Categoría: Ramas de la psicologia

  • ¿Cómo afecta el duelo en la Felicidad?

    ¿Cómo afecta el duelo en la Felicidad?

    Una de la situaciones más difíciles en la vida es cuando se pierde a un ser querido lo que para algunas personas puede suponer un gran cambio.

    El duelo es el estado psicológico por el que se ha de pasar por la pérdida de dicho ser querido, considerado como una transición previamente para recuperar su estado.

    Pérdida y felicidad

    Pero el duelo no es exclusivo por la pérdida de un familiar, ya que se puede sentir por otras personas o animales con los que exista una fuerte vinculación emocional.
    A mayor vinculación emocional mayor va a ser el efecto de la pérdida; igualmente si el acontecimiento que ha generado la pérdida ha sido repentino, mayor va a ser ese sentimiento de pérdida.
    Así el duelo por la pérdida de un hijo que ha fallecido en un accidente de tráfico, un fin de semana que salía con los amigos, va a ser sentido como más doloroso, que el fallecimiento de un amigo de nuestro padre que lleva años enfermo.
    Esta pérdida va a tener efectos emocionales y en el estado de ánimo de la persona, pudiendo afectar al sueño, el apetito, e incluso en algunos casos desembocando en un Trastorno de Depresión Mayor, pero ¿Cómo afecta el duelo en la Felicidad?



    Duelo y felicidad

    Esto es lo que trata de responderse con una investigación desde la Jinan University (China), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron doscientos ochenta y tres estudiantes, de los cuales ciento cuarenta y ocho eran chicas, con edades comprendidas entre los veintiuno a veintiséis años.
    A los participantes se les separó en tres condiciones experimentales.
    En la primera los participantes rellenaron un cuestionario estandarizado sobre felicidad denominado Gallup Happy Mood Questionnaire and Life Satisfaction Scale, antes y después de su condición experimental.
    A la mitad de los participantes se les presentó material que contenía eventos de pérdida; mientras que a la hora mitad no se les enseñó nada. Encontrándose cambios significativos únicamente en el grupo que había recibido el material.
    En la segunda condición experimental, se les pidió a los participantes que evaluasen lo que le faltaba a un dibujo; previamente la mitad de ellos debían de recordar un acontecimiento de pérdida personal.
    Los resultados muestran que aquellos que recordaron una pérdida estimaban peor la tarea, amplificando lo que faltaba.
    En la tercera condición se combinaron las dos anteriores, obteniendo similares resultados pero esta vez con el contenido del material de pérdida y no basado en una experiencia personal.

    Sesgo por duelo

    Una de las limitaciones del estudio es la evaluación inmediatamente posterior de haber pasado por la condición experimental, lo que registra un efecto puntual, pero no permite saber si ese «duelo» provocado se mantiene en el tiempo o no.
    Igualmente no se han evaluado ninguna característica de la personalidad para saber si hay algún rasgo que afecte a cómo se vive la pérdida.
    Por último, a pesar de registrar el número de participantes masculinos y femeninos, no se ha realizado una análisis separado al respecto para saber si los efectos encontrados son iguales para hombres que para mujeres, o no se ven afectados por el género.
    A pesar de lo anterior, el estudio hace hincapié en la importancia del «sesgo emocional» que se produce ante la pérdida, donde la persona que sufre el duelo es incapaz de ver nada que le haga feliz en esos momentos.
    Pudiendo de esta manera explicar cómo algunas personas pasan del duelo al Trastorno de Depresión Mayor, al no ser capaz de «salir» de su situación, porque todo lo ve a través de dicho sesgo, en donde se amplifica lo negativo de la vida debido al sufrimiento por la pérdida, siendo incapaz de sentir felicidad por aquello que con anterioridad sí lo provocaba.


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  • ¿Determina la personalidad la carrera que se estudia?

    ¿Determina la personalidad la carrera que se estudia?

    Muchos son los factores que se tienen en cuenta a la hora de tomar la decisión de elegir la carrera universitaria incluida la personalidad.

    Los amigos, las salidas profesionales e incluso la familia son factores determinantes para elegir lo que estudiar, algo que va a marcar el futuro profesional de la persona, pero ¿Y la personalidad?.

    Estudiar carrera

    Con apenas dieciocho años se ha de tomar una decisión transcendental que va a determinar el futuro de la persona, ya que según estudie una carrera u otra va tener acceso a un tipo de trabajo u otro.
    Es entonces donde entran en juego las «presiones», modas y tendencias, para tomar esta decisión tan importante.
    En ocasiones se tiende por ir donde van los amigos, en otras se escoge la carrera con más empleabilidad o con la que se gana más dinero cuando se haya finalizado, también existen parámetros familiares como seguir la «tradición familiar», o incluso puede verse determinado por las posibilidades económicas al escoger una universidad más próxima a casa para no tener gastos extras.
    Igualmente el aspecto económico si no se tiene beca, va a influir en el tipo de institución a la que se va, si es pública o privada, pero ¿Determina la personalidad la carrera que se estudia?



    Personalidad estudiar

    Esto es lo que se ha tratado de responder mediante una investigación realizada desde la Faculty of Sport Sciences, Usak University (Turquía) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Social Sciences & Education.
    En el estudio participaron quinientos noventa y cuatro estudiantes universitarios, de los cuales doscientos sesenta y uno eran mujeres, con edades comprendidas entre los diecisiete a veintinueve años.
    Seis fueron los tipo de facultades de dichos universitarios, Facultad de Ciencias del Deporte, Facultad de Teología, Facultad de Educación, Facultad de Artes y Ciencias, Facultad de Ingeniería y Escuelas Vocacionales.
    Para evaluar la personalidad se empleó el cuestionario estandarizado de Eysenck denominado Eysenck Personality Questionnaire” and “Rosenbaum’s Learned Resourcefulness Scale (EPQ), que evalúa tres factores de la personalidad, el psicoticismo, la extraversión y el neuroticismo.
    Igualmente se empleó el Rosenbaum Learned Resourcefulness Scale (L.R.S.) para evaluar las habilidades de autocontrol, necesarias para la consecución de objetivos.
    Los resultados informan de diferencias significativas en los niveles de psicoticismo en función del género, siendo significativa mayor en chicos.
    En cuanto a la selección de la carrera universitaria se encontraron diferencias significativas en función del nivel de extraversión del estudiante.
    Así los estudiantes con niveles más elevados de extraversión elegían carreras impartidas en la Facultad de Deporte y en las Escuelas Vocacionales, mientras que los que tenían bajos niveles de extroversión, o lo que es lo mismo altos niveles de introversión preferían estudiar en carreras impartidas en la Facultad de Teología, Facultad de Ingeniería y Facultad de Artes y Ciencia.

    Personalidad carrera

    Hay que tener en cuenta que en Turquía la enseñanza es gratuita incluso en los niveles universitarios, luego el aspecto económico a la hora de determinar el tipo de universidad no va a suponer un factor determinante.
    Igualmente se ha de tener las peculiaridad culturales de esta población universitaria, lo que hace que para ser extensible sus resultados se necesite replicar los estudios en otras culturas.
    Con las salvedades anteriores, el haber encontrado diferencias significativas en función del nivel de extraversión entre estudiantes de unas carreras frente a otras es indicativo de que las mismas fueron escogidas en función de la personalidad.
    Eso no indica que exista un determinismo proveniente de nuestra personalidad, si no una predisposición que nos hace ver como más atractiva aquellas carreras que se corresponden con nuestra forma de ser.

  • ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?

    ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?

    En una sociedad basado en la comunicación, parece que la sordera puede resultar un inconveniente.

    La pérdida de la audición es un problema frecuente en los ancianos, pero también entre los jóvenes que se ven expuestos a sonidos demasiados altos; igualmente entre las causas de la sordera están las genéticas.

    Dificultades auditivas

    Actualmente estamos continuamente bombardeados por sonidos provenientes de distintas fuentes, ya sea de otros vehículos al conducir, de la televisión al presentar las noticias, o de otra persona que intenta decirnos algo.
    Tal es así que hay ciudades consideradas como las más ruidosas, donde incluso se hace difícil separar el ruido de las palabras de una conversación, pero ¿Qué pasaría si no tuviésemos acceso a ese sonido?
    Esto que hace se años hubiese considerado un trauma, actualmente y gracias a los avances se considera un problema a superar.
    El lenguaje de signos ha permitido mantener la comunicación con los demás, para poder expresar lo que uno siente, piensa o quiere, lo que de otra forma supondría un gran problema de aislamiento, pero ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?


