Etiqueta: depresión

  • ¿Qué mecanismo están involucrados en la conducta adictiva?

    ¿Qué mecanismo están involucrados en la conducta adictiva?

    Uno de los problemas de la conducta adictiva es descubrir a qué se debe, y por qué afecta a unas personas y no a otras.

    Uno de los problemas entre aquellas personas que sufren adicción es que suelen tener baja tolerancia a la frustración y quieren lograr rápidamente la recompensa por aquello que hace.
    Es decir, tienen escasa persistencia en las tareas que realizan, sobre todo si estas conllevan un esfuerzo o tiempo continuado.
    Estas actitudes se han observado tanto en la ludopatía, como en otras adicciones donde la persona trata de saciar su dependencia realizando aquello que considera placentero siempre que puede.
    De ahí la gravedad de la adicción, no sólo por el consumo de una sustancia más o menos tóxica para el organismo, o de llevar a cabo una acción repetida, si no que estas conllevan unas consecuencias personales, económicas y sociales por su repetición.
    Es decir, el hecho puntual, de ir a jugar a un casino puede que no tenga mayores consecuencias, pero si se vuelve una y otra vez, gastando grandes cantidades de dinero, y no se puede dejar de pensar en jugar y jugar, se puede afirmar que la persona está enfrentándose a una adicción.
    Mucho se ha tratado de analizar sobre las características personales de los que sufren una adicción, para poder prevenirlo. Ya que si existiese un perfil definido, se podrían implementar planes que buscasen reforzar las habilidades sociales y personales para no involucrarse en estas conductas adictivas.
    Pero a pesar de los avances en cuanto a tratamiento, poco se ha averiguado a la hora de la prevención. pero ¿Qué mecanismo están involucrados en la conducta adictiva?



    Esto es precisamente lo que tratan de averiguar desde la Universidad de Liege (Bélgica) y la Universidad de Ginebra (Suiza) recientemente publicado en la revista científica Plos ONE.
    Los autores de este estudio se han centrado en una única característica, la persistencia, definida como la habilidad de mantener la motivación interna en ausencia de recompensa externa inmediata.
    En el estudio participaron 35 personas, 20 mujeres y 15 hombres, con una edad media de 22 años, de los cuales 2 fueron excluidos durante la prueba.
    Entre las características que debían de tener para poder participar en el estudio estaban las de no sufrir depresión evaluado mediante Beck Depression Inventory, ansiedad evaluado mediante Beck Anxiety Inventory, y tener unos niveles de alexitimia normales evaluados mediante Bermond-Vorst Alexithymia Questionnaire.
    Ya que se ha observado que la presencia de cualquiera de estos tres factores va a variar en sobremanera los resultados en las pruebas de persistencia tal y como lo reflejan estudios anteriores.
    Los participantes se separaron en dos grupos según su mayor o menor nivel de tolerancia a la frustración.
    A todos se les registró la actividad cerebral mediante resonancia magnética (fmri) mientras realizaban una tarea en que debían de completar los participantes era ver una serie de imágenes en la pantalla del ordenador e indicar cuán intenso era la emoción que le generaba.
    Los resultados indica una actividad cerebral diferente en función que los estímulos presente fueran positivos, negativos o neutros al comprarlos entre participantes con baja persistencia frente a los de alta persistencia.
    Así los de baja persistencia, que mostrarían un patrón más próximo al esperable a una persona vulnerable a las adicciones, muestran una menor actividad en las amígdalas y el hipocampo a la hora de percibir los estímulos positivos y neutros.
    Y unas diferencias significativas en las amígdalas, y la corteza izquierda orbitofrontal a la hora de analizar los estímulos negativos.
    Esto quiere decir, que las personas con baja persistencia ven y sienten de forma diferente a los que tienen alta persistencia y puede estar el origen de las adicciones en esta percepción diferencial de la realidad.
    A pesar de los resultados, una de las limitaciones importantes del estudio es precisamente el haber seleccionado una única variable como responsable de la conducta que puede explicar las adicciones, siendo este un factor destacado pero no el único a tener en cuenta.
    Es por ello que se requiere de nueva investigación al respecto para poder comprender en su conjunto otras variables implicadas y con ello tratar de comprender el fenómeno de la adicción para poder implementar programas de prevención más eficaces, que eviten en la medida de lo posible que las personas más vulnerables a la adicción caigan en ella.
    Igualmente es preciso crear un grupo de personas adictas frente a otras de control con las que comparar, ya que en el estudio no se especifica si los participantes tenían alguna adicción o no, y de tenerlo en qué grado.

