Etiqueta: adicción al alcohol

  • ¿Cómo evoluciona la adición a drogas con el tiempo?

    ¿Cómo evoluciona la adición a drogas con el tiempo?


    Uno de los problemas fundamentales con respecto a las drogas es la adicción, esto es, la persona va a consumirlo una y otra vez.

    El problema de las adicciones

    Cuanto antes se inicie en el consumo, según algunos estudios, más duradera va a ser en el tiempo esta adicción, ya que el joven lo ve como «normal».
    Una circunstancia que no hace si no «minar» cualquier intento por dejarlo, ya sea por parte del propio consumidor como por parte de sus familiares y amigos.
    Hay que tener en cuenta, hasta donde yo sé, que no existe ninguna droga que «sea buena» para la salud a medio o largo plazo.
    Es cierto que algunas drogas han surgido de medicamentos, como el tabaco o la morfina, pero su uso fuera del control médico lo convierten en peligroso para la salud de quien lo consume.
    Cuanto más tiempo se lleve a cabo dicho consumo peores serán las consecuencias que sobre la salud física y mental tendrán.
    Una preocupación que para no afectar a los jóvenes, pero que con el tiempo va a acarrear importantes problemas de salud entre los adultos, acortando su vida, pero sobre todo perjudicando su calidad en sus últimos años.
    Al respecto se han realizado muchos análisis para comprobar por qué unas personas son capaces de «dejar de fumar» o no han vuelto a «tomar ni una gota de alcohol» mientras que otras parece que por mucho que lo intenten son «incapaces» de dejar sus adicciones.
    Algunos estudios lo atribuyen a componentes de personalidad, otros incluso a aspectos genéticos que «conducen» a los hijos de adictos a consumir,… pero ¿Cómo evoluciona la adición a drogas con el tiempo?


    Vídeo Recomendado: Conferencia Prevención a las Adicciones en los Jóvenes. Jorge Piñeros

    Factores que facilitan las adicciones

    Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación desde el Department of Psychology, Arizona State University; junto con el Department of Psychology and Neuroscience y el Department of Medicine,Duke University Medical Center; y el Department of Emergency Medicine,Violence Prevention Research Program,University of California Davis (EE.UU.) junto con el Dunedin Multidisciplinary Health and Development Research Unit,Department of Psychology,University of Otago (Nueva Zeland) y el University of Queensland Centre for Clinical Research, University of Queensland (Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Psychological Medicine.
    En el estudio participaron mil treinta y siete «kiwis» (que es como se denominan a los nacidos en Nueva Zelanda), de los cu cuales el 48% eran mujeres, nacidos entre 1972 y 1973.
    Todos ellos tuvieron que responder al cuestionario Diagnostic Interview Schedule (DIS) en donde se les preguntaba sobre el consumo de tabaco, alcohol y cannabis.
    Se realizó un seguimiento en varios años, cuando tenían 21, 26, 32 y 38 años.
    Se analizaron nueve factores para comprobar su papel en la presencia de adicción a lo largo del tiempo, para determinar si alguno de ellos sirve como factor de riesgo sobre el que intervenir.
    Así se analizó los recursos familiares; los antecedentes familiares de adicción; los problemas de conducta durante la infancia; episodios depresivos durante la infancia; la edad de inicio de consumo; la frecuencia de consumo de cada una de las drogas analizadas.
    Los resultados muestran que los factores anteriores son importantes para el mantenimiento de la adicción a lo largo del tiempo, siendo más «fácil» predecir cuando se presenten más factores de riesgo analizados.
    Así, si no tiene ninguno de los factores anteriores, el joven tiene un 3% de posibilidades de consumir alcohol, tabaco o cannabis.
    Si tiene tres de estos factores de riesgo, el porcentaje de consumo a largo plazo aumenta hasta un 27% de los jóvenes, es decir, más de uno de cada cuatro.
    Si tiene seis o más factores de riesgo, el porcentaje de mantener la adicción a largo plazo aumenta a un 74% de los jóvenes.


    Las adicciones a lo largo de la vida

    Una de las limitaciones del estudio es que los resultados se centran en una población muy especifica, los nacidos y que viven en Nueva Zelanda, un país con una idiosincrasia difícil de encontrar en otras localizaciones.
    Igualmente en el estudio únicamente se atendieron a tres de las adicciones más comunes, el alcohol, el tabaco y el cannabis, siendo dos de ellas «drogas legales», por lo que las conclusiones al respecto no se pueden extrapolar al resto de las drogas cuya característica fundamental es que no son legales.
    Los resultados del estudio plantean un complejo panorama para poder intervenir, a pesar de ello, el ser capaz de identificar los factores de riesgo, y el peligro de su acumulación permiten conocer qué se puede hacer al respecto.
    Es decir, se puede realizar estudios de screening para conocer qué jóvenes tienen un mayor número de factores de riesgo, siendo estos los más probables para que continúen su adicción a los largo de la vida, y por tanto los que más ayuda necesitan para su desintoxicación.
    Cuanto antes se realice estos estudios en la población, más fácil será prevenir entre los que más riesgo sufren y con ello evitar las importantes consecuencias que sobre su salud física y mental van a tener.


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  • Dime como piensas y te diré qué sustancia consumes

    Dime como piensas y te diré qué sustancia consumes


    Hoy en día existe un mayor acceso a la información sobre los efectos de las drogas.

    El problema de la adicción al tabaco

    A pesar de ello, hay personas que piensan que son “exageraciones” o que viven “de espaldas” a la información sobre sus efectos.
    Los jóvenes parecen ser los más tolerantes sobre la realidad del consumo de sustancias, llevados por el deseo de experimentar o romper las reglas, sin percatarse o querer enterarse de los riesgos para la salud física y mental de este consumo.
    Es cierto que no todas las sustancias (tabaco, alcohol u otras drogas) van a tener las mismas consecuencias personales y sociales, de hecho, alguna de ellas ha sido clasificada como una “droga social” ya que su consumo es “bien visto” socialmente o al menos permitido, mientras que otras son rechazadas públicamente.
    Luego están las drogas “polémicas” en el que “parece” no existir un consenso sobre los beneficios o perjuicios que provoca, como en el caso del cannabis. Una polémica social que no está fundamentada en la ciencia y sus resultados; a pesar de ello, los últimos estudios indican que los jóvenes están siendo cada vez más tolerantes hacia esta droga, asumiéndola como “poco peligrosa” y “beneficiosa” a pesar de los datos científicos en contra de su uso y abuso.
    A esta polémica se une que desde los poderes públicos no exista un consenso al respecto, así lo demuestra en EE.UU. donde existen estados donde el uso y consumo de la marihuana es legal y en otros no, tal y como se puede ver en la gráfica siguiente:

    Legalidad de la marihuana en EE.UU. | InsideGov

    La conciencia social ha sido el pilar fundamental sobre el que se ha basado las campañas de sensibilización de las instituciones y asociaciones contra la droga, asumiendo que cuanta más información esté disponible sobre las mismas y sus efectos, menos consumidores habrá, pero, ¿Existe relación entre nuestra forma de pensar y lo que se consume?


    Vídeo Recomendado: México abre la puerta a la legalización de la marihuana

    La adicción al alcohol

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde el Department of Psychiatry and Human Behavior, School of Medicine Atma Jaya Catholic University of Indonesia (Indonesia) junto con el Nijmegen Institute for Scientist Practitioners in Addiction (NISPA), Radboud University, y el Department of Psychiatry, Donders Institute for Brain, Cognition and Behavior, Radboud University Medical Centre (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Child & Adolescent Behavior.
    En el estudio participaron 306 estudiantes universitarios, de los cuales el 82.1% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 19 a 23 años.
    Todos ellos tuvieron que contestar un cuestionario estandarizado sobre creencias en relación a las drogas denominado Illness perception questionnaire revised version for addiction (IPQ-A), para evaluar el consumo de sustancias en los treinta días previos a la evaluación se empleó el cuestionario estandarizado denominado CIDI.
    Los resultados muestran que las sustancias más consumidas entre los jóvenes son el alcohol (89%), el café, la nicotina (21%) y el cannabis (11%).
    Con respecto a la diferencia de género, se encontraron diferencias de género en el consumo de té (mayor en mujeres); el cannabis y los estimulantes (mayor en hombres).
    Para el análisis comparativo sobre las creencias sobre las drogas se separaron los participantes en función de si eran consumidores habituales (91 participantes) o no de sustancias (217 estudiantes).
    Los resultados mostraron diferencias significativas entre los consumidores y no consumidores a la hora de “comprender la adicción”, siendo significativamente más “comprensivos” los consumidores habituales. Igualmente, estos obtenían puntuaciones significativamente más elevadas en cuanto a la creencia de control sobre la adicción, pensando que podían dejarlo cuando quisieran.


