Una de las dudas más frecuentes entre los pacientes que sufren la enfermedad de Alzheimer y sus familiares es saber cómo va a ir evolucionando ésta en el tiempo.
Evolución Alzheimer
Aunque cada día se conoce un poco más sobre los factores que favorecen su avance, e incluso se están realizando avances en cuanto a tratamiento se refiere, todavía se está lejos de dar respuesta a una de las enfermedades que más están avanzando en los últimos años, aspecto que algunos atribuyen su «normal» incremento debido a envejecimiento de la población.
Sea como fuere, parece ser que es algo presente en todos los países, de ahí la importancia de su estudio, para conocer cuáles son los factores que predisponen a sufrirlo, para poder establecer algún tipo de tratamiento preventivo; cuando ya aparece la enfermedad, saber cómo se produce éste deterioro progresivo de las funciones cognitivas para poder ir programando tareas orientadas a la recuperación neuropsicológica, o por lo menos a desarrollar «vías alternativas» para que no se vea tan afectadas las funciones cognitivas del paciente.
Igualmente y siguiendo en esta línea se trataba para intentar descubrir psicofármacos que hagan que el proceso del deterioro cognitivo se haga cada vez más lento e incluso se detenga.
Actualmente la posibilidad de «recuperar» lo perdido es un objetivo «irreal» para la investigadores, que se esmeran en frenar el proceso neurodegenerativo.
Fases Alzheimer
De todos estos objetivos de investigación sobre la enfermedad del Alzheimer se acaba de realizar un estudio conjuntamente por la Universidad FIEO y la Escuela Médica Jundiaí (Brasil), publicado recientemente en Advances in Aging Research al respecto.
El objetivo de este estudio es comprobar qué facultades cognitivas se van perdiendo con el avance de la enfermedad y a qué velocidad, ya que actualmente se «sobreentiende» que se van perdiendo facultades, pero sin entrar en describir y entender cómo es este proceso.
Para ello se realizó un estudio longitudinal durante seis años a 51 pacientes mayores de sesenta años (con media de 76 años), de ambos sexos (72% mujeres), diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer que eran tratados en centros clínicos y gerontológicos de Sao Paulo (Brasil).
A todos los participantes se les realizó una extensa evaluación de múltiples capacidades en dos momentos diferentes, la evaluación Cognitiva de Cambridge (CCE), el Mini-Mental (MMSE), el test de Evaluación de Fluidez Verbal (FV) en sus versiones animal, frutas y palas que empiecen con «m», el Test de Dibujar Relojes (CDT), el cuestionario de preferencias de actividades funcionales (QAFP) y la Escala de Depresión Geriátrica (GDS).
La evolución del Alzheimer a través de la firma pic.twitter.com/26WnIqh4Zk
— LosPájarosPican (@LosPajarosPican) 5 de febrero de 2017
Etapas Alzheimer
Los resultados muestra un deterioro en todas las funciones evaluadas en sólo dos años, a excepción del Test de Dibujar Relojes (CDT).
Aclarar que todos los participantes fueron tratados con fármacos durante los dos años del estudio, sin que recibiera ninguna de ellos tratamiento neuropsicológico al respecto, por lo que además de mostrar la evolución de la enfermedad de Alzheimer en todos los ámbitos evaluados, los autores dejan constancia de la ineficacia de la farmacología como único elemento terapéutica ya que por sí no detiene el avance de la enfermedad, quedando para próximas investigaciones demostrar la eficacia conjunta del tratamiento farmacológico y neuropsicológico en éste tipo de pacientes.
Los autores aclaran que únicamente han recibido tratamiento de rivastigmine, galantamine o donepezil, no habiendo recibido ninguno de ellos memantine.
Los propios autores reconocen las limitaciones de su estudio en cuanto a número de participantes, a lo que habría que añadir que no se ha realizado un análisis por género, a pesar del escaso número de hombres que han participado en el estudio.
Aunque se recogieron los datos en cuanto a la escolaridad de los participantes (6% analfabetos, 59% con escolaridad inferior a 4 años, 12% entre 5 y 8 años y el 25% con más de 9 años de escolaridad), luego no se analizaron, y eso a pesar de ser un factor que se ha comprobado en otras investigaciones como el avance de la enfermedad del Alzheimer afecta especialmente entre aquellas personas con baja escolaridad.