Dormir ocho horas es fundamental para nuestra salud cerebral, pero ¿Puede la falta de sueño ser un factor de riesgo que propicie la aparición del Alzheimer?.
Dormir Alzheimer
El sueño es una actividad fundamental para nuestro cerebro, ya que es cuando. se van creando y «archivando» las huellas de memoria de lo aprendido durante el día (Ver artículo ¿Es posible vivir sin dormir?). Los experimentos clásicos sobre de privación del sueño muestran los devastadores efectos sobre la atención, el rendimiento y otras funciones cognitivas como el aprendizaje, incluso pudiendo poner en riesgo la salud mental de la persona, la cual después de días sin dormir se muestra cansada, agotada, pero también irritable, con momentos de euforia, con pensamientos paranóicos, pudiendo sufrir episodios psicóticos, y todo ello por no dormir bien (Ver artículo ¿Cuál es la relación entre el insomnio y la depresión?)
Se dice que una vez superada la infancia, en que existe una mayor cantidad de horas de sueño que de vigila, el organismo invierte esa proporción, necesitando alrededor de ocho horas diarias de sueño el resto de su vida.
Aunque a veces la administración del tiempo no es continuado, pudiéndose producir pérdidas y acumulaciones de sueño durante un tiempo, que luego se recuperan, por ejemplo en las «guardias» algunos trabajos, en que alargan la jornada laboral, o cuando los jóvenes trasnochan ya sea por motivos académicos o por diversión, que luego recuperan ese sueño «acumulado» con un largo sueño (Ver artículo ¿Sabías que dormir poco pone en riesgo tu salud y además engorda?).
Igualmente y de forma natural, en la tercera edad se suele producir una división de tiempo de sueño, en vez de dormir las ocho horas seguidas, se suele despertar después de las cinco primeras horas de sueño, para, pasado unas horas, completar las tres restantes.
Pero en la tercera edad, se suele tiende a dejar un poco de lado las buenas costumbres, si no se le indica con algo da insistencia, así es frecuente que puedan sufrir mayores casos de deshidratación sobre todo en invierno, ya que no mantienen una rutina de beber una cantidad de agua diaria, y en cambio lo dejan para cuando tienen sed o «se acuerdan»; pues bien lo mismo suele suceder con el sueño, que a veces se «desregulan», no durmiendo las ocho horas diarias, si no hacerlo cuando se sienten cansados y poco más, sin darse cuenta de que el sueño es fundamental para el correcto funcionamiento del cerebro, incluso en las personas mayores (Ver artículo ¿Qué cara tienes por la mañana?).
Sueño Alzheimer
Así al menos lo afirma un reciente estudio de la Universidad de Washington publicado en la revista Nature Reviews Neurology que relaciona la falta de sueño con la presencia de una sustancia en el cerebro denominado péptido beta-aminoide (Aβ), cuya acumulación además, es uno de los factores de riesgo de la aparición del Alzheimer.
El estudio analiza la relación existente entre el péptido beta-aminoide (Aβ), la falta de sueño y la aparición del Alzheimer, concluyendo que existe una relación directa entre una insuficiente cantidad y calidad del sueño con una mayor aparición de éste aminoácido; existe una relación directa entre la acumulación en el cerebro de éste péptido, con un peor desempeño cognitivo mostrando síntomas que se podrían clasificar como los propios de las primeras fases de la demencia. Dado ambas relaciones se establece una nueva, por la cual la falta de sueño en cantidad y calidad, puede ser un factor de riesgo que desencadenaría en la aparición del Alzheimer.
Dormir poco puede acelerar la aparición de Alzheimer y el envejecimiento del cerebro – #oldpost https://t.co/Dm4cD7u55a
— CienciayBiología (@cienciaybio) 24 de abril de 2017
Causa Alzheimer
Esta desregulación del sueño, podría explicar por tanto los trastornos del sueño que suele acompañar a los pacientes de Alzheimer, no siendo tanto una consecuencia como hasta ahora se creía, si no precisamente una causa de dicha enfermedad y de su posterior agravamiento.
Dicho lo cual queda todavía por estudiar, si mantener un correcto hábito de sueño, de ocho horas diarias, aunque sea «partido», puede ser un factor de prevención ante la enfermedad del Alzheimer.