    La adicción al cannabis

    Entre las limitaciones del estudio comentar que únicamente se basaron los resultados en las pruebas escritas y no en la observación ni en información de terceras personas.
    Igualmente, la selección de los estudiantes como sujetos de análisis, deja fuera a muchos otros jóvenes, por lo que no se puede concluir sobre la generalidad de los mismos.
    A pesar de las limitaciones anteriores hay que destacar la relación entre las creencias y el consumo de drogas, por tanto, los objetos de las campañas de sensibilización tendrían que ir más encaminadas a “luchar” contra estas dos creencias que son las que significativamente se muestran en los consumidores habituales.
    La creencia de la permisibilidad social, en que “todo vale” y la creencia de “falso control” que se puede dejar cuando se quiera deberían de ser los pilares de las campañas de lucha contra la droga, en función de los resultados de este estudio.
    Ya que la creencia contaría, es decir, no hay porqué ser tan “comprensivos” con los que consumen habitualmente drogas, o no es cierto que uno pueda dejar la droga cuando se quiera, estas dos creencias parecen haber “protegido” a los no consumidores.

  • ¿Ha cambiado en los jóvenes la opinión sobre el cannabis?

    ¿Ha cambiado en los jóvenes la opinión sobre el cannabis?

    El uso y consumo del cannabis ha sido en los últimos años tema de debate y confrontación, lo que ha permitido que exista una idea errónea de que no tiene consecuencias.

    Drogas legales y drogas ilegales

    Aunque existen muchas clasificaciones de las distintas sustancias, según su origen o sus efectos, por ejemplo, estas también se clasifican entre legales o ilegales, una clasificación que puede variar de país en país, ya que son las normas internas las que determinan qué sustancia puede ser comercializada y consumida como legal, frente a las demás, todo ello independientemente de si supone un riesgo o no para la salud del consumidor. En los últimos años se ha visto incrementado el interés por algunos países por legalizar el cannabis, una sustancia que que se ha comprobado de sus efectos negativos sobre la salud, y que únicamente en determinadas circunstancias, en personas que están sufriendo alguna patología asociada al dolor, ésta parece resultar conveniente e incluso indicado. El uso excesivo, y sin control de esta sustancia, en ningún caso se ha considerado adecuado ni conveniente para la salud, esta es la consecuencia esperable de la legalización del consumo del cannabis.

    Tal como sucede con otras sustancias legales, ya sea el alcohol o el tabaco, en el que vemos como los más jóvenes experimentan, usan, y se exceden, sin ningún tipo de control, ya que es una sustancia legal. Algunos países intentando prevenir los efectos nocivos sobre los más jóvenes, establecen una edad mínima de consumo, así en Estados Unidos esta edad es de 21 años, mientras que en otros países como en España es de 18. Aun siendo la sustancia legal, su venta y consumo a menores de esta ciudad se considera un delito, ya que se busca el prevenir los efectos nocivos sobre la salud de los más indefensos, pero ¿Ha cambiado enlos jóvenes la opinión sobre el cannabis?

    Cannabis en Novedades en Psicologia

    Opinión de cannabis

    Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde la Universidad de Duke, la Universidad del Sur de California y el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Psychiatric Research. Los resultados del estudio se extrajeron de la encuesta nacional realizada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, en donde participa mediante informes menores entre 12 y 18 años de edad. A todos ellos les preguntó su nivel de producción con respecto al consumo de mariguana, así como el nivel de aprobación percibido tanto por sus compañeros como por sus padres. Los resultados muestran que aquellos jóvenes en que sus amigos, y padres tienen un nivel de perfección interior con respecto al uso del cannabis son precisamente los que menos han usado y abusado de esta sustancia. En cambio aquellos en que sus amigos o sus padres tienen una opinión favorable, o al menos no desfavorable sobre el uso y consumo de cannabis, son los que han tenido ya experiencia en el consumo de esta sustancia. Igualmente señalan un avance favorablemente hacia el consumo del cannabis, año tras año, lo que revela que hay más amigos y padres favorables hacia estas sustancias.



