Presentación del libro » Alexitimia, un Mundo Sin Emociones» en formato e-book disponible en los principales puntos de venta de libros electrónicos como Amazon, Apple Store o la Casa del Libro.
¿Cómo surge la idea del libro Alexitimia, un Mundo Sin Emociones?
El libro sigue la labor de divulgación científica que ha marcado mi carrera, ya sea en soporte de libro, en esta misma web de la Cátedra Abierta de Psicología, o a través de charlas y conferencias.
¿Está basado su libro en una experiencia personal?
En el libro se recogen algunas anécdotas y experiencias con pacientes y familiares, pero sobre todo está enfocado a ofrecer información sobre las últimas investigaciones sobre la Alexitimia, recogiendo principalmente los trabajos publicados en los tres últimos años.
¿Qué se va a encontrar el lector en su libro?
El texto está escrito para que sirva como material de consulta, tanto a pacientes, familiares e incluso para especialistas. Todo ello escrito con un lenguaje claro y preciso, alejado de los tecnicismos, haciéndolo accesible para todo el mundo que lo quiera leer.
¿Cómo se distribuye el contenido del libro?
El libro tiene dos grandes bloques temáticos, el primero referido a al mundo de las emociones y el segundo a la Alextimia propiamente dicho, con lo que dar respuesta a las principales cuestiones que se plantean familiares y pacientes sobre esta temática.
¿Con qué colaboraciones ha contado para este libro?
Este libro ha contado con la colaboración del Gobierno de Canarias; del Dr. Pedro Luis Nieto, Secretario del Departamento de Psicología y Pedagogía en la Universidad CEU-San Pablo; de la Dra. Jaci Molins Roca, Directora del posgrado universitario de coaching personal y organizacional de la Universidad Rovir i Vigili; de Dª. Virginia de la Iglesia, Especialista en dependencia emocional, alta sensibilidad y familia tóxica y de Dª Laura Sánchez, Docente, Coach y Consultora de negocios online.
¿Está escribiendo un nuevo libro?
Estoy preparando un nuevo libro que espero aparezca en los próximos meses, como parte de mi compromiso con la divulgación científica en las temáticas de la Psicología y las Neurociencias.
Desde aquí mi agradecimiento a GD Publishing por haber realizado la publicación de la obra » Alexitimia, un Mundo Sin Emociones», facilitándome así la labor de divulgación científica a través de dicho libro electrónico.
Un estudio realizado desde la Universidad de Málaga encuentra diferencias en cuanto al género, en lo que se refiere a la relación entre la inteligencia emocional e indicadores de bienestar.
La Inteligencia Emocional, ha sido un concepto popularizado por que involucra toda la tradición sobre el estudio y análisis de las emociones, unido a los últimos avances de las neurociencias.
Inteligencia Emocional
La importancia de la Inteligencia Emocional radia en la capacidad de control de los niveles de estrés, a parte de ser una herramienta fundamental para el sostenimiento de las relaciones sociales.
Con respecto al estrés, el saber poner en situación lo que acontece, es imprescindible para relativizar el estrés, y saber que lo que se siente es fruto de un momento determinado, pero que con el tiempo se puede conseguir superar los inconvenientes que surjan, o al menos evitarlos.
En cambio, si una persona está inmersa en el estrés, este le llega a bloquear e impedir buscar una solución a esa situación.
El estrés además está relacionado con problemas de salud. Al mantenerse unos niveles elevados de estrés, el organismo se va «desgastando» más rápidamente, lo que hace que surjan problemas de salud, de ahí la importancia de tener un correcto desarrollo de la inteligencia emocional.
Con respecto al papel social de la Inteligencia Emocional, este es fundamental, debido a que toda relación se basa en un intercambio que va más allá de la información. Gracias a la Inteligencia Emocional podemos saber que la otra persona viene hoy preocupada, triste o feliz.
Igualmente, el otro, puede conocer si nos pasa algo, debido a las emociones que expresamos.
