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  • Adentrándonos en las bases neurológicas de la Salud Mental

    Adentrándonos en las bases neurológicas de la Salud Mental


    Salud Mental: Entrevista a Dª. Verónica Romero Ferreiro, investigadora de la Universidad Complutense quien nos habla sobre las neurociencias y sobre su relación con la salud mental.

    A continuación reproduzco entrevista a Dª. Verónica Romero Ferreiro, investigadora de la Universidad Complutense, quien nos habla sobre conceptos introductorios de las Neurociencias.

    – ¿Qué es la Neurociencia?

    La neurociencia es un enfoque multidisciplinar en el que especialistas de muy distintos ámbitos como neurólogos, biólogos, psicólogos y psiquiatras, entre otros, trabajamos en conjunto para establecer las bases cerebrales que sustentan la conducta tanto normal, de la que queda mucho por saber, como patológica.

    – ¿Cómo surge la Neurociencia?

    La neurociencia surge a finales de la década de los cincuenta y principios de los años 60, como una disciplina de carácter superior que permitía la confluencia e interdisciplinariedad de todas estas áreas implicadas en el estudio del cerebro. Véase Cowan et al., 2000 para una revisión de los factores que llevaron a la convergencia de distintos campos de estudio sobre el cerebro en una única disciplina común, la Neurociencia. Cowan, W. M., Harter, D. H., & Kandel, E. R. (2000). The emergence of modern neuroscience: some implications for neurology and psychiatry. Annual review of neuroscience, 23(1), 343-391.

    – ¿Qué distingue la Neurociencia de otras ramas como la biología, la fisiología o la psicología?

    La neurociencia es el punto de encuentro de diversas áreas de conocimiento que tienen mucho que aportarse entre sí. La parcelación del conocimiento es útil a efectos prácticos, pero para avanzar en el conocimiento completo de la mente humana es categóricamente necesaria la comunicación entre diferentes expertos.

    – ¿Cuáles han sido los grandes hitos de la Neurociencia?

    El hito más importante es el caso de Phineas Gage, un obrero de ferrocarriles de buen carácter que sufrió en 1848 un accidente en el que una barra de hierro le atravesó el cráneo por la parte frontal y tras una recuperación casi milagrosa, le quedó como secuela un cambio en su carácter, volviéndose irritable, impaciente, obstinado incluso obsceno. Este caso está considerado una de las primeras evidencias científicas que sugerían que una lesión en el lóbulo frontal del cerebro, podía alterar aspectos de la personalidad, la emoción y la interacción social del individuo. Actualmente tanto el cráneo como la barra de hierro se conservan en el museo de medicina de la universidad de Harvard. Además, en España, el 2012 fue declarado el año internacional de la Neurociencia, lo que ha propiciado una mayor difusión y conocimiento de esta disciplina en nuestro país.

    – ¿Cuál es la población objeto de estudio de las Neurociencia?

    Podría decirse que la neurociencia estudia el sistema nervioso humano como principal objetivo. Por un lado en sujetos sanos, y por otro su aplicación a la población clínica. Sin embargo es también pertinente recordar que como en otras ramas de la ciencia, como la medicina, el estudio de animales como simios o cetáceos con los que guardamos ciertos parecidos es también muy enriquecedor para el estudio del ser humano.

    – ¿Va el avance en la Neurociencia parejo al desarrollo tecnológico?

    Indudablemente el desarrollo y perfeccionamiento técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética funcional (RMf), o la tomografía por emisión de positrones (PET) nos permiten observar estructuras o áreas cerebrales y también detectar cambios en la actividad durante la realización de determinadas tareas lo que nos permite de alguna manera “situar” ciertos procesos mentales en estructuras cerebrales concretas.

    – ¿Requiere la investigación en la Neurociencia de equipamiento específico?

    Cada vez hay técnicas que nos permiten obtener medidas más sofisticadas y precisas y evidentemente es una tecnología que requiere una elevada inversión económica, por no hablar del personal cualificado que sepa manejarla e interpretar los resultados. La inversión del Gobierno de Español en esta materia sigue distando mucho de lo que sería realmente necesario, pero me gustaría destacar un centro español pionero en esta materia fundado en 2013: El Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada (UGR) (http://cimcyc.ugr.es/)

    – ¿En qué se está investigando ahora en la Neurociencia?

