Hablar de género, es hacerlo de diferencias genéticas, biológicas, y hormonales.
Diferencias de Comportamiento en función del Género
Cuando se refiere al comportamiento, las diferencias parecen ser menos claras, no porque no las haya, sino porque estas se sobreentienden que son efecto del medio donde se desarrolla la persona, de ahí que los hombres puedan mostrar determinadas conductas en un ambiente, pero no en otros, y lo mismo en las mujeres.
Es por ello que en lo que respecta a la conducta existe siempre cierta discusión sobre la interpretación más adecuada de los datos, sobre todo si estos no se sustentan en una base genética o biológica.
Y todavía resulta el tema más polémico cuando se trata de adicciones, debido a que la idea general es que cualquiera puede ser adicto y únicamente debe “controlarse” para no caer en la adicción, cuando en realidad los resultados científicos informan sobre determinadas tendencias tanto genéticas, biológicas como medioambientales que inciden en que unas personas tengan más posibilidades de ser adictos que otras, pero ¿Existen diferencias de género en el Alcoholismo?
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Diferencias de Genero frente al Alcohol
Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada por el Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Yale junto con el Departamento de Psicología, Universidad Estatal de Nueva York en Oswego (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en el mes de marzo del 2017 en la revista científica NeuroImage: Clinical.
En el estudio participaron ciento cincuenta y ocho adultos con edades comprendidas entre los 19 a 31 años de los cuales ochenta y seis eran mujeres.
Del mismo se excluyeron aquellas personas que sufrían alguna psicopatología o problema neurológico, y los que consumían sustancias ilegales.
Para comprobar su nivel de dependencia se empleó el (A.U.D.I.T.) Alcohol Use Disorder Identification Test; para evaluar las diferencias de género los autores se centraron en dos aspectos, la expectativa de alcohol a través del (A.E.Q.) Alcohol Expectancy Questionnaire y la impulsividad hacia el alcohol, evaluado mediante el (B.I.S.) Barratt Impulsivity Scale.
Sobre la expectativa hacia el alcohol, indicar que una consideración positiva y permisiva al mismo facilita la repetición del comportamiento de consumo de nuevo alcohol; tal es así que se ha comprobado que la intervención terapéutica encaminada a cambiar el valor emocional asociado al alcohol, haciendo que este no sea deseable y placentero lleva consigo una reducción de su consumo.
Con respecto a la impulsividad, esta quizás ha sido de las variables predictoras de la adicción al alcohol más estudiadas, observándose que cuanto mayor nivel de impulsividad se tenga más posibilidades de adicción entre los adolescentes; y, al contrario, si existen antecedentes familiares de alcoholismo o abuso de sustancia, esto llevará a un inicio temprano del consumo y a una mayor impulsividad por obtenerlo.
La combinación de ambos, la expectativa del alcohol y la impulsividad hacia el mismo se ha observado cómo fortalecen el consumo permitiendo su adicción, además de aumentar las conductas sexuales de riesgo debido a la desinhibición que provoca.
Igualmente intervienen otros factores que facilitan esta adicción como son problemas de ansiedad o del estado de ánimo.
A todos los participantes se les realizó registro mediante resonancia magnética para analizar el volumen de las estructuras cerebrales para comprobar si existían diferencias entre género en función de las variables anteriores.
Los resultados muestran que, de las dos variables evaluadas, la expectativa de alcohol es la que mejor predice el comportamiento femenino, mientras que en el masculino interviene una combinación de ambas.
La expectativa de alcohol fue asociada con una reducción en el volumen de la sustancia gris en la ínsula posterior en las mujeres y del tálamo derecho en los hombres.
Según los autores el análisis de la sustancia gris en la ínsula y el tálamo podrían ser empleado para el diagnóstico del alcoholismo, a excepción del alcoholismo social.
#Dato Según observatorio de violencia de género, El Alcoholismo es causa destacada en la VIOLENCIA contra la MUJER VENEZOLANA. pic.twitter.com/KD4gtdxoZD
Entre las limitaciones del estudio se encuentra el haber excluido del mismo a las personas más afectadas por el alcoholismo, las cuales suelen presentar psicopatologías, problemas neurológicos y consumo de otras sustancias, por lo que los resultados no representan a la población de alcohólicos crónicos.
Igualmente, el rango de edad está muy por encima de la de inicio del consumo de alcohol, por lo que no se puede saber si estas diferencias halladas son causa o consecuencia del consumo repetido de alcohol. Si estas diferencias se encontrasen entre los menores, a partir de los 14 años, se podría decir que existían antes de su consumo, y hablar así de cierta predisposición biológica al mismo, debido a sus estructuras neuronales.
Igualmente, se esperaría que, a mayor tiempo de consumo, las diferencias sean cada vez más evidentes, por lo que se precisaría ampliar la edad de estudio más allá de los 40 años.
A pesar de lo anterior, cabe destacar que las diferencias neuronales encontradas pueden dar cuenta de la necesidad de realizar una intervención diferencial en función del género para combatir la adicción al alcohol, para optimizar así los efectos de la terapia, en el caso de la mujer centrada exclusivamente en la expectativa del alcohol, buscando modificar las emociones positivas asociadas, con lo que reducir su consumo.
