unas 400 empresas, instituciones o centros educativos que han obtenido el sello efr en conciliación y para ello han tenido que pasar con éxito el proceso de certificación E.F.R., basado en un marco legal o regulatorio que asegure unos mínimos relacionados con la defensa de los intereses de empleados y empleadores, la realización de un autodiagnóstico, la implantación del modelo, la auditoría de certificación y la mejora continua. Cualquier entidad que no pase estos requisitos podrá no obtener el Certificado o incluso perderlo con el tiempo.



    – ¿Cómo beneficia la aplicación de la conciliación a las diferentes entidades?

    El Certificado E.F.R. supone para aquellas empresas que lo obtienen un distintivo de calidad, centrado en este caso de la vida personal, laboral y familiar.
    Además, el Certificado es único en la medida en que va más allá de lo que supone un reconocimiento o premio por desarrollar medidas puntuales tendentes a facilitar la conciliación de vida familiar y laboral. Es un modelo de gestión que persigue un cambio cultural en la forma de concebir y organizar el trabajo, a largo plazo y mediante una mejora continua.

    – ¿Cuáles son los metas futuras por alcanzar desde la Fundación Másfamilia?

    Nuestra Fundación está formada por un equipo altamente profesional de tan sólo 7 personas con mucha capacidad de influencia. Tenemos el gran apoyo de más de 500 organizaciones entre entidades certificadas, consejo asesor, patronato, entidades colaboradoras, etc.
    Nuestra misión es hacer más amplio el Modelo E.F.R. a todos nuestros Stakeholders a través de eventos de sensibilización, difusión en los medios de comunicación, redes sociales o formando parte de los principales foros de RR.HH., R.S.E. y E.F.R.




    Desde aquí aprovecho para agradecer la entrevista a D. Rafael Fuertes, Director General de la Fundación MasFamililia

  • Descubierto cómo funcionan los niños con TDAH con Inatención

    Descubierto cómo funcionan los niños con TDAH con Inatención

    Los pequeños con TDAH muestran mayor actividad a la vez que una menor atención, es importante saber qué funciones están afectadas para tratarle adecuadamente.

    Los niños ya desde edades muy tempranas pueden mostrar un comportamiento que rápidamente los identifica con ser inquietos, revoltosos e intranquilos, con facilidad para distraerse, en incluso con dificultad para aprender por no poderse estar quietos y atender en clase, lo que normalmente desespera a profesores e incluso a los padres; cuando éste comportamiento se convierte en una situación crónica y mantenida en el tiempo puede que estemos antes un caso de trastorno por déficit de atención, el cual se puede acompañar de hiperactividad o no, definiéndose en cada caso como TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) o TDASH (trastorno por déficit de atención sin hiperactividad).
    El TDAH se caracteriza por mostrar comportamientos compulsivos, interrupciones en las conversaciones, sin dejar terminar a la otra persona de hablar, con habla excesiva, sin respetar los turnos al hablar ni en el juego, no para de levantarse y correr, y cuando está sentado mueve constantemente los pies.
    El TDASH se caracteriza por dificultades para atender y seguir instrucciones, no terminar las tareas encomendadas, falta de organización en sus tareas, con pérdidas frecuentes de sus pertenencias por no atender dónde lo dejó, y con facilidad para distraerse con cualquier ruido.
    Éste trastorno, aunque se desconoce su causa, suele «desaparecer» gracias al proceso madurativo, aunque en un pequeño porcentaje se mantiene en la vida adulta. Además las personas que lo padecen van desarrollando estrategias «compensatorias» de forma natural que permiten un normal desempeño en su vida tanto académica como laboralmente.
    A pesar de ello, puede ser fuente de conflicto y una carga emocional para los pequeños tanto en el ámbito escolar como en la casa, por lo que la detección temprana es fundamental para poder establecer el diagnóstico adecuado y diseñar el tratamiento específico que el ayude a superar la situación.
    Dentro de la categoría de TDAH se pueden a su vez subdividir en tres categorías, TDAH predominantemente inatento (TDAH-I), TDAH predominantemente hiperactivo (TDAH-H); y TDAH combinado entre inatento e hiperactivo (TDAHC).
    A pesar de los grandes avances que se han realizado, todavía quedan muchos «flecos» por conocer del TDAH, como por ejemplo la cuestión del Ejecutivo Central, como posible causa explicativa de la inatención. El Ejecutivo Central asociado a los lóbulos frontales, hace referencia a la capacidad de la persona de establecer y seguir metas, diseñar y organizar planes, anticipar resultados, todo por lo contrario por lo que se caracteriza un niño con TDAH-I.



