¿Sabías que el consumo de tabaco es la primera causa de muerte evitable en el mundo?, ocasiona alrededor de 5 millones de defunciones anuales, el mismo número de fallecimientos que causan, juntos, el sida, la malaria y todas las enfermedades infantiles prevenibles.
Artículo escrito por Dª. Diana Julieth Garnica Salazar, estudiante de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (Colombia) gracias al acuerdo de colaboración con dicha institución representada por la docente Dª. Nancy Jiménez.
Relación entre el tabaco y la salud
Aunque estas cifras sean alarmantes en cuestión de salud física, se ha subestimado el daño que puede hacer el consumo de tabaco sea fumado o masticado, en la salud mental de las personas, se ha asociado con la disminución en el coeficiente intelectual, daños neuronales, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, depresión, trastorno de bipolaridad, trastornos para dormir y de alimentación.
Esto es precisamente materia de estudio y recientemente se han encontrado en informes como, “HOJA DE CENIZA sobre el tabaquismo y la salud mental” que el 40% de los fumadores activos padecen alguna psicopatología, este estudio también señala que en el caso de la depresión, puede estar en el origen a la adición al tabaco, al observar un incremento en este tipo de pacientes, también entre las causas de las demencias como la enfermedad de Alzheimer, el consumo de tabaco incrementa en un 50% las posibilidades de sufrir de demencia.
Otros estudios realizados por “Profesor Mark Weiser del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Tel Aviv” señalan que las personas que fuman en comparación a las que no, poseen un coeficiente intelectual más bajo en promedio de siete puntos menos, aunque este estudio mostró una conexión entre el consumo de tabaco y un coeficiente intelectual más bajo, no mostró que fumar provocara daños cerebrales directos, sin embargo, una investigación dirigida por “Debapriya Ghosh y Anirban Basu del Centro Nacional de Investigación Cerebral de la India” parece indicar una conexión distinta entre el consumo de tabaco y el daño cerebral, los resultados de sus pruebas, mostraron que la nitrosamina NNK, un pro cancerígeno comúnmente encontrado en el tabaco, promueve el desarrollo de una enfermedad inflamatoria del cerebro que «provoca daños neuronales subsecuentes». Los investigadores sugieren que la nitrosamina NNK ocasiona que los inmunitos del cerebro ataquen a las células sanas en lugar de a las células dañadas o enfermas.
https://youtu.be/6_GSf82lFNk
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Tabaco y mortalidad
La comunidad mundial de salud pública, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha expresado mucha preocupación por las tendencias alarmantes en el consumo de tabaco y las enfermedades que se le atribuyen. Al 20 de septiembre de 2007, 150 países han ratificado el Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC), que prevé que los países que lo han ratificado tomen serias medidas contra el consumo de tabaco a través del aumento de impuestos al tabaco, prohibición de publicidad y promoción del tabaco, prohibición de fumar en lugares públicos y lugares de trabajo, implementación de advertencias para la salud eficaces en los envoltorios de tabaco, mejoramiento al acceso a tratamientos y medicamentos para dejar de fumar, regulación de contenidos y emisiones de productos de tabaco y eliminación del comercio ilegal de productos de tabaco.
Hay que recordar que los efectos nocivos afectan directamente al consumidor, pero indirectamente a las personas con las que convive, de ahí que se hayan regulado los espacios cerrados, para evitar la influencia conocida del tabaco en los «fumadores pasivos» o simplemente personas que se sientan al lado o viven con el fumador.
A pesar de ello, y de los esfuerzos de muchos países, todavía no se ha conseguido «erradicar» esta adicción, debido a que existen importantes intereses económicos detrás, de ahí que cuando un gobierno apruebe una ley más restrictiva sobre el consumo o la publicidad del tabaco rápidamente reciba denuncias por parte de las tabacaleras o las distribuidoras para frenar dichas medidas en los tribunales.
A pesar de todo este «juego económico» lo que hoy en día es innegable son los efectos negativos del tabaco en el cerebro, siendo estos de peores consecuencias cuanto antes se inicie su consumo.