    Consumo del cannabis

    Hay que tener en cuenta el papel fundamental que otorga este estudio a la opinión de los otros, es decir las personas de comparación o aquellas en las que se fijan para saber si es adecuado o no aquello que hacen. Papel que desempeñan principalmente los semejantes de su misma edad, compañeros de clase, conocido del barrio, o amigos, que suelen ser los que inciten o faciliten la prevención del inicio del consumo de esta sustancia. Igualmente el que los padres tengan claro los efectos negativos del cannabis y de su consumo, se ha visto que facilita la prevención del inicio de este consumo, es por ello que aparte de realizar campañas de concienciación entre los más jóvenes, habría que aclarar y explicar adecuadamente a los adultos, los padres con adolescentes, sobre los peligros del consumo y abuso de esta sustancia, para que ellos se lo puedan transmitir a sus hijos. Entre las limitaciones del estudio, está en que sus resultados se dividen y separan en cuanto al grupo racial, es decir blanco, hispanos, asiáticos, etcétera. Tratando de descubrir y conocer diferencias en función de la raza de origen, sin atender al nivel socio económico, ni al nivel de desarrollo de la población en donde se encuentra, factores que podrían ser más determinantes que la propia raza del adolescente. Que tener en cuenta que cuando se trabaja con otros informes, existe cierta tendencia a responder a aquello que se quiere escuchar, y no tanto a la realidad, sobre todo cuando se trata de afirmar que uno ha usado y consumido sustancias, que hasta el momento no son legales. Hay que tener en cuenta estos resultados para plantear políticas de prevención entre los más jóvenes, sobre todo para que tengan claro que perjuicios provoca esta sustancia, y que estos prejuicios pueden ir mucho más allá los momentos posteriores a su consumo.

  • ¿Por qué se produce en jóvenes la adicción a la tecnología?

    ¿Por qué se produce en jóvenes la adicción a la tecnología?
    Recientemente han surgido una serie de problemas de comportamiento relacionado con el uso y el abuso de la tecnología, pero ¿por qué se producen estos?

    Adicción a la Tecnología

    De hecho, son pocos todavía los países que lo consideran como un problema en el que deban de tener un plan de intervención al respecto.
    La falta de estadísticas, e incluso de teorías explicativas sobre la presencia de este fenómeno tan reciente, hace que los profesionales no tengan unas pautas claras sobre cómo intervenir al respecto.
    De ahí que cuando aparezca se utilicen los modelos generales de atención e intervención en adicciones, en este caso comportamentales.
    Como una conducta adictiva, cumple con sus requisitos de ocupar demasiado tiempo la persona, incluso sus pensamientos cuando no dedica a esa actividad, con consecuencias para su vida laboral, social, personal y familiar.
    Aunque todavía no existen demasiados reportes al respecto, si se puede observar como el uso de los medios tecnológicos se ha incrementado considerablemente en los últimos años.
    Pero no hay ningún problema cuando se trata de un uso responsable, no deja de ser una herramienta que puede servir incluso para establecer nuevas relaciones sociales.
    En cambio los jóvenes son los que más están expuestos a los efectos negativos de esta tecnología, cuando se produce un abuso de la misma, pero ¿Por qué se produce en la adicción a la tecnología?

    Adiccion en Novedades en Psicología

    Adicción Tecnológica

    Esto es precisamente lo que ha analizado un reciente estudio realizado por la Universidad Nacional Kongju (Corea) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Advanced Science and Technology Letters.
    En el estudio participaron 598 estudiantes de enfermería de dicha universidad. Todos los estudiantes se les pasó una prueba estandarizada para detectar adicción a la tecnología denominado he Korean Smartphone Addiction Proneness Scale for Youth and Adult, así como una prueba sobre la empatía más ya que estos autores consideran que esta debe ser la variable más relevante para explicar esta adición a las tecnologías, empleando para ello el cuestionario estandarizado adaptado al coreando Interpersonal Reactivity Index (IRI).
    Los resultados fueron preocupantes, ya que un 17,5% de los estudiantes demostraban sufrir adicción al smartphone o estar en riesgo de padecerlo, es decir 105 estudiantes. Porcentaje inferior al que habían encontrado estudios precedentes que situaban la adicción a las tecnologías como en concreto para el smartphone entre los estudiantes universitarios alrededor del 24 al 27%.
    Con respecto a los resultados de la empatía, encontraron que la adicción a las tecnologías se relacionaban positivamente con el número de amigos y el nivel de angustia personal, es decir cuánto más amigos o angustia personal parecía el estudiante mayor posibilidad de que sufriese una adición a la tecnología.
    Igualmente se comprobó cómo existe una correlación negativa con el número de grupos en lo que facilitaba y el rendimiento académico, esto es actuar como factores de protección, en cuanto más número de grupos se participase o en cuanto el estudiante tuviese un mejor rendimiento académico, se parecía menos trastornos de adicción a las nuevas tecnologías.