  • ¿Puede la música beneficiar a los adictos en tratamiento?

    ¿Puede la música beneficiar a los adictos en tratamiento?

    Una de las problemáticas con respecto a las terapias de la adicción es que no existe un tratamiento que permita beneficiar a los adictos.

    Por lo que se han desarrollado distintas estratégicas terapéuticas en función del tipo de adicción, teniendo en cuenta que además de la adición fisiológica hay que tratar también la adicción psicológica, esto es el componente psicológico de la adicción que aumenta el riesgo de recaídas.
    El lugar donde vivimos o trabajamos, la disponibilidad de acceso a la sustancia o conducta adictiva, e incluso las personas con las que nos relacionamos, van a ser indicativos de activación de una serie de costumbres y hábitos que se suelen acompañar a dicho comportamiento.
    Es por ello, que muchos programas de desintoxicación lo primero que hacen es romper con esas «señales» tanto laborales como sociales, en donde la persona se siente cómoda e inicia su comportamiento aditivo.
    La separación de familiares y amigos, evitar que pase por lugares donde tiene acceso a su sustancia o comportamiento adictivo son fundamentales para prevenir la «tentación» y por tanto van a beneficiar a los adictos a que vayan perdiendo esas costumbres.
    Igualmente es importante la intervención psicológica para que la adicción no cambie, y consuma ahora una nueva sustancia o genere un nuevo comportamiento adictivo, enfrentando y afrontando la problemática del adicto, y enseñándole estrategias y habilidades para afrontarlo, se ayuda a que la persona sea más consciente de sus limitaciones y necesidades, así como que sepa demandarlo y expresarlo adecuadamente, sabiendo qué puede o no esperar de los demás, y cuál es el método más correcto de reaccionar ante la frustración en caso de conseguir aquello que quiere.
    Toda un intervención en la vida de la persona para cambiar su concepción de sí mismo y de la relación que entabla con su medio ambiente, con lo que darle herramientas para afrontar la vida con nuevos ojos que haga que no tenga que recurrir a la adicción como vía de escape o de evitación de asunción de la realidad que vive.



    Esto es precisamente lo que se trata de investigar desde la
    Universidad de Marburg, la Universidad Justus Liebig Giessen y la Universidad Internacional de Psicoanálisis de Berlin (Alemania) recientemente publicado en la revista científica Research Journal of Drug Abuse.
    En la investigación participaron 190 pacientes de los cuales 28 eran adictos a sustancias y el resto servirían de grupo control.
    A todos ellos se les administraron las siguientes pruebas: un inventario sobre el uso habitual de música (inventory for the assessment of activation and arousal modulation through music – IAAM), una escala de autoconcepto (self-concept inventory – SKI) y una sobre la funcionalidad global de la persona (Global assessment of functioning- GAF).
    Se analizaron las diferencias significativas entre los adictos y el grupo control encontraron diferencias significativas en cuanto a la funcionalidad, mostrando un menor nivel significativo los adictos. Con respecto a la música, los adictos escuchaban significativamente más música para relajarse o concentrarse, o cuando estaban bajo los efectos de las drogas, pero esta música además era significativamente más elevada que en el grupo control.

    Los resultados son una primera aproximación al uso terapéutico de la música en el tratamiento de la adicción aunque no tiene suficientes sujetos para poder concluir adecuadamente.
    Falta todavía realizar una investigación a respecto para poder comprobar si se producen mejoras o no el tipo de música que escucha.
    Igualmente el volumen de la misma que ha resultado significativamente diferente debe de ser explorado para comprender qué papel juega.

  • ¿Qué factores pueden motivar la adicción al ejercicio?

    ¿Qué factores pueden motivar la adicción al ejercicio?


    Uno de los riesgos que puede conllevar la asistencia habitual al gimnasio es cuando la motivación por la salud se convierte en adicción al ejercicio.