El caso contrario, en el que existe unos niveles reducidos de Inteligencia Emocional nos encontraríamos ante una persona con Alexitimia, lo que el propio Daniel Goleman denominaba, un analfabeto emocional, incapaz de conocer qué es lo que está sintiendo uno mismo, y qué es lo que sienten los demás.
Al respecto en algunas autonomías, como en Canarias, se están realizando verdaderos esfuerzos por incorporar la educación de la Inteligencia Emocional en las escuelas, para prevenir la Alexitimia entre su alumnado, pero ¿Existen diferencias de género en la Inteligencia Emocional?
Bienestar Personal
Esto es lo que se han tratado de averiguar desde la Universidad de Málaga (España) cuyos resultados han sido publicados en el 2105 en la revista científica Frontiers in Psychology.
En el estudio participaron 665 adultos, de edades comprendidas entre los 18 a 68 años, de los cuales 336 eran mujeres.
A todos ellos se les administró un cuestionario sobre los niveles de estrés percibido mediante Perceived Stress Scale (PSS); la Inteligencia Emocional se evaluó mediante la prueba Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT), y el estado de salud general de la persona mediante la escala estandarizada Subjective Happiness Scale (SHS).
Los resultados informan que los hombres que experimentan niveles de estrés más elevados también lo hacen en cuanto a los niveles de bienestar personal, es decir, de felicidad y de depresión.
En cambio en las mujeres no resulta significativa la relación anterior, no viéndose relacionado los niveles de estrés, y por ende, de Inteligencia Emocional, con los niveles de depresión o felicidad personal.
Por lo cual, para aumentar los niveles de felicidad en el hombre bastaría con realizar una intervención sobre la Inteligencia Emocional del mismo.
Emoción y Salud
A pesar del extenso número de participantes, las pruebas empleadas han sido en todos los casos autoinformes, sobre lo que la persona piensa o cree, aspecto que tendría que ser corroborado por otro tipo de recogida de datos como la observación o las preguntas a familiares o amigos.
Ya que la visión de uno mismo, y la autoevaluación suelen mostrar siempre sesgos en lo que respecta a las investigaciones.
Igualmente un rango tan amplio de edad de los participantes, no permite comprender cómo va evolucionando esta relación, si es que existen diferencias de género en función de la edad. Así, un análisis por edad, podría informar si los adolescentes se parecen más o menos en función del género, o si esto sucede a edades más avanzadas.
A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad, hay que tener en cuenta que las conclusiones parecen claras, en cuanto a la necesidad de desarrollar terapias y tratamientos diferenciales entre hombres y mujeres, con lo que optimizar los resultados de los mismos.
Esto requiere de una revisión de los instrumentos de intervención empleados hasta el momento en función del género, para comprobar cuál de ellos es más adecuado y provoca un mayor beneficio en un género o en otro, y aquel que no sirva, por ejemplo en hombres, buscar nuevos desarrollo para que aumente la eficacia de la intervención.
Para citar:
Dr. Juan Moisés de la Serna, ¿Existen diferencias de género en la Inteligencia Emocional?, The Winnower 2:e145115.58940 (2015). DOI: 10.15200/winn.145115.58940
Altos niveles de Alexitimia están relacionados con problemas psicosomáticos, pero ¿Afecta depende esta relación del tipo de personalidad?
Alexitimia y personalidad
La aproximación de la medicina psicosomática entiende que el cuerpo y la mente son una unidad, y lo que le sucede a uno le pasa también a otro. De ahí, que algunos autores hablan que cerca del 90% de las enfermedades tiene un origen psicosomático, es decir, se originan en la mente y se exteriorizan en el cuerpo, por lo que la intervención tiene que ser global, atendiendo tanto a los aspectos físicos como a los psicológicos.