En cambio, en el hombre además se han de incorporar técnicas encaminadas al control de la impulsividad hacia el alcohol para que la terapia resulte efectiva.
Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes y sus problemas desde un punto de vista psicológico.
– ¿Cuáles son los problemas emocionales más presentes entre los jóvenes?
Cuando se abandona la infancia comienza la etapa intermedia y de preparación para la vida adulta. Esta etapa, la cual abarca desde los doce hasta los dieciocho o veinte años de edad aproximadamente, es sumamente difícil. Los adolescentes se hallan inmersos en un torbellino de pasiones, sus desbalances emocionales son intensos y sufren por los cambios en los cuales se adentran. Los padres se equivocan a menudo al ver la sonrisa de sus hijos, pero en realidad esas manifestaciones son escape inconsciente a su incertidumbre, desorientación y angustia, por una sociedad que los espera pero no saben cómo enfrentar.
Se muestran muy ansiosos, irritables, y a menudo agresivos. Se deprimen fácilmente debido a que es muy escabrosa la «tarea» de la inserción social. Sus intereses se modifican, lo que antes las gustaba, o donde se desenvolvían exitosamente, a partir de un momento dado le es indiferente. Sus miras corren en otra dirección, ya no interesa el estudio docente, orden en su habitación, o tareas del hogar.
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– ¿A qué se cree que se debe?
Las causas de conflictos emocionales en adolescentes, y su comportamiento peculiar, debe ser analizada desde dos ángulos diferentes. Por una parte, sus cambios internos, los cuales se inician con su modificación biológica, y por otra su interacción con el entorno socio-ambiental, incluidos padres, tutores y maestros.
Los cambios internos, para mejor comprensión, siguen una secuencia sistémica. Se inician en la etapa preliminar de la pubertad, donde la maduración física y psíquica, promovida por el desarrollo endocrino, le imprime al joven nuevas características. Aparecen necesidades sexuales, determinadas por la producción de hormonas rectoras; andrógenos y testosterona en el masculino, y estrógenos en la femenina. Con ello surgen tendencias e impulsos que el púber requiere satisfacer, pero no comprende, no sabe cómo hacerlo, o no se atreve a lo ignoto para él.
En consecuencia, trata de orientarse y conocer el mundo, requiere insertarse en la vida social que observa en adultos a su alrededor. En su conflicto, indaga y ensaya recursos para lograr sus objetivos, o apela a conductas compensatorias para ello. Por consiguiente, intenta obtener a cualquier costo el reconocimiento de quienes le rodean, explora modelos de identificación e intenta imitarlos, dado que estos lograron lo que él o ella no han logrado aún.
Se acerca e integra al grupo de otros jóvenes de su edad y se amolda a estos, asume sus características para encontrar su orientación. Trata de sobresalir entre ellos de alguna manera, pretendiendo aceptación y admiración; incluso no solo en su entorno grupal sino también ante la comunidad y la sociedad en general. Por consiguiente es proclive a extravagancia, excentricismo y conductas bizarras.
Se agrega la necesidad de negar la autoridad y la familia porque simbolizan su infancia, y aceptarlos es para ellos como regresar a su condición de niño. Desde luego, como resultado de todos estos conflictos disminuyen los intereses escolares, incluso resultados docentes.
Tratan de lograr su reafirmación a cualquier costo, y en la medida que fracase en sus intentos, se siente intensamente frustrado. Puede por consiguiente ser factible a depresión, ansiedad, se torna distraído y angustiado, busca un “escape” a su estado, lo cual se hace más agudo si padres, tutores o maestros no lo comprenden.
– ¿Qué papel tiene la tecnología en las emociones de los más jóvenes?
Es evidente que el desarrollo tecnológico ha impuesto formas nuevas en las relaciones interpersonales, de lo cual no escapan los adolescentes; quizás estos cambios han encontrado en ellos mayor aceptación. Es natural que así sea, la necesidad de conocer el mundo, “estar en la cima”, insertarse al medio social, y la facilidad de comunicación misma, los hace proclives a acudir a la obtención del dominio y uso de las nuevas tecnologías.
Se agrega que estos avances se erigen como medio de “escape” a su incertidumbre y ansiedad. La dedicación a la comunicación y uso digital constituye para ellos un mecanismo compensatorio a sus estados emocionales. Al mismo tiempo, constituyen un expedito canal de interacción con relaciones y grupos; de hecho es una vía para encontrar apoyo afectivo y orientación para el comportamiento eficiente.
No hay que olvidar tampoco que la tecnología constituye un medio de realización personal, lo cual es muy útil en el adolescente. Eso le permite destacarse en la sociedad, un medio para hacerse sentir, y de manera constructiva.
Sin embargo, ante esta nueva era comunicacional los padres se sienten a menudo impotentes, o al menos no comprenden la situación, y sienten que pierden el control de sus hijos y nietos. Más aun cuando, de la misma manera que la tecnología actual facilita la vida de los jóvenes, puede constituirse en un canal muy nocivo. Estos medios han servido para el abuso escolar, prostitución, y otras agresiones, desembocando en algunos casos en el suicidio de las víctimas.