    RxLCdcJ8Ql0 https://youtu.be/RxLCdcJ8Ql0

    Ciberadcción

    Como carencias de esta investigación está precisamente en el que no informa ni sobre el género ni la edad de los participantes, aspecto importante sobre todo cuando los autores del mismo señalan que estas adiciones a los smartphone son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres.
    Además la carrera de enfermería eminentemente ha sido una de las más elegidas por las féminas en muchos países, por lo que se podría deducir de que la mayoría de las respuestas de esta investigación ha sido otorgada por mujeres.
    Aspecto que resultaría muy destacable, si se hubiese informado al respecto, realmente en la vida es otro dato importante ya que no es lo mismo el pensamiento y el comportamiento de un adolescente está iniciando estudios con 18 años, comparado con otros está apunto de acabar su carrera con 22 o 23 años.
    El estudio está muy focalizado en una determinada población universitaria como estudiantes de enfermería, por lo que los estados deben ser considerados en este marco poblacional, no pudiendo extraer conclusiones con respecto de otras poblaciones e incluso edades inferiores al mismo, siendo necesario una investigación al respecto para poder dar una mejor explicación a este fenómeno de la adicción a la tecnología.
    Igualmente entre las características de los estudiantes de inglés técnico de carrera, está la orientación hacia los demás, por lo que otras carreras, por ejemplo en las tecnológicas, pueden mostrar no sólo un mayor índice de personas afectadas por esta adicción a las tecnologías, si no unas teorías explicativas diferentes a las mismas.
    También hay que señalar que la adición estos estudiantes únicamente se ha evaluado con respecto al uso de teléfonos inteligentes o smartphone, tan habituales entre los jóvenes, pero la tecnología va mucho más allá, estando disponibles también a través de computadoras o televisión, aspecto que no han sido tenidos en cuenta en esta investigación.

  • Entrevista a D. Bernardo Ruiz Victoria sobre adicciones

    Entrevista a D. Bernardo Ruiz Victoria sobre adicciones


    Entrevista a D. Bernardo Ruiz Victoria, Psicólogo Clínico, quien nos introduce al difícil mundo del tratamiento de adicciones, presentando su innovador programa denominado Programa Victoria.




    – ¿A partir de qué edad se puede diagnosticar con adicción?

    En mi experiencia he encontrado casos de adicción al alcohol, y a otras substancias, a partir de los 15 años, aunque siempre hay que evaluar los casos individualmente para sacar conclusiones.

    – ¿Qué consecuencias tienen las adicciones?

    La principal consecuencia de la adicción, independientemente de la substancia de que se trate, es la progresiva pérdida de libertad del sujeto. La persona adicta va viendo como cada vez le cuesta más trabajo controlar su propia conducta, lo cual le produce sentimientos contradictorios, de culpabilidad, de impotencia, etc. Una lucha interior que es una constante fuente de ansiedad y de sufrimiento.
    Otras consecuencias son el progresivo deterioro de la vida familiar, del rendimiento laboral, aislamiento social, trastornos de ansiedad o depresión, conducta violenta, etc.
    Aparte de esto están las consecuencias sobre el propio organismo debido al abuso de la substancia que se trate, y que pueden variar mucho de unos individuos a otros, y en función de las diferentes substancias consumidas, pero que en todos los casos representan un daño creciente a la salud, tanto en el plano orgánico como en el psicológico.
    En resumen, la adicción daña de una forma progresiva la salud, el bienestar interior, la vida social y familar, el rendimiento laboral y, en definitiva, hace a la persona que la padece y a quienes le rodean, profundamente infelices.