Actualmente estos conceptos han sido corroborados a descubrirse la PsicoNeuroInmunoEndocrinología (P.N.I.E.), una rama que engloba distintas disciplinas, y desde donde se ha observado una interdependencia entre cada uno de los sistemas, el psicológico, el neuronal, el inmunitario y el endocrino.
De forma que si uno de ellos enferma, se van a resentir el resto de los sistemas.
Igualmente desde la aproximación del P.N.I.E. se recomienda una intervención global, en cada uno de los sistemas, y no sólo en la parte enferma del paciente.
Así se ha comprobado cómo existe una mayor predisposición a sufrir determinadas enfermedades psicosomáticas en función del tipo de personalidad.
Las personas con personalidad tipo A, que son aquellas más agresivas, competitivas y proactivas, suelen tener mayor tendencia a sufrir problemas físicos asociados a trastornos cardíacos, ya sean ataques o arritmias.
En cambio las personas con personalidad tipo B, que son eminentemente tranquilas y reflexivas muestran una protección natural para los problemas coronarios.
La alexitimia es una atrofia del sistema psicológico, en concreto de los aspectos emocionales, por la cual la persona que lo sufre es incapaz de expresarse adecuadamente sus emociones y de interpretar correctamente los sentimientos de los otros, pero ¿Existe relación entre la personalidad y la Alexitimia?
LuCnzClO87g https://youtu.be/LuCnzClO87g
Alexitimia y Personalidad tipo C
Esto es precisamente lo que se ha investigado desde las Universidades de Shahid Beheshti, la de Islamic Azad, la Tarbiat Modarres y de Tehran (Iran), cuyos resultados han sido publicado en la revista científica The International Journal of Indian Psychology.
En el estudio participaron 150 personas, 85 hombres y 65 mujeres, seleccionados al azar de entre los usuarias de servicios médicos que estaban siendo tratados por depresión.
De los cuatro tipos de personalidad más comunes, los autores se decantaron por analizar únicamente la personalidad tipo C y D.
La personalidad tipo C está asociado a personas afables y abiertas, pero que no comparten sus sentimientos negativas, preocupaciones o tristezas con los demás.
La personalidad tipo D por su parte está asociado a alto nivel de auto-exigencia, con comportamiento hiperactivo y baja autoestima.
A todos ellos se les pasaron cuatro cuestionarios estandarizados, el primero para evaluar la personalidad tipo C, a través del Eysenck Type C personality test; el segundo para evaluar la personalidad tipo D, a través del Denollet Type D personality test y una última prueba para analizar los niveles de alexitimia del paciente a través del Toronto Alexithymia.
Los resultados muestran una correlación positiva significativa entre las personas con personalidad tipo C y la Alextimia, así quien mostraba mayores niveles de personalidad tipo C, también lo hacía con respecto a la Alexitimia.
No se haya esta relación entre los que tienen personalidad tipo D y la Alexitimia.
No existen diferencias significativas en función del género, aunque las mujeres han obtenido puntuaciones más elevadas de Alexitimia que los hombres.
Alexitimia y depresión
Los resultados parecen claro entre el tipo de personalidad tipo D y la alexitimia, lo que se explica según los autores por la teoría de Sifneos sobre las bases de la Alexitimia y la incapacidad de expresar las emociones, aspecto definitorio de la personalidad tipo D, donde la persona es incapaz de expresar las emociones negativas.
A pesar de estar bien establecida la relación entre la personalidad tipo A y los problemas coronarios, en el estudio también se debería haber incluido su estudio y análisis, e incluso con respecto a la personalidad tipo A, con lo que poder presentar una panorámica más general sobre la relación entre los tipos de personalidad y la alexitimia.
Entre las limitaciones del estudio, está que los investigadores no corroboraron el diagnósticos con pruebas específicas sobre depresión, igualmente no han recogido sobre la gravedad de la enfermedad, el tiempo que llevan padeciéndose o el tratamiento que reciben al respecto.
Igualmente se desconoce de los participantes variables sociodemográficas que pueden estar influyendo como variables extrañas en los resultados de la investigación.