Claro está, el problema se complica por el hecho de que familiares de los adolescentes arrastran prejuicios y tabúes sexuales que pretenden infructuosamente impedir su circulación por carreteras digitales. No saben cómo abordar el problema, no comprenden, y en ocasiones las medidas tomadas son contraproducentes.
Dada la situación como se presenta, no queda más alternativa que, en primer lugar, los padres obtengan conocimiento y destreza de los mismos medios tecnológicos que sus hijos operan. Segundo, educarlos en las consecuencias de su uso dañino e indiscriminado. Tercero, mantener, como se requiere sobre todo adolescente, un control prudencial de los contenidos comunicacionales que reciben o hacen circular; sin interferir su privacidad en lo posible. En fin, la tecnología tiene su lado favorable y el desfavorable, por lo cual se requiere un balance y control correcto de su uso, pero lo cierto es que no se puede negar ni impedir.
– ¿Qué nivel de éxito tiene el tratamiento psicológico entre los jóvenes?
El tema del nivel de éxito en el tratamiento de adolescentes es polémico por diversas razones. En primer lugar se requiere determinar la causa por la cual se acude a buscar ayuda profesional con respecto al hijo adolescente. Es muy común ver que los padres o tutores los conducen a psicólogos o psiquiatras simplemente porque no pueden “controlarlos”, son contestarios”, o presentan conductas divergentes con hogar o familia. Es diferente cuando presentan un franco trastorno, como esquizofrenia, estados obsesivo-compulsivos crónicos, u otros.
Se agrega un hecho, no siempre comprendido, y es que las adversidades sufridas por sus miembros, como preocupaciones, problemas o fracasos, provocan irritaciones que tienden a desplazarse hacia el «eslabón débil», el «chivo expiatorio», la «oveja negra», y estos son usualmente adolescentes del hogar. Lo cierto es que los padres pretenden que el joven se comporte a su “imagen y semejanza”, y no es posible.
Por otra parte, a menudo cuando existen realmente conductas anómalas o antisociales en el adolescente, los padres, tutores e incluso maestros, pretenden que el psicólogo resuelva en horas lo que ellos han fomentado durante años.
De cualquier manera se requiere tomar en cuenta un hecho del cual me he percatado durante largo tiempo en el ejercicio profesional de la psicología. Los adolescentes calificados de “problemáticos” por su entorno, pueden presentar una conducta conflictiva en mayor o menor medida, incluso antisocial. Sin embargo, en la mayoría de los casos es solo apariencia. Es como si crearan una «coraza» defensiva, la cual es presentada a la familia y sociedad, pero debajo se encuentra el verdadero individuo. A medida que su entorno sea más desfavorable, dicha «coraza» penetra en su interior, y cuando alcanza su personalidad, ya es tarde.
En consecuencia, al reflexionar sobre la conducta del adolescente se requiere primero definir, si hay un trastorno que merite tratamiento, son conductas normales de un adolescente, o es un comportamiento resultante de los errores de padres, maestros o tutores.
– ¿Deja «secuelas» psicopatologías asociadas a la depresión o el estrés si no se tratan a tiempo?
Sin embargo, el trastorno que constituye un llamado de alerta son las manifestaciones de depresión en el adolescente. Es explicable que el cumulo de conflictos que sufre propicien dicho estado, máxime si los padres no lo han capacitado suficientemente para afrontar los embates de la vida. En ello se incluyen tanto adversidades propias de su edad, como causadas por su entorno socio-ambiental; por ejemplo, el fallecimiento de sus padres, crisis sociales, carencias financieras en el hogar, víctima de guerra, migración, entre otras.
No es necesario ofrecer cifras, todos saben que el índice de suicidio en esas edades es elevado, y en Conversando con adolescentes, se ofrecen ejemplos de las consecuencias de no tomar en cuenta estos cambios en los jóvenes. Se enumeran sus causas y señales, así como el modo de proceder cuando surge este trastorno.
– ¿Qué relación existe entre los problemas emocionales y otras psicopatologías como los trastornos de la alimentación?
Diferentes teorías indican asociación entre los conflictos emocionales y los trastornos alimentarios en los adolescentes, predominantemente mediando estados severos de ansiedad; principalmente en anorexia y bulimia. En mi opinión, puede existir un factor educativo en la etiología de estos trastornos, al margen de una explicación psicoanalítica.
Se sugiere una relación estrecha entre el estado obsesivo por la figura, especialmente en mujeres jóvenes en su afán por una presencia física delgada. Esta actitud alcanza un nivel morboso, de enfermedad, cuando se produce férreo condicionamiento obsesivo-compulsivo por la delgadez. Desde luego, este estado puede conducir a la muerte si no es tratado con los medios psiquiátricos y psicológicos disponible; aunque el nivel de éxito sea bajo.
Por otra parte, la bulimia sigue un curso similar. Incluso es común observar como numerosas personas sin llegar a ese nivel de enfermedad, aumentan de peso por la obsesión de comer. Sin embargo, en este trastorno el mecanismo parece ser diferente, el acto mismo de “llevar” porciones de alimento a la boca constituye en sí mismo liberador de ansiedad.