    Un reciente estudio llevado a acabo por la Universidad Normal del Este de China (China) y la Universidad de Kyushu (Japón) publicado en Journal of Behavioral and Brain Science aborda ésta cuestión para tratar de comprender la relación entre el Ejecutivo Central y el TDAH-I.
    En el estudio participaron 16 niños diagnosticados con TDAH-I, los cuales no habían recibido medicación en los tres meses anteriores, comparado con otros 21 niños de la misma edad.
    El Ejecutivo Central se evaluó en sus cuatro dominios diferentes: planeación, memoria de trabajo, flexibilidad y respuesta de inhibición, mostrando unas diferencias significativas los resultados de los niños con TDAH-I frente a los control, en planeación y memoria de trabajo e inhibición, pero los resultados de la flexibilidad no resultaron diferentes.
    Esto quiere decir que los niños con TDAH-I tienen cierta inmadurez en el Ejecutivo Central, ya que necesitan mucho más tiempo que el resto en establecer una planeación de funciones, que en muchas ocasiones no llegan a terminar; igualmente se «pierden» con facilidad, «olvidándose» de lo que estaban haciendo, lo que les dificulte que puedan cumplir sus propios planes o las instrucciones de los demás, debido a un escaso rendimiento en la memoria de trabajo; y por último tiene una escasa capacidad de inhibición, lo que implica que cualquier estímulo que se presente va a captar su atención, ya que tiene poca «voluntad» de concentrarse y omitir atención a otros estímulos.
    Éste estudio abre una vía de trabajo para poder distinguir mediante pruebas específicas entre los distintos tipos de TDAH, y en función de eso poder establecer un tratamiento adaptado; igualmente conocer en qué áreas muestra carencias el pequeño permite diseñar intervenciones concretas para paliar o compensar sus carencias, sobre todo en los dominios donde muestran menor «desarrollo» del Ejecutivo Central, de forma que pueda desarrollar una actividad «normal» y mostrar así un desempeño como el resto de sus compañeros.

  • Descubierto por qué las mujeres compran más objetos de lujo

    Descubierto por qué las mujeres compran más objetos de lujo

    Una serie de estudios dan cuenta de los verdaderos motivos que se esconden detrás de las compras de objetos y servicios de lujo por parte de las mujeres.

    Comprar es una actividad necesaria para adquirir aquello que necesitamos para comer, vestirnos,… pero en ocasiones se convierte también en una actividad social, «quedar con las amigas» para mirar en un centro comercial o unas boutiques las nuevas temporadas.
    Las marcas se «pelean» literalmente por llamar la atención de nuevos modelos, coloridos, innovadores, incluso rompedores, pero sobre todo por ofrecer un precio reducido y atractivo, con el que poder llegar a más clientes potenciales.
    Pero hay determinados productos, como los de belleza, que han comprobado cómo subiendo los precios venden más, algo que no tiene ningún sentido lógico, pues se trata del mismo envoltorio y del mismo contenido, pero los compradores parece ser que se rigen por una idea, «si es más caro será más bueno», y se pueden llegar a gastar lo que no tienen por tener lo último y lo mejor, pero sobre todo lo más caro, cuando en el mercado pueden encontrar el mismo producto aunque sea de un poco de menor calidad mucho más barato.
    En ésta categoría de productos y servicios de elevados precios están las denominadas compras de lujo, las cuales parece ser que funcionan por reglas diferentes al resto, ya no tratan de satisfacer una necesidad «primaria» como la de alimentación o abrigo, sino que se sustentan de otras como el de la autoestima e incluso la conformación de la identidad.
    No se trata de tener porque se quiera, sino de tener, porque los demás no son capaces de comprárselo y yo sí, lo que establece una clara línea de separación, simplemente por poderse comprar el último bolso de lujo, o el último vestido de la colección del modista de turno, algo a lo que el «resto de los mortales» se tienen que conformar con verlo en las revistas de moda.
    Es cierto que el que tiene puede gastarlo, y comprarse objetos o servicios más exclusivos, pero parece ser que no es eso lo que le motiva a comprar lujo sino algo más «superficial», la comparación con el otro.

    Al menos así lo afirma un reciente artículo realizado por la Universidad de Minnesota (EE.UU.) y publicado en Journal of Consumer Research.
    En el mismo se han realizado cinco estudios para comprobar cuáles son las motivaciones que hay detrás del consumo de artículos de lujo, partiendo de la base de que son señales que refuerzan la identidad personal y el estatus en comparación con el resto, los autores quisieron ir un poco más allá y estudiar el papel que éste consumo tiene en las relaciones sociales, sobre todo en las de la pareja.
    En los hombres se ha hallado que cumplen una función de «llamada de atención» a futuras parejas, que viendo la «ostentación» se sienten «más atraídas» por aquel que lo posee, facilitando así el encontrar pareja.
    En cambio en las mujeres los motivos son bien diferentes, ya que se rigen más por un comportamiento de «ostentación» para reflejar la fidelidad y atención de su pareja, intentando disuadir con ello a posibles competidoras que quieran acercarse por su pareja. Es decir, en vez de regirse por un sentimiento de acción, por mostrar lo que tiene, lo que le refuerza su identidad y estatus social, en vez de eso se rige por un sentimiento de «miedo a la competencia».
    Es por ello que de entre todos los objetos y servicios de lujo, se decantan por aquellos que dejen claro la solidez de la relación, buscando aquellos que reflejen el amor romántico que une a la pareja, evitando así que otra persona intente «quitárselo».

