Historias de Casos del Síndrome de Capgras






Historias de Casos del Síndrome de Capgras


Historias de Casos del Síndrome de Capgras

Las historias de casos son una herramienta valiosa para comprender mejor el síndrome de Capgras y su impacto en la vida de los pacientes y sus familias. A continuación, presentamos dos casos que ilustran la complejidad y los desafíos asociados con este intrigante trastorno.

Caso 1: La esposa «impostora»

Ilustración del caso de la esposa impostora

El señor M, un hombre de 68 años, fue llevado a la consulta psiquiátrica por su esposa debido a un comportamiento inusual. El señor M insistía en que su esposa había sido reemplazada por una impostora idéntica. A pesar de reconocer su apariencia física, el señor M creía firmemente que la mujer con la que vivía no era su verdadera esposa.

Durante las entrevistas, se descubrió que el señor M había sufrido un accidente cerebrovascular leve unos meses antes. Los exámenes neurológicos y las pruebas de neuroimagen revelaron lesiones en las regiones frontal y temporal del cerebro, lo que probablemente contribuyó al desarrollo del síndrome de Capgras.

El tratamiento del señor M incluyó medicamentos antipsicóticos y terapia cognitivo-conductual. Su esposa también recibió educación y apoyo para manejar la situación. Aunque los delirios de impostor persistieron en cierta medida, la intensidad disminuyó y el señor M pudo mantener una relación más estable con su esposa.

Caso 2: El hijo «reemplazado»

Ilustración del caso del hijo reemplazado

La señora K, una mujer de 42 años con un historial de trastorno bipolar, fue hospitalizada después de acusar a su hijo adolescente de ser un impostor. La señora K creía que su hijo real había sido secuestrado y reemplazado por un doble idéntico. Esta creencia llevó a confrontaciones emocionales y tensión en la relación madre-hijo.

El equipo de tratamiento inició un régimen de estabilización del estado de ánimo con medicamentos y psicoterapia intensiva. Se alentó a la señora K a participar en actividades familiares estructuradas con su hijo para fomentar la reconnexión emocional. Gradualmente, la intensidad de los delirios disminuyó, y la señora K pudo reconocer a su hijo como genuino.

Después del alta hospitalaria, la señora K continuó con el tratamiento ambulatorio y recibió apoyo continuo para mantener su estabilidad mental. La familia también participó en sesiones de terapia para fortalecer sus lazos y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables.

Estos casos destacan la naturaleza desafiante del síndrome de Capgras y la importancia de un enfoque de tratamiento multifacético que aborde los aspectos médicos, psicológicos y familiares. Con la intervención adecuada y el apoyo continuo, muchas personas con síndrome de Capgras pueden lograr una mejoría significativa y una mejor calidad de vida.


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