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  • Entrevista a Dª Belén Ortega Bellé y a Dª  Concha Pérez Salmón  sobre la Psicoterapia Breve Estratégica

    Entrevista a Dª Belén Ortega Bellé y a Dª Concha Pérez Salmón sobre la Psicoterapia Breve Estratégica

    Entrevista a Dª Belén Ortega Bellé y a Dª Concha Pérez Salmón coordinadoras del curso de Experto en Psicoterapia Breve Estratégica organizado por el COP Madrid, sobre la Psicoterapia Breve Estratégica.

    ¿Qué es la Psicoterapia Breve Estratégica?
    Antes de más, señalar que el enfoque estratégico, más que una teoría y práctica psicoterapéutica, es una verdadera escuela de pensamiento sobre cómo las personas se relacionan consigo mismas, con los demás y con el mundo.
    Es decir, este enfoque se interesa por la «funcionalidad» o «disfuncionalidad» del comportamiento de las personas para resolver los problemas y por su modo de relacionarse con su propia realidad.
    En este sentido, podríamos decir que para este modelo, los trastornos mentales son el producto de un modo de percepción y reacción disfuncional hacia la realidad.
    Y ahora, respondiendo a la pregunta, la Psicoterapia Breve Estratégica es una intervención terapéutica breve (pocas sesiones) de tipo activo y prescriptivo que debe empezar a producir resultados desde la primera sesión, en función de los objetivos acordados entre el paciente y el terapeuta y de las características específicas del problema.
    La capacidad de producir cambios en poco tiempo, incluso ante trastornos prevalentes en el tiempo, es una de las características del modelo.
    La intervención se dirige, por un lado, a eliminar los síntomas o el comportamiento disfuncional y, por otro lado, a producir un cambio de las modalidades disfuncionales con las que la persona construye su propia realidad personal e interpersonal.
    Es una intervención radical y duradera, no una terapia meramente sintomática y superficial.

    ¿Cómo surgió la Psicoterapia Breve Estratégica?
    Una de las innovaciones epistemológicas del siglo XX ha sido la aportado por la Escuela de Palo Alto, que partiendo de la comunicación humana y del constructivismo desarrollaron un modelo de psicoterapia breve estratégica.
    En su base se encuentran y confluyen múltiples fuentes: los estudios sobre la comunicación, en el campo de la antropología, de Gregory Bateson; los estudios sobre el lenguaje persuasivo de Milton Erickson; la teoría general de los sistemas de von Bertalanffy, y su aplicación al individuo como sistema; los desarrollos constructivistas en el campo de la cibernética de von Foerster y von Glasersfeld, donde vienen a postular que no existe una única realidad sino que cada uno de nosotros construimos nuestra realidad en función de nuestra percepción, nuestra experiencia y nuestro lenguaje; los principios de la pragmática de la comunicación humana desarrollados por Don D.
    Jackson, John Weakland, Paul Watzlawick y Richard Fisch, en el Mental Research Institute de Palo Alto (California).
    Este grupo formula un primer modelo de terapia breve que integraba la experiencia de un modelo sistémico interaccional y las enseñanzas estratégicas de Erickson, con el objeto de definir procedimientos clínicos replicables.
    Esta primera formulación sobre la Terapia Breve Estratégica está publicada en el libro «Cambio», en 1974.
    Por último, la evolución técnica del modelo iniciada en los 90 por Watzlawick y Giorgio Nardone, y continuada por éste último, en el Centro di Terapia Strategica de Arezzo: la construcción de protocolos de tratamiento concretos para trastornos específicos, siguiendo una metodología empírico-experimental.

    ¿A qué tipo de pacientes va dirigida la terapia estratégica?
    La psicoterapia breve estratégica se ha mostrado muy eficaz en un amplio espectro de psicopatologías.
    Por ejemplo, los trastornos de ansiedad, tales como ataque de pánico, fobias específicas, agorafobia, ansiedad generalizada, fobia social, trastorno de estrés postraumático, obsesiones, trastorno obsesivo-compulsivo, hipocondría, patofobia, tricotilomanía; los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia, bulimia, vomiting o síndrome del vómito, binge eating o trastorno por atracón; en las diferentes «caras» de la depresión; en la paranoia, la presunta psicosis y trastorno límite de la personalidad; en los trastornos sexuales;.
    Incluso en el síndrome de comportamiento autolesivo y la «ciberdependecia».
    Pero también ha obtenido resultados muy positivos en la terapia de pareja, problemas relacionales en la familia y los problemas de la adolescencia y la infancia, como por ejemplo, dependencia a las nuevas tecnologías, conductas violentas, comportamientos desafiantes y opositores, mutismo selectivo, trastorno de evitación, fobia escolar, duelo, abandono.
    Según los datos publicados, un 87% de los casos son resueltos con una media de 7 sesiones.
    Hay casos que superan con creces el 90%, como los trastornos de ansiedad, y otras que rozan el 80%, con los trastornos de personalidad.
    Todo ello, gracias a los protocolos de intervención, cada vez más refinados, eficaces y eficientes, desarrollados a través de una rigurosa metodología de investigación empírico-experimental que en el ámbito de la psicología social Kurt Lewin definió «investigación-acción».