Desde aquí mi agradecimiento a Dª. Diana Julieth Garnica Salazar, por su recuperar un planteamiento en ocasiones olvidado sobre la importancia de la prevención del consumo de tabaco debido a sus efectos nocivos en el consumidor, y a Dª. Nancy Jiménez, docente de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (Colombia).
Bibliografía sobre el Tabaco y la Salud
• Juan Moisés de la Serna. (2016).¿Cual es la relación entre el consumo del tabaco y la salud mental?. 07/04/2016
• Asociación Médica Mundial. (2016). Declaración de la AMM sobre los Peligros del Tabaco y sus Productos Derivados para la Salud. 07/04/2016, de Asociación Medica MundiaL
• Alice Abler. (2010). El tabaco y la Salud Mental. 07/04/2016, de Visionjournal.es
Hoy en día existe un mayor acceso a la información sobre los efectos de las drogas.
El problema de la adicción al tabaco
A pesar de ello, hay personas que piensan que son “exageraciones” o que viven “de espaldas” a la información sobre sus efectos.
Los jóvenes parecen ser los más tolerantes sobre la realidad del consumo de sustancias, llevados por el deseo de experimentar o romper las reglas, sin percatarse o querer enterarse de los riesgos para la salud física y mental de este consumo.
Es cierto que no todas las sustancias (tabaco, alcohol u otras drogas) van a tener las mismas consecuencias personales y sociales, de hecho, alguna de ellas ha sido clasificada como una “droga social” ya que su consumo es “bien visto” socialmente o al menos permitido, mientras que otras son rechazadas públicamente.
Luego están las drogas “polémicas” en el que “parece” no existir un consenso sobre los beneficios o perjuicios que provoca, como en el caso del cannabis. Una polémica social que no está fundamentada en la ciencia y sus resultados; a pesar de ello, los últimos estudios indican que los jóvenes están siendo cada vez más tolerantes hacia esta droga, asumiéndola como “poco peligrosa” y “beneficiosa” a pesar de los datos científicos en contra de su uso y abuso.
A esta polémica se une que desde los poderes públicos no exista un consenso al respecto, así lo demuestra en EE.UU. donde existen estados donde el uso y consumo de la marihuana es legal y en otros no, tal y como se puede ver en la gráfica siguiente:
Legalidad de la marihuana en EE.UU. | InsideGov
La conciencia social ha sido el pilar fundamental sobre el que se ha basado las campañas de sensibilización de las instituciones y asociaciones contra la droga, asumiendo que cuanta más información esté disponible sobre las mismas y sus efectos, menos consumidores habrá, pero, ¿Existe relación entre nuestra forma de pensar y lo que se consume?
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La adicción al alcohol
Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde el Department of Psychiatry and Human Behavior, School of Medicine Atma Jaya Catholic University of Indonesia (Indonesia) junto con el Nijmegen Institute for Scientist Practitioners in Addiction (NISPA), Radboud University, y el Department of Psychiatry, Donders Institute for Brain, Cognition and Behavior, Radboud University Medical Centre (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Child & Adolescent Behavior.
En el estudio participaron 306 estudiantes universitarios, de los cuales el 82.1% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 19 a 23 años.
Todos ellos tuvieron que contestar un cuestionario estandarizado sobre creencias en relación a las drogas denominado Illness perception questionnaire revised version for addiction (IPQ-A), para evaluar el consumo de sustancias en los treinta días previos a la evaluación se empleó el cuestionario estandarizado denominado CIDI.
Los resultados muestran que las sustancias más consumidas entre los jóvenes son el alcohol (89%), el café, la nicotina (21%) y el cannabis (11%).
Con respecto a la diferencia de género, se encontraron diferencias de género en el consumo de té (mayor en mujeres); el cannabis y los estimulantes (mayor en hombres).
Para el análisis comparativo sobre las creencias sobre las drogas se separaron los participantes en función de si eran consumidores habituales (91 participantes) o no de sustancias (217 estudiantes).
Los resultados mostraron diferencias significativas entre los consumidores y no consumidores a la hora de “comprender la adicción”, siendo significativamente más “comprensivos” los consumidores habituales. Igualmente, estos obtenían puntuaciones significativamente más elevadas en cuanto a la creencia de control sobre la adicción, pensando que podían dejarlo cuando quisieran.
Entre las limitaciones del estudio comentar que únicamente se basaron los resultados en las pruebas escritas y no en la observación ni en información de terceras personas.
Igualmente, la selección de los estudiantes como sujetos de análisis, deja fuera a muchos otros jóvenes, por lo que no se puede concluir sobre la generalidad de los mismos.
A pesar de las limitaciones anteriores hay que destacar la relación entre las creencias y el consumo de drogas, por tanto, los objetos de las campañas de sensibilización tendrían que ir más encaminadas a “luchar” contra estas dos creencias que son las que significativamente se muestran en los consumidores habituales.
La creencia de la permisibilidad social, en que “todo vale” y la creencia de “falso control” que se puede dejar cuando se quiera deberían de ser los pilares de las campañas de lucha contra la droga, en función de los resultados de este estudio.
Ya que la creencia contaría, es decir, no hay porqué ser tan “comprensivos” con los que consumen habitualmente drogas, o no es cierto que uno pueda dejar la droga cuando se quiera, estas dos creencias parecen haber “protegido” a los no consumidores.
En muchos países el consumo de tabaco es legal, a pesar de ello las autoridades tratan de retrasar el inicio de su consumo.
Salud mental
Está claro que cuanto antes se acceda a esta adicción, más tiempo de vida saludable tendrá la persona. Igualmente, cuanto antes abandone este hábito, mayor probabilidad de recuperación tendrá y por tanto de evitar sus consecuencias futuras, pero cuando uno piensa en el consumo de tabaco, lo suele hacer sólo a nivel médico, es decir, las consecuencias sobre los pulmones tanto del fumador como de los otros (fumadores pasivos).
Las políticas públicas encaminadas a «dificultar» el consumo de tabaco, prohibiéndolo en espacios cerrados han dado como resultado en muchos países una reducción del consumo de cigarrillos, lo que se ha traducido a su vez en un nuevo fenómeno el del uso de los cigarrillos electrónicos como «sustitutos» de la adicción, tal y como se muestra en la gráfica interactiva siguiente.
Consumo de cigarros frente al de cigarrillos electrónicos en adolescentes 2011-2014 | HealthGrove
A pesar de la importancia de este aspecto, no es el único que se ha de tener en cuenta ya que como adicción que es tiene un importante componente psicológico.
Tal es así que el síndrome de abstinencia física que se sufre cuando se deja, es relativamente corto, con respecto a las dificultades psicológicas para abandonar este hábito.
Algunas personas lo mantienen porque tienen la creencia de que si lo abandonan van a engordar o incluso de que les tranquiliza, ¿Cuál es la relación entre el consumo de tabaco y la salud mental?
Vídeo Recomendado: Adicción al Tabaco
Consumo de tabaco
Esto es precisamente lo que ha abordado un reciente informe titulado ASH Fact Sheet on Smoking and Mental Health publicado por la Action on Smoking and Health (A.S.H.) entidad británica dependiente del Royal College of Physicians.
En el informe se recuerda que el porcentaje de fumadores en el mundo desde 1990 al 2014 se ha reducido desde el 27% al 19%, pero que de los fumadores actuales el 40% sufren alguna psicopatología.
Siendo la presencia de fumadores entre los que sufren esquizofrenia de un 40%, trastorno bipolar de un 37%, depresión junto con TDA de un 30% y los trastornos de la alimentación de un 20%
En el estudio se señala, que, en el caso de la depresión, esta puede estar en el origen de la adicción al tabaco, al observarse un incremento significativo entre este tipo de pacientes.
En el caso del TDA la relación está estrechamente establecida, produciéndose un acortamiento de la edad de inicio de su consumo ante la presencia de TDA.
Incluso entre las causas de las demencias como la de la enfermedad del Alzheimer, el consumo de tabaco incrementa en un 50% las posibilidades de sufrir demencia.
Personalmente creo que no existen suficientes datos para poder establecer una relación causa-efecto entre la psicopatología y el consumo de tabaco, aunque algunos datos señalen esta posibilidad.
A pesar de la contundencia de los datos anteriores, todavía existe una escasa conciencia al respecto del papel de lo psicológico tanto en el inicio y mantenimiento de esta adicción, así como la comorbilidad con las psicopatologías.
Hay que tener en cuenta que quienes sufren psicopatología, que además fuman, van a presentar complicaciones en la salud que deberán de ser tratadas, lo cual puede perjudicar la recuperación de su psicopatología.
A pesar de lo aparentemente alarmante de los resultados, es importante constatar que cada afirmación va avalada por los datos obtenidos por investigaciones científicas.
Por lo que a la hora de diseñar e implementar plantes de prevención también se tendría que tener en cuenta a la población con psicopatología como grupo de riesgo, sobre el que incidir para evitar la adicción al tabaco.
De acuerdo al último estudio publicado en investigación reciente acerca de el hábito de fumar en Journal of Neurochemistry los hallazgos muestran que el cigarrillo tiene un componente que provoca que los glóbulos blancos ataquen al Sistema Nervioso Central destruyendo células sanas y dando lugar a daños neurologicos graves. El componente es el NNK qu es un componente muy comun en el tabaco. Es un procarcinogeno, es decir, una sustancia que puede transformarse en carcinogeno (agente que produce cáncer). Si es alterada por los procesos metabólicos del cuerpo humano produciendo una neuro inflamación cerebral. Lo anterior confirma efectos en la salud fisica. Se sabe que la prevalencia del consumo del tabaco en personas con transtornos mentales es entre dos y cuatro veces superior que en la población no fumadora.
Los pacientes psiquiatricos ademas de fumar tabaco consumen otras drogas asociadas al cigarrillo deteriorando su funcion psicosocial a traves del tiempo generando transtornos de tipo mental.
En la población adolescente debemos frenar el inicio del consumo del cigarrillo pues se sabe que la precocidad del inicio del consumo de tabaco es un marcador de riesgo de aparición posterior de problemas mentales.
La existencia de factores neurobiologicos, psicológicos y sociales intervienen en la asociación y datos epidemiologicos, geneticos, de neuroimagen y clínicos sugieren que las características de los trastornos mentales predisponen al inicio y el mantenimiento del tabaquismo.
Una de las mayores dificultades a la hora de tratar a los adictos es cuando existen variables de la personalidad implicadas en el abuso de sustancias.
Hay que tener en cuenta que la personalidad conforma lo que somos, cómo pensamos y actuamos. Si alguna de las características de nuestra personalidad favorece el abuso de sustancias vamos a estar más predispuesto para ello.
Personalidad en el abuso de sustancias
Aunque no hay que pensar en ningún tipo de determinismo de la personalidad en el abuso de sustancias, sí va a guiar nuestros pasos hacia aquello que queremos y buscamos.
Son muchas las variables de la personalidad que podrían estar implicadas, en función del modelo teórico que empleemos; pero quizás el narcisismo esté destacando en los últimos años como característica determinante de nuestro comportamiento.
El narcisismo es aquella percepción de uno mismo, muy relacionado con la autoimágen y la auoestima, que motiva conductas autocomplacientes.
En el extremo se encuentra el narcisismo patológico, que conduce a una distorsión de la realidad, con pensamientos de grandiosidad, fantasías de tener capacidades ilimitadas, sentirse superior a los demás, e incluso perfecto.
Donde se observa una escasa moral en aquello que le satisface, no considerando que se equivoca nunca, motivado únicamente por las recompensas y sin ningún remordimiento por lo que hace, pero ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?
Personalidad y adicción
Esto es precisamente lo que se trata de averiguar con una investigación desde el Department of Psychology, University of Mohaghegh Ardabili, junto con el Department of Psychology, University of Guilan, y el Department of Clinical Psychology, Allameh Tabataba’i University, Tehran, (Iran) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Personality and Individual Differences.
En el estudio participaron doscientos alumnos universitarios, de los cuales el 38,5% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta y cinco años.
A todos ellos se les administró un cuestionario estandarizado para evaluar los niveles de narcisismo patológico a través del Pathological Narcissism Inventory (P.N.I.); igualmente se evaluó su nivel de adicción al alcohol y otras drogas a través del Addiction Acknowledgment Scale; además se evaluó el autocontrol mediante el Cognitive Self-Control Scale y por último se administró la BIS/BAS scales para evaluar la sensibilidad a realizar o inhibir comportamientos en busca de recompensa.
Entre los efectos principales se ha encontrado que el narcisismo patológico y el comportamiento activo se relacionan significativamente con el abuso de sustancias.
Mientras que el comportamiento inhibitorio y el autocontrol se relaciona significativamente con la prevención el abuso de alcohol u otras sustancias.
Los resultados sobre los efectos combinados muestran que existe una relación significativa positiva entre el narcisismo patológico y el comportamiento activo hacia las drogas, mediado por bajos niveles de autocontrol.
Existe también una relación significativa negativa entre el comportamiento inhibitorio y el autocontrol.
Narcisismo y adicción
Hay que tener en cuenta que el análisis sobre el abuso de sustancias se realiza mediante un cuestionario estandarizado y no sobre otro tipo de evaluaciones más objetivas.
No se ha evaluado el tipo de sustancia que se consume, la edad de inicio de su consumo, «motivos» por lo que lo hace,…
Igualmente la población objeto de estudio, universitarios iranies, hace que se requiera de nueva investigación para comprobar si se mantienen las mismas relaciones en otras poblaciones.
Por último, a pesar de que los autores han tratado de ofrecer un modelo con las relaciones significativas positivas y negativas de estas cuatro variables, este no ha ido acompañado de un modelo teórico que lo sustente.
Aun y con las limitaciones anteriores hay que destacar la complejidad de la conducta de abuso de sustancia, y de cómo están implicadas en ella variables de personalidad, lo que va a dificultar el tratamiento para su desintoxicación.
Así el narcisismo patológico va a jugar un papel destacado en el abuso de sustancias, aspecto que se habrá de trabajar si se quiere modificar estas conductas, sabiendo que tratar de cambiar la personalidad conlleva mucho esfuerzo y en la mayoría de los casos pocos resultados.
Destacar que los resultados ofrecen una vía de trabajo, en cuanto al autocontrol como modo de prevenir el abuso de drogas, característica que se educa reforzando la Inteligencia Emocional.
Por tanto, una correcta intervención con un programa de Inteligencia Emocional donde se refuercen las habilidades de autocontrol tendría que servir para prevenir el consumo de sustancias.
El uso y consumo del cannabis ha sido en los últimos años tema de debate y confrontación, lo que ha permitido que exista una idea errónea de que no tiene consecuencias.
Drogas legales y drogas ilegales
Aunque existen muchas clasificaciones de las distintas sustancias, según su origen o sus efectos, por ejemplo, estas también se clasifican entre legales o ilegales, una clasificación que puede variar de país en país, ya que son las normas internas las que determinan qué sustancia puede ser comercializada y consumida como legal, frente a las demás, todo ello independientemente de si supone un riesgo o no para la salud del consumidor. En los últimos años se ha visto incrementado el interés por algunos países por legalizar el cannabis, una sustancia que que se ha comprobado de sus efectos negativos sobre la salud, y que únicamente en determinadas circunstancias, en personas que están sufriendo alguna patología asociada al dolor, ésta parece resultar conveniente e incluso indicado. El uso excesivo, y sin control de esta sustancia, en ningún caso se ha considerado adecuado ni conveniente para la salud, esta es la consecuencia esperable de la legalización del consumo del cannabis.
Tal como sucede con otras sustancias legales, ya sea el alcohol o el tabaco, en el que vemos como los más jóvenes experimentan, usan, y se exceden, sin ningún tipo de control, ya que es una sustancia legal. Algunos países intentando prevenir los efectos nocivos sobre los más jóvenes, establecen una edad mínima de consumo, así en Estados Unidos esta edad es de 21 años, mientras que en otros países como en España es de 18. Aun siendo la sustancia legal, su venta y consumo a menores de esta ciudad se considera un delito, ya que se busca el prevenir los efectos nocivos sobre la salud de los más indefensos, pero ¿Ha cambiado enlos jóvenes la opinión sobre el cannabis?
Opinión de cannabis
Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde la Universidad de Duke, la Universidad del Sur de California y el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Psychiatric Research. Los resultados del estudio se extrajeron de la encuesta nacional realizada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, en donde participa mediante informes menores entre 12 y 18 años de edad. A todos ellos les preguntó su nivel de producción con respecto al consumo de mariguana, así como el nivel de aprobación percibido tanto por sus compañeros como por sus padres. Los resultados muestran que aquellos jóvenes en que sus amigos, y padres tienen un nivel de perfección interior con respecto al uso del cannabis son precisamente los que menos han usado y abusado de esta sustancia. En cambio aquellos en que sus amigos o sus padres tienen una opinión favorable, o al menos no desfavorable sobre el uso y consumo de cannabis, son los que han tenido ya experiencia en el consumo de esta sustancia. Igualmente señalan un avance favorablemente hacia el consumo del cannabis, año tras año, lo que revela que hay más amigos y padres favorables hacia estas sustancias.
Consumo del cannabis
Hay que tener en cuenta el papel fundamental que otorga este estudio a la opinión de los otros, es decir las personas de comparación o aquellas en las que se fijan para saber si es adecuado o no aquello que hacen. Papel que desempeñan principalmente los semejantes de su misma edad, compañeros de clase, conocido del barrio, o amigos, que suelen ser los que inciten o faciliten la prevención del inicio del consumo de esta sustancia. Igualmente el que los padres tengan claro los efectos negativos del cannabis y de su consumo, se ha visto que facilita la prevención del inicio de este consumo, es por ello que aparte de realizar campañas de concienciación entre los más jóvenes, habría que aclarar y explicar adecuadamente a los adultos, los padres con adolescentes, sobre los peligros del consumo y abuso de esta sustancia, para que ellos se lo puedan transmitir a sus hijos. Entre las limitaciones del estudio, está en que sus resultados se dividen y separan en cuanto al grupo racial, es decir blanco, hispanos, asiáticos, etcétera. Tratando de descubrir y conocer diferencias en función de la raza de origen, sin atender al nivel socio económico, ni al nivel de desarrollo de la población en donde se encuentra, factores que podrían ser más determinantes que la propia raza del adolescente. Que tener en cuenta que cuando se trabaja con otros informes, existe cierta tendencia a responder a aquello que se quiere escuchar, y no tanto a la realidad, sobre todo cuando se trata de afirmar que uno ha usado y consumido sustancias, que hasta el momento no son legales. Hay que tener en cuenta estos resultados para plantear políticas de prevención entre los más jóvenes, sobre todo para que tengan claro que perjuicios provoca esta sustancia, y que estos prejuicios pueden ir mucho más allá los momentos posteriores a su consumo.
Entrevista a D. Bernardo Ruiz Victoria, Psicólogo Clínico, quien nos introduce al difícil mundo del tratamiento de adicciones, presentando su innovador programa denominado Programa Victoria.
– ¿A partir de qué edad se puede diagnosticar con adicción?
En mi experiencia he encontrado casos de adicción al alcohol, y a otras substancias, a partir de los 15 años, aunque siempre hay que evaluar los casos individualmente para sacar conclusiones.
– ¿Qué consecuencias tienen las adicciones?
La principal consecuencia de la adicción, independientemente de la substancia de que se trate, es la progresiva pérdida de libertad del sujeto. La persona adicta va viendo como cada vez le cuesta más trabajo controlar su propia conducta, lo cual le produce sentimientos contradictorios, de culpabilidad, de impotencia, etc. Una lucha interior que es una constante fuente de ansiedad y de sufrimiento.
Otras consecuencias son el progresivo deterioro de la vida familiar, del rendimiento laboral, aislamiento social, trastornos de ansiedad o depresión, conducta violenta, etc.
Aparte de esto están las consecuencias sobre el propio organismo debido al abuso de la substancia que se trate, y que pueden variar mucho de unos individuos a otros, y en función de las diferentes substancias consumidas, pero que en todos los casos representan un daño creciente a la salud, tanto en el plano orgánico como en el psicológico.
En resumen, la adicción daña de una forma progresiva la salud, el bienestar interior, la vida social y familar, el rendimiento laboral y, en definitiva, hace a la persona que la padece y a quienes le rodean, profundamente infelices.
– ¿Cuáles son las principales dificultades para dejar las adicciones?