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– ¿Cuál es la relación entre los problemas emocionales y las adicciones?
Aunque no poseo vasta experiencia en drogadicción y abuso de sustancias, los pocos casos que he atendido encajan dentro de los planteamientos de la teoría y práctica clínica. Se indican varios factores fundamentales en general; entre ellos el exceso de permisividad desde la infancia, y la falta de autoridad. También se indica la carencia afectiva, concretada en la escasez de muestras de afecto, frialdad, abandono, o alejar al niño del hogar desde temprana edad. Quizás interviene en alguna medida el vecindario, grupo de amigos, y entorno social. Pero lo cierto es que si se consolidan las relaciones de la adolescente con su madre, y el adolescente con su padre, se siembre el antídoto contra conductas nocivas.
En el libro Conversando con adolescentes (adquirible en amazon.com) se halla el epígrafe “Malos hijos”, y expongo el error que esa idea significa. Los hijos no “salen malos ni buenos”, sino que son producto del entorno familiar y social en que se desenvuelven. Al margen de la posibilidad de transmisión genética, las conductas relacionadas a su vínculo con la sociedad parecen ser más un producto de la educación que de la herencia biológica.
Al respecto es necesario enfatizar que la educación y la identificación del adolescente con sus padres o maestros no se logra tanto por los sermones a los cuales son sometidos, sino por recursos habilidosos para hacer que presten atención; abundo en medidas prácticas para ello en ese libro. Por encima de todo debemos evitar que cuando “hablemos” mucho, digan para sus adentros “si, para que te calles”
Es por ello sumamente importante, para padres y tutores, comprender, y saber influir y manejar al adolescente. Una Caja de caudales es muy difícil de abrir, y es casi impenetrable si no se tiene la combinación requerida, podemos estar días golpeándola sin poder abrirla. La mentalidad del adolescente es similar, es imposible que responda si no nos relacionamos con ellos correctamente.
Desde aquí mi agradecimiento a D. José Ramón Ponce por habernos acercado a las dificultades psicológicas que se pueden presentar entre los más jóvenes.
El uso y consumo del cannabis ha sido en los últimos años tema de debate y confrontación, lo que ha permitido que exista una idea errónea de que no tiene consecuencias.
Drogas legales y drogas ilegales
Aunque existen muchas clasificaciones de las distintas sustancias, según su origen o sus efectos, por ejemplo, estas también se clasifican entre legales o ilegales, una clasificación que puede variar de país en país, ya que son las normas internas las que determinan qué sustancia puede ser comercializada y consumida como legal, frente a las demás, todo ello independientemente de si supone un riesgo o no para la salud del consumidor. En los últimos años se ha visto incrementado el interés por algunos países por legalizar el cannabis, una sustancia que que se ha comprobado de sus efectos negativos sobre la salud, y que únicamente en determinadas circunstancias, en personas que están sufriendo alguna patología asociada al dolor, ésta parece resultar conveniente e incluso indicado. El uso excesivo, y sin control de esta sustancia, en ningún caso se ha considerado adecuado ni conveniente para la salud, esta es la consecuencia esperable de la legalización del consumo del cannabis.
Tal como sucede con otras sustancias legales, ya sea el alcohol o el tabaco, en el que vemos como los más jóvenes experimentan, usan, y se exceden, sin ningún tipo de control, ya que es una sustancia legal. Algunos países intentando prevenir los efectos nocivos sobre los más jóvenes, establecen una edad mínima de consumo, así en Estados Unidos esta edad es de 21 años, mientras que en otros países como en España es de 18. Aun siendo la sustancia legal, su venta y consumo a menores de esta ciudad se considera un delito, ya que se busca el prevenir los efectos nocivos sobre la salud de los más indefensos, pero ¿Ha cambiado enlos jóvenes la opinión sobre el cannabis?
Opinión de cannabis
Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde la Universidad de Duke, la Universidad del Sur de California y el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Psychiatric Research. Los resultados del estudio se extrajeron de la encuesta nacional realizada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, en donde participa mediante informes menores entre 12 y 18 años de edad. A todos ellos les preguntó su nivel de producción con respecto al consumo de mariguana, así como el nivel de aprobación percibido tanto por sus compañeros como por sus padres. Los resultados muestran que aquellos jóvenes en que sus amigos, y padres tienen un nivel de perfección interior con respecto al uso del cannabis son precisamente los que menos han usado y abusado de esta sustancia. En cambio aquellos en que sus amigos o sus padres tienen una opinión favorable, o al menos no desfavorable sobre el uso y consumo de cannabis, son los que han tenido ya experiencia en el consumo de esta sustancia. Igualmente señalan un avance favorablemente hacia el consumo del cannabis, año tras año, lo que revela que hay más amigos y padres favorables hacia estas sustancias.