    Actualmente, queda mucho por saber sobre el cerebro “normal”. Procesos como la atención, el aprendizaje y la memoria, la percepción, el procesamiento emocional… siguen aún estudiándose en personas sanas. Por supuesto, también se están estudiando las enfermedades neurodegenerativas como las demencias o la esclerosis múltiple así como las enfermedades mentales, como la esquizofrenia, los trastornos generalizados del desarrollo o la ansiedad y depresión.

    – ¿Cuáles son los logros alcanzados por la Neurociencia?

    Es difícil enumerar los avances que ha hecho la neurociencia, pero hoy en día sabemos muchas cosas acerca de cómo funciona nuestro cerebro y por ejemplo que el área prefrontal de nuestra corteza cerebral interviene en el desarrollo de las funciones superiores, o la implicación de estructuras como el sistema límbico en el procesamiento emocional… Sin embargo, no se puede hablar de localizaciones concretas en el cerebro, ya que el cerebro humano es tan complejo que varias estructuras participan a la vez en muchos de los procesos.

    – ¿Cuáles son los objetivos a alcanzar en un futuro de la Neurociencia?

    El objetivo es seguir avanzando en el conocimiento de nuestra mente. Consolidar los conocimientos que vamos teniendo, ponerlos a prueba mediante nuevos estudios y responder a grandes interrogantes que plantean sobre todo las enfermedades mentales.



    Continuamos la entrevista con Dª. Verónica Romero, investigadora de la Universidad Complutense, quien nos habla ahora sobre la relación de las Neurociencias y la Salud Mental.

    – ¿Todas las enfermedades mentales tienen un sustrato en el cerebro?

    Rotundamente, todas las enfermedades mentales tienen su correlato neurológico en el cerebro. El problema es que en muchas de ellas no podemos saber qué aparece primero, si el cambio a nivel cerebral, o el cambio en la conducta, puesto que ambos están relacionados y se influyen bidireccionalmente.

    – ¿Existe un patrón identificable ya sea morfológico o de actividad cerebral para cada tipo de patología?

    Hay evidencia de ciertas anomalías a nivel cerebral que parece que se asocian a determinadas enfermedades mentales. Sin embargo, aún queda mucho para poder realizar diagnósticos de enfermedades mentales basándonos en pruebas de neuroimagen. Lo que es seguro es que las nuevas investigaciones cambiarán las clasificaciones diagnósticas para, en lugar de agrupar las enfermedades por síntomas, hacerlo por anomalías cerebrales similares.

    – ¿Por qué es tan difícil comprender las patologías como el TDAH, el autismo o la esquizofrenia?

    Es difícil comprenderlas porque no conocemos su origen. Probablemente no hay una única causa, sino una confluencia de factores genéticos y ambientales. Además, los cambios observados a nivel cerebral son tantos y tan difusos que es difícil distinguir qué modificaciones son “originarias” del trastorno y cuáles son derivadas de las primeras.

    – ¿Las neurociencias proporcionan un método válido de diagnóstico para la Salud Mental?

    Actualmente no existe ninguna prueba diagnóstica en sí misma para las enfermedades mentales. Tanto las pruebas de neuroimagen, como los test o la observación clínica solo pueden aportar datos a un experto en salud mental que es quien realiza el juicio clínico final.

    – Y sobre la evolución del tratamiento, ¿Puede las neurociencias comprobar la eficacia del tratamiento?

    Es una de las aplicaciones más prometedora de las técnicas de las que se sirve la neurociencia. Cualquier cambio en la conducta ya sea por efecto de fármaco, de terapia, o de remisión espontánea debe tener su correlato neurológico a nivel morfológico y/o funcional.

    – ¿Por qué es tan difícil la detección temprana en enfermedades como el Alzheimer?

    A día de hoy, debido a la ausencia de marcadores específicos y sólo es posible un diagnóstico de «posible Alzheimer». El diagnóstico definitivo se realiza mediante un estudio anatomopatológico post-mortem de la persona.

    – ¿Existen diferencias hombre-mujer en cuanto al sustrato neuronal de la salud mental?

