Donación de órganos: cuando tú puedes salvar vidas

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Entrevista completa a Dª Marta García Martínez, responsable del área de enfermería de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) quien nos habla de la organización y de la importante labor que realizan.




– ¿Qué es la ONT y cuál es su objetivo?

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) es un organismo coordinador de carácter técnico, perteneciente al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, encargado de desarrollar las funciones relacionadas con la obtención y utilización clínica de órganos, tejidos y células. Su estructura se basa en una organización reticular a tres niveles: Coordinación Nacional, Coordinación Autonómica y Coordinación Hospitalaria.
Para llevar a cabo dichas funciones actúa como una unidad técnica operativa, que siguiendo los principios de cooperación, eficacia y solidaridad, cumple con su misión de coordinar y facilitar las actividades de donación, extracción, preservación, distribución, intercambio y trasplante de órganos, tejidos y células en el conjunto del Sistema Sanitario Español.
La ONT actúa como agencia de servicios para el conjunto del Sistema Nacional de Salud, promoviendo el incremento continuado de la disponibilidad de órganos, tejidos y células para el trasplante. Garantiza la más apropiada y correcta distribución de acuerdo al grado de conocimientos técnicos y a los principios éticos de equidad que deben presidir la actividad trasplantadora.
Su principal objetivo es por tanto la promoción de la donación altruista, con el único fin de que el ciudadano español que necesite un trasplante tenga las mayores y mejores posibilidades de conseguirlo.

– ¿Cómo surge la ONT y hacia quien va dirigido?

La donación y los trasplantes en España durante los años sesenta y setenta carecieron de regulación legal. Semejante hecho impedía un desarrollo integrado de estas terapéuticas. El acentuado interés por ordenar el asunto que demostraran tanto los profesionales como los enfermos renales, acabó convertido en promulgación de la Ley 30/1979 y el Real Decreto 426/1980 que desarrollaba la ley de trasplantes. Dicha ley, que aunque renovada conserva todavía el núcleo de su espíritu hoy vigente, contempla como puntos fundamentales: 1.-El establecimiento de la llamada muerte encefálica como equivalente científico legal y ético de la muerte ‘clásica’ del individuo. 2.-El respeto a la voluntad del fallecido en cuanto a donar o no sus órganos. 3.-La necesidad de que el diagnóstico de muerte se haga por un equipo de médicos independiente del de trasplante. 4.-El carácter altruista de la donación y la no comercialización de los órganos. 5.-La garantía de anonimato del donante 6.-La aplicación de criterios médicos para la distribución de los órganos disponibles entre los enfermos en espera de los mismos. 7.- La necesidad de constituir Organizaciones a nivel Autonómico y Nacional, que hicieran posible el intercambio y la rápida circulación de órganos destinados a trasplante, obtenidos de personas fallecidas, con el fin de encontrar el receptor más idóneo.
En 1987, año en que precisamente era más necesario un incremento de las donaciones por el incremento de los pacientes en lista de espera renal, se produjo un descenso del 20% a nivel nacional.
A ello se unió el hecho de que, la aparición de otros trasplantes distintos al renal, exigía una dinámica completamente distinta. El problema fundamental por tanto, era la escasez de donantes para satisfacer las necesidades de los pacientes en lista de espera para trasplante. Y la solución pasaba por englobar a la mayor cantidad de profesionales posibles en un sistema organizativo que no existía y debía engendrarse con toda celeridad.
El mero hecho de saber que algo se estaba moviendo en el mundo de los trasplantes, despertó enormes expectativas en sus destinatarios. Los enfermos y las asociaciones que los representaban tendrían a quien contarle sus problemáticas. Paralelamente, fueron sumándose coordinadores autonómicos de trasplante al nuevo proyecto.
También la prensa comenzó a significar el potente aliado que luego siempre fue en el desarrollo de la ONT. Su efecto multiplicador del mensaje primordial tuvo un potencial enorme para contribuir a crear un sistema organizativo que había partido de la nada.

https://youtu.be/JeXS7LgFNuE

– ¿Cómo es el proceso desde que alguien necesita un trasplante hasta que lo consigue?

El proceso de donación y trasplante de órganos tienen un desarrollo cíclico, ya que se inicia y concluye en la propia sociedad donde se desarrolla.
Estimamos que más de cien profesionales sanitarios y civiles, contribuyen al buen desarrollo de cada operativo de donación y trasplante de órganos.
La ONT, tiene como misión facilitar a todos los agentes implicados un soporte legal, organizativo y clínico, así como la coordinación necesaria para alcanzar la mayor efectividad de cada proceso, garantizando estándares de calidad y seguridad.
Cuando una persona fallece, habitualmente en una Unidad de Cuidados Intensivos, tras haberse agotado las opciones terapéuticas emprendidas para salvar su vida, y se diagnostica la muerte del paciente, la familia es informada y posteriormente se les plantea la posibilidad de ejercer el derecho a la donación de órganos, con fines terapéuticos.
La entrevista es realizada por el coordinador de trasplantes del centro, profesional sanitario cualificado específicamente para el desempeño de este rol.
Si la familia accede a la donación, ya que no encuentra manifestaciones expresas del fallecido, en contra de la donación de sus órganos, se pone en marcha el operativo de donación. Es en este momento cuando el coordinador de trasplantes del hospital informa a la ONT de la existencia de este donante, lo que implica por un lado el mantenimiento del donante, con el objetivo de mantener los órganos en estado óptimo para el posterior implante, el soporte a la familia del fallecido con la que se establece una relación de ayuda y la búsqueda de los receptores más idóneos en la listas de espera, basada en criterios clínicos y geográficos establecidos previamente por toda la comunidad trasplantadora.
Tras la coordinación de todos los agentes que intervienen en el proceso, se produce la culminación del objetivo principal, que no es otro que la realización del trasplante de los órganos extraídos con la finalidad de mejorar o salvar la vida de alguna persona con indicación de trasplante en lista de espera.

– ¿De dónde se consiguen los órganos?, ¿Y cómo puede uno hacerse donante?

Los órganos obtenidos con fines de trasplante, se obtienen de personas que fallecen en el entorno hospitalario, tras haberse agotado todas las opciones terapéuticas puestas en marcha para el tratamiento de la enfermedad que requirió su ingreso, resultando estas infructuosas. Con mayor frecuencia se encuentran hospitalizados en Unidades de Cuidados Intensivos, Unidades de Ictus o Urgencias hospitalarias. Según la legislación española, todos somos considerados donantes de órganos si en vida no hemos expresado lo contrario. Sin embargo, esa expresión puede haber sido formulada de diferentes modos, lo que obliga a que se pregunte a familiares o allegados sobre la voluntad del fallecido respecto a la donación. Puede ser donante de órganos toda persona que en vida no manifieste oposición a que, en el momento del fallecimiento, sus órganos sirvan para salvar o mejorar la vida de otros. Sin embargo, debe saber que pese a nuestro deseo de ser donante de órganos, no todos podremos serlo, ya que para ello, será necesario que el fallecimiento acontezca en un entorno sanitario, por ejemplo Unidad de Cuidados Intensivos, Unidades de ICTUS o urgencias de un hospital. Es en estas unidades dónde es posible realizar la preservación de los órganos y las pruebas necesarias para realizar una correcta valoración de cada potencial donante. Será el equipo médico quien, una vez realizadas todas las pruebas necesarias, dictamine si el fallecido puede ser donante y de qué órganos. Así mismo, nuestra legislación permite la donación en vida de un órgano (concretamente uno de los dos riñones o una porción hepