TDAH: Una de las mayores preocupaciones de los padres con hijos con TDAH es saber si aquello le va a marcar en su futuro.
Muchas son las dudas que surgen, ya no sólo sobre el tratamiento que deben de seguir, sino sobre las secuelas o consecuencias futuras si es que las hubiese.
La bibliografía al respecto recoge que los adultos con TDAH son más proclives a sufrir depresión o ansiedad, con deficiencias en las relaciones sociales de calidad, la salud e incluso la autoestima. Fenómenos que todavía no son bien comprendidos, por lo que es importante seguir estudiando al respecto.
Igualmente se recoge cómo disfunciones presentes durante los primeros años e incluso la infancia desaparecen con el tiempo, gracias al proceso madurativo del cerebro que le permite corregir algunas deficiencias previas.
Uno de los fenómenos que mejor se conocen con respecto a la atención es el facilitación y el de supresión:
– Con la clave correcta, se produce una reducción del tiempo de respuesta, ya que el cerebro puede anticipar correctamente la respuesta, dándose la facilitación.
– Con la clave incorrecta, se produce un aumento en el tiempo de respuesta, ya que el cerebro anticipa una solución no correcta que debe de rectificar, tardando más en éste proceso, dando lugar a la supresión.
¿Pero qué pasará con los adultos con TDAH?, ¿Se manejarán con las mismas claves atencionales?
Para responder a éste pregunta el Hampshire College (EE.UU.) ha realizado un estudio donde analiza las consecuencias sobre la atención de adultos con TDAH.
En el mismo participaron 25 adultos con TDAH diganosticado frente a otros 25 control.
Para evitar los efectos de los medicamentes que pudiesen tomar los adultos con TDAH se les hizo la prueba tras, como mínimo 18 horas después de su administración, con lo que se descarta cualquier efecto favorecedor o de interferencia por parte de la medicación para TDAH.
El experimento consiste en responder a una tarea atencional donde se le presentaban en la pantalla flechas indicando dónde aparecería el estímulo a señalar lo más rápidamente posible, con la posibilidad de que apareciese también un distractor o señal que no debía de responder. A la vez que realizaban la tarea se les registraba su actividad eléctrica cerebral.
Los datos informan de una ejecución «normal» en ambos grupos, tanto en la facilitación como en la supresión, en tareas atencionales, tanto en su ejecución como en la actividad eléctrica del cerebro.
Algo que se había observado en niños con TDAH, que se producía un déficit en la atención.
Todo ello apoya la idea de que el proceso madurativo, por lo menos para algunas tareas, parece ejercer un fuerte papel correcto, no dejando secuelas en la vida del adulto.