    https://youtu.be/4-el6oR1Ttg

    Sordera y emoción

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada por el Department of Psychology, Göteborg University (Suecia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Clinical and Experimental Psychology.
    En el estudio participaron cincuenta y tres adultos, treinta y tres de ellos eran sordos y el resto con dificultades auditivas, de los cuales cuarenta y dos eran mujreres, con una edad media de 42 años.
    Para evaluar la presencia de problemas emocionales se empleó una escala estandarizada denominada Positive Affect Negative and Affect Scale (P.A.N.A.S.), para evaluar el nivel de estrés se empleó el Stress and Energy (S.E.) y para evaluar el nivel de autoestima se usó el Rosenberg’s Self-esteem Scale (S.E.S.).
    También se recogieron datos sociodemográficos de los participantes, el nivel de educación o el consumo de tabaco o alcohol entre otros.
    Los resultados muestran que según evaluación de la salud mental siguiendo los criterios del D.S.M.-V., el 43% de los participantes sufrían Trastorno de Depresión Mayor; el 33% Trastornos de Ansiedad; el 33% sufrían Traumas relacionados con estresores; el 21,4% Trastorno de Déficit de Atención; el 12% Trastorno Obsesivo Compulsivo; el 7% Personalidad Esquizotípica; y el 21% Trastorno del Espectro Autista; comprobándose que en el 5% de los participantes se producía Adicción a Sustancias.
    Hay que señalar que la suma de los diagnósticos anteriores superan el 100%, ya que estos no son excluyentes, pudiéndose presentar en la misma persona, por ejemplo, el Trastorno de Depresión Mayor y el Trastorno de Ansiedad.
    En total el 42% de los participantes sordos o con dificultades auditivas mostraron más de una psicopatología.
    Con respecto de la evaluación de las escalas y cuestionarios, se obtuvo que la autoestima y el nivel de energía pueden predecir la presencia de patologías asociadas a la emoción.

    Sordera y trastorno emocional

    Una de las limitaciones es en cuando a la exposición de los resultados, no haciendo distinción entre los que eran sordos y los que tenían dificultades de audición.
    Cabría esperarse que a mayores dificultades auditivas mayores problemas psicológicos, pero al no realizar dicha distinción no se puede concluir al respecto.
    Igualmente no se ha tenido en cuenta criterios de integración que pueden estar afectando al estado de ánimo del participante; esperándose que las personas sordas integradas tengan menores problemas psicológicos que las no integradas, aspecto que tampoco se ha podido comprobar en este estudio.
    A pesar de las limitaciones del estudio, se ha comprobado como este colectivo es especialmente sensible a padecer problemas psicológicos, sobre todos a los relacionados con el estado de ánimo.
    Algo a tener en cuenta en los centros especializados de tratamiento de los problemas de audición, y centros de integración, donde deberían de conocer alguno de los síntomas principales de estas psicopatologías, para derivar a sus miembros al profesional de la salud cuando los detectasen.
    Igualmente cabría esperar que se diseñasen programas de prevención entre este colectivo, para que puedan tener una mejor calidad de vida, sin complicaciones psicopatológicas.

  • ¿Quiénes son más compasivos los hombres o las mujeres?

    ¿Quiénes son más compasivos los hombres o las mujeres?

    A pesar de los muchos descubrimientos todavía queda mucho por conocer entre las diferencias hombre-mujer, ¿Quiénes son mas compasivos?

    En una sociedad preocupada por los resultados individuales, en ocasiones «damos la espalda» el desarrollo de la compasión.

    Compasión

    La compasión es vista en muchas culturas como una «debilidad» del ser humano; pero si nos paramos a pensar, esto es precisamente lo que nos distingue de muchos animales.
    Cuando hay una persona anciana, enferma o discapacitada, se «activa» en nosotros la compasión, y tendemos a ofrecer ayuda y protección; algo que ya se ha observado desde nuestros ancestros, al encontrar en enterramientos a personas con huesos fracturados cicatrizados, señal de que el grupo atendió y cuidó al accidentado, el suficiente tiempo como para que se curase.
    A los compasivos se les moviliza también en las causas solidarias, cuando sucede un problema social o catástrofe, y se recibe ayuda de verdaderos desconocidos.
    Un protector contras las emociones negativas como la ansiedad, el enfado o el miedo, fomentando la amistad, y las relaciones sociales.
    Un constructo que está muy relacionado con la empatía, la capacidad de entender las emociones del otro y ponernos en su situación.
    Pero igualmente, está presente en nuestra vida diaria, y lo podemos usar en mayor o menor medida según nuestro desarrollo emocional, pero ¿Quiénes son más compasivos los hombres o las mujeres?



    Agresividad verbal

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada por el Department of Communication, California State University, Fresno (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Happiness & Well-Being.
    En el estudio participaron seiscientos trece estudiantes universitarios, de los cuales trescientos diez eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a cuarenta y dos años.
    A todos ellos se les administraron una serie de cuestionarios estandarizados, para evaluar el nivel de compasión se empleó el Compassion Scale, para evaluar el nivel de tensión personal a la hora de comunicarse se empleó el Personal Report of Communication Apprehension (P.R.C.A.-24); para evaluar el nivel de neuroticismo se uso el Hypersensitive Narcissism Scale (H.S.N.S.) y por último para evaluar el nivel de agresividad verbal habitualmente empleado se usó el Verbal Aggressiveness Scale.
    Como factores principales, los resultados muestran diferencias significativas en función del género en cuanto a la compasión, siendo más elevada en mujeres.
    También se encontraron diferencias significativas en cuanto al nivel de tensión en la comunicación y en el uso de agresividad verbal, siendo en ambos casos mayor en hombres.
    Por último no se han encontrado diferencias en cuanto al narcisismo en función del género.
    Como factores de interacción, se encontró que cuanto se es más compasivo, se exhiben niveles más bajos de tensión en la comunicación, de agresividad verbal y narcisismo.

    Narcisismo

    Entre las limitaciones del estudio está el emplear únicamente evaluaciones de tipo cuestionario, en vez de emplear otras de tipo observacional o role-play para evaluar lo que realmente haría en una situación real.
    En el estudio no se ha evaluado la Inteligencia Emocional, factor fundamental para comprobar el desarrollo de habilidades de relaciones interpersonales; tampoco se ha evaluado el nivel de Alexitimia, relacionado con la capacidad de percibir las emociones en los demás y de dar una respuesta adecuada.
    Igualmente y tal y como indica la autora del estudio, la constatación de diferencias significativas no está acompañada de una teoría que explique dichas diferencias, ni sobre las implicaciones que esto conlleva.
    La autora también indica que para nuevas investigaciones queda analizar los distintos tipos de compasión, según la proximidad afectiva del destinatario de la misma, así como la autocompasión.
    A pesar de las limitaciones anteriores, a diario está surgiendo nuevos estudios que constatan las muchas diferencias hombre-mujer, sin que eso suponga una comparación de «mejor-peor», ni buscando degradar a ninguno de los dos.
    Dicho lo cual, el cultivo de la compasión, lo que nos hace ser más compasivos, mediante el desarrollo de la Inteligencia Emocional, va a hacer que se tengan menores comportamientos verbales agresivos, y tensiones en la comunicación.
    Algo que lejos de hacernos más «débiles» nos va a posibilitar establecer lazos afectivos, de amistad o íntimos más sólidos y duraderos, a la vez que tenemos una comunicación más cercana y directa, sin tensiones personales ni el empleo de la agresividad verbal.

  • ¿Conoces los riesgos para la salud de tener un hijo con síndrome de Down?

    ¿Conoces los riesgos para la salud de tener un hijo con síndrome de Down?

    Una de las situaciones más difíciles para los padres es cuando su hijo tiene algún tipo de problema, como es el caso del síndrome de Down.

    Si puede resultar agotador criar a un pequeño, cuando este sufre algún tipo de enfermedad o retraso en el desarrollo como en el caso del síndrome de Down, puede hacer la tarea de criarlo más complicado.