    La vigorexia

    La vigorexia o adicción al deporte es una situación más común de lo que se puede pensar y que afecta lo mismo a hombres y mujeres, por el cual la persona no puede dejar de practicar deporte, todos los días a cualquier hora.
    Como cualquier adicción conductual, esta puede surgir en cualquiera que practique deportes, pero donde las motivaciones que lo guían varían con el tiempo, dejando de ser algo sano para cuidarse o mantener en forma, a ser un comportamiento autoalimentado donde se produce una necesidad de practicar deporte por sí mismo.
    Como adicción que es, esto va a involucrar gran parte del tiempo de la persona con vigorexia, lo que puede también suponer un riesgo en el ámbito social y económico, pasando horas y horas en el gimnasio a diario, limitando así sus posibilidades de salir con alguien y de mantener una relación de pareja duradera, ya que se está más preocupada por el deporte que por otro asunto.
    Todo el mundo entiende de los beneficios para la salud de realizar algo de deporte diario, y que es importante mantener cierto nivel de regularidad en su práctica.
    Cuando alguien es un profesional el número de horas y la intensidad de los ejercicios se incrementa, sobre todo cuando se acerca alguna prueba o competición, reduciendo la intensidad el resto del año.
    Pero la vigorexia va más allá de la práctica del deporte para mantenerse sano o para ganar alguna competición, en esta adicción desaparece la finalidad última, para ser el propio deporte el fin, cada vez dedicando más tiempo, más esfuerzo, incluso cuando pone en riesgo la estabilidad de las relaciones sociales, familiares e incluso laborales de la persona que lo padece; pero no queda ahí la adicción, también ocupa buena parte del pensamiento, comprándose revistas especializadas, artículos deportivos y hablando con todos del mismo monotema, tanto que incluso llega a cansar.
    Quizás la situación más evidente de que se sufre esta adicción es precisamente cuando no se puede practicar deporte algún motivo, ya sea una lesión de la cual debe reposar o por trasladarse temporalmente a otro lugar, en esos momentos se sufre «el mono», es decir, esa intensa necesidad de practicar deporte sea como sea y donde sea, y si no afecta emocionalmente a la persona, pudiendo expresar su ansiedad que puede llevar a desesperación e incluso con mal humor, pero ¿Qué factores pueden motivar la adicción al ejercicio?


    Vídeo Recomendado: Obsesión por cuerpo musculoso e ingesta de vitaminas son señales de vigorexia- Andina

    Vigorexia y salud

    Esto es precisamente lo que se trata de investigar desde la Universidad de Mesina (Italia) publicado en el 2014 en la revista científica Journal of Addiction.
    El estudio se inició con 150 participaron deportistas amateurs, pero sólo lo completaron 120 de ellos, 69 hombres y 51 mujeres, que realizaban ejercicios en los gimnasios de la zona a los cuales se les administraron tres cuestionarios para rellenar, el primero sobre el riesgo de la persona de sufrir vigorexia a través del cuestionario estandarizado denominado Exercise Addiction Inventory (EAI), el segundo donde se evalúa el nivel narcisismo de la persona con el Narcissistic Personality Inventory (NPI) y el tercero donde se evalúa el nivel de autoestima del participante a través del Coopersmith Self-Esteem Inventory (SEI). Igualmente se recogieron datos socioademográficos, así como sobre la frecuencia de uso de las instalaciones deportivas.
    Los resultados indican que la mitad de los varones que participaron en el estudio estaban en riesgo a padecer vigorexia, mientras este porcentaje se elevaba a un 60% en el caso de las mujeres, evidenciando una mayor exposición de estas a la adicción al deporte.
    Se encontraron resultados significativos en cuanto a los días de asistencia a los gimnasios en función de la mayor o menor exposición a la vigorexia, a los niveles de narcisismo y a la autoestima.
    Donde a mayores niveles de exposición a vigorexia y mayores niveles de narcisismo se acompañan de una mayor asistencia y asiduidad a la práctica deportiva en gimnasios. Igualmente una baja autoestima se relaciona con un mayor asistencia a gimnasios.


