Evolución del Concepto de Trastorno Bipolar en el DSM y CIE – Línea de Tiempo y Descubrimientos Clave

¡Recuerda! La concepción del Trastorno Bipolar ha evolucionado con el tiempo. Según el DSM-5-TR y el CIE-11, el Trastorno Bipolar se define ahora con criterios más detallados y precisos que reflejan un entendimiento más completo del trastorno. Es importante tener en cuenta que la conceptualización del Trastorno Bipolar ha cambiado significativamente a lo largo de los años, como se muestra en el siguiente timeline.

Evolución Interactiva del Concepto de Trastorno Bipolar en el DSM y CIE

1952 – DSM-I

Utiliza el término «Reacción maníaco-depresiva» dentro de los «Trastornos de la psicobiología».

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El DSM-I, publicado en 1952, no utilizaba el término «Trastorno Bipolar». En su lugar, se refería a esta condición como «Reacción maníaco-depresiva» dentro de la categoría de «Trastornos de la psicobiología». Esta clasificación reflejaba la influencia psicoanalítica de la época, considerando la condición como una reacción a factores psicológicos y ambientales. No se diferenciaba claramente entre los tipos de trastorno bipolar y no se proporcionaban criterios diagnósticos específicos. La descripción se centraba más en los episodios maníacos que en los depresivos, y se consideraba principalmente como un trastorno psicótico.

1967 – CIE-8

Incluye «Psicosis maníaco-depresiva» con subtipos maníaco, depresivo y circular.

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La CIE-8, publicada en 1967, utilizaba el término «Psicosis maníaco-depresiva» y reconocía varios subtipos: maníaco, depresivo y circular (alternancia de episodios maníacos y depresivos). Esta clasificación representaba un avance al reconocer la naturaleza cíclica del trastorno y la existencia de diferentes presentaciones clínicas. Sin embargo, aún se consideraba primariamente como una condición psicótica y no se diferenciaba claramente entre lo que hoy conocemos como Trastorno Bipolar I y II. La clasificación carecía de criterios diagnósticos específicos, lo que dificultaba la consistencia en el diagnóstico.

1968 – DSM-II

Mantiene el término «Psicosis maníaco-depresiva» con tipos maníaco, depresivo y circular.

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El DSM-II, publicado en 1968, seguía utilizando el término «Psicosis maníaco-depresiva» y, al igual que la CIE-8, reconocía los tipos maníaco, depresivo y circular. Esta edición mantuvo la visión del trastorno como una condición principalmente psicótica. No se proporcionaban criterios diagnósticos específicos, y el diagnóstico se basaba en gran medida en la interpretación clínica. La distinción entre los episodios maníacos y depresivos se hacía de manera general, sin una clara diferenciación de la gravedad o la duración de los episodios. Este enfoque reflejaba la continuidad con las conceptualizaciones históricas del trastorno, pero carecía de la especificidad necesaria para una investigación y un diagnóstico más precisos.

1975 – CIE-9

Mantiene «Psicosis maníaco-depresiva» pero introduce más subtipos y descripciones detalladas.

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La CIE-9, publicada en 1975, mantuvo el término «Psicosis maníaco-depresiva» pero introdujo descripciones más detalladas y subtipos adicionales. Se incluyeron categorías para episodios maníacos, depresivos, mixtos y circulares. Esta versión comenzó a reconocer la variabilidad en la presentación y el curso del trastorno, incluyendo formas más leves que no necesariamente implicaban síntomas psicóticos. Sin embargo, aún no se utilizaba el término «bipolar» y la clasificación seguía centrada en la conceptualización del trastorno como una psicosis. La CIE-9 representó un paso hacia una comprensión más matizada del trastorno, aunque todavía carecía de criterios diagnósticos específicos.

1980 – DSM-III

Introduce el término «Trastorno Bipolar» y establece criterios diagnósticos específicos.

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El DSM-III, publicado en 1980, marcó un cambio significativo al introducir el término «Trastorno Bipolar» y establecer criterios diagnósticos específicos. Se distinguió entre Trastorno Bipolar y Depresión Mayor, reconociendo la naturaleza distinta de estas condiciones. Se establecieron criterios para episodios maníacos, depresivos y mixtos, así como para el diagnóstico de Trastorno Bipolar I. También se introdujo el concepto de ciclotimia. Esta nueva clasificación se basaba en investigaciones que demostraban patrones distintos de curso, respuesta al tratamiento y antecedentes familiares entre el trastorno bipolar y la depresión unipolar. El DSM-III representó un cambio hacia un enfoque más descriptivo y basado en criterios, mejorando significativamente la fiabilidad del diagnóstico.

1987 – DSM-III-R

Refina los criterios para el Trastorno Bipolar e introduce el concepto de hipomanía.