Consumo del cannabis
Hay que tener en cuenta el papel fundamental que otorga este estudio a la opinión de los otros, es decir las personas de comparación o aquellas en las que se fijan para saber si es adecuado o no aquello que hacen. Papel que desempeñan principalmente los semejantes de su misma edad, compañeros de clase, conocido del barrio, o amigos, que suelen ser los que inciten o faciliten la prevención del inicio del consumo de esta sustancia. Igualmente el que los padres tengan claro los efectos negativos del cannabis y de su consumo, se ha visto que facilita la prevención del inicio de este consumo, es por ello que aparte de realizar campañas de concienciación entre los más jóvenes, habría que aclarar y explicar adecuadamente a los adultos, los padres con adolescentes, sobre los peligros del consumo y abuso de esta sustancia, para que ellos se lo puedan transmitir a sus hijos. Entre las limitaciones del estudio, está en que sus resultados se dividen y separan en cuanto al grupo racial, es decir blanco, hispanos, asiáticos, etcétera. Tratando de descubrir y conocer diferencias en función de la raza de origen, sin atender al nivel socio económico, ni al nivel de desarrollo de la población en donde se encuentra, factores que podrían ser más determinantes que la propia raza del adolescente. Que tener en cuenta que cuando se trabaja con otros informes, existe cierta tendencia a responder a aquello que se quiere escuchar, y no tanto a la realidad, sobre todo cuando se trata de afirmar que uno ha usado y consumido sustancias, que hasta el momento no son legales. Hay que tener en cuenta estos resultados para plantear políticas de prevención entre los más jóvenes, sobre todo para que tengan claro que perjuicios provoca esta sustancia, y que estos prejuicios pueden ir mucho más allá los momentos posteriores a su consumo.
¿Por qué se produce en jóvenes la adicción a la tecnología? Recientemente han surgido una serie de problemas de comportamiento relacionado con el uso y el abuso de la tecnología, pero ¿por qué se producen estos?
Adicción a la Tecnología
De hecho, son pocos todavía los países que lo consideran como un problema en el que deban de tener un plan de intervención al respecto.
La falta de estadísticas, e incluso de teorías explicativas sobre la presencia de este fenómeno tan reciente, hace que los profesionales no tengan unas pautas claras sobre cómo intervenir al respecto.
De ahí que cuando aparezca se utilicen los modelos generales de atención e intervención en adicciones, en este caso comportamentales.
Como una conducta adictiva, cumple con sus requisitos de ocupar demasiado tiempo la persona, incluso sus pensamientos cuando no dedica a esa actividad, con consecuencias para su vida laboral, social, personal y familiar.
Aunque todavía no existen demasiados reportes al respecto, si se puede observar como el uso de los medios tecnológicos se ha incrementado considerablemente en los últimos años.
Pero no hay ningún problema cuando se trata de un uso responsable, no deja de ser una herramienta que puede servir incluso para establecer nuevas relaciones sociales.
En cambio los jóvenes son los que más están expuestos a los efectos negativos de esta tecnología, cuando se produce un abuso de la misma, pero ¿Por qué se produce en la adicción a la tecnología?
Adicción Tecnológica
Esto es precisamente lo que ha analizado un reciente estudio realizado por la Universidad Nacional Kongju (Corea) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Advanced Science and Technology Letters.
En el estudio participaron 598 estudiantes de enfermería de dicha universidad. Todos los estudiantes se les pasó una prueba estandarizada para detectar adicción a la tecnología denominado he Korean Smartphone Addiction Proneness Scale for Youth and Adult, así como una prueba sobre la empatía más ya que estos autores consideran que esta debe ser la variable más relevante para explicar esta adición a las tecnologías, empleando para ello el cuestionario estandarizado adaptado al coreando Interpersonal Reactivity Index (IRI).
Los resultados fueron preocupantes, ya que un 17,5% de los estudiantes demostraban sufrir adicción al smartphone o estar en riesgo de padecerlo, es decir 105 estudiantes. Porcentaje inferior al que habían encontrado estudios precedentes que situaban la adicción a las tecnologías como en concreto para el smartphone entre los estudiantes universitarios alrededor del 24 al 27%.
Con respecto a los resultados de la empatía, encontraron que la adicción a las tecnologías se relacionaban positivamente con el número de amigos y el nivel de angustia personal, es decir cuánto más amigos o angustia personal parecía el estudiante mayor posibilidad de que sufriese una adición a la tecnología.
Igualmente se comprobó cómo existe una correlación negativa con el número de grupos en lo que facilitaba y el rendimiento académico, esto es actuar como factores de protección, en cuanto más número de grupos se participase o en cuanto el estudiante tuviese un mejor rendimiento académico, se parecía menos trastornos de adicción a las nuevas tecnologías.
RxLCdcJ8Ql0 https://youtu.be/RxLCdcJ8Ql0
Ciberadcción
Como carencias de esta investigación está precisamente en el que no informa ni sobre el género ni la edad de los participantes, aspecto importante sobre todo cuando los autores del mismo señalan que estas adiciones a los smartphone son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres.
Además la carrera de enfermería eminentemente ha sido una de las más elegidas por las féminas en muchos países, por lo que se podría deducir de que la mayoría de las respuestas de esta investigación ha sido otorgada por mujeres.
