Categoría: Ramas de la psicologia

  • Entrevista a Dª. Tamara Peral sobre la labor de la Psicología Forense

    Entrevista a Dª. Tamara Peral sobre la labor de la Psicología Forense


    Entrevista a Dª. Tamara Peral Rodríguez, quien nos habla sobre la función de la psicología forense y la diferencia de otras áreas de la psciología.




    -¿Qué es la Psicología forense?

    Para entender la Psicología forense, debemos dirigirnos al concepto de Psicología jurídica que es desde donde la encontraremos. Esta disciplina nace en los años treinta de la mano del psiquiatra Emilio Mira y López que realiza un trabajo sobre esta rama de la Psicología y que lo publica bajo el nombre de Manual de Psicología Jurídica. Sin embargo, no es hasta la década de los setenta cuando esta ciencia comienza a tener cierta repercusión de la mano de los profesores Muñoz Sabaté, Federic Munné y Ramón Bayés (la Escuela de Barcelona). Desde ese momento el avance ha sido muy notable y ya en la década de los noventa, el Colegio Oficial de Psicólogos publica el Anuario de Psicología Jurídica donde se exponen artículos de relevancia en el contexto judicial, forense y legal.
    La mejor definición de la Psicología forense la encontramos descrita por Wrightsman (2001) cuando nos dice que es “cualquier intersección entre el sistema legal y la psicología científica”.

    -¿Cómo surge la Psicología forense y cuál es la labor que realiza?

    La Psicología legal y forense nace de una necesidad en los Tribunales de auxiliar al juez, entre otros miembros, para suplir la falta de conocimientos de la psicología científica en el contexto judicial. La labor del psicólogo es la realización de un informe pericial, entre otros, para ayudar al Juez en su decisión. Cabe decir que no es vinculante, es decir, el informe es un instrumento más de los que el Juez puede hacer uso en su veredicto siempre que lo estime oportuno.

    – ¿Cuál es la formación que debe de hacerse para ser Psicólogo forense?

    Aunque parece obvio, el primer paso es el Grado en Psicología- actualmente cuatro años- y, posteriormente, cursar un Máster especializado en Psicología forense y legal en cualquier Universidad que lo contemple en su programa. La duración del mismo puede ser de un año o dos, dependiendo de la Facultad que lo realice.
    Por otra parte, también se pueden realizar posgrados en centros privados que tienen menor duración que un máster y que posibilitan ejercer la profesión.
    En el caso de esta disciplina es necesaria la formación posterior a la Universidad ya que se trata con temas delicados y los profesionales deben estar formados y actualizados en la materia.



    – ¿Dónde suele hacer las practicas el Psicólogo forense en formación?

    El psicólogo forense puede realizar las prácticas en cualquier centro que esté conveniado con el Máster, curso de posgrado o de forma personal, si tiene algún contacto con alguna institución que le permita realizar las prácticas.
    Las prácticas se pueden realizar en los Centros Penitenciarios, en Juzgados de Familia, en Fiscalía de Menores, Centros de Reforma de Menores, en los Tribunales Superiores de Justicia, en los Juzgados de Violencia contra la Mujer, en las Clínicas Médico-Forenses, en Servicios de Atención a Drogodependientes, en colaboración con la policía, en Juzgados de Internamiento e Incapacidades, en el Tribunal Especial Psiquiátrico Militar, en la Unidad de Peritación que tenga el máster o curso que realice- de donde recibe derivaciones de casos- y asistiendo a juicios orales en la Audiencia Provincial, entre otros. También puede asistir a juicios públicos donde pueda observar la labor de otros profesionales de la disciplina.

    – ¿Qué salidas profesionales tiene el Psicólogo forense?

    La labor principal del perito es la realización de informes para el órgano o persona que se la reclame, de esta forma, los puestos de trabajo en los que se puede desenvolver son perito judicial – de forma oficial en una institución pública-, perito privado- de parte-, o perito designado, por ejemplo, por una lista en el colegio de psicólogos-.
    Las salidas profesionales se enmarcan dentro de la jurisdicción civil, penal, social, laboral, contencioso-administrativa, militar, canónica, del menor, en colaboración con las fuerzas de seguridad y como asesor asistencial de abogados, jueces y cualquier profesional relacionado con el Derecho. También, en esta última línea, puede realizar la labor de mediador, asesoramiento de víctimas o intervención en crisis, entre otros.

