GABA – Características Detalladas
GABA (ácido gamma-aminobutírico) es el principal neurotransmisor inhibitorio en el sistema nervioso central, ayudando a regular la excitabilidad neuronal a lo largo de todo el sistema nervioso.
Su fórmula química es C4H9NO2, y es fundamental en la regulación de la transmisión nerviosa y la prevención de la sobreestimulación neuronal.
Descubierto en 1950 por Eugene Roberts y J. Awapara, el GABA fue identificado primero en el cerebro de los mamíferos como una parte integral del sistema nervioso.
El GABA se sintetiza directamente del glutamato, el principal neurotransmisor excitatorio, mediante la enzima glutamato descarboxilasa, con la vitamina B6 como cofactor esencial.
Es metabolizado por la enzima GABA transaminasa en el ciclo del ácido glutámico, un proceso que ayuda a mantener los niveles apropiados de GABA en el sistema nervioso.
El GABA actúa principalmente a través de dos tipos de receptores: GABA-A, que es ionotrópico y mediador de efectos rápidos, y GABA-B, que es metabotrópico y asociado con efectos más lentos y prolongados.
Al unirse a sus receptores, el GABA reduce la actividad neuronal al aumentar la entrada de iones cloruro a las células neuronales, lo que resulta en una disminución de la excitabilidad neuronal.
El GABA es crucial para controlar la ansiedad, el miedo y el estrés, regula también el tono muscular y tiene un papel importante en la relajación, el sueño y la calma general del cuerpo y la mente.
Desequilibrios en los niveles de GABA están asociados con trastornos neurológicos como la epilepsia, donde la disminución de GABA contribuye a la susceptibilidad a las convulsiones, y enfermedades psiquiátricas como la ansiedad y el trastorno bipolar.
Medicamentos que mimetizan la acción del GABA o que potencian su efecto en el cerebro, como los benzodiazepinos, son ampliamente utilizados para tratar la ansiedad, el insomnio y las convulsiones.
El GABA juega un papel esencial en la inducción del sueño y en la mejora de la calidad del mismo, facilitando las transiciones entre las fases del sueño y estabilizando el sueño no REM.
Por su efecto inhibitorio, el GABA ayuda a regular y reducir el tono muscular excesivo, previniendo así espasmos y otros problemas relacionados con la hiperactividad muscular.
Además de su papel en el cerebro, el GABA influye en la función gastrointestinal regulando la motilidad y posiblemente mitigando condiciones como el síndrome del intestino irritable.
Al actuar como un calmante natural del cerebro, el GABA ayuda a mejorar el estado de ánimo y a reducir el estrés, proporcionando una sensación de tranquilidad y relajación.
El GABA es utilizado en el tratamiento de la epilepsia por su capacidad para inhibir las señales neuronales excesivas que pueden llevar a convulsiones.
El alcohol potencia los efectos del GABA en el cerebro, lo que explica algunos de los efectos sedantes del alcohol, pero también subraya el riesgo de dependencia y los efectos negativos del abuso del alcohol.
Aunque principalmente inhibitorio, el GABA también contribuye al balance necesario para el aprendizaje y la plasticidad neuronal, asegurando que las redes neuronales no se sobreexciten durante los procesos de aprendizaje.
Investigaciones sugieren que alteraciones en los sistemas de neurotransmisión del GABA pueden estar relacionadas con características de los trastornos del espectro autista, afectando la comunicación neuronal y el comportamiento social.
El GABA puede influir en la percepción del dolor a través de su efecto modulador en el sistema nervioso central, contribuyendo potencialmente a estrategias para el manejo del dolor crónico.
Las fluctuaciones en los niveles de GABA también pueden influir en trastornos alimentarios, afectando el apetito y la saciedad, lo que podría ofrecer vías para nuevas formas de tratamiento.