¿Se mantiene el nivel de inteligencia lo largo de la vida?
El concepto de inteligencia ha sido aceptado como unitario y estable en el tiempo, aunque en los últimos años se han replanteado teóricamente sus dimensiones.
De ahí que haya surgido el término de inteligencias múltiples, que hace referencia a diferentes dimensiones de la inteligencia, por ejemplo, la artística, la musical, la matemática, la social,…, es decir, ahora y basado en esta aproximación, una persona puede tener una gran inteligencia musical pero no destacar en el resto de las inteligencias.
El concepto unitario de inteligencia permite hablar de un mayor o menor nivel, pero también de un nivel excesivamente elevado o reducido; en cambio, con la aproximación de inteligencias múltiples, se puede ser un genio en una de las áreas, pero ser «normal» e incluso mostrar deficiencias en alguna de las otras inteligencias.
A pesar de este cambio de concepción y análisis de las distintos modelos sobre la inteligencia, lo que parece que no se discute es sobre la estabilidad de la inteligencia a lo largo del tiempo, a pesar de lo cual se realizan grandes esfuerzos por parte de las instituciones educativas por aumentar el nivel de sus estudiante, luego de alguna forma se espera mejorar con la educación, pero ¿Se mantiene el nivel de inteligencia lo largo de la vida?
Al menos así lo intenta demostrar desde la Universidad Occidental del Illinois y la Universidad Loyola Marymount (EE.UU.) cuyo resultado ha sido publicado en el 2014 en la revista científica Journal of Intelligence.
Los datos para los estudios se extrajeron de un estudio longitudinal multifactorial procedente del Murray Research Archive, que analiza a los participantes durante 30 años, extrayendo los datos de 157 participantes cuando tenían 3-4 años, 11, 18 y 32 años.
A todos ellos se les ha administrado a lo largo del tiempo multitud de cuestionarios estandarizados, pero para el estudio únicamente se ha utilizado la información relativa a un cuestionario de altas capaciades denominado Q-sort Methodology, y el California Child Q-Set (CCQ) Item “High Intellectual Capacity”, el desarrollo de habilidades académicas a través del Wechsler Preschool and Primary Scale of Intelligence (WPPSI). Además se tuvieron en cuenta otras variables como el sexo, el nivel socioeconómico y el educativo de los padres.
Los resultados muestran una relación significativa entre los niveles de inteligencia iniciales y los desarrollados en el tiempo, evaluados en el desempeño académico.
Aunque el estudio es claro en cuanto a la capacidad de predicción de la inteligencia, no entra a valorar el papel de la educación sobre la inteligencia y cómo tener un mayor o menor nivel educativo se corresponde o no con una mayor inteligencia, lo que validaría los esfuerzos desde las instituciones educativas, o lo pondría en cuestión si no se encuentra relación entre el nivel educativo y la inteligencia.
Igualmente el estudio se centra únicamente en la inteligencia académica, es decir, en la capacidad de responder adecuadamente a las demandas y exigencias de las instituciones académicas en cada uno de los niveles educativos, olvidándose de la aproximación dimensional que considera que se puede tener un rendimiento normal académico por una inteligencia normal en este aspecto, pero luego destacar en otros ámbitos como el artístico, el social,… que por no ser «útiles» para las instituciones educativas no se evalúan ni potencian todo lo que el estudiante podría necesitar.
