Muchos han sido los intentos frustrados por estudiar una segunda lengua, sobre todo entre aquellos que tratan de compatibilizar sus estudios con el trabajo.
La falta de tiempo, el cansancio acumulado del día u otras obligaciones, hacen que estudiar pueda convertirse en una tarea costosa, máxime cuando se trata de un segundo idioma.
Si bien es cierto, que existen muchos trucos y recomendaciones para mejorar el estudio, la práctica continuada e intensiva se han mostrado como las más eficaces a la hora de adquirir un segundo idioma.
A pesar de lo cual, cuando uno piensa en los estudios lo suele hacer de una persona sentada frente a los libros, y cuadernos de ejercicios, echando muchas horas hasta que consigue memorizar las reglas gramaticales y el nuevo vocabulario, pero ¿Sabes que el ejercicio físico ayuda a aprender una segunda lengua?
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Esto es lo que se afirma en una investigación realizada desde la División de Ciencias Sociales en Deportes, de la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania) cuyos resultados han sido publicados en agosto del 2018 en la revista científica Plos One.
En el estudio participaron sesenta y un menores, con edades comprendidas entre los 6 a 10 años, de los cuales 27 eran niñas.
A la mitad de ellos se le asignó al grupo de experimentación mientras que el resto perteneció al grupo control.
Entre las características destacables de los participantes, fue que eran refugiados provenientes de once países diferentes, siguiendo un programa de escolarización encaminado a la integración en la cultura alemana, donde se les enseñaba como segundo idioma el alemán.
A ambos grupos se les dio el mismo número y duración de clases de alemán, con la diferencia de que el grupo experimental, recibió esta clase realizando juegos y actividades siguiendo una pedagogía deportiva.
Se realizaron pruebas antes y después de la intervención en cuanto al dominio del vocabulario, la capacidad de la comprensión del idioma y la predisposición a su uso en el contexto del juego, evaluado mediante test ad-hoc.
La mejor manera de mantener nuestro #cerebro y #corazón sanos es movernos! desde @frenoalictus apoyamos todas las iniciativas que promueven la salud a través del #deporte.
Enhorabuena @cuidarcorazon https://t.co/Wq5qvFegoQ pic.twitter.com/S2SjAWuUWp— Freno al ICTUS (@frenoalictus) 17 de septiembre de 2018
Los resultados muestran un incremento significativo en el dominio del vocabulario y la capacidad de comprensión del segundo idioma, resultando superior en el grupo experimental frente al control.
No hallándose diferencias en cuanto a la predisposición del uso del segundo idioma en el juego entre ambos grupos.
Entre las limitaciones del estudio comentar que no se llevó a cabo un seguimiento del aprendizaje para comprobar si además de aprenderse mejor el segundo idioma gracias a la práctica asociada del deporte, este se mantiene en el tiempo o no.
Igualmente, no se realizó ningún análisis en función del género, por lo que se desconoce si es un factor relevante en el aprendizaje del segundo idioma, mejorado con la práctica del deporte.
A pesar de la innovación que supone esta investigación, los beneficios del ejercicio físico son de sobra conocidos, ya que «oxigena» el cerebro y facilita la circulación sanguínea, existiendo robusta evidencia científica sobre los beneficios en la creación de nuevas conexiones nerviosas en personas que practican como mínimo un cuarto de hora de deporte de cierta intensidad al día.
Aún y con lo anterior, cabe destacar la mejora significativa que supone la práctica de deporte integrado con la educación de un segundo idioma, lo que permite plantear nuevas formas pedagógicas, más allá de pasarse horas delante del libro tratando de memorizar reglas gramaticales o nuevo vocabulario.