La terapia narrativa es un exponente cada vez más empleado sobre todo en el ámbito de la terapia grupal, donde los participantes se expresan mejor por escrito.
El verse solo frente al papel sin ningún tipo de limitación ni «prejuicio» reduce el nivel de ansiedad a la hora de enfrentarse a la tarea de escribir sobre algo. El psicoterapeuta es quien, después de haber mostrado varios ejemplos y de haber concretado el tema del que escribir, da tiempo libre para que el participante lo haga. Otra modalidad es la de llevarse «la tarea para casa» donde tiene un ambiente y recogimiento que le permite realizar la tarea de forma más reflexiva.
El objeto sobre el que se escribe suele ser abierto, pero orientado, de forma que la persona exprese sus inquietudes e incluso «bloqueos», todos estos textos son leídos y compartidos en voz alta entre el resto de los participantes, los cuales proporcionarán una retroalimentación positiva sobre lo que han entendido y sentido, con el objetivo de que le sirva a la persona que ha leído para reflexionar y que eso le permita evolucionar como persona, a la vez que se «enfrenta» con sus tensiones.
Mucho se ha hablado de los beneficios de esta terapia relativamente «fácil» de aplicar, pero que proporciona tan buenos resultados, por lo menos así lo atestiguan los participantes de los distintos talleres que sobre terapia narrativa se realizan, pero ¿Produce la terapia narrativa beneficios reales en los participantes?
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Esto es precisamente lo que ha tratado de comprobar desde la Universidad de Bolonia (Italia) cuya investigación ha sido recientemente publicada en Psychology of Well-Being: Theory, Research and Practice.
En el estudio participaron 30 mujeres de las cuales se excluyeron a 9 por no cumplir los criterios de inclusión, que era padecer diagnóstico de ajuste, evaluado con la escala SCID, que padecen además estrés, ya sea desde el ámbito laboral como familiar.
A todas las participantes se les administraron antes y después de la terapia una batería de pruebas psicológicas que incluían un cuestionario sintomatológico (SQ), una escala sobre el bienestar psicológico (PWB) y un inventario post-traumático (PTG).
Las participantes asistieron a una sesión semanal cada siete sesiones, de dos horas cada una. El tema central de esta terapia narrativa fueron las hadas, como elemento socialmente compartido y conocido, que era precisamente sobre lo que debían de escribir las participantes.
Los resultados muestran un incremento en el crecimiento personal y la aceptación personal evaluado mediante la escala sobre el bienestar psicológico (PWB); una reducción significativa del estrés, evaluado mediante el cuestionario sintomatológico (SQ); y un incremento en la apreciación por la vida y fuerza personal evaluado mediante el inventario post-traumático (PTG).
Tal y como comentan los autores, el número de participantes son demasiado pequeños para poder realizar generalización, además queda por comprobar si estos efectos se mantienen una vez que terminan las sesiones terapéuticas, y durante cuánto tiempo dura, meses, años,…
Como en el estudio únicamente participaron mujeres, los resultados no pueden ser extrapolados a los hombres, requiriendo de mayor investigación antes de poder concluir definitivamente sobre los beneficios comprobados de la terapia narrativa.
A pesar de lo cual es importante reconocer el esfuerzo por transformar una valoración cualitativa basado en las opiniones de los participantes de la psicoterapia narrativa en datos observables y cuantitativos gracias a las escalas e inventarios estandarizados.
Comentarios
2 respuestas a «¿Sabías que los cuentos ayudan en terapia narrativa?»
Muchísimas gracias. En clínica lo he aplicado en trastorno histrionico y narcisista, con excelente respuesta terapeútica.
Gracias por compartir su experiencia, cada día se encuentran más hallazgos favorables de esta forma de terapia.