    Aclarar que aunque los resultados de éste estudio puedan ser válidos, no todos «funcionamos» basados en las mismas motivaciones, ya que en esta investigación no se tienen en cuenta diferencias culturales, ni ideológicas ni religiosas, que pueden matizar y mucho los resultados anteriores.
    Una vez hecha ésta apreciación, se podría decir, que para determinados tipos de hombres y mujeres, la forma en que ellos «funcionan» se corresponden con los resultados indicados, es decir, los hombres ostentan, mostrando su potencial económico a base de adquisición de objetos o servicios de lujo como forma de «atraer pareja»; y habrá mujeres que se rijan por ésta rivalidad casi «territorial» por la que compran objetos de lujos que no está al alcance de sus «competidoras», perpetuando así su pareja.

  • La testosterona facilita la cooperación en vez de la agresividad

    La testosterona facilita la cooperación en vez de la agresividad

    Tradicionalmente la testosterona ha sido vinculada con la agresividad, pero ¿Es posible que también pueda producir un comportamiento prosocial?

    Uno de los comportamientos tradicionalmente atribuidos al mundo animal a diferencia del humano es el de la agresividad como medio de subsistencia, ya sea con sus semejantes para conseguir y mantener un determinado estatus, como con sus presas.
    En humanos, a pesar de que existen “rasgos” de agresividad en alguno de nuestros comportamientos diarios, como gritar al que realiza un adelantamiento indebido, estos no llegan a manifestarse como una amenaza para nuestros semejantes, todo ello gracias a la socialización, es decir, la interiorización de valores y códigos de conducta, que permiten la convivencia en sociedad.
    La agresividad se ve fomentada en determinados momentos de escasez de recursos, o cuando se está ante un peligro inminente, igualmente el sitio donde se vive, por ejemplo en un barrio inseguro, puede acentuar esa agresividad interna como medio de sobrevivir ante un medio hostil, pero ¿De dónde “sale” nuestra agresividad?
    Algunos teóricos señalan a reminiscencias de los tiempos de las cavernas, donde la línea que nos separaba del mundo animal era muy fina, y en donde se regían por los mismos comportamientos instintivos para alcanzar un estatus y mantener su territorialidad. Algunos autores distinguen precisamente entre agresividad, entendida como algo “útil” para el individuo, y la violencia, como una conducta destructiva sin ningún fin en sí misma, aunque sus manifestaciones en peleas o agresiones a otro puedan a veces llevar a confusión.
    El origen de la agresividad es multifactorial, ya que se debe tanto a un componente genético, como social y educacional, facilitado por el consumo de determinadas sustancias  estimulantes, así como por algunos estados mentales distorsionados, como en el caso de los maniacos-depresivos, paranoides o psicóticos.
    En humanos, durante muchos años se ha atribuido a la testosterona, como la responsable de la presencia de la agresividad, lo que explicaría porqué en la juventud que tiene los niveles más elevados de testosterona se muestran los comportamientos más agresivos, aunque también se ha observado cómo la agresividad genera mayores niveles de testosterona, por lo que no está claro cuál es el desencadenate de los dos.

    Los estudios inicialmente llevados a cabo en hombres castrados indicaban que su menor agresividad se debía precisamente a la ausencia de testosterona, pero la administración de distintos niveles de testoterona soluble no muestran un incremento de la agresividad, por lo que se considera que es un elemento necesario pero no suficiente.
    Recordar que la testosterona, a pesar de ser una hormona presente principalmente en el hombre, no es exclusiva de él, ya que también la mujer la produce y se vé sometida a sus efectos.
    Aunque existen grandes diferencias en cuanto a la expresión de la agresividad según el género, siendo más explosivo y directo en el hombre, llegándose a enfrentar “cuerpo a cuerpo”, mientras que en la mujer es más sutil y en ocasiones psicológico, produciendo el mismo o mayor efecto que el que se consigue con “los puños”.
    Como se ha indicado hasta hace unos años, se consideraba que a mayores niveles de testosterona mayor conducta agresiva exhibida, para lo cual se medían los niveles de ésta hormona en centros penitenciarios o se administraba de forma soluble a voluntarios.

    Actualmente se está poniendo en cuestión dichos resultados, observando cómo la presencia de testosterona ayuda a tener un mayor juicio de valor a la hora de tomar decisiones, pero también puede llevar a a un comportamiento prosocial, al menos así lo afirma un estudio de la Universidad Erasmus de Rotterdam (Países Bajos) publicado el 2014 en la revista científica Psychologial Science.
    En el mismo se analizó el comportamiento de 54 mujeres a las cuales a la mitad se les administró testosterona diluida, mientras que al resto se le daba un placebo, observándola en dos tipos de tareas, una que implicaba competitividad y otra que no.
    Los resultados informan que en aquellas tareas de tipo colaborativo, las mujeres que habían bebido testosterona estuvieron más dispuestas a colaborar que las que tomaron placebo, desmintiendo con ello el efecto negativo de la testosterona en todos los casos, como agente “incitador” de la agresividad.

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