Aspecto que resultaría muy destacable, si se hubiese informado al respecto, realmente en la vida es otro dato importante ya que no es lo mismo el pensamiento y el comportamiento de un adolescente está iniciando estudios con 18 años, comparado con otros está apunto de acabar su carrera con 22 o 23 años.
El estudio está muy focalizado en una determinada población universitaria como estudiantes de enfermería, por lo que los estados deben ser considerados en este marco poblacional, no pudiendo extraer conclusiones con respecto de otras poblaciones e incluso edades inferiores al mismo, siendo necesario una investigación al respecto para poder dar una mejor explicación a este fenómeno de la adicción a la tecnología.
Igualmente entre las características de los estudiantes de inglés técnico de carrera, está la orientación hacia los demás, por lo que otras carreras, por ejemplo en las tecnológicas, pueden mostrar no sólo un mayor índice de personas afectadas por esta adicción a las tecnologías, si no unas teorías explicativas diferentes a las mismas.
También hay que señalar que la adición estos estudiantes únicamente se ha evaluado con respecto al uso de teléfonos inteligentes o smartphone, tan habituales entre los jóvenes, pero la tecnología va mucho más allá, estando disponibles también a través de computadoras o televisión, aspecto que no han sido tenidos en cuenta en esta investigación.
Entrevista a D. Bernardo Ruiz Victoria, Psicólogo Clínico, quien nos introduce al difícil mundo del tratamiento de adicciones, presentando su innovador programa denominado Programa Victoria.
– ¿A partir de qué edad se puede diagnosticar con adicción?
En mi experiencia he encontrado casos de adicción al alcohol, y a otras substancias, a partir de los 15 años, aunque siempre hay que evaluar los casos individualmente para sacar conclusiones.
– ¿Qué consecuencias tienen las adicciones?
La principal consecuencia de la adicción, independientemente de la substancia de que se trate, es la progresiva pérdida de libertad del sujeto. La persona adicta va viendo como cada vez le cuesta más trabajo controlar su propia conducta, lo cual le produce sentimientos contradictorios, de culpabilidad, de impotencia, etc. Una lucha interior que es una constante fuente de ansiedad y de sufrimiento.
Otras consecuencias son el progresivo deterioro de la vida familiar, del rendimiento laboral, aislamiento social, trastornos de ansiedad o depresión, conducta violenta, etc.
Aparte de esto están las consecuencias sobre el propio organismo debido al abuso de la substancia que se trate, y que pueden variar mucho de unos individuos a otros, y en función de las diferentes substancias consumidas, pero que en todos los casos representan un daño creciente a la salud, tanto en el plano orgánico como en el psicológico.
En resumen, la adicción daña de una forma progresiva la salud, el bienestar interior, la vida social y familar, el rendimiento laboral y, en definitiva, hace a la persona que la padece y a quienes le rodean, profundamente infelices.
– ¿Cuáles son las principales dificultades para dejar las adicciones?
La mayor dificultad está en reconocerse a uno mismo como víctima de la adicción.
El proceso adictivo se basa en dos pilares fundamentales: la mentira y la soberbia.
La mentira comienza en el momento en el que el sujeto adicto atribuye sus problemas a otras causas. La persona tiende a pensar que no es el alcohol lo que está dañando su vida, sino que las cosas le van mal por cualquier otro motivo.
La persona se deja engañar por los mensajes ambiguos y equívocos que se pueden encontrar en medios de comunicación o en la sociedad en general, por ejemplo, que beber alcohol moderadamente es bueno para la salud. De ahí se saca la errónea conclusión de que uno bebe siempre moderadamente – «yo bebo como todo el mundo, lo normal» – y cuesta mucho reconocerse como bebedor abusivo, y mucho menos como adicto.
Otra mentira, o más bien autoengaño, es la de afirmarse a si mismo o a otros cosas como «yo lo puedo dejar cuando quiera», «yo no soy alcohólico» o «yo lo controlo». Dado que uno siempre conoce a personas que, aparentemente, beben o consumen más cantidad, o sufren peores efectos y consecuencias, el autoengaño conduce a la autojustificación – «yo no soy como Fulano» – y por lo tanto puedo seguir bebiendo, o consumiendo drogas porque «yo se controlarme». Y suma y sigue.
También la mentira llega un momento en que lleva al sujeto a intentar engañar a los demás fingiendo que bebe, o consume, menos de lo que en realidad hace. Puede directamente negarlo cuando se le pregunta, o bien minimizarlo diciendo, por ejemplo – «solo he tomado una» – o alegar que se encuentra perfectamente, que cumple en su trabajo, o recurrir a cualquier otra justificación.
Otras veces el sujeto «pasa a la clandestinidad», es decir, empieza a beber o consumir a escondidas, a solas, o en lugares diferentes a los que frecuenta en su vida social «normal», con la vana pretensión de que de esa manera logrará engañar a las personas que le conocen y que, probablemente, ya han empezado a preocuparse por él y tal vez a recriminarle su comportamiento.
Todos estos comportamientos, consecuencia de la mentira y el autoengaño, tienen como resultado que la persona sigue empeorando en su adicción.