    – ¿Qué relación tiene los estudios de Psicología forense con los de Criminología?

    La relación entre la Psicología forense y la Criminología surge por la dedicación de ambas disciplinas de conocer el comportamiento humano, cada una desde su perspectiva, e intentar dar un punto de vista científico sobre un hecho ya acaecido. La primera de ellas la podemos describir como “la ciencia que enseña la aplicación de todas las ramas y saberes de la Psicología ante las preguntas de la Justicia, y coopera en todo momento con la Administración y Justicia, actuando en el foro (tribunal), mejorando el ejercicio del Derecho” (Urra, 1993). La Criminología, por su parte, es “ la ciencia empírica e interdisciplinaria , que se ocupa del estudio del crimen, de la persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata de suministrar una información válida contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen —contemplado este como problema individual y como problema social— así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito” ( García-Pablos, 2008). Como podemos observar son ciencias complementarias ya que desde la Psicología forense podemos realizar perfiles criminales que ayuden a solventar un hecho delictivo mientras que la Criminología se encarga de esclarecer el hecho delictivo en sí.

    – ¿Cuál es el papel de la Psicología forense en el sistema judicial?

    El papel que desempeña el psicólogo forense en el sistema de justicia es el asesoramiento técnico a Juzgados, Fiscalías, Tribunales y otros órganos técnicos en relación a su disciplina profesional. En el sistema judicial, coexiste con el perito forense el psiquiatra forense que, pese a tener ambos nociones de las ciencias de la conducta, el psiquiatra forense realiza su informe en función del diagnóstico de los trastornos, desde un punto de vista biologicista, mientras que el psicólogo forense realiza su trabajo basándose en el comportamiento humano en general y en el contexto –tanto social como ambiental- en el que el sujeto se ha encontrado inmerso.

    – ¿Por qué es una de las ramas de la Psicología con más demandas judiciales?

    El problema que suele haber en Psicología forense con el sistema judicial se debe a que existe mala praxis por parte de algunos peritos -siendo conscientes o sin serlo- que implica errores básicos en la ejecución del informe pericial. Uno de ellos, el más común, es realizar el peritaje de un menor sin saberlo ambos progenitores (art. 25 del Código Deontológico del Psicólogo, 1987, 2009) Normalmente, es uno de los progenitores quien pide el informe al perito y este tiene el deber de informar a la otra parte de la evaluación que se va a realizar al menor. Es lo que se denomina consentimiento informado y es lo que lleva a algunos letrados a denunciar frente al Colegio de Psicólogos una mala labor pericial.




    Desde aquí mi agradecimiento a Dª. Tamara Peral Rodríguez, por habernos ofrecido información clarificadora sobre las funciones de la psicología forense y la diferencia de otras áreas de la psciología.

  • ¿Qué papel juega el psicólogo ante el cáncer de pecho?

    ¿Qué papel juega el psicólogo ante el cáncer de pecho?


    Uno de los mayores dramas por los que puede pasar una mujer es padecer un cáncer de pecho.

    El cáncer de pecho

    Si bien actualmente se detectan antes gracias a los avances en cuanto a técnicas de diagnóstico, e igualmente el índice de supervivencia es muy elevado con respecto a unas décadas atrás.
    A pesar de pesar de ello, el recibir la noticia sobre que tiene un quiste y que hasta que no se haga la autopsia no se sabrá si es benigno o no, es una situación que desencadena toda una cascada de emociones asociado a la incertidumbre, pero sobre todo a las consecuencias futuras sobre su salud e incluso sobre su estética.
    La autoestima está ligada a la imagen personal de nosotros mismos, que a su vez se asocia a cómo creemos los demás que nos ven, pues bien todo ello se ve puesto en peligro por la existencia de un bulto en el pecho que necesita se analizado en profundidad.
    Cuando se requiere intervención quirúrgica para la extirpación del tumor, se suele incrementar el nivel de ansiedad y de temor de las pacientes, sobre todo si eso supone perder el pecho.
    Todo un proceso de sufrimiento psicológico que en algunos casos sobrelleva sola la paciente, para no preocupara a sus familiares y amigos, pero ¿Qué papel juego el psicólogo ante el cáncer de pecho?