La mayor dificultad está en reconocerse a uno mismo como víctima de la adicción.
El proceso adictivo se basa en dos pilares fundamentales: la mentira y la soberbia.
La mentira comienza en el momento en el que el sujeto adicto atribuye sus problemas a otras causas. La persona tiende a pensar que no es el alcohol lo que está dañando su vida, sino que las cosas le van mal por cualquier otro motivo.
La persona se deja engañar por los mensajes ambiguos y equívocos que se pueden encontrar en medios de comunicación o en la sociedad en general, por ejemplo, que beber alcohol moderadamente es bueno para la salud. De ahí se saca la errónea conclusión de que uno bebe siempre moderadamente – «yo bebo como todo el mundo, lo normal» – y cuesta mucho reconocerse como bebedor abusivo, y mucho menos como adicto.
Otra mentira, o más bien autoengaño, es la de afirmarse a si mismo o a otros cosas como «yo lo puedo dejar cuando quiera», «yo no soy alcohólico» o «yo lo controlo». Dado que uno siempre conoce a personas que, aparentemente, beben o consumen más cantidad, o sufren peores efectos y consecuencias, el autoengaño conduce a la autojustificación – «yo no soy como Fulano» – y por lo tanto puedo seguir bebiendo, o consumiendo drogas porque «yo se controlarme». Y suma y sigue.
También la mentira llega un momento en que lleva al sujeto a intentar engañar a los demás fingiendo que bebe, o consume, menos de lo que en realidad hace. Puede directamente negarlo cuando se le pregunta, o bien minimizarlo diciendo, por ejemplo – «solo he tomado una» – o alegar que se encuentra perfectamente, que cumple en su trabajo, o recurrir a cualquier otra justificación.
Otras veces el sujeto «pasa a la clandestinidad», es decir, empieza a beber o consumir a escondidas, a solas, o en lugares diferentes a los que frecuenta en su vida social «normal», con la vana pretensión de que de esa manera logrará engañar a las personas que le conocen y que, probablemente, ya han empezado a preocuparse por él y tal vez a recriminarle su comportamiento.
Todos estos comportamientos, consecuencia de la mentira y el autoengaño, tienen como resultado que la persona sigue empeorando en su adicción.
En cuanto a la soberbia, se manifiesta en los pensamientos que tiene el sujeto adicto en relación a su capacidad de controlar o superar su adicción sin ayuda de nadie.
Cuando se hace evidente que el problema existe, frente a la familia por ejemplo, la persona adicta tiende a creer, y a proclamar, que solo es una cuestión de fuerza de voluntad y determinación personal, y que si se lo propone, dejará de beber, o de consumir drogas, por si mismo. De ahí vienen las promesas, que al no ser capaz de mantener en la práctica, conducen de nuevo a la mentira y al autoengaño. Y vuelta a empezar.
Tanto la mentira, como la soberbia, dificultan mucho que el paciente de los pasos que resultan fundamentales para superar el problema:
1.- Reconocer que existe una adicción
2.- Aceptar que es necesaria una terapia para superarla
– ¿Cómo surge el Instituto Detox y a quién va dirigido?
El Instituto Detox es un equipo profesional especializado en el tratamiento de las conductas adictivas, el alcoholismo y otras adicciones. Su actividad va dirigida a todas las personas afectadas de una u otra forma por los problemas derivados del abuso y dependencia del alcohol y otras drogas, ofreciendo servicios profesionales de tratamiento y prevención para individuos, familias, instituciones públicas y empresas de todo tipo.
– ¿Qué serivicios ofrece el Instituto Detox?
El principal de todos es el Programa Victoria, que es un método terapéutico original, fruto de años de estudio, trabajo e investigación, para tratar la adicción y sus consecuencias. El lema del Programa Victoria es «Aprender a Vivir sin Adicción».
También ofrecemos servicios de Prevención para el mundo de la empresa, orientados a evaluar tempranamente los casos de riesgo de abuso o dependencia del alcohol y de otras drogas, y aplicar un método de intervención preventiva que ayude a corregir los hábitos de abuso cuando todavía es posible, remitiendo a las personas adictas al Programa Victoria para completar su tratamiento y superar la adicción.