    Es innegable que existen diferencias morfológicas en los cerebros femeninos y masculinos, debido a la acción de las hormonas. Es por tanto plausible que en determinadas enfermedades mentales, se puedan encontrar diferencias de género.

    – ¿Es la neurogénesis la solución para algunos problemas de salud mental, como el párkinson o las demencias?

    No podemos decir que sea la solución al problema, puesto que bajo mi punto de vista, la verdadera solución sería conseguir que la enfermedad no llegara a aparecer, pero desde luego, constituye una de las vías de tratamiento que más se está investigando en la actualidad como forma de frenar el avance de las enfermedades degenerativas.

    – ¿Puede la neuroplasticidad corregir cualquier tipo de lesión cerebral o enfermedad mental?

    La plasticidad neuronal es un hecho. En contra de lo que se creía hasta hace poco, las neuronas pueden regenerarse y modificar sus funciones a lo largo de toda la vida de la persona. Sin embargo, a día de hoy no podemos decir que pueda corregir cualquier tipo de lesión. La capacidad del cerebro para recuperarse dependerá del tipo de lesión, su extensión, las características de la persona que la padece, el tipo de intervenciones específicas que se dirijan a la recuperación del mismo…

    – ¿El avance de la neurociencia permitirá diseñar tratamientos específicos para cada persona con problemas de salud mental?

    Sin duda, poder estudiar el cerebro de forma cada vez más sofisticada nos permitirá conocer mucho más en profundidad las necesidades de cada paciente y adaptar las intervenciones y tratamientos a las mismas.



    – ¿Existe algún patrón cerebral especial en la esquizofrenia?

    Paradójicamente, la esquizofrenia es uno de los trastornos más estudiados y a la vez, más desconocidos. Se han observado patrones como la hipofrontalidad – menor activación de las áreas prefrontales de la corteza cerebral- sin embargo, esto no constituye una característica ni definitoria ni exclusiva de la esquizofrenia.

    – ¿Existe un componente genético en las bases de la esquizofrenia?

    Es innegable que existe un componente genético, pues está bien demostrada la heredabilidad del trastorno. No obstante, la genética por sí sola no puede explicar en su totalidad la aparición del trastorno. Existen muchas teorías sobre la influencia del ambiente, la crianza, la exposición a acontecimientos vitales estresantes, como “desencadenantes” de esa vulnerabilidad genética subyacente.

    – ¿A qué regiones afecta especialmente la esquizofrenia?

    Se están encontrando diferencias entre pacientes y personas sanas en muchas áreas cerebrales, lo cual no quiere decir que todas ellas sean producto específico de la enfermedad. Muchas diferencias serán subproducto o consecuencia de algunas de ellas, de los fármacos, de las condiciones de vida que en muchas ocasiones sufren estos pacientes…

    – ¿Está relacionado la extensión de las áreas afectadas con la gravedad de la esquizofrenia?

    La realidad no es tan sencilla como “a más áreas afectadas, más grave es la enfermedad”. Los desequilibrios en los neurotransmisores, las alteraciones en la conectividad entre determinadas áreas, la menor activación de las mismas y un largo etc. son las que determinarán los síntomas y la gravedad de la enfermedad.

    – ¿Por qué es tan resistente a tratamiento la esquizofrenia?

    Porque el tratamiento es sintomático. Es como un catarro, no se sabe por qué aparece, por lo que se tratan sus síntomas: la fiebre, la tos, mucosidad… En la esquizofrenia pasa algo parecido, mientras no se sepa que alteración es la primeria, no se podrá atajar el problema “de raíz”.

    – ¿Cómo explica las neurociencias los delirios y las alucinaciones?

    Existen estudios que muestran que durante una alucinación visual o auditiva, las áreas del cerebro que se activan normalmente cuando vemos u oímos algo se encuentran activas en estos pacientes, de ahí la sensación tan potente de certeza con la que los pacientes las vivencian. Sin embargo, qué causa esta activación cerebral es todavía una pregunta sin una respuesta definitiva.

    Desde aquí le agradezco a Dª. Verónica Romero, investigadora de la Universidad Complutense, por sus aportaciones sobre las Neurociencias y su relación con la Salud Mental.

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