Un estudio de la Universidad Libre (Países Bajos) analiza las consecuencias en las relaciones sociales de los adultos tras sufrir abusos en la infancia. El pequeño que carece de una estructura psicológica adecuada, no llega a entender el por qué de la situación y debe vivir con una situación tan dramática que en muchos casos puede marcarle en sus relaciones sociales. Una realidad, la de los abusos en la infancia, que va a marcar de forma decisiva a la víctima. Así se ha reportado que las personas que sufrieron abusos durante la infancia van a mostrar unos menores niveles de autoestima, con mayores casos de depresión y de trastorno de estrés post-traumático.
El abuso infantil es uno de los acontecimientos más traumáticos tanto para el que lo sufre como para sus familiares una vez que se descubre.
Abusos en la infancia
Dependiendo de la edad del menor, los adultos, una vez que el menor crece, se deciden por contarle o no lo acontecido durante su infancia.
A pesar de esta decisión, las consecuencias van a permanecer ahí mientras el pequeño, ahora convertido en adulto, no se enfrente y afronte adecuadamente.
Incluso algunos estudios lo relacionan con alcanzar menores metas educativas y con problemas de delincuencia durante la adolescencia, pero ¿Qué consecuencias tiene en la relaciones futuras sufrir abusos en la infancia?
Maltrato infantil
Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde la Universidad Libre (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Crime Science.
En el estudio participaron 910 víctimas de abusos en la infancia, cuyo listado fue extraído de los informes de la policía, de hechos acontecidos entre 1980 a 1985.
El 73,8% de los casos era a mujeres, y la edad en que sucedió el abuso fue alrededor de los 12 años. Siendo en el 46,3% de los casos un abuso repetido.
Los resultados significativos en cuanto a las consecuencias en las relaciones como adultos de estas personas que han sufrido abuso en la infancia son:
– Se produjo una maternidad temprana, de tres años de anticipación en comparación con el resto de la población holandesa.
– Con una anticipación en cuanto al matrimonio e incluso divorcios en comparación con la población general.
– Igualmente tuvieron más hijos que la población general.
Siendo significativamente más elevado los datos anteriores cuando los abusos lo sufrieron mujeres frente a hombres.
Trauma infantil
Hay que tener en cuenta que los resultados anteriores sólo contemplan las relaciones en función del número de hijos, matrimonios y divorcios, y no en cuanto a otras variables, como el número de parejas, o la estabilidad en el tiempo con ellas, todas ellas a tener en cuenta para comprender la verdadera incidencia de los abusos en la infancia.
Una de las limitaciones del estudio es que la población masculina está escasamente representada, luego los resultados obtenidos pueden variar si se incorporan nuevos sujetos a la muestra. Esto es debido a que existe una mayor conciencia de denuncia en el caso de las niñas que de los niños, algo que en los últimos años se ha intentado corregir por parte de las autoridades.
Otra de las limitaciones en cuanto a el tiempo transcurrido desde el abuso, unos 33 años de media, lo que implica que la persona ha tenido tiempo para aprender a sobrellevar y a superar las consecuencias del abuso; si esta medida se hubiese realizado a los diez años o menos, seguramente los resultados serían más «catastróficos» y notables.
A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad, hay que tener en cuenta que el abuso en la infancia va a tener un importante efecto en la vida futura de sus víctimas.
Aspecto que hay que se tratado desde las instituciones, más allá de facilitar la denuncia, y de crear mecanismos de «sanción» al agresor. Hay que realizar una verdadera inversión en un tratamiento integral de la persona, que le ayude a superar las secuelas que este abuso pueda generar, y con ello, facilitando que pueda llevar una vida los más «común» posible.
Igualmente en dicho tratamiento habrá que incluir a los familiares más próximos con los que convive, ya que estos van a influir en el normal desarrollo de la persona, si aprenden a comprender la situación que ha sufrido y cómo pueden ayudar al respecto.