Otros servicios que ofrecemos son, por ejemplo, asesoramiento a instituciones públicas sobre políticas de actuación en el ámbito de las adicciones, formación para profesionales de la salud, padres, educadores, etc.
– ¿Qué pecularidades tiene el Programa Victoria?
El Programa Victoria tiene varios rasgos diferenciales que lo hacen único:
1.- Todos los pacientes que participan en él comienzan la fase residencial de la terapia a la vez, lo cual permite estructurar los contenidos terapéuticos de una forma lógica y secuencial y abreviar mucho el tiempo de tratamiento. De este modo conseguimos que la duración sea tan solo de 10 días.
2.- El tratamiento se realiza en un hotel, no en un hospital psiquiátrico, ni general. Tampoco en una comunidad terapéutica. El hotel está siempre ubicado en un lugar tranquilo, alejado de centros urbanos y ambientado de forma que invite a la relajación y a la introspección.
3.- El grupo de pacientes es muy reducido, máximo ocho personas en cada ocasión, lo que permite un trato muy individualizado y personalizado, con un acceso directo e inmediato a los terapeutas, que siempre están disponibles durante los diez días de terapia residencial. No solo en las sesiones formales de terapia sino también en las comidas y en los ratos libres.
4.- Las técnicas terapéuticas que conforman el Programa Victoria se combinan de una manera única para maximizar su efecto positivo. Los componentes principales son los siguientes:
4.1.- El ABC de la conducta adictiva. Enseña los conceptos del análisis funcional de la conducta aplicándolos al caso particular de las adicciones de los pacientes de cada grupo.
4.2.- Terapia de Rechazo. Técnica terapéutica basada en los principios del condicionamiento clásico para asociar mental y emocionalmente las bebidas alcohólicas, y otras substancias objeto de adicción, con sensaciones negativas y desagradables, para cambiar así el paradigma mental y dejar de percibirlas como algo atractivo y tentador, y en su lugar sentirlas como algo negativo, desagradable y merecedor del más profundo de los rechazos.
4.3.- Técnicas de Autocontrol Emocional. A través de la Relajación, la Visualización y los Pensamientos Positivos, los pacientes aprenden a manejar los estados de ánimo negativos que han sido desendadenantes de su conducta adictiva, preparándose así para prevenir las recaídas.
4.4.- Documentales y Películas. Mediante el visionado y comentario de diferentes materiales audiovisuales los pacientes tienen la oportunidad de identificarse con otras personas que han padecido problemas de adicción similares, de expresar sus propios sentimientos, de tomar conciencia de las situaciones que han vivido, etc.
4.5.- Lecturas y Trabajos Individuales. Los pacientes reciben un material de trabajo personal que van elaborando y completando día a día y que les ayuda a fijar los conocimientos que van adquiriendo en las distintas sesiones terapéuticas y a consolidar los cambios de actitudes y de conducta.
– ¿Qué exito tiene el Programa Victoria?
Es difícil dar unos datos fiables sobre el éxito terapéutico de cualquier tratamiento para la adicción, dado que depende mucho del tiempo transcurrido para valorar la evolución de los pacientes.
En nuestro caso estamos enormemente satisfechos de los resultados obtenidos, a pesar de que existen recaídas en un número que siempre resulta doloroso para los terapeutas por mucho que sea inferior a lo que se reseña en la literatura científica seria sobre la materia.
Hace unos años, un estudio independiente realizado por el Dr. Joaquín Bedia de los Servicios Médicos de Lagun-Aro (entidad encargada a la sazón de la asistencia médica de los cooperativistas del Grupo Mondragón) que nos había enviado muchos pacientes al Programa Victoria, hizo un seguimiento a casi un centenar de pacientes una vez que habían pasado entre 5 y 8 años de su tratamiento y encontró solamente un 6 % de recaídas confirmadas. Más de un 67 % de los pacientes seguían sin beber, un 2 % habían fallecido y sobre el resto no se pudieron recabar datos por diferentes motivos.
Desde aquí mi agradecimiento a D. Bernardo Ruiz Victoria, por habernos acercado al mundo del tratamiento de las adicciones y a su innovador programa Victoria del Instituto Detox.
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