    Hijo con síndrome de Down

    Hay que tener en cuenta que los progenitores han de hacer frente a un «plus» en el cuidado del menor cuando este presenta algún tipo de problema, ya sea físico o psicológico.
    En ocasiones esto supone sufrir mayores niveles de estrés e incluso la presencia de depresión, aspectos que en ocasiones los familiares y amigos no son capaces de percibir y atender.
    El síndrome de Down en el 95% proviene de una alteración genética, trisomía del par 21, que tiene importantes repercusiones en el desarrollo físico y psicológico del menor, incluido dificultades de aprendizaje y problemas de comunicación.
    Con respecto a los problemas físicos se puede presentar además con defectos cardíacos congénitos, problemas gastrointestinales, hipotiroidismo, problemas respiratorios, de visión o audición.
    Todo lo cual va a suponer una mayor atención por parte de los progenitores, unido a que en algunas sociedades todavía se estigmatiza al pequeño y en ocasiones los padres por tener un pequeño con una discapacidad pero ¿Conoces los riesgos para la salud de tener un hijo con síndrome de Down?



    Pequeño con síndrome de Down

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación desde el Department of Rehabilitation Psychology, Albrecht-Ludwigs-University of Freiburg, Freiburg, junto con el Department of Quantitative Methods, University of Technology, Berlin, (Alemania) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Psychology.
    En el estudio cuarenta y nueve progenitores de hijos con síndrome de Down, de los cuales cuarenta y una eran madres, con edades comprendidas entre los veintisiete a cincuenta y dos años.
    Todos ellos debían de completar un cuestionario estandarizado para evaluar la presencia de depresión o ansiedad a través del Brief Symptom Inventory (B.S.I.); para evaluar complicaciones psicosomáticas se empleó el Freiburg Complaint List (the FBL-R); para evaluar el procesamiento emocional de los padres se empleó el Emotional Processing Scale of Stanton.
    Igualmente se observó si existían síntomas asociados a trastornos post-traumáticos a través del Posttraumatic Growth Status Inventory (P.G.S.I.) y por último se evaluaron las estrategias de afrontamiento empleadas a través del C.O.P.E.
    Los resultados indican que dependiendo de la estrategia empleada por los padres para afrontar el estrés extra que supone criar un hijo con síndrome de Down, así serán las consecuencias sobre su salud.
    Si los progenitores aceptan la situación de forma positiva, reajustando su visión sobre el niño «normal» a la situación real que vive, eso le va a ayudar a manejar mejor los niveles de estrés añadidos lo que le va a proteger de sufrir problemas de ansiedad y psicosomáticos asociados a tener un hijo con síndrome de Down.
    En cambio si emplean estrategias disfuncionales, es decir, no aceptando la situación y «sufriendo» por la situación que les ha tocado vivir, esto se va a reflejar en la presencia de depresión y trastornos psicosomáticos.

    Descendiente con síndrome de Down

    A pesar de los resultados anteriores hay que destacar que no sólo se han recogido datos mediante autoinformes, pudiéndose haber incluido información sobre el historial médico de los participantes.
    Igualmente, el escaso número de participantes masculinos hace que estos resultados únicamente se puedan extraer para las madres.
    El estudio no recoge si los padres tenían más hijos aparte del que sufre síndrome de Down, y de tenerlos, qué posiciones ocupan y qué edades tienen, variables pueden incrementar o reducir los niveles de estrés de los progenitores.
    Una vez identificada las limitaciones del estudio, y tal y como señalan los autores, es importante establecer programas de intervención entre las familias con hijos con síndrome de Down, para aplicarles programas de Inteligencia Emocional, donde enseñarles estrategias adecuadas de afrontamiento del estrés.
    Todo ello sabiendo que al aumentar la calidad de vida de los padres, se invierte igualmente en la calidad del cuidado hacia el pequeño.
    Ya que un progenitor «enfermo», con problemas de depresión o psicosomáticos, no va a poder responder de la misma manera que un padre «sano» y con una actitud positiva hacia su hijo y su problemática.

    Experto Colaborador:




    Las personas que viven con el síndrome de Down tienen una mayor incidencia de ciertos tipos de problemas de leucemia, cardíacas y de la tiroides, problemas de visión y audición, problemas gastrointestinales, y otros. La gente suele pensar de la discapacidad intelectual asociada con el síndrome de Down, síndrome de Down, pero no es sólo una discapacidad del desarrollo neurológico.
    También es una discapacidad neurodegenerativa. Dado que el tiempo de vida de las personas que nacen con síndrome de Down ha aumentado de manera significativa, se está prestando cada vez más atención a los efectos degenerativos físicos y mentales de la vida de más de 60 años con un cromosoma extra.

  • ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?

    ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?

    Una de las mayores dificultades a la hora de tratar a los adictos es cuando existen variables de la personalidad implicadas en el abuso de sustancias.