Igualmente hay que tener en cuenta las características propias de la población objeto de estudio, por lo que antes de concluir al respecto hay que realizar nuevas investigaciones en otras poblaciones.
Muchos son los factores que están implicados en la cura del cáncer, pero ¿Qué papel tienen las emociones en ello?
Estrés en la cura del cáncer
El conocimiento de la relación entre el cuerpo y la mente viene ya desde tiempo de los griegos.
Recientemente se ha descubierto que existe un circuito que conecta ambos a través del sistema PsicoNeuroInmunoEndocronologíco (PNIE), en el que se conecta lo psicológico, con lo neuronal, con el sistema inmune y el endocrino; por el cual, la alteración de un sistema va a afectar a otros.
Igualmente, para poder curar a la persona, no basta con realizar una intervención específica en el sistema dañado o implicado, si no que desde la perspectiva de la medicina psicosomática se defiende que se debe realizar una intervención global desde distintos sistemas, de forma que se refuerce el organismo y le ayude así a afrontar el tratamiento y a mejorar la salud, pero ¿Cuál es el papel del estrés en la cura del cáncer?
https://youtu.be/mXY0HX90hIk
Depresión y cáncer
Esto es lo trata de averiguarse desde la Universidad de Messina (Italia) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Procedia – Social and Behavioral Sciences.
En el estudio participaron 175 pacientes de cáncer, 141 mujeres y 34 hombres, todos ellos recibiendo quimioterapia como tratamiento del mismo. El 46% con cáncer de mama, el 30% con cáncer colorectal y el 24% no especificado.
Se empleó un cuestionario estandarizado para evaluar las metacogniciones, es decir, los pensamientos e ideas sobre algo, que son determinantes para el nivel de estrés; si se tiene una idea correcta del tratamiento y sus consecuencias, el nivel de estrés es menor, que si no se tiene; para ello se empleó el Metacognitions Questionnaire-30 (MCQ-30) adaptado al italiano.
Igualmente se empleó una escala de autoevaluación estandarizada, el Hospital Anxiety and Depression Scale, para evaluar tanto el nivel de estrés como de depresión de los pacientes.
En Colombia cada año se diagnostican 2.200 nuevos casos de cáncer en niños. Solo el 50 por ciento logra superarlo mientras que en países desarrollados el porcentaje de sobrevivientes alcanza el 80 por ciento de los casos. pic.twitter.com/AFUI0iudBg
Los resultados muestran una relación negativa significativa entre las metacogniciones y los niveles de estrés y depresión, estos es, a menor claridad con respecto a la información del tratamiento y sus consecuencias, mayores niveles de estrés y depresión.
Tal y como sugieren los autores del estudio, con estos resultados parece claro que se ha de dar un papel primordial a los aspectos psicológicos, a la hora de afrontar el tratamiento del cáncer, para facilitar así una mayor eficacia del mismo.
Una de las limitaciones del estudio, es que únicamente realizaron medidas de autoevaluación, donde la persona opina sobre sí misma, medidas que podría ser complementadas para aumentar su validez, junto con evaluaciones de la percepción parte de familiares o de los profesionales de la salud que le atienden.
Aunque los resultados no tienen por qué cambiar, en el análisis podrían haberse separado los resultados en función del tipo de cáncer que se padece, o a través del género del paciente, información que no ha sido tenido en cuenta.
Igualmente el estudio no plantea el tipo de intervención a realizar, ni tampoco lo evalúa, luego es necesario nueva investigación al respecto para conocer cómo mejorar el tratamiento en pacientes oncológicos, a través de la intervención en los aspectos psicológicos de la persona.
A la vista de los resultados, se esperaría que en cada unidad de tratamiento del cáncer, ya sea mediante quimioterapia o a través de otro medio, estuviese presente un psicólogo que diese apoyo y que resolviese las dudas de las personas y sus familiares.