    – ¿Cuáles son las principales dificultades para dejar las adicciones?

    La mayor dificultad está en reconocerse a uno mismo como víctima de la adicción.
    El proceso adictivo se basa en dos pilares fundamentales: la mentira y la soberbia.
    La mentira comienza en el momento en el que el sujeto adicto atribuye sus problemas a otras causas. La persona tiende a pensar que no es el alcohol lo que está dañando su vida, sino que las cosas le van mal por cualquier otro motivo.
    La persona se deja engañar por los mensajes ambiguos y equívocos que se pueden encontrar en medios de comunicación o en la sociedad en general, por ejemplo, que beber alcohol moderadamente es bueno para la salud. De ahí se saca la errónea conclusión de que uno bebe siempre moderadamente – «yo bebo como todo el mundo, lo normal» – y cuesta mucho reconocerse como bebedor abusivo, y mucho menos como adicto.
    Otra mentira, o más bien autoengaño, es la de afirmarse a si mismo o a otros cosas como «yo lo puedo dejar cuando quiera», «yo no soy alcohólico» o «yo lo controlo». Dado que uno siempre conoce a personas que, aparentemente, beben o consumen más cantidad, o sufren peores efectos y consecuencias, el autoengaño conduce a la autojustificación – «yo no soy como Fulano» – y por lo tanto puedo seguir bebiendo, o consumiendo drogas porque «yo se controlarme». Y suma y sigue.
    También la mentira llega un momento en que lleva al sujeto a intentar engañar a los demás fingiendo que bebe, o consume, menos de lo que en realidad hace. Puede directamente negarlo cuando se le pregunta, o bien minimizarlo diciendo, por ejemplo – «solo he tomado una» – o alegar que se encuentra perfectamente, que cumple en su trabajo, o recurrir a cualquier otra justificación.
    Otras veces el sujeto «pasa a la clandestinidad», es decir, empieza a beber o consumir a escondidas, a solas, o en lugares diferentes a los que frecuenta en su vida social «normal», con la vana pretensión de que de esa manera logrará engañar a las personas que le conocen y que, probablemente, ya han empezado a preocuparse por él y tal vez a recriminarle su comportamiento.
    Todos estos comportamientos, consecuencia de la mentira y el autoengaño, tienen como resultado que la persona sigue empeorando en su adicción.
    En cuanto a la soberbia, se manifiesta en los pensamientos que tiene el sujeto adicto en relación a su capacidad de controlar o superar su adicción sin ayuda de nadie.
    Cuando se hace evidente que el problema existe, frente a la familia por ejemplo, la persona adicta tiende a creer, y a proclamar, que solo es una cuestión de fuerza de voluntad y determinación personal, y que si se lo propone, dejará de beber, o de consumir drogas, por si mismo. De ahí vienen las promesas, que al no ser capaz de mantener en la práctica, conducen de nuevo a la mentira y al autoengaño. Y vuelta a empezar.
    Tanto la mentira, como la soberbia, dificultan mucho que el paciente de los pasos que resultan fundamentales para superar el problema:
    1.- Reconocer que existe una adicción
    2.- Aceptar que es necesaria una terapia para superarla

    – ¿Cómo surge el Instituto Detox y a quién va dirigido?

    El Instituto Detox es un equipo profesional especializado en el tratamiento de las conductas adictivas, el alcoholismo y otras adicciones. Su actividad va dirigida a todas las personas afectadas de una u otra forma por los problemas derivados del abuso y dependencia del alcohol y otras drogas, ofreciendo servicios profesionales de tratamiento y prevención para individuos, familias, instituciones públicas y empresas de todo tipo.

    – ¿Qué serivicios ofrece el Instituto Detox?

    El principal de todos es el Programa Victoria, que es un método terapéutico original, fruto de años de estudio, trabajo e investigación, para tratar la adicción y sus consecuencias. El lema del Programa Victoria es «Aprender a Vivir sin Adicción».
    También ofrecemos servicios de Prevención para el mundo de la empresa, orientados a evaluar tempranamente los casos de riesgo de abuso o dependencia del alcohol y de otras drogas, y aplicar un método de intervención preventiva que ayude a corregir los hábitos de abuso cuando todavía es posible, remitiendo a las personas adictas al Programa Victoria para completar su tratamiento y superar la adicción.
    Otros servicios que ofrecemos son, por ejemplo, asesoramiento a instituciones públicas sobre políticas de actuación en el ámbito de las adicciones, formación para profesionales de la salud, padres, educadores, etc.