    Hay que tener en cuenta que la personalidad conforma lo que somos, cómo pensamos y actuamos. Si alguna de las características de nuestra personalidad favorece el abuso de sustancias vamos a estar más predispuesto para ello.

    Personalidad en el abuso de sustancias

    Aunque no hay que pensar en ningún tipo de determinismo de la personalidad en el abuso de sustancias, sí va a guiar nuestros pasos hacia aquello que queremos y buscamos.
    Son muchas las variables de la personalidad que podrían estar implicadas, en función del modelo teórico que empleemos; pero quizás el narcisismo esté destacando en los últimos años como característica determinante de nuestro comportamiento.
    El narcisismo es aquella percepción de uno mismo, muy relacionado con la autoimágen y la auoestima, que motiva conductas autocomplacientes.
    En el extremo se encuentra el narcisismo patológico, que conduce a una distorsión de la realidad, con pensamientos de grandiosidad, fantasías de tener capacidades ilimitadas, sentirse superior a los demás, e incluso perfecto.
    Donde se observa una escasa moral en aquello que le satisface, no considerando que se equivoca nunca, motivado únicamente por las recompensas y sin ningún remordimiento por lo que hace, pero ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?



    Personalidad y adicción

    Esto es precisamente lo que se trata de averiguar con una investigación desde el Department of Psychology, University of Mohaghegh Ardabili, junto con el Department of Psychology, University of Guilan, y el Department of Clinical Psychology, Allameh Tabataba’i University, Tehran, (Iran) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Personality and Individual Differences.
    En el estudio participaron doscientos alumnos universitarios, de los cuales el 38,5% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta y cinco años.
    A todos ellos se les administró un cuestionario estandarizado para evaluar los niveles de narcisismo patológico a través del Pathological Narcissism Inventory (P.N.I.); igualmente se evaluó su nivel de adicción al alcohol y otras drogas a través del Addiction Acknowledgment Scale; además se evaluó el autocontrol mediante el Cognitive Self-Control Scale y por último se administró la BIS/BAS scales para evaluar la sensibilidad a realizar o inhibir comportamientos en busca de recompensa.
    Entre los efectos principales se ha encontrado que el narcisismo patológico y el comportamiento activo se relacionan significativamente con el abuso de sustancias.
    Mientras que el comportamiento inhibitorio y el autocontrol se relaciona significativamente con la prevención el abuso de alcohol u otras sustancias.
    Los resultados sobre los efectos combinados muestran que existe una relación significativa positiva entre el narcisismo patológico y el comportamiento activo hacia las drogas, mediado por bajos niveles de autocontrol.
    Existe también una relación significativa negativa entre el comportamiento inhibitorio y el autocontrol.

    Narcisismo y adicción

    Hay que tener en cuenta que el análisis sobre el abuso de sustancias se realiza mediante un cuestionario estandarizado y no sobre otro tipo de evaluaciones más objetivas.
    No se ha evaluado el tipo de sustancia que se consume, la edad de inicio de su consumo, «motivos» por lo que lo hace,…
    Igualmente la población objeto de estudio, universitarios iranies, hace que se requiera de nueva investigación para comprobar si se mantienen las mismas relaciones en otras poblaciones.
    Por último, a pesar de que los autores han tratado de ofrecer un modelo con las relaciones significativas positivas y negativas de estas cuatro variables, este no ha ido acompañado de un modelo teórico que lo sustente.
    Aun y con las limitaciones anteriores hay que destacar la complejidad de la conducta de abuso de sustancia, y de cómo están implicadas en ella variables de personalidad, lo que va a dificultar el tratamiento para su desintoxicación.
    Así el narcisismo patológico va a jugar un papel destacado en el abuso de sustancias, aspecto que se habrá de trabajar si se quiere modificar estas conductas, sabiendo que tratar de cambiar la personalidad conlleva mucho esfuerzo y en la mayoría de los casos pocos resultados.
    Destacar que los resultados ofrecen una vía de trabajo, en cuanto al autocontrol como modo de prevenir el abuso de drogas, característica que se educa reforzando la Inteligencia Emocional.
    Por tanto, una correcta intervención con un programa de Inteligencia Emocional donde se refuercen las habilidades de autocontrol tendría que servir para prevenir el consumo de sustancias.

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