    Vídeo Recomendado: Nosotras – Aspectos psicológicos del cáncer de mama

    Psicología y el cáncer de pecho

    Esto es lo que se trata de averiguar desde la Clínica Universitaria San Lucas y desde la Universidad Católica de Louvain (Bélgica) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Open Journal of Medical Psychology.
    En el estudio participaron 104 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama a las cuales se les tuvo que intervenir quirúrgicamente.
    Después de un año de la intervención se las realizó una entrevista sobre la necesidad que han tenido de emplear un servicio psicológico y la satisfacción con este servicio.
    Tres cuartas partes de las pacientes, habían acudido a este servicio, mostrando altos niveles de satisfacción próximos al 60%, tal es así, que incluso un poco más de la cuarta parte, tras la operación seguían acudiendo a consulta.
    Siendo este servicio significativamente más requerido entre las pacientes menores de sesenta años.


    El psicólogo y el cáncer de pecho

    Los resultados constatan la necesidad de la intervención psicológica durante todo el proceso, desde la detección del cáncer hasta su extirpación e incluso con posterioridad, con lo que la paciente se sienta comprendida, escuchada, pero sobre todo que cuente con una persona especializada que le ayude a sobrellevar la situación.
    A pesar de que el número de participantes del estudio no ha sido demasiado grande, los resultados evidencia una demanda por parte de los pacientes que han de ser cubiertos por profesionales espacializados en atender estos casos, psicooncólogos que comprendan por lo que están pasando estas pacientes y que proporcionen el apoyo y la comprensión necesaria para estos momentos tan difíciles.


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  • ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?

    ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?

    Cuando uno piensa en una depresión no suele hacerlo en el coste de la depresión para la sociedad en la que vive, si no más bien en la persona que lo sufre.

    El coste de la salud mental

    Pero no es así el planteamiento que se hacen desde las administraciones públicas que buscan optimizar sus recursos priorizando sobre dónde van destinados el dinero entre los distintos servicios y departamentos que se encuentran a su cargo, ya sea en inversión de materiales como de personal para poder dispensar con mayor eficacia sus servicios.
    El trastorno de depresión mayor afecta principalmente a la salud psicológica del paciente, pero también al resto de sus actividades diarias, su gana de comer, o su capacidad de tener un sueño reparador, pero sus efectos se extienden también a sus familiares, compañeros y amigos.
    Lo normal es observar una disminución en el rendimiento académico o laboral, que en el caso de una mayor severidad de este trastorno puede llevar a la persona a perder su puesto de trabajo, sus amigos e incluso su pareja.
    Actualmente existen diversos métodos de intervención terapéutica desde la psicoterapia, hasta la farmacológica pasando por la terapia electro convulsiva cuando no responde adecuadamente a la farmacológica.
    Cada una de estas intervenciones requiere de un personal especializado, el desarrollo de una tecnología y un centro donde se administra, lo que va sumando «gastos» para la administración, pero ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?