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El DSM-III-R, publicado en 1987, refinó los criterios para el Trastorno Bipolar y, significativamente, introdujo el concepto de hipomanía. Esto llevó al reconocimiento del Trastorno Bipolar II, caracterizado por episodios de depresión mayor y episodios hipomaníacos, pero sin episodios maníacos completos. Esta distinción fue crucial para reconocer formas más leves pero clínicamente significativas del trastorno bipolar. Se ajustaron los criterios para los episodios maníacos, depresivos y mixtos, y se proporcionaron pautas más claras para diferenciar entre el Trastorno Bipolar I y II. Estos cambios reflejaron un entendimiento más matizado del espectro bipolar y mejoraron la capacidad de los clínicos para diagnosticar y tratar formas menos severas del trastorno.

1992 – CIE-10

Adopta el término «Trastorno Bipolar» y proporciona criterios detallados para diferentes tipos de episodios.

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La CIE-10, publicada en 1992, adoptó finalmente el término «Trastorno Bipolar» y proporcionó criterios detallados para diferentes tipos de episodios (maníaco, hipomaníaco, depresivo y mixto). Se reconocieron el Trastorno Bipolar I y II, así como la ciclotimia. La CIE-10 también introdujo criterios de gravedad para los episodios maníacos y depresivos. Esta clasificación representó una mayor armonización con el DSM, aunque mantenía algunas diferencias en los criterios específicos. La CIE-10 enfatizó la importancia de considerar el curso longitudinal del trastorno en el diagnóstico, reconociendo su naturaleza recurrente y cíclica. Esta versión mejoró significativamente la precisión y consistencia en el diagnóstico del trastorno bipolar a nivel internacional.

1994 – DSM-IV

Refina los criterios para el Trastorno Bipolar I y II, e introduce el concepto de episodios mixtos.

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El DSM-IV, publicado en 1994, refinó aún más los criterios para el Trastorno Bipolar I y II. Se introdujo el concepto de episodios mixtos, definidos como la ocurrencia simultánea de síntomas maníacos y depresivos. Se proporcionaron criterios más detallados para la ciclotimia y se incluyó la categoría de «Trastorno Bipolar No Especificado» para casos que no cumplían todos los criterios de los otros subtipos. El DSM-IV también enfatizó la importancia de considerar el curso longitudinal del trastorno y el impacto funcional de los síntomas. Estos cambios reflejaron un entendimiento más complejo del espectro bipolar y reconocieron la variabilidad en la presentación clínica del trastorno.

2013 – DSM-5

Introduce cambios significativos en la conceptualización del Trastorno Bipolar.

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El DSM-5, publicado en 2013, introdujo cambios significativos en la conceptualización del Trastorno Bipolar. Se eliminó la categoría de episodio mixto y se introdujo un especificador «con características mixtas» que podía aplicarse tanto a episodios maníacos como depresivos. Se modificaron los criterios para el episodio maníaco, requiriendo un aumento de energía o actividad además del estado de ánimo elevado. Se incluyó un nuevo especificador «con ansiedad» para reconocer la frecuente comorbilidad con síntomas ansiosos. El Trastorno Bipolar y trastornos relacionados se separaron de los Trastornos Depresivos, formando un capítulo independiente. Estos cambios reflejaron un entendimiento más matizado del trastorno y su relación con otros trastornos del estado de ánimo.

2018 – CIE-11

Refina la clasificación del Trastorno Bipolar y se alinea más con el DSM-5.

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La CIE-11, publicada en 2018, refinó aún más la clasificación del Trastorno Bipolar y se alineó más estrechamente con el DSM-5. Se mantuvo la distinción entre Trastorno Bipolar I y II, y se incluyeron especificadores para características mixtas y patrón estacional. La CIE-11 también adoptó un enfoque más dimensional, permitiendo una mayor flexibilidad en la caracterización de los síntomas y la gravedad. Se incluyeron descripciones más detalladas de los episodios maníacos, hipomaníacos y depresivos. Además, se reconoció más explícitamente la variabilidad cultural en la presentación de los síntomas. Esta versión representa un paso importante hacia una conceptualización más global y culturalmente sensible del Trastorno Bipolar.

2022 – DSM-5-TR

Mantiene la estructura del DSM-5 con actualizaciones menores en el texto descriptivo.

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El DSM-5-TR, publicado en 2022, mantuvo la estructura básica y los criterios diagnósticos para el Trastorno Bipolar establecidos en el DSM-5. Las actualizaciones fueron principalmente en el texto descriptivo, incorporando nueva investigación sobre prevalencia, factores de riesgo, aspectos culturales y de género. Se proporcionó información adicional sobre el curso de la enfermedad, factores pronósticos y comorbilidades. El DSM-5-TR también reforzó la importancia de considerar los factores contextuales y culturales en el diagnóstico del Trastorno Bipolar. Aunque no hubo cambios sustanciales en los criterios, esta revisión reflejó un entendimiento más matizado del trastorno y su impacto en diversos grupos poblacionales, así como avances en la comprensión de su neurobiología y tratamiento.

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