En cuanto a la soberbia, se manifiesta en los pensamientos que tiene el sujeto adicto en relación a su capacidad de controlar o superar su adicción sin ayuda de nadie.
Cuando se hace evidente que el problema existe, frente a la familia por ejemplo, la persona adicta tiende a creer, y a proclamar, que solo es una cuestión de fuerza de voluntad y determinación personal, y que si se lo propone, dejará de beber, o de consumir drogas, por si mismo. De ahí vienen las promesas, que al no ser capaz de mantener en la práctica, conducen de nuevo a la mentira y al autoengaño. Y vuelta a empezar.
Tanto la mentira, como la soberbia, dificultan mucho que el paciente de los pasos que resultan fundamentales para superar el problema:
1.- Reconocer que existe una adicción
2.- Aceptar que es necesaria una terapia para superarla
– ¿Cómo surge el Instituto Detox y a quién va dirigido?
El Instituto Detox es un equipo profesional especializado en el tratamiento de las conductas adictivas, el alcoholismo y otras adicciones. Su actividad va dirigida a todas las personas afectadas de una u otra forma por los problemas derivados del abuso y dependencia del alcohol y otras drogas, ofreciendo servicios profesionales de tratamiento y prevención para individuos, familias, instituciones públicas y empresas de todo tipo.
– ¿Qué serivicios ofrece el Instituto Detox?
El principal de todos es el Programa Victoria, que es un método terapéutico original, fruto de años de estudio, trabajo e investigación, para tratar la adicción y sus consecuencias. El lema del Programa Victoria es «Aprender a Vivir sin Adicción».
También ofrecemos servicios de Prevención para el mundo de la empresa, orientados a evaluar tempranamente los casos de riesgo de abuso o dependencia del alcohol y de otras drogas, y aplicar un método de intervención preventiva que ayude a corregir los hábitos de abuso cuando todavía es posible, remitiendo a las personas adictas al Programa Victoria para completar su tratamiento y superar la adicción.
Otros servicios que ofrecemos son, por ejemplo, asesoramiento a instituciones públicas sobre políticas de actuación en el ámbito de las adicciones, formación para profesionales de la salud, padres, educadores, etc.
– ¿Qué pecularidades tiene el Programa Victoria?
El Programa Victoria tiene varios rasgos diferenciales que lo hacen único:
1.- Todos los pacientes que participan en él comienzan la fase residencial de la terapia a la vez, lo cual permite estructurar los contenidos terapéuticos de una forma lógica y secuencial y abreviar mucho el tiempo de tratamiento. De este modo conseguimos que la duración sea tan solo de 10 días.
2.- El tratamiento se realiza en un hotel, no en un hospital psiquiátrico, ni general. Tampoco en una comunidad terapéutica. El hotel está siempre ubicado en un lugar tranquilo, alejado de centros urbanos y ambientado de forma que invite a la relajación y a la introspección.
3.- El grupo de pacientes es muy reducido, máximo ocho personas en cada ocasión, lo que permite un trato muy individualizado y personalizado, con un acceso directo e inmediato a los terapeutas, que siempre están disponibles durante los diez días de terapia residencial. No solo en las sesiones formales de terapia sino también en las comidas y en los ratos libres.
4.- Las técnicas terapéuticas que conforman el Programa Victoria se combinan de una manera única para maximizar su efecto positivo. Los componentes principales son los siguientes:
4.1.- El ABC de la conducta adictiva. Enseña los conceptos del análisis funcional de la conducta aplicándolos al caso particular de las adicciones de los pacientes de cada grupo.
4.2.- Terapia de Rechazo. Técnica terapéutica basada en los principios del condicionamiento clásico para asociar mental y emocionalmente las bebidas alcohólicas, y otras substancias objeto de adicción, con sensaciones negativas y desagradables, para cambiar así el paradigma mental y dejar de percibirlas como algo atractivo y tentador, y en su lugar sentirlas como algo negativo, desagradable y merecedor del más profundo de los rechazos.
4.3.- Técnicas de Autocontrol Emocional. A través de la Relajación, la Visualización y los Pensamientos Positivos, los pacientes aprenden a manejar los estados de ánimo negativos que han sido desendadenantes de su conducta adictiva, preparándose así para prevenir las recaídas.
4.4.- Documentales y Películas. Mediante el visionado y comentario de diferentes materiales audiovisuales los pacientes tienen la oportunidad de identificarse con otras personas que han padecido problemas de adicción similares, de expresar sus propios sentimientos, de tomar conciencia de las situaciones que han vivido, etc.
4.5.- Lecturas y Trabajos Individuales. Los pacientes reciben un material de trabajo personal que van elaborando y completando día a día y que les ayuda a fijar los conocimientos que van adquiriendo en las distintas sesiones terapéuticas y a consolidar los cambios de actitudes y de conducta.
– ¿Qué exito tiene el Programa Victoria?
Es difícil dar unos datos fiables sobre el éxito terapéutico de cualquier tratamiento para la adicción, dado que depende mucho del tiempo transcurrido para valorar la evolución de los pacientes.