Al respecto se ha avanzado mucho desde los hospitales y centros de salud, al incorporar a psicooncólogos, los cuales son psicólogos especializados en el tratamiento de este tipo de pacientes, debido a que resultados como los presentes han indo haciendo cada vez más necesaria su presencia.
Tal y como se comentó en la introducción, desde la medicina psicosomática se concibe a la persona como un ser global, cuyos sistemas están interrelacionados, y donde se requiere de una intervención desde distintas áreas para reforzar y mejorar la salud, como en este caso, interviniendo sobre el estrés en la cura del cáncer.
Uno de los objetivo del profesional de la salud es intentar predecir los problemas de salud, incluso antes de que éstos aparecen, a esto, los investigadores utilizan índice como personalidad para hacer las predicciones.
Cuando pensamos en la relación entre personalidad y salud, recordamos rápidamente la personalidad tipo A o tipo B.
Estos tipos están relacionados con menos o más o nivel de protección de las enfermedades del corazón respectivamente.
El tipo A, que fue el primero en descubrir, está asociado con un luchador de la gente en la vida, siempre con prisas, muy competitivo, en contraste con el tipo B que es gente que la vida en calma, con relajación continua y sin estrés en su vida.
Altos niveles de estrés van a afectar principalmente a la salud del corazón, para que las personas con personalidad tipo A tienen más probabilidad de sufrir ataque al corazón, que personas con personalidad tipo B se parecen ser protegido el corazón.
Pero estos no son casos únicos, hace algunos años se descubrieron otros tipos de personalidades, denominados tipo C y tipo D.
En la personalidad tipo C, hay un alto nivel de expresión de la emoción, particularmente de las emociones positivas, parece una persona muy positiva, con un ocultamiento de las emociones negativas para el resto de la gente.
Como resultado, esta gente tiene más probabilidades de sufrir reumatismo, infecciones, alergias, enfermedades de la piel y cáncer.
En el tipo de personalidad D, quizás el menos conocido, la persona exhiben un alto nivel de auto-exigencia, con comportamiento hiperactivo y baja autoestima.
Como resultado de una desconexión entre el mundo emocional y «racional», las personas con esta personalidad tienen más posibilidad de sufrir enfermedades psicosomáticas.
La colitis ulcerosa, péptido de úlceras, trastornos vasculares como la hipertensión y la cardiopatía isquémica, son más probables con este tipo de personalidad.
Como se mencionó, la personalidad tienen una alta influencia en la salud, pero ¿Es posible predecir el estado de salud en la base de la personalidad?
BytWXQWvL6U https://youtu.be/BytWXQWvL6U
Ha sido precisamente el objetivo del estudio de Mount Saint Vincent University (Canadá) publicado recientemente en psicología.
En el estudio participaron 172 alumnos, entre 19-30 años de edad.
A todos los participantes evaluaron el control de lugar geométrico como características de la personalidad, para ello los autores utilizaron la escala de Rotter LOC.
Para evaluar el nivel de salud mental los participantes completaron la escala de bienestar psicológico de Ryff (con seis componentes de la salud mental).
Los resultados mostraron que hay asociaciones positivas significativas entre seis componentes de la salud mental y el locus de control.
A pesar de haber hecho una distinción de edad, no informada sobre.
Acerca de las limitaciones de este estudio, como autores indican, es necesario hacer estudios transculturales, incluyendo no sólo estudiantes y población en general.
Con este estudio, los autores ha destacado en el control de locus, como una característica fundamental de la personalidad a la salud mental.
Esto es necesario para diseñar y preparar tratamientos adecuados a la edad, que ofrece más posibilidades de desarrollo con la salud mental.
El Bullying es una de las situaciones más difíciles que puede vivir un pequeño fuera del ámbito familiar, y origen de enfermedades psicosomáticas.
