Una decisión que por otra parte tiene una finalidad altruista de poder permitir que otra persona siga viviendo cuando llegue el momento de morir.
Son muchos los profesionales sanitarios y asociaciones que tratan de concienciar a la población de la necesidad de tener donantes, y es a través de un sencillo gesto como el sacarse el carnet de donante como se puede expresar la aceptación de la donación.
Dependiendo de aspectos culturales, existe un mayor o menor porcentaje de donantes entre la población, mostrándose grandes diferencias de un país a otro, lo que indica la mayor o menor conciencia que hay sobre dicho gesto y las consecuencias positivas futuras que tiene en el receptor, que de otra forma se ve abocado a esperar que se comuniquen para una próxima intervención, sabiendo que cada día que pasa sin recibir el órgano que le falla, su calidad de vida va empeorando.
El perfil de las personas más dispuestas a ser donantes de órganos son precisamente los familiares de los receptores de donación, ya que tienen una mayor conciencia de la necesidad pero también de la utilidad de compartir los órganos una que estos ya no nos sirven.
El testimonio de receptores y donantes facilita que otros puedan concienciarse de esta problemática, y convertirse ellos mismos en donantes expresado a través de un carnet, donde se expresa la voluntad de ayudar después de la vida.
No todas las personas pueden ser donantes, ni tampoco todos los órganos en un momento dado son viables para la donación, es por ello que el persona sanitario debe de determinar si se puede realizar la donació o no, pero si la persona no tiene el carnet de donación ni ha expresado en vida su deseo o intención de ser donante, es más difícil para los profesionales poder encontrar órganos sanos que puedan ser donados, de ahí que se hagan grandes esfuerzos en los medios de comunicación y a través de charlas y jornadas de concienciación para ayudar a las personas a ver la problemática, y una vez consciente de ella, poder convertirse ellos mismos en donantes, entonces, ¿Se puede predecir si alguien será donante de órganos?
Esto es precisamente lo que se trata de investigar desde la Universidad de Martin-Luther y la Escuela de Medicina MSH de Hamburg (Alemania) publicado recientemente en la revista científica Open Journal of Medical Psychology.
En el estudio participaron 78 personas, 37 mujeres y 41 hombres, estudiantes entre 19 y 33 años, a los cuales se les preguntó sobre la intención de convertirse en donante de órganos, igualmente se les pasó una prueba sobre intenciones a través de pruebas implícitas, empleando la técnica de denominada Implicit Associate Test (IAT) donde se ha de valorar entre dos estímulos presentados en la pantalla.
El estudio comparó los resultados de las respuestas explicitas, es decir, aquellas que expresaban de viva voz, con las implícitas, donde se observó que la expresión de la voluntad de ser donante se correspondía con el acto de sacarse el carnet de donante, y por tanto es mejor predictor que las pruebas implícitas empleadas.
Algo que contradice los resultados habituales de otros ámbitos como es el de la publicidad, donde se entrevistas y realizan distintas pruebas a los participantes para averiguar su opinión sobre un nuevo servicio o producto, siendo habitual que aquello que dicen, no se corresponda siempre con la consecuencia de comprar o adquirir el producto.
Quizás la diferencia principal es que cuando uno tiene que afrontar este tipo de decisiones no lo hace a la ligera, si no que lo medita y recapacita sobre ello, por lo que cuando a alguien se le pregunta, su respuesta ya está suficientemente establecida en la persona, por lo que con posterioridad se constata en la conducta de sacarse el carnet de donante, como un paso más y natural a la decisión personal adoptada al respecto.
En el estudio faltaría comprobar qué mecanismos psicológicos pueden estar implicados en el cambio de opinión, para poder emplearlos en las distintas campañas de concienciación que se realizan anualmente y con ello incrementar el efecto de las mismas consiguiendo así un mayor número de personas dispuestas a donar sus órganos al final de sus vidas y con ello, y es lo más importante poder dar salud y alargar la vida de otras personas necesitadas de esos órganos.
Resaltar que en la selección de persona únicamente se admitieron a jóvenes y además estudiantes, siendo poco representativo de la población, por lo que se requeriría de nueva investigación para poder concluir sobre ello, tanto en cuanto a la selección de nos estudiantes como a poblaciones de mayor edad de 33 años o menores de 19 para comprobar si se mantienen estos resultados.