    – ¿Qué pecularidades tiene el Programa Victoria?

    El Programa Victoria tiene varios rasgos diferenciales que lo hacen único:
    1.- Todos los pacientes que participan en él comienzan la fase residencial de la terapia a la vez, lo cual permite estructurar los contenidos terapéuticos de una forma lógica y secuencial y abreviar mucho el tiempo de tratamiento. De este modo conseguimos que la duración sea tan solo de 10 días.
    2.- El tratamiento se realiza en un hotel, no en un hospital psiquiátrico, ni general. Tampoco en una comunidad terapéutica. El hotel está siempre ubicado en un lugar tranquilo, alejado de centros urbanos y ambientado de forma que invite a la relajación y a la introspección.
    3.- El grupo de pacientes es muy reducido, máximo ocho personas en cada ocasión, lo que permite un trato muy individualizado y personalizado, con un acceso directo e inmediato a los terapeutas, que siempre están disponibles durante los diez días de terapia residencial. No solo en las sesiones formales de terapia sino también en las comidas y en los ratos libres.
    4.- Las técnicas terapéuticas que conforman el Programa Victoria se combinan de una manera única para maximizar su efecto positivo. Los componentes principales son los siguientes:
    4.1.- El ABC de la conducta adictiva. Enseña los conceptos del análisis funcional de la conducta aplicándolos al caso particular de las adicciones de los pacientes de cada grupo.
    4.2.- Terapia de Rechazo. Técnica terapéutica basada en los principios del condicionamiento clásico para asociar mental y emocionalmente las bebidas alcohólicas, y otras substancias objeto de adicción, con sensaciones negativas y desagradables, para cambiar así el paradigma mental y dejar de percibirlas como algo atractivo y tentador, y en su lugar sentirlas como algo negativo, desagradable y merecedor del más profundo de los rechazos.
    4.3.- Técnicas de Autocontrol Emocional. A través de la Relajación, la Visualización y los Pensamientos Positivos, los pacientes aprenden a manejar los estados de ánimo negativos que han sido desendadenantes de su conducta adictiva, preparándose así para prevenir las recaídas.
    4.4.- Documentales y Películas. Mediante el visionado y comentario de diferentes materiales audiovisuales los pacientes tienen la oportunidad de identificarse con otras personas que han padecido problemas de adicción similares, de expresar sus propios sentimientos, de tomar conciencia de las situaciones que han vivido, etc.
    4.5.- Lecturas y Trabajos Individuales. Los pacientes reciben un material de trabajo personal que van elaborando y completando día a día y que les ayuda a fijar los conocimientos que van adquiriendo en las distintas sesiones terapéuticas y a consolidar los cambios de actitudes y de conducta.

    – ¿Qué exito tiene el Programa Victoria?

    Es difícil dar unos datos fiables sobre el éxito terapéutico de cualquier tratamiento para la adicción, dado que depende mucho del tiempo transcurrido para valorar la evolución de los pacientes.
    En nuestro caso estamos enormemente satisfechos de los resultados obtenidos, a pesar de que existen recaídas en un número que siempre resulta doloroso para los terapeutas por mucho que sea inferior a lo que se reseña en la literatura científica seria sobre la materia.
    Hace unos años, un estudio independiente realizado por el Dr. Joaquín Bedia de los Servicios Médicos de Lagun-Aro (entidad encargada a la sazón de la asistencia médica de los cooperativistas del Grupo Mondragón) que nos había enviado muchos pacientes al Programa Victoria, hizo un seguimiento a casi un centenar de pacientes una vez que habían pasado entre 5 y 8 años de su tratamiento y encontró solamente un 6 % de recaídas confirmadas. Más de un 67 % de los pacientes seguían sin beber, un 2 % habían fallecido y sobre el resto no se pudieron recabar datos por diferentes motivos.




    Desde aquí mi agradecimiento a D. Bernardo Ruiz Victoria, por habernos acercado al mundo del tratamiento de las adicciones y a su innovador programa Victoria del Instituto Detox.