    El coste de la depresión

    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguar desde la Escuela de Medicina de Hannover, junto con la Universidad Goethe de Frankfurt y la Universidad Jena Friedrich-Schiller (Alemania) cuyos resultados han sido publicados en el 2014 en la revista científica Depression Research and Treatment.
    En el estudio intervinieron 70 médicos de la red sanitaria alemana, los cuales realizaron una reevaluación de sus pacientes diagnosticados con depresión, a la vez que les informaba del estudio y recogían su consentimiento para participar, al final fueron 626 pacientes, siendo el 75,7% mujeres y 24,3% hombres, a los que se les tomó medidas en tres momentos, en el momento de preguntar sobre su participación, a los 6 meses y al año.
    De cada participantes se recogieron cinco datos, la medicación que recibían, las visitas al médico general, las visitas al especialistas, la psicoterapia que recibían y el número de hospitalizaciones, siendo su coste extraído de unas tablas estandarizadas estimadas por la Oficina de Estadística Federal.
    Los resultados muestran que le coste medio por paciente con depresión mayor durante un año es de 3813€, no existiendo diferencias significativas en el coste entre hombres y mujeres, a pesar de que en el estudio tres cuartas partes de los participaron eran mujeres.
    Lo que en cifras macroeconómicas supone un gasto anual en Alemania sobre en pacientes con depresión mayor de 15.6 billones de euros.
    Cantidad que a los autores les parece excesiva, a pesar de ser el trastorno psicológico más frecuente entre los pacientes que acuden a consulta. De ahí que los autores sugieran realizar mayores intervenciones tanto en la detección temprana de la enfermedad como de búsqueda de nuevas y mejores técnicas y terapias con los que reducir el número de consultas, y sobre todo el coste total de la atención recibida por los pacientes con depresión mayor.
    Aunque los resultados son reveladores, no informa sobre si son más o menos costosos que otras enfermedades mentales, e incluso que otras afecciones físicas que se atienden, con lo que no se puede estimar si se trata de un gasto excesivo o no para las administraciones, ni si se tiene que priorizar sobre otras enfermedades debido a su elevado gasto.

  • ¿Es bueno que el paciente de Alzheimer acuda a los centros de día?

    ¿Es bueno que el paciente de Alzheimer acuda a los centros de día?


    En ocasiones los familiares no saben muy bien qué hacer con los pacientes que sufren la enfermedad de Alzheimer, y los mantienen en casa sin salir.

    La familia y el paciente de Alzheimer

    Son muchas las opciones que se adoptan en función del número de miembros de la familia, la disponibilidad de estos, pero también su poder adquisitivo para poderlos dejar con una enfermera o asistente, o para llevarlos a una residencia.
    Cada familia tiene que enfrentarse a esta importante cuestión de qué hacer con el paciente, que sufre una enfermedad degenerativa, y de la que actualmente no hay cura, por lo que los esfuerzos se centran en tratar de retrasar el avance de la enfermedad, proporcionándole la mayor calidad de vida posible.
    Si se tratase de un envejecimiento normal, las familias están más concienciadas y preparadas, sabiendo que el anciano requiere de cierto nivel de atención, pero también de autonomía que le permita salir y relacionarse con otras personas especialmente con gente de su edad, y esto lo suelen hacer sobre todo en centros de día, preparados y habilitados para ofrecer diversos servicios con los que entretener y acompañar al mayor, pero también para entrenarles y tratarles en la medida de los posible para que mantengan el mayor tiempo sus capacidades y habilidades intactas.
    Es innegable los beneficios de la socialización e incluso de un poco de ejercicio aunque sea de rehabilitación en la salud general de la persona a cualquier edad, pero también en edades avanzadas, pero ¿Es bueno que el paciente de Alzheimer acuda a los centros de día



    Centros para pacientes de Alzheimer

    Esto es lo que trata de averiguar desde el instituto Tecnológico de la Universidad de Ontario (Canadá) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Medical Research.
    En el estudio participaron 130 mayores de los cuales 57 sufrían la enfermedad de Alzheimer, siendo los restantes usuarios de centro de día sin esta patología.
    De los 57 pacientes de Alzheimer, 28 eran usuarios de centros de día, mientras que los restantes 29 no lo eran.
    A todos los participantes se les administró un cuestionario para evaluar su calidad de vida a través de cuestionario estandarizado denominado Quality of Life (QOL), que se ha visto útil también para personas que sufren demencia.
    No se encontraron diferencias significativas entre los usuarios de los centros de día, tuviesen o no la enfermedad de Alzheimer. En cambio se hallaron diferencias significativas entre los pacientes que acudían y los que no acudía a los centros de día, siendo significativamente peor la calidad de vida entre los que no acudían.
    Entre las carencias del estudio está la clasificación de los pacientes en función de un autoinforme, sin realizarle un análisis neuropsicológico, ni un estudio sobre la gravedad y el avance de la enfermedad, para poder subclasificar a los pacientes en función de si su padecimiento es leve, moderado o grave, ya que ello podría cambiar significativamente los resultados, y sobre todo por que informaría, por ejemplo si el asistir a un centro de día es más beneficioso para un subgrupo que para otro.