    ¿Existe algún requisito de edad o de capacidad para acceder a la Psicoterapia Breve Estratégica?
    En principio, cualquier persona puede acceder a la Psicoterapia Breve Estrategia, aunque con matices.
    Cuando el paciente es un niño la intervención es indirecta.
    Es decir, en lugar de trabajar directamente con quien trae el problema, como sucede con los adultos y los adolescentes, se trabaja con los padres del niño.
    Hay alguna excepción concreta, como son los casos de anorexia juvenil, donde se trabaja directamente con el paciente y con los padres.
    Los padres son las figuras de referencia de los niños y, habitualmente, siguen mejor las indicaciones de ellos que las de un extraño.
    Siendo así, en los casos con niños, se inviste a los padres de co-terapeutas, indicándoles qué tienen que hacer y cómo actuar con el niño; los padres se convierten en el principal recurso para el cambio y para restaurar el bienestar del menor y del sistema familiar.
    El por qué de la terapia indirecta con los niños tiene otros tres motivos, tan o más importantes que el ya mencionado.
    Uno, evita el efecto etiquetado, el uso de etiquetas diagnósticas en el contexto social del niño que conduce a la realización de la «profecía».
    Dos, permite sortear la resistencia al cambio que generalmente se produce en los padres cuando son excluidos del proceso terapéutico.
    No es que conscientemente boicoteen el proceso, pero la resistencia al cambio podríamos decir que es una característica inherente del ser humano.
    Si hacemos sentir a los padres responsables de la terapia y reforzados en su rol de co-terapeutas, es más fácil obtener su colaboración y seguir las indicaciones del psicoterapeuta.
    Y tercero, y último, se bloquean los intentos de solución de los padres, constructo base de la psicoterapia breve estratégica.
    Los intentos de solución son todas aquellas acciones puestas en marcha para resolver un problema y que, en lugar de resolverlo, lo alimentan, lo mantienen vivo y lo agravan.
    En los problemas infantiles, las soluciones intentadas de los padres tienen efectos negativos en los niños.
    Como decía Oscar Wilde: «Con las mejores intenciones se obtienen, la mayoría de las veces, los peores efectos».

    ¿Qué beneficios aporta la Psicoterapia Breve Estratégica?
    Como ya hemos indicado al inicio de la entrevista, la Psicoterapia Breve Estratégica representa una intervención radical y duradera, orientada no sólo a la extinción de los síntomas sino también, y esto es lo fundamental, a la reestructuración de la rígida percepción que la persona tiene de su realidad porque, desde nuestro punto de vista, los problemas o patologías, son una construcción resultado de la interacción entre el sujeto y su realidad, de cómo la percibe y cómo reacciona en función de dicha percepción.
    Por ejemplo, si percibo como amenazante una situación social, porque temo el juicio de los demás, o porque creo que no caigo en gracia, o porque me van a criticar o porque me van a rechazar, o por cualquier otro motivo, reaccionaré, sin quererlo, nerviosa, recelosa, circunspecta, adoptando una actitud defensiva ante la «amenaza».
    ¿Y cómo reaccionarán, los demás al ver mi bizarro comportamiento? Reaccionarán tal como temía, confirmándome que la situación era peligrosa.
    Pero en realidad ha sido mi construcción, efecto de mi propia creencia que yo mismo con mis acciones he vuelto verdadera.
    De igual modo, si la situación construida fuese la contraria, que percibo la situación como amigable así que mi actitud será abierta y relajada, los demás reaccionarán enviando señales del mismo tono, amistosas, obteniendo la confirmación de mi percepción; la situación es amigable.
    Por tanto, la reestructuración de la visión del mundo del paciente, no de sus cogniciones, conduce a cambiar sus reacciones que, al final, llevará al cambio de cognición.
    Otro de los beneficios es alcanzar el nuevo equilibrio «sano» en breve tiempo.
    Una premisa básica del enfoque estratégico es que, aunque los problemas y el sufrimiento humano puedan parecer complejos y persistir durante años, no por esto deben requerir soluciones largas, arduas y complicadas.
    La psicoterapia breve estratégica es una intervención focalizada en resolver rápidamente los problemas que pueden convertirse en invasivos e invalidantes, no sólo para el paciente que los sufre, sino para quienes le rodean.
    Es habitual equiparar, no sólo por la gente común sino incluso por los profesionales que no conocen el modelo estratégico, «terapia breve» con «terapia simple», en el sentido de terapia adecuada únicamente para problemas fútiles.
    Está extendida la creencia de que para cambiar problemas complejos y cronificados en el tiempo, va a ser necesario también un proceso complicado y demorado para resolverlo.
    Pero desde el punto de vista del proceso terapéutico, ésta es una visión reduccionista al no tener presente los aspectos estratégicos, es decir, las variables ligadas a la técnica terapéutica que permiten identificar el punto de palanca e incidir directamente sobre el trastorno para que éste cambie en la dirección deseada.
    Es la eficacia, solucionar el problema adoptando la estrategia más adecuada en función del caso a afrontar, y la eficiencia, producir el cambio en poco tiempo y con el mínimo gasto de energía, lo que hace breve la terapia.