  • ¿Es posible detectar la adicción a internet en jóvenes?

    ¿Es posible detectar la adicción a internet en jóvenes?

    Actualmente es difícil encontrar un estudiante que no use habitualmente internet para sus labores o para ocio, por ello puede sufrir adicción a internet.

    Internet y jóvenes

    Cada vez la incursión de las nuevas tecnologías se realizan a más temprana edad, prácticamente desde los primeros años de vida, nuestros hijos ahora disponen de tablets, y con unos años más tienen su propio smartphone, con acceso a internet.
    Hoy incluso en las escuelas se fomenta el uso de las nuevas tecnología, a través de las tablets en sustitución de los libros, además de que el profesor usa su pizarra electrónica todo ello conectado a internet, donde se diseñan materiales de consulta específicos para las clases.
    Pero cuando uno empieza con internet, no existe limitación en su uso, sobre todo cuando se adentra uno en los juegos o en las redes sociales, una actividad que cada vez va requiriendo de mayor tiempo, hasta que sin saber cómo se puede llegar a desarrollar un adicción, con todas las consecuencias negativas tanto en el desempeño académico, como en lo que respecta la socialización con sus iguales por parte del joven, y en algunos casos además conlleva cierto desatención personal que se puede mostrar con desaliño y falta de higiene.
    Todo ello se considera como expresión propia de una adicción comportamental, que ha de ser superada con intervención de un especialista, y que en muchos casos requiere como primera medida corta todo acceso del menor a internet, tal y como se haría con otro tipo de adicciones, pero ¿Es posible detectar la adicción a internet en jóvenes?



    Adicción e Internet

    Esto es precisamente lo que tratan de analizar desde la Universidad Payame Noor (Irán) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica International Journal of Behavioral Research & Psychology.
    En el estudio participaron 380 estudiantes, 194 chicas y 186 chicos, todo ellos cursando en el instituto.
    Se planetaron tres objetos de estudio, el primero, determinar hasta qué punto los jóvenes estudiantes sufren adicción a internet, el segundo, comprobar si esa presencia de adicción se relaciona con el nivel de sinceridad que expresa dentro de la familia, y por último si existen diferencias entre género en las dos anteriores.
    Para ello se empleó el cuestionario estandarizado Internet Addiction Test (IAT) para evaluar el nivel de adicción a internet de los jóvenes, y uno creado al efecto para evaluar el nivel de sinceridad en casa de los participantes.
    Los resultados informan de que los chicos experimentan significativamente un mayor nivel de adicción a internet que las chicas.
    Igualmente el nivel de falta de sinceridad intrafamiliar aumente a media que lo hace la dependencia a internet, y por tanto se expresa significativamente en mayor medida en los chicos frente a las chicas.
    Por lo que es posible detectar la adicción entre los chicos simplemente observando el nivel de sinceridad de estos en la familia, cuando empieza a buscarse escusas o a inventar motivos, puede ser un buen indicativo para sospechar que el joven puede estar empezando a sufrir adicción a internet.
    Regla que no se puede aplicar a las chicas, ya que estas, a pesar de sufrir menores niveles de adicción a internet, cuando lo hacen, no se expresa con una menor sinceridad dentro de la familia, lo que a su vez hace más difícil su detección y por ello su intervención para que lo supere.
    Esto indicaría que los chicos son más sensibles a sufrir este tipo de adicción relacionado con las nuevas tecnologías, lo que va a repercutir negativamente en la calidad de la convivencia familiar, al tratar de «esconder» su adicción.


    Adicción, Internet y Jóvenes

    Todo ello se puede emplear para establecer programas de prevención entre los propios estudiantes, para que desarrollen herramientas con los que enfrentarse a la adicción a internet, e incluso entre los padres, para que estos tengan claros los primeros síntomas de la adicción para poder intervenir cuanto antes.
    Aunque los resultados son claros, se precisa de más investigación para poder alcanzar conclusiones al respecto, ya que se trata de un estudio focalizado en una población con características específicas, no encontrándose el país entre los 10 primeros a nivel de numero de usuarios de internet, empleado a diario por un poco más de la mitad de la población actual (53,3 %), muy por detrás de países como Noruega, Islandia, Países Bajos, Suecia o Dinamarca, todos ellos por encima del 90 %, según datos recogidos por Internetworldstats

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