Comprar es un acto usual de nuestra vida cotidiana, que tiene unas consecuencias en nuestra salud psicológica que a veces no tenemos en cuenta. La compra nos sirve para proveernos de aquello que necesitamos (medio), pero también se convierte en una escusa para salir, ver la moda o compartir el tiempo con nuestros amigos (fin en sí mismo).
Muchos estudios han avalado los beneficios de la compra, ya sea como forma de incrementar nuestra autoestima, al adquirir aquellos productos y servicios que nos hacen sentir mejor con nosotros mismos, como por los beneficios sociales que proporciona la interacción con nuestras amistades, con las que compartimos esos momentos, así como con el personal de los establecimiento al que nos hemos dirigido. Pero, ¿Eres de esas personas que prefieren comprar a solas?
Un reciente estudio realizado por la Tilburg University en los Países Bajos, informa de los peligros de aislamiento social que implica ir de compras a solas. Se trata de un estudio longitudinal donde se observó el comportamiento de los consumidores durante 6 años.
Los 2.500 participantes fueron clasificados según la motivación que les llevaba a ir de compras como fin en sí mismo, así se establecieron tres grupos:
– Materialistas de posesión: aquellas personas que compran con el fin de poseer aquello que les gusta, agrada o simplemente se han encaprichado con ello.
– Materialistas de éxito: son los que aspiran con aquello que compran ostentar un mayor estatus social, buscando la admiración e incluso la envidia de los demás.
– Materialistas de felicidad: que tratan de «solucionar» cualquier problema en sus relaciones familiares, de pareja, o en el trabajo, evadiéndose y adquiriendo productos que le llenen ese vacío, dándoles paz y tranquilidad.
Como se ha comentado al inicio, muchos estudios avalan los beneficios que a corto plazo generan las compras, tanto en la autoestima como en las relaciones sociales, de ahí que cuando alguien se siente un poco decaído es bueno que salga a comprar, y aunque no adquiera nada, el haber salido a la calle, alterando así su rutina diaria, le proporciona experiencias gratificantes que combaten esos sentimientos de abatimiento y apatía que podía estar sintiendo.
Además cuando se va de compras con un amigo o amiga, o un grupo de ellos, se aprovecha para charlar relajadamente, contarse las inquietudes y problemas, e incluso compartir confidencias; así todo ello va a aumentar nuestra autoestima, al vernos partícipe de un grupo, a la vez que se realiza una actividad lúdica y desenfadada, ¿Pero qué sucede si en vez de eso, somos de esas personas que preferimos comprar «a solas»?
Pues bien, parte de los «beneficios secundarios» no se obtienen, con lo que las relaciones sociales se ven mermadas, ya que el tiempo que pasa comprando no se lo dedica a otras personas.
Al respecto, el citado artículo publicado en el Journal of Consumer Research, informa sobre los perjuicios de esas personas que compran en solitario, ya que entran en un círculo vicioso de compra-soledad, en donde cuanto más tiempo se dedique a la compra, la persona estará más sola.
De los tres tipos de materialismos anteriormente descritos, se ha observado que aquellos que compran como medio de «aparentar» ante los demás un mejor nivel económico (materialista de éxito) y aquellos que lo hacen como forma de «satisfacer» sus expectativas con la vida (materialismo de felicidad) son los que están más expuestos a caer en éste círculo vicioso.
Ni que decir tiene, que la soledad no buscada va a conllevar una serie de consecuencias negativas sobre la vida emocional y de salud de la persona que lo sufre, muchos estudios apuntan a efectos tan poco saludables como una tendencia a la dejadez personal, incremento del consumo de alcohol y otras drogas, pérdida de sueño, aumento del estrés, elevación de la presión arterial, todo ello puede desencadenar a la larga en una depresión u otras enfermedades psicológicas.
De ahí la importancia de mantener y cuidar nuestras relaciones sociales, y si tenemos que realizar alguna compra, cuando sea posible, mejor hacerlo en compañía de amigos con los que poder disfrutar y compartir el tiempo.