Evolución del Concepto de Distimia en el DSM y CIE – Línea de Tiempo y Descubrimientos Clave

El DSM-I, publicado en 1952, no incluía el término «Distimia». Los síntomas que hoy asociamos con la distimia probablemente se clasificaban bajo la categoría más amplia de «Reacción depresiva», que formaba parte de los «Trastornos psiconeuróticos». Esta clasificación reflejaba el enfoque psicoanalítico dominante de la época, que veía la depresión como una reacción a conflictos internos o eventos estresantes. No se hacía distinción entre formas agudas y crónicas de depresión, y no existían criterios diagnósticos específicos para lo que hoy conocemos como distimia.

El DSM-III, publicado en 1980, marcó un cambio significativo al introducir el término «Trastorno distímico». Este diagnóstico se creó para describir una forma crónica de depresión leve que duraba al menos dos años en adultos (un año en niños y adolescentes). Se establecieron criterios diagnósticos específicos, incluyendo la presencia de síntomas depresivos menos severos pero más persistentes que en el Trastorno depresivo mayor. Esta inclusión representó un reconocimiento importante de que las formas crónicas de depresión leve podían ser clínicamente significativas y merecían atención diagnóstica y terapéutica específica. El Trastorno distímico se conceptualizó como distinto de la personalidad depresiva y de los episodios depresivos mayores.

El DSM-IV, publicado en 1994, mantuvo el diagnóstico de «Trastorno distímico» con algunos refinamientos en los criterios. Se mantuvo el requisito de duración de dos años para adultos y un año para niños y adolescentes. El DSM-IV también reconoció explícitamente el concepto de «depresión doble», donde un episodio de depresión mayor podía superponerse a un trastorno distímico preexistente. Se proporcionaron criterios más detallados para diferenciar el trastorno distímico de otras formas de depresión y se enfatizó la importancia de considerar el impacto funcional de los síntomas. Esta versión reflejó una comprensión más matizada de las formas crónicas de depresión leve y su relación con otros trastornos del estado de ánimo.

El DSM-5, publicado en 2013, introdujo cambios significativos en la conceptualización de la distimia. Se reemplazó el término «Trastorno distímico» por «Trastorno depresivo persistente (Distimia)». Esta nueva categoría combinó el antiguo diagnóstico de trastorno distímico con el de trastorno depresivo mayor crónico. El criterio de duración se mantuvo en dos años para adultos y un año para niños. Este cambio reflejó la dificultad de distinguir de manera confiable entre estas dos condiciones crónicas y reconoció su superposición clínica. El DSM-5 también introdujo especificadores para el inicio temprano o tardío y para la presencia de episodios depresivos mayores. Esta nueva categoría buscaba capturar mejor la naturaleza crónica y fluctuante de las formas persistentes de depresión.

El DSM-5-TR, publicado en 2022, mantuvo la categoría de «Trastorno depresivo persistente (Distimia)» introducida en el DSM-5. Las actualizaciones fueron principalmente en el texto descriptivo, incorporando nueva investigación sobre prevalencia, factores de riesgo, curso de la enfermedad y aspectos culturales. Se proporcionó información adicional sobre la presentación en diferentes grupos de edad y se enfatizó la importancia de considerar factores contextuales en el diagnóstico. El DSM-5-TR también reforzó la comprensión de la distimia como parte de un espectro de trastornos depresivos crónicos, manteniendo la fusión conceptual entre la distimia tradicional y la depresión mayor crónica. Esta revisión reflejó un entendimiento más matizado de las formas persistentes de depresión y su impacto a largo plazo en la funcionalidad y calidad de vida de los individuos afectados.