Acoso escolar
Los pequeños en ocasiones están expuestos a situaciones de estrés que «les supera» como es en el caso del Bullying o Acoso Escolar donde uno de sus compañeros o un grupo de ellos le hacen «la vida imposible», con conductas que tratan de humillarlo y minar su autoestima, todavía en formación.
Éste estrés producido por el continuo acoso, va a tener una serie de consecuencias en el menor, como va a ser una reducción de la autoestima lo que va a afectar a su estado de ánimo, el rendimiento escolar,… , además puede llegar a desencadenar en trastornos psicosomáticos.
Éstos son manifestaciones físicas de enfermedad producido por conflictos internos, los cuales van a ir cambiando en función de la edad:
– En los más pequeños, de 0 a 6 meses, se restringe prácticamente al área de la alimentación, con cólicos, vómitos e incluso anorexia, además puede ir acompañado de insomnio (área neurológica) y atopías (área dermatológica).
– De 6 a 12 meses, el área de la alimentación cambia hacia las diarreas rebeldes, colitis ulcerosas, rumiaciones o mesmerismo; incorporándose el área de la respiración con asmas y espasmos de sollozo.
– En la infancia (más de 12 meses) y la adolescencia, se mantienen las afecciones del área de la respiración, cambiando en el área de la alimentación a anorexia y bulimia, obesidad, ulcus, caprichos alimenticios o abdominalgia; ampliando el abanico en el área neurológico con algias, migrañas, y síntomas de Gilles de Tourette; y mostrando nuevas patologías, como en el área endocrino, con retraso psicógeno del crecimiento o diabetes; el área de la excreción, con enuresis, estreñimiento, encopresis o megacolón; y en el área de la dermatología con alopecias, psoriasis, tricotilomanía, acné, dermatitis o puritos.
Como se puede observar a medida que crece la persona, se va ampliando la variedad de síntomas psicosomáticos que puede experimentarse, algunos autores lo explican debido a un mejor conocimiento del esquema persona de nuestro propio cuerpo y por tanto, en un mayor dominio de él.
A pesar de estas diferencias, entre los signos expresados en edades más tempranas o en la adolescencia, el origen del mismo sigue siendo idéntico, atribuyéndose a:
– un conflicto interno entre pulsión y conciencia, defendido por el psicoanálisis.
– una carencia afectiva en los primeros años de vida, más allá de recibir los cuidados y atenciones debidos.
– un reflejo de una personalidad tipo C de la madre, que va a conformar la del pequeño.
– un reflejo de la conflictividad externa que se “proyecta”, debido a un ambiente inadecuado.
Bullying escolar
Es precisamente en éste último punto donde se enmarcaría el Bullying o Acoso Escolar, es decir, los efectos psicosomáticos producidos antes un medio ambiente inadecuado, así lo afirma un reciente estudio de la Università di Padova (Italia) en el que se publicado en Pediatric. Los autores realizaron un meta-análisis con 30 estudios previos extraídos de 119 publicaciones científicas sobre los efectos psicosomáticos del Bullying. Las conclusiones del estudio informan de los resultados claros sobre los efectos en la salud comparando a los niños y niñas acosados por sus iguales frene a otros pequeños de la misma edad.
Consecuencia acoso
Un dato curioso de éste estudio es que los efectos en el tiempo son menores en las niñas frente a los niños, aunque no especifica claramente cuáles pueden ser los motivos de estas diferencias, el prematuro desarrollo de capacidades lingüísticas y comunicativas pueden proporcionarle herramientas adecuadas para poder «quejarse» a los adultos de la situación de acoso, y contar un mayor grupo de apoyo que los niños de su misma edad.
Recordar que los trastornos psicosomáticos surgen inicialmente cuando la persona no es capaz de poner palabras y expresar aquello que siente y que le está provocando gran tensión, y es el cuerpo el que se expresa y «comunica».
Los síntomas más habituales que puedan surgir en éstos pequeños que sufren acoso escolar son, dolores de cabeza difusos, pérdida de apetito, dolor abdominal y eneuresis (micciones nocturnas).
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