Tener un hijo con autismo puede suponer un problema de convivencia con los hermanos si estos no aceptan las características de este trastorno.
El autismo en el ámbito familiar
Si en ocasiones resulta difícil a los padres comprender y aceptar las limitaciones y características del autismo, mucho más difícil puede resultar a los hermanos, sobre todo cuando estos son menores.
Mucho se ha investigado al respecto, pues puede ser un agente de estrés en el hogar y aunque eso no va a afectar al desarrollo del hermano con el autismo si puede generar conflictividad y perjudicar la calidad de las relaciones sociales que se establecen en el ámbito familiar.
Hay que tener en cuenta que el autismo puede presentarse en diversos grados, y con afectación de funciones muy diferentes, pero principalmente con dificultades en el desarrollo especialmente en lo que se refiere al ámbito de la comunicación; por lo que se precisa por la “otra parte”, es decir, la familia en este caso, de un esfuerzo adicional por tratar de comprender lo que el pequeño con autismo desea o necesita, pero ¿Cuál es la reacción de los hermanos en el autismo?
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Hermano con autismo
Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde la Facultad de Educación Moray y el Centro de Ciencias Clínicas del Cerebro, Universidad de Edinburgh, (Inglaterra) cuyos resultados se han publicado en el 2017 en la revista científica Journal of Autism and Developmental Disorders.
En el estudio participaron familias que tenían un hijo con autismo y otro sin ello, con edades comprendidas entre los 7 a 18 años.
La investigación se planteó de forma transcultural, recogiendo datos de ochenta y nueve familias inglesas para ser comparada con los resultados obtenidos en ochenta y cinco familias chinas.
Se evaluaron dos aspectos, la vulnerabilidad genética mediante el A.Q.-Adult donde se evalúan las habilidades sociales, cambio de atención, atención al detalle, comunicación e imaginación; y los estresores ambientales mediante el S.R.S.-2 (Social Responsiveness Scale, 2nd Edition) y el C.A.S.E. (Child and Adolescent Survey of Experiences).
Los resultados indican que los hermanos de familias inglesas muestran mayores problemas de comportamiento, a la vez que mejor autopercepción de sus habilidades sociales frente a los hermanos chinos.
Produciéndose una mayor influencia de factores genéticos entre los hermanos chinos frente a los ingleses, donde los aspectos medioambientales jugaban un papel más relevante.
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— Psicooncología (@luisapedrero25) 2 de mayo de 2017
Familia y Autismo
Entre las limitaciones del estudio está el no realizar un seguimiento a la hora de analizar los datos para comprobar si las relaciones anteriores se mantienen en el tiempo; igualmente no se ha llevado a cabo ninguna división en función del género o la edad, aspectos que se han visto relevantes en investigaciones previas.
Hay que tener en cuenta que con anterioridad ya se había tratado de estudiar estos efectos, presentándose resultados contradictorios, en unos casos se indicaba que los hermanos presentaban un mayor desarrollo madurativo gracias al contacto con las características de su hermano con autismo, mostrando una mayor autoestima y desarrollo de habilidades sociales; y en cambio, en otros estudios se relataba sobre los problemas de conducta de estos hermanos, que no parecían estar dispuestos a aceptar las características del autismo.
Así se han tratado de analizar qué variables pueden facilitar o entorpecer a los hermanos en la aceptación del autismo tal y como el estatus socioeconómico, la edad o el género de los hermanos… incluso llegándose a considerar la posibilidad de la existencia de vulnerabilidades genéticas y ambientales asociadas al estrés como responsables de que los hermanos acepten o no la condición de autismo.
Encontrándose estudios que indican que entre el 12 al 20% de los hermanos con una persona con diagnóstico con autismo, ellos mismos sufren un tipo sub-clínico de autismo denominado B.A.P. (Broader Autism Phenotype), donde existe sintomatología característica del autismo, pero en una forma tan leve que no llega a ser diagnosticada, lo que va a afectar al desarrollo académico, las habilidades de comunicación y las relaciones sociales incluida la que mantendrá con su hermano con el diagnóstico de autismo.