En nuestro caso estamos enormemente satisfechos de los resultados obtenidos, a pesar de que existen recaídas en un número que siempre resulta doloroso para los terapeutas por mucho que sea inferior a lo que se reseña en la literatura científica seria sobre la materia.
Hace unos años, un estudio independiente realizado por el Dr. Joaquín Bedia de los Servicios Médicos de Lagun-Aro (entidad encargada a la sazón de la asistencia médica de los cooperativistas del Grupo Mondragón) que nos había enviado muchos pacientes al Programa Victoria, hizo un seguimiento a casi un centenar de pacientes una vez que habían pasado entre 5 y 8 años de su tratamiento y encontró solamente un 6 % de recaídas confirmadas. Más de un 67 % de los pacientes seguían sin beber, un 2 % habían fallecido y sobre el resto no se pudieron recabar datos por diferentes motivos.
Desde aquí mi agradecimiento a D. Bernardo Ruiz Victoria, por habernos acercado al mundo del tratamiento de las adicciones y a su innovador programa Victoria del Instituto Detox.
Actualmente es difícil encontrar un estudiante que no use habitualmente internet para sus labores o para ocio, por ello puede sufrir adicción a internet.
Internet y jóvenes
Cada vez la incursión de las nuevas tecnologías se realizan a más temprana edad, prácticamente desde los primeros años de vida, nuestros hijos ahora disponen de tablets, y con unos años más tienen su propio smartphone, con acceso a internet.
Hoy incluso en las escuelas se fomenta el uso de las nuevas tecnología, a través de las tablets en sustitución de los libros, además de que el profesor usa su pizarra electrónica todo ello conectado a internet, donde se diseñan materiales de consulta específicos para las clases.
Pero cuando uno empieza con internet, no existe limitación en su uso, sobre todo cuando se adentra uno en los juegos o en las redes sociales, una actividad que cada vez va requiriendo de mayor tiempo, hasta que sin saber cómo se puede llegar a desarrollar un adicción, con todas las consecuencias negativas tanto en el desempeño académico, como en lo que respecta la socialización con sus iguales por parte del joven, y en algunos casos además conlleva cierto desatención personal que se puede mostrar con desaliño y falta de higiene.
Todo ello se considera como expresión propia de una adicción comportamental, que ha de ser superada con intervención de un especialista, y que en muchos casos requiere como primera medida corta todo acceso del menor a internet, tal y como se haría con otro tipo de adicciones, pero ¿Es posible detectar la adicción a internet en jóvenes?
Adicción e Internet
Esto es precisamente lo que tratan de analizar desde la Universidad Payame Noor (Irán) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica International Journal of Behavioral Research & Psychology.
En el estudio participaron 380 estudiantes, 194 chicas y 186 chicos, todo ellos cursando en el instituto.
Se planetaron tres objetos de estudio, el primero, determinar hasta qué punto los jóvenes estudiantes sufren adicción a internet, el segundo, comprobar si esa presencia de adicción se relaciona con el nivel de sinceridad que expresa dentro de la familia, y por último si existen diferencias entre género en las dos anteriores.
Para ello se empleó el cuestionario estandarizado Internet Addiction Test (IAT) para evaluar el nivel de adicción a internet de los jóvenes, y uno creado al efecto para evaluar el nivel de sinceridad en casa de los participantes.
Los resultados informan de que los chicos experimentan significativamente un mayor nivel de adicción a internet que las chicas.
Igualmente el nivel de falta de sinceridad intrafamiliar aumente a media que lo hace la dependencia a internet, y por tanto se expresa significativamente en mayor medida en los chicos frente a las chicas.
Por lo que es posible detectar la adicción entre los chicos simplemente observando el nivel de sinceridad de estos en la familia, cuando empieza a buscarse escusas o a inventar motivos, puede ser un buen indicativo para sospechar que el joven puede estar empezando a sufrir adicción a internet.
Regla que no se puede aplicar a las chicas, ya que estas, a pesar de sufrir menores niveles de adicción a internet, cuando lo hacen, no se expresa con una menor sinceridad dentro de la familia, lo que a su vez hace más difícil su detección y por ello su intervención para que lo supere.
Esto indicaría que los chicos son más sensibles a sufrir este tipo de adicción relacionado con las nuevas tecnologías, lo que va a repercutir negativamente en la calidad de la convivencia familiar, al tratar de «esconder» su adicción.
Todo ello se puede emplear para establecer programas de prevención entre los propios estudiantes, para que desarrollen herramientas con los que enfrentarse a la adicción a internet, e incluso entre los padres, para que estos tengan claros los primeros síntomas de la adicción para poder intervenir cuanto antes.
Aunque los resultados son claros, se precisa de más investigación para poder alcanzar conclusiones al respecto, ya que se trata de un estudio focalizado en una población con características específicas, no encontrándose el país entre los 10 primeros a nivel de numero de usuarios de internet, empleado a diario por un poco más de la mitad de la población actual (53,3 %), muy por detrás de países como Noruega, Islandia, Países Bajos, Suecia o Dinamarca, todos ellos por encima del 90 %, según datos recogidos por Internetworldstats
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