Nuestros instintos dirigen nuestra conducta en circunstancias especiales, pero ¿pueden verse estos modificados por una neurohormona?, ¿Puede que haga que seamos más fieles a nuestra pareja?
Fidelidad en pareja
El conocimiento sobre la genética permite obtener información sobre cómo se transmite (genotipo) de padres a hijos, y cómo ésta se expresa conformando un hombre o una mujer (fenotipo), existiendo ciertas tendencias asociadas a uno u otro sexo, datos que provienen más de la investigación con otros mamíferos que con humanos. Pero si nos ceñimos estrictamente a los instintos, existen dos básicos que todos heredamos y que únicamente se “activan” cuando se dan las circunstancias adecuadas para ello, como son el instinto de supervivencia del individuo y el de conservación de la especie
Aunque a lo mejor no lo hemos experimentado en nuestra vida, si hemos podido tener noticias de personas que a pesar de un accidente o catástrofe, consiguen sobrevivir en condiciones extremas, tal y como les sucedió en el accidente aéreo de los Andes de 1972, donde solo sobrevivieron 16 pasajeros en mitad de los picos nevados, o más recientemente en la mina de San José (Chile) donde 33 mineros consiguieron sobrevivir a una situación tan extrema como fue la de ser enterrados vivos
Quizás de los dos instintos primarios éste sea el menos discutido y discutible, en el que se “activan” todos los resortes precisos para salir de la situación que pone en grave riesgo la supervivencia de la persona, haciendo lo que sea preciso, sin atender a los convencionalismos ni a las reglas sociales
Con respecto al instinto de conservación de la especie, en algunos casos, sobre todo cuando se trata de familiares o amigos, se antepone al de supervivencia, poniendo en riesgo la propia vida para salvar la de otro de su género
Éste segundo instinto ha sido asociado al de la maternidad o paternidad, por el cual una persona se convierte en cuidador de un menor, independientemente de que sea de su propia sangre (por ejemplo en el caso de los niños adoptados) ofreciéndole todo el cariño y cobijo que necesite el pequeño hasta que éste sea autosuficiente
Ya hemos comentado como el ser humano es especialmente dependiente del cuidado y atención de los adultos para su supervivencia, aspecto que es correspondido por estos, dada una predisposición a tratar a los pequeños de forma especial, hablándoles más despacio, gesticulando mucho, con más delicadeza y cuidado. Incluso ésto se ha observado entre hermanos que no se llevan mucho tiempo, en que el trato con los demás y con el bebé es completamente diferente, lo que apoyaría la idea de un cuidado “preestablecido” hacia los menores
El papel de la oxitocina en la fidelidad
Algo que otros mamíferos también manifiestan y está asociado a la producción de oxitocina tambien conocida como la “hormona del amor”, la cual se ha comprobado cómo cambia el comportamiento tanto de la hembra como del macho, convirtiéndolos en buenos “padres”, igualmente está asociado a la formación del apego en la pareja y a la conducta de fidelidad, que hasta hace poco no se había observado en humanos
En la mujer se produce de forma natural durante el parto y la lactancia, lo que facilita ambas funciones como madre. En el hombre, se produce una escasa cantidad de oxitocina durante la relación sexual, a pesar de lo cual el contacto con ésta neurohormona transmitida por la mujer sí va a cambiar su conducta, emergiendo comportamientos parentales y de apego sexual
Un reciente estudio realizado por la Stanford University y publicado en Nature, ha constatado que los efectos de la oxitocina observando a otros mamíferos, en donde además de crearse lazos entre madres e hijos y apego en la pareja sexual, se beneficia la relación que se establece entre iguales, fortaleciendo la conducta de amistad, lo que se denomina afinidad grupal
Cambios epigenéticos en el gen de la oxitocina modifican la sociabilidad humana Https://t.co/E6wkHZm9l8 — Dr Sergio Calvo (@drsergiocalvo) 2 de septiembre de 2016
La oxitocina en las relaciones de pareja
En otra investigación llevada a cabo por la Concordia University de Montreal (Canadá) publicado en Psychophamarcology, se analizó la conducta de 100 hombres y mujeres entre 18 y 35 años, a la mitad de los cuales se les administró oxitocina a través de un aerosol, frente a un grupo control que recibió un placebo. El estudio concluye que se produce un efecto de facilitación del comportamiento social, observando cómo entre los participantes que lo tomaban se exhibían conductas de desinhibición y autoconfianza, facilitado con ello las interelacciones sociales, por lo que se puede concluir que tiene un efecto inhibidor de la timidez
Éste sería un primer efecto, facilitando el establecer nuevas relaciones para encontrar pareja con la que, con posterioridad y gracias a la misma oxitocina, la uniría mientras durase la etapa natural de la crianza de hijos.