    Vigorexia y emociones

    El estudio por tanto concluye que altos niveles de narcisismo y bajos de auotestima son los que están poniendo en riesgo a la persona a sufrir adicción al deporte, y lo que se refleja en un aumento del número de días de uso de las instalaciones deportivas.
    El estudio no contempla por que sería difícil de analizar el ejercicio que puede realizarse fuera de dichas instalaciones, y tampoco evalúa los pensamientos tan característicos de las personas que sufren adicción comportamental, claros exponentes de la vigorexia.
    Igualmente se relacionan las variables con el resultado de un cuestionario sobre sensibilidad a la vigorexia, pero no se realiza un seguimiento de los participantes para comprobar si efectivamente en un plazo razonable de unos meses o un año, la persona con baja autoestima, y con alto narcisismo acaba desarrollando la adicción al deporte, lo cual daría mucho más validez a los resultados.
    Igualmente la media de edad de los participantes con una media de 29 años, hace pensar que estos participantes pueden variar sus tendencias en función de otros factores no analizados como la posición social, el trabajo que desempeñan, la familia que tiene,… ya que todos ellos van a tener una u otra influencia en la persona, siendo esta influencia distinta a medida que la persona va madurando y adquiriendo nuevas responsabilidades.
    Aunque los resultados parecen claro en cuanto a la relación existente, hay que tener en cuenta que han sido obtenidos de una población relativamente pequeña, pero muy localizada en un país con una cultura e idiosincrasia propia como es la italiana, por lo que se precisa de nueva investigación para determinar si estos mismos resultados son extensibles a otras poblaciones.

  • ¿Qué factores facilitan la ideación suicida de los depresivos?

    ¿Qué factores facilitan la ideación suicida de los depresivos?

    Uno de los actos más incomprendidos es el de la ideación suicida de los depresivos, ya que actualmente existe multitud de tratamientos para superar la depresión.

    El acto suicida es uno de más difíciles de entender, ya que supone un atentado contra uno mismo con la intención de acabar con su vida.
    Es difícil que podamos pensar en razones «válidas» para que alguien decida quitarse la vida, es cierto que en ocasiones se pasan por circunstancias de las que no vemos salida, o que parece que las circunstancias son tan graves que pensamos que no vamos a salir adelante.
    Pero a diferencia de lo que podamos pensar no se trata de una decisión personal ya que sus consecuencias se extienden más allá, a parejas, hijos, familiares y amigos, que pierden un ser querido, un apoyo o simplemente un colega.
    Muchos han sido los factores hasta ahora investigados, incluso se ha observado cómo se produce un incremento en el porcentaje de suicidas cuando está presente determinadas psiopatologías, como es el caso de la esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno por depresión mayor.
    Algunos autores defienden que los «motivos» que se esconden detrás del suicidio de una persona con y sin psicopatología son diferentes, ya que la propia enfermedad mental podría ser un agente de presión que pesase sobre esta decisión, pero ¿Qué factores influyen en la ideación suicida de los depresivos?
    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguar desde la Escuela de Medicina de la Universidad Católica de Corea y desde la Universidad Nacional de Corea (Corea) cuyos resultados recientemente han sido publicados en la revista científica Alzheimer’s & Dementia.
    En el estudio participaron 1.183 pacientes diagnosticados con depresión mayor
    inscritos en un estudio mayor denominado Clinical Research Center for Depression study (CRESCEND) realizado entre el 2006 y el 2008.
    De entre los inscritos el 21% sufrieron intentos de suicidio (253 pacientes) y un 34% tuvieron ideaciones suicidas (407 pacientes).
    De estos 138 participaron con un seguimiento de 12 meses, entre los que se clasificaron en tres grupos, aquellos que han tenido intentos de suicidio (23), aquellos que tienen ideación de suicidio, es decir, piensan hacerlo pero no lo hecho todavía (59), y aquellos que no tienen esas ideaciones ni historia previa de intentos de suicidio (56).
    A todos ellos se les administró un cuestionario estandarizado sobre carácter y temperamento denominado Temperament and Character Inventory (TCI).
    Los resultados indican que no existen diferencias significativas entre las personas que han tenido intentos de suicido y los que no, en cuanto a carácter o temperamento, salvo en cuanto a autodirección se refiere, que en los suicidas se muestra significativamente inferior a los no suicidas, dicho concepto hace referencia a la autodeterminación, autoestima y la capacidad del individuo para controlar, regular y adaptar su conducta a una situación de acuerdo a valores y metas personales. Igualmente la autotrascendencia resultó significativa superior entre los que intentaron suicidarse frente a los que sólo tenían ideación suicida.
    A pesar de la intención de los autores con respecto a encontrar diferencias significativas en cuanto al carácter y temperamento de un paciente depresivo para poder determinar si va a tener o no ideación suicida, y si luego va a tener o no intentos de suicidio, a pesar de ello, los autores no han conseguido determinar factores diferenciables utilizando este cuestionario estandarizado.