    Centros de día para pacientes de Alzheimer

    A pesar de los resultados significativos hallados, y tal como indican los investigadores, todavía hay que realizar nuevos estudios amplían la muestra de la población analizada antes de poder concluir afirmativamente a la cuestión planteada.
    Aunque sí es cierto sobre los beneficios en los escasos participantes, por lo que sería conveniente replantear la finalidad de los centros de día, para que diesen cabida y servicio a estos pacientes, con personal especializado en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.


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  • ¿Se relaciona directamente la felicidad con la autoestima?

    ¿Se relaciona directamente la felicidad con la autoestima?

    La felicidad es un constructo que se relaciona con muchas variables externas e internas, pero ¿hasta qué punto depende del nivel de autoestima de la persona?

    Teniendo en cuenta que a su vez la autoestima es un constructo que se va conformando desde pequeño con nuestras experiencias, tanto positivas como negativas, y que indica cómo nos vemos a nosotros mismos, es decir, nuestro propio reflejo, independientemente de la realidad interna y externa.
    Una persona con una autoestima alta, se cree capaz de conseguir las metas que se propone, es constante y lucha por lo que quiere, y cuando encuentra inconvenientes, los considera como «pruebas» o «enseñanzas» en la vida, que hay ue asumir y seguir adelante.
    Una persona con una autoestima bajo, se siente inferior a los demás, sin capacidad para hacer lo mismo que el resto, e incluso para buscar y conseguir sus propias metas, mostrando gran dependencia a las opiniones de los demás sobre nosotros mismo, teniendo escasa tolerancia a la frustración, convirtiéndose hasta la más mínimo «piedra» en el camino, como una sola insuperable, que no hace si no reforzar nuestra idea de inutilidad de nosotros mismos.
    Aunque estos son ejemplos extremos, cada uno de nosotros tenemos una mejor o peor autoestima, y en función de ello nos relacionamos con los demás, ya sea en el ámbito laboral o personal.
    Pero si bien la autoestima se conforma con la experiencia esta puede cambiar con el tiempo, sintiendo que tenemos una «buena racha» o una «mala racha», lo que hace que ante un mismo acontecimiento mostremos una actitud positiva o derrotista, pero ¿Se relaciona directamente la felicidad con la autoestima?



    Esto es lo que trata de averiguar desde las universidades de Nagoya y Hokkaido (Japón), cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Frontiers in Psychology.
    En el estudio participaron 537 estudiantes, 176 chicas y 361 chicos. De ellos, el 64% son estudiante de primer año universitario, mientras que el resto pertenecen al segundo año universitario.
    A todos ellos se les pasó una serie de cuestionarios estandarizados para evaluar tanto la felicidad como la autoestima, para comprobar si existen correlaciones entre ambos, a través de la escala estandarizada Life Scale y la Rosenberg Self-Esteem Scale.
    Los resultados indican que la relación entre la felicidad y la autoestima varía en función de las circunstancias que tenga que atravesar la persona, así cuando se afronta una situación de incertidumbre y cambio, como el ingreso en un nuevo centro de estudio, donde todo es nuevo, las materias, los profesores, los compañeros, el centro,… la felicidad tiene una relación más fuerte con la autoestima, esto es, las personas que tienen una alta autoestima van a sentirse más felices que los que tiene baja autoestima.
    Pero cuando la persona se encuentra en un ambiente estable, por ejemplo los estudiantes de segundo curso, que ya conocen el medio ambiente en el que se desempeñan, y a pesar de pequeños cambios como las materias o algunos profesores, el mantener el resto de las condiciones iguales debilita esta relación, haciendo que otras variables adquieran mayor protagonismos en la felicidad, es decir, ahora, en un ambiente estable, el que tiene alta autoestima no tiene por qué ser necesariamente el más feliz.

