¿Afecta por igual el desempleo a hombres y mujeres?

Desempleo Hombre-Mujer - Cátedra Abierta de Psicología y Neurociencias


Tradicionalmente las mujeres han tenido más dificultad de acceder al mercado laboral sobre todo en determinados sectores.

Género y Empleo

Algunos sectores se han considerado tradicionalmente «de hombres», algo que actualmente ya no se concibe así, gracias al avance en las políticas de igualdad, a pesar de ello, todavía es «raro» ver mujeres desempeñando determinados puestos de trabajo.
Igualmente, a la hora de elegir los estudios universitarios, existen claras diferencias entre unas carreras u otras en función del género, lo que va a hacer que en el futuro haya más profesionales masculinos o femeninos en un sector que en otro.
Queda fuera de este abordaje la problemática del «techo de cristal», por el cual la presencia femenina en puestos directivos es en muchos casos inexistentes, debido a que no se las deja acceder a la promoción interna de las compañías, siendo sus propios compañeros quienes las vetan para el desempeño de responsabilidad.
Pero si son evidentes las diferencias laborales, que se puede incluso llegar a reflejar en una retribución desigual, ¿Qué sucede cuando se habla de la condición contraria, es decir, cuando no se tiene trabajo, ¿Afecta por igual el desempleo a hombres y mujeres?


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Género y Desempelo

Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde el Instytut Psychologii, Uniwersytet Kardynala Stefana Wyszynskiego w Warszawie (Polonia) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Polish Psychological Bulletin.
En el estudio participaron ciento sesenta desempleados de larga duración, con más de dos años buscando trabajo, de los cuales ochenta y cinco eran mujeres, con edades comprendidas entre los 35 a 45 años.
Todos ellos pasaron por una serie de cuestionarios estandarizados entre ellos el Goldberg’s General Health Questionnaire (GHQ-28) para evaluar el nivel de salud general que incluye cuatro escalas, una referida a la presencia de problemática psicosomática, ansiedad, problemas de funcionamiento y depresión; el Dimensional Emotional Intelligence Inventory (DINEMO) para evaluar el nivel de Inteligencia Emocional.
Igualmente se registraron datos sociodemográficos, así como el tiempo que estaba sin trabajar, trabajos previos, situación económica y familiar entre otros.
Los resultados muestran diferencias significativas en el nivel de salud mental entre los desempleados en función del género, siendo más afectada las mujeres.
Así mismo se encontró que aquellas personas que tenían mayores niveles de Inteligencia Emocional gozaban de una mayor estabilidad mental aún en una situación tan desfavorecida como es el desempleo de larga duración.
Siendo especialmente relevante la relación en mujeres de una baja Inteligencia Emocional con la presencia de síntomas depresivos.


Diferencias Hombre-Mujer ante el desempleo

Entre las limitaciones del estudio se encuentra el escaso número de participantes, así como el uso de cuestionarios para la valoración de salud, sin incluir otros índices como el número de visitas al médico o el consumo de fármacos si los hubiere.
Igualmente hay que interpretar estos datos teniendo en cuenta la idiosincrasia de la cultura polaca, lo que hace difícilmente extrapolable estos resultados a otras culturas, para lo que se precisa de nueva investigación al respecto.
Teniendo en cuenta las salvedades anteriores, hay que descartar el resultado inesperado para los autores, los cuales esperaban que el desempleo afectase negativamente más a los hombres frente a las mujeres. La teoría por la que lo esperaban era basada en el estatus social del hombre, y cómo éste se veía comprometido por una situación de desempleo de larga duración.
Con respecto a la Inteligencia Emocional, los resultados han ido en la dirección esperada, es decir, funcionarían como un protector de la salud mental ante los problemas de la vida.
Por lo tanto, y visto los resultados, habría que tratar de incorporar a las personas desempleadas de larga duración en actividades o cursos que ayudasen a aumentar sus niveles de Inteligencia Emocional, como forma indirecta de «cuidar» su salud mental, mientras encuentran trabajo; ya que las dificultades de la persona desempleada que tiene problemas de salud mental son mucho mayores.
Luego, se tendría que considerar como grupo de riesgo especialmente vulnerable para con los problemas de salud mental, a las mujeres desempleadas de larga duración y por tanto se debería de implementar programas de intervención para su protección y cuidado.

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