    Aunque los resultados son claros, al limitar el estudio a una población muy concreta, los habitantes de Corea, con una historia e idiosincrasia particular, hace que los resultados no sean directamente extrapolable a otras poblaciones, siendo necesaria nueva investigación al respecto para comprobar si se obtienen los mismos resultados en otras culturas.
    A pesar de haber dado respuesta a la pregunta planteada, quizás de las psicopatologías, la depresión no es de la que más casos de suicidios presenta, como en el caso de la esquizofrenia o el trastorno bipolar, lo que indica que todavía queda mucho por investigar antes de comprender la conducta suicida.

  • ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?

    ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?

    Cuando uno piensa en una depresión no suele hacerlo en el coste de la depresión para la sociedad en la que vive, si no más bien en la persona que lo sufre.

    El coste de la salud mental

    Pero no es así el planteamiento que se hacen desde las administraciones públicas que buscan optimizar sus recursos priorizando sobre dónde van destinados el dinero entre los distintos servicios y departamentos que se encuentran a su cargo, ya sea en inversión de materiales como de personal para poder dispensar con mayor eficacia sus servicios.
    El trastorno de depresión mayor afecta principalmente a la salud psicológica del paciente, pero también al resto de sus actividades diarias, su gana de comer, o su capacidad de tener un sueño reparador, pero sus efectos se extienden también a sus familiares, compañeros y amigos.
    Lo normal es observar una disminución en el rendimiento académico o laboral, que en el caso de una mayor severidad de este trastorno puede llevar a la persona a perder su puesto de trabajo, sus amigos e incluso su pareja.
    Actualmente existen diversos métodos de intervención terapéutica desde la psicoterapia, hasta la farmacológica pasando por la terapia electro convulsiva cuando no responde adecuadamente a la farmacológica.
    Cada una de estas intervenciones requiere de un personal especializado, el desarrollo de una tecnología y un centro donde se administra, lo que va sumando «gastos» para la administración, pero ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?



    El coste de la depresión

    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguar desde la Escuela de Medicina de Hannover, junto con la Universidad Goethe de Frankfurt y la Universidad Jena Friedrich-Schiller (Alemania) cuyos resultados han sido publicados en el 2014 en la revista científica Depression Research and Treatment.
    En el estudio intervinieron 70 médicos de la red sanitaria alemana, los cuales realizaron una reevaluación de sus pacientes diagnosticados con depresión, a la vez que les informaba del estudio y recogían su consentimiento para participar, al final fueron 626 pacientes, siendo el 75,7% mujeres y 24,3% hombres, a los que se les tomó medidas en tres momentos, en el momento de preguntar sobre su participación, a los 6 meses y al año.
    De cada participantes se recogieron cinco datos, la medicación que recibían, las visitas al médico general, las visitas al especialistas, la psicoterapia que recibían y el número de hospitalizaciones, siendo su coste extraído de unas tablas estandarizadas estimadas por la Oficina de Estadística Federal.
    Los resultados muestran que le coste medio por paciente con depresión mayor durante un año es de 3813€, no existiendo diferencias significativas en el coste entre hombres y mujeres, a pesar de que en el estudio tres cuartas partes de los participaron eran mujeres.
    Lo que en cifras macroeconómicas supone un gasto anual en Alemania sobre en pacientes con depresión mayor de 15.6 billones de euros.
    Cantidad que a los autores les parece excesiva, a pesar de ser el trastorno psicológico más frecuente entre los pacientes que acuden a consulta. De ahí que los autores sugieran realizar mayores intervenciones tanto en la detección temprana de la enfermedad como de búsqueda de nuevas y mejores técnicas y terapias con los que reducir el número de consultas, y sobre todo el coste total de la atención recibida por los pacientes con depresión mayor.
    Aunque los resultados son reveladores, no informa sobre si son más o menos costosos que otras enfermedades mentales, e incluso que otras afecciones físicas que se atienden, con lo que no se puede estimar si se trata de un gasto excesivo o no para las administraciones, ni si se tiene que priorizar sobre otras enfermedades debido a su elevado gasto.

  • ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?

    ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?


    Existen muchas consecuencias de la adicción a sustancia, tanto para la vida laboral, familiar y personal y ello puede dado por un error en el coste de adicción.

    El cerebro y las adicciones

    Estas consecuencias pueden llegar incluso a desembocar en la ruina laboral, familiar y personal del adicto, aunque hay que tener en cuenta que los efectos va a depender mucho del tipo de persona, su ámbito familiar e incluso del tipo de sustancia a la que es adicto, y el tiempo que lleve consumiéndolo.
    Esto es, existen sustancias aditivas que incluso se consideran legales que producen escasas consecuencias en el momento, y sólo con el tiempo van a verse sus efectos, en cambio otras, pueden provocar un «mal viaje» y dañar el cerebro con consumirla una sola vez, en este caso no se podría hablar estrictamente de adicción, ya que ha sido únicamente en una ocasión.
    Entre ambos extremos existen multitud de sustancias más o menos perniciosas, con consecuencias a corto o a largo tiempo, pero en la mayoría de los casos, va a ir asociado con cierto nivel de ruina personal, provocado por el rechazo de los demás, y el aislamiento que buscado la adicto, lo que explica en muchas ocasiones las separaciones y divorcios, así como la pérdida de trabajo con las consecuencias económicas negativas que acarrea, todo ello explicado hasta ahora por las propiedades químicas de las sustancias en el cerebro que generan adicción, pero puede que además esté involucrado algún proceso cognitivo que impida al adicto darse cuenta del efectivo daño que aquello le está provocando y del coste de las consecuencias de sus actos, ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?



    Toma de decisión y drogas

    Esto es lo que trata de averiguar un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford junto con la Escuela de Medicina Baylor, el Centro de Investigación sobre la Recuperación de la Adicción, el Laboratorio Humano de Neuroimagen y el Instituto Tecnológico de Investigación Carilion (USA), cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Addiction.
    En el estudio participaron 25 adictos consumidores de cocaína, a comparar con otros 25 no consumidores que servirán de grupo control.
    A todos ellos se les pasó por una serie de pruebas de elección mientras se registraba su actividad neuronal empleando la Resonancia Magnética Funcional.
    Los participantes debían de elegir entre conseguir la recompensa a corto plazo o a largo plazo, comparando que el «premio» sea cocacía frente a dinero.
    Los resultados conductuales muestran una evidente tendencia a la elección del dinero entre el grupo control, y sólo en los adictos cuando la recompensa es inmediata, si se aplaza el cobro de dinero la elección se decanta por la cocaína.
    Con respecto a la actividad neuronal existe una sobreactivación significativa en el córtex prefrontal dorsolateral en los adictos frente al grupo control en el momento de la actividad de decisión frente a la cocaína.
    Todo esto indicaría que el cerebro de la persona adicta se ha visto modificada por la conducta repetitiva, haciendo que valore más positivamente el consumo cuando la persona debe de retrasar la consecución de otras metas, luego la inmediatez y la baja tolerancia a la frustración podrían estar también sustentando este tipo de adicción, aunque quería todavía por determinar si existen características de personalidad implicadas que hagan más probable la adicción ante un tipo de persona frente a otro.


    Cerebro de los adictos

    A pesar de los resultados con respecto a la conducta de elección y a la actividad neuronal de los adictos frente a los no adictos, grupo control, el estudio se ha hecho con un tipo de específico de adicción, a la cocaína, cuyos mecanismos a nivel cerebral son bien conocidos, sobre todo en lo que respecta a su influencia en las áreas de placer y recompensa, pero estos procesos son diferente al que utilizan otras sustancias, por lo que los resultados son limitados a esta sustancia, lo que se requiere de nueva investigación en adictos a otras sustancias.

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