    A pesar de que los resultados son claros en cuanto a la relación entre felicidad y autoestima, la investigación se ha desarrollado en un ambiente muy específico, el mundo académico, y en unas etapas de formación de la autoestima como es la etapa estudiantil; por tanto para poder dar por establecida esta relación, hay que realizar nuevos análisis en otros ambientes, y a otras edades, pues puede ser una característica propia de los jóvenes.


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  • ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?

    ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?


    Existen muchas consecuencias de la adicción a sustancia, tanto para la vida laboral, familiar y personal y ello puede dado por un error en el coste de adicción.

    El cerebro y las adicciones

    Estas consecuencias pueden llegar incluso a desembocar en la ruina laboral, familiar y personal del adicto, aunque hay que tener en cuenta que los efectos va a depender mucho del tipo de persona, su ámbito familiar e incluso del tipo de sustancia a la que es adicto, y el tiempo que lleve consumiéndolo.
    Esto es, existen sustancias aditivas que incluso se consideran legales que producen escasas consecuencias en el momento, y sólo con el tiempo van a verse sus efectos, en cambio otras, pueden provocar un «mal viaje» y dañar el cerebro con consumirla una sola vez, en este caso no se podría hablar estrictamente de adicción, ya que ha sido únicamente en una ocasión.
    Entre ambos extremos existen multitud de sustancias más o menos perniciosas, con consecuencias a corto o a largo tiempo, pero en la mayoría de los casos, va a ir asociado con cierto nivel de ruina personal, provocado por el rechazo de los demás, y el aislamiento que buscado la adicto, lo que explica en muchas ocasiones las separaciones y divorcios, así como la pérdida de trabajo con las consecuencias económicas negativas que acarrea, todo ello explicado hasta ahora por las propiedades químicas de las sustancias en el cerebro que generan adicción, pero puede que además esté involucrado algún proceso cognitivo que impida al adicto darse cuenta del efectivo daño que aquello le está provocando y del coste de las consecuencias de sus actos, ¿Existe una deficiencia en el cálculo del coste de adicción?



    Toma de decisión y drogas

    Esto es lo que trata de averiguar un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford junto con la Escuela de Medicina Baylor, el Centro de Investigación sobre la Recuperación de la Adicción, el Laboratorio Humano de Neuroimagen y el Instituto Tecnológico de Investigación Carilion (USA), cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Addiction.
    En el estudio participaron 25 adictos consumidores de cocaína, a comparar con otros 25 no consumidores que servirán de grupo control.
    A todos ellos se les pasó por una serie de pruebas de elección mientras se registraba su actividad neuronal empleando la Resonancia Magnética Funcional.
    Los participantes debían de elegir entre conseguir la recompensa a corto plazo o a largo plazo, comparando que el «premio» sea cocacía frente a dinero.
    Los resultados conductuales muestran una evidente tendencia a la elección del dinero entre el grupo control, y sólo en los adictos cuando la recompensa es inmediata, si se aplaza el cobro de dinero la elección se decanta por la cocaína.
    Con respecto a la actividad neuronal existe una sobreactivación significativa en el córtex prefrontal dorsolateral en los adictos frente al grupo control en el momento de la actividad de decisión frente a la cocaína.
    Todo esto indicaría que el cerebro de la persona adicta se ha visto modificada por la conducta repetitiva, haciendo que valore más positivamente el consumo cuando la persona debe de retrasar la consecución de otras metas, luego la inmediatez y la baja tolerancia a la frustración podrían estar también sustentando este tipo de adicción, aunque quería todavía por determinar si existen características de personalidad implicadas que hagan más probable la adicción ante un tipo de persona frente a otro.


    Cerebro de los adictos

    A pesar de los resultados con respecto a la conducta de elección y a la actividad neuronal de los adictos frente a los no adictos, grupo control, el estudio se ha hecho con un tipo de específico de adicción, a la cocaína, cuyos mecanismos a nivel cerebral son bien conocidos, sobre todo en lo que respecta a su influencia en las áreas de placer y recompensa, pero estos procesos son diferente al que utilizan otras sustancias, por lo que los resultados son limitados a esta sustancia, lo que se requiere de nueva investigación en adictos a otras sustancias.

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