    ¿En qué se diferencia la Psicoterapia Breve Estratégica de los enfoques «tradicionales»?
    Las diferencias entre la Psicoterapia Breve Estratégica y los enfoques «tradicionales», ya empiezan a nivel epistemológico.
    Los enfoques «tradicionales» se basan en conocer para cambiar, en cuanto que el enfoque estratégico se basa en cambiar para conocer, es decir, conocer una realidad a través de las estrategias que pueden cambiarla, porque la única variable epistemológica que podemos controlar es la estrategia.
    Por tanto, son las soluciones las que nos permiten conocer el problema y su funcionamiento.
    Esto supone pasar de un conocimiento positivista y determinista, cuya pretensión es descubrir la realidad, la «verdad», a un conocimiento constructivo, operativo, que permite manejar la realidad construida por el sujeto.


    Vídeo recomendado: Conferencia «Terapia breve y estratégica en infancia y adolescencia» a cargo de Andrea Fiorenza

    ¿Qué repercusión tiene a nivel práctico?
    Evita las limitaciones derivadas de utilizar un modelo teórico-normativo que condiciona la forma de intervenir con el paciente, ya que el problema ha de «ajustarse» a la teoría, que dice cómo ha de resolverse.
    En el modelo estratégico, es la solución quien tiene que adaptarse al problema.
    Y es evidente que si a nivel epistemológico existe diferencia, a nivel operativo también.
    En la mayoría de modelos de terapia tradicional, para producir un cambio terapéutico se debe guiar primero a la persona a ser consciente de su problema y sus orígenes.
    En el modelo estratégico, primero se produce el cambio y después se conduce a la persona a saber cómo él ha producido el cambio, porque es el paciente el agente del cambio, y cómo se formó el círculo vicioso que construyó el problema, para que si en un futuro volviera a surgir el problema, poco probable pero no imposible, sepa cómo desmontarlo.
    Otra diferencia operativa es que desde un punto de vista estratégico, para cambiar una situación problemática, no es necesario interrogarnos sobre las posibles causas que lo han producido e intentar desvelarlas, sino indagar sobre su funcionamiento y su persistencia, sobre cómo esa situación se mantiene en el presente.
    Se trabaja sobre el presente más que sobre el pasado, sobre cómo funciona el problema y qué lo mantiene más que sobre el por qué existe, sobre la búsqueda de las soluciones más que de las causas.
    Como decía Paul Watzlawick: «No busco las causas en el pasado, sino que investigo la situación aquí y ahora.
    Para mí es decisiva la aguda presión del sufrimiento que padece el paciente».
    Buscar las causas, hace perder el tiempo, primero porque el pasado no lo podemos cambiar y dos, en el ámbito de la interacción humana, no existe una causalidad lineal, entre el origen del problema, en el pasado, con la solución en el presente.
    Y si la indagación para cambiar un problema es diferente, también lo es la lógica de la intervención.
    Si los modelos tradicionales se centran en el por qué está pasando, causaefecto, la lógica de su intervención, el puente entre la teoría y la práctica, es una lógica ordinaria, racional, la aristotélica.
    El modelo estratégico, al focalizar su indagación en el cómo funciona y qué lo mantiene, descubre que la estructura de los problemas y la estructura de las soluciones desarrolladas por las personas, siguen lógicas no ordinarias, lógicas paraconsistentes que refiere Newton da Costa, o sea, paradojas, contradicciones y creencias, así que utiliza estas mismas lógicas no ordinarias a la hora de intervenir, ya que se adaptan a las características específicas del problema y al objetivo prefijado.
    Y por último, pero no menos importante, respecto al lenguaje terapéutico también existen diferencias.
    Si en los modelos tradicionales se conoce para cambiar, existe una realidad verdadera, un porqué de las causas y una lógica de intervención racional, consecuentemente sus psicoterapeutas utilizan una modalidad de comunicación lógicoracional, un lenguaje explicativo e indicativo para explicar al paciente que su problema se debe a una interpretación errónea de la realidad y enseñarle a cómo resolver su problema.
    Sin embargo, para la Psicoterapia Breve Estratégica se conoce a través del cambio, existe una realidad construida por el individuo, no una única realidad, se busca el cómo funciona y el qué hace persistir el problema en el presente y una lógica de intervención paraconsistente, sus psicoterapeutas utilizan una modalidad comunicativa persuasiva y, como llamaba el filósofo del lenguaje Austin, performativa.
    Recordemos que la intervención estratégica se orienta a cambiar la disfuncional percepción que la persona tiene de su realidad, y para conseguir esto, y dado que desde nuestro punto de vista se conoce a través del cambio, hay que reestructurar la visión que el paciente tiene de su realidad y llevarlo a que tenga experiencias concretas que le hagan sentir de manera diferente antes que comprender.
    Si uno siente su realidad de manera distinta, también reaccionará de manera diferente y al final cambiará sus cogniciones.

    ¿Cómo es una sesión de Psicoterapia Breve Estratégica?
    Un psicoterapeuta estratégico se focaliza desde el inicio de la terapia en cómo funcionan las cosas y cómo hacerlas funcionar mejor y para ello se centra en todo aquello que determina la persistencia del equilibrio disfuncional, de la patología, y en cómo puede modificar ese equilibrio, porque en la persistencia del problema sí se puede intervenir pero no en su formación, para romper el círculo vicioso establecido.
    Es decir, se concentra sobre cómo el paciente percibe su situación, cómo se relaciona con el problema, lo que ha hecho y hace para resolver su problema, identificando las soluciones fallidas y las soluciones que han tenido éxito, para después intervenir bloqueando y modificando los intentos fallidos que están manteniendo vivo el problema, y si no es posible bloquearlos orientarlos en otra dirección hasta encontrar la solución que funciona, o bien, en el caso de las excepciones, aquellas cosas hechas que sí tienen éxito, potenciarlas, de manera que, sea bloqueando los intentado se solución o potenciando las excepciones, se pueda instaurar un nuevo equilibrio sano y funcional.
    A través de la comunicación, se va guiando al paciente a descubrir cómo está funcionando el círculo vicioso, qué lo mantiene y sentir que el cambio es inevitable, lo que ya es una primera intervención.
    Pero para continuar con los cambios que conduzcan al nuevo equilibrio sano, el psicoterapeuta prescribe tareas que el paciente tiene que poner en práctica entre las sesiones y que han de dar resultados en la dirección prevista desde la primera sesión.
    Si los cambios no se produjeran, el terapeuta obtiene más información acerca de aquello que está manteniendo el problema, permitiéndole, en base a la nueva información, modificar la estrategia, puesto que el modelo estratégico es auto-correctivo, y adaptarla a las características «originales» del paciente.

    ¿Dónde se puede formar en Psicoterapia Breve Estratégica?
    El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid tiene un curso de Experto en Psicoterapia Breve Estratégica, que está teniendo muy buena aceptación, desde sus inicios, por parte de nuestros colegas.
    El próximo 19 de octubre arranca la 3ª edición de este Experto que discurre a lo largo de todo el año académico.
    Es un programa teórico-práctico cuyo objetivo es que los profesionales no sólo adquieran competencias de intervención psicoterapéutica para los trastornos más recurrentes en consulta, sino que aprendan a funcionar estratégicamente.
    También en Madrid, de momento, se están constituyendo grupos de supervisión, que dan continuidad, orientación y apoyo a los profesionales ya formados en el modelo estratégico.

    Desde aquí mi agradecimiento a Dª Belén Ortega Bellé y a Dª Concha Pérez Salmón coordinadoras del curso de Experto en Psicoterapia Breve Estratégica organizado por el COP Madrid, por haber compartido su conocimiento y experiencia en relación a la Psicoterapia Breve Estratégica.

    Belén Ortega Bellé.
    Psicóloga, Psicoterapeuta especializada en la aplicación del Modelo de Terapia Breve Estratégica.
    Master en Terapia Breve Estratégica por el STC de Arezzo.
    Máster en Comunicación, Problem Solving y Coaching Estratégico por el MRI de Palo Alto (CA).
    Coordinadora del Master en Terapia Breve Estratégica con sede en Madrid y Barcelona, entre 2009 y 2013.

    Concha Pérez Salmón.
    Doctora en Psicología, Psicóloga clínica en el Centro de salud Mental de Alcorcón.
    Máster en Comunicación.
    Problem Solving y Coaching Estratégico.
    Máster en Psicoterapia Breve Estratégica.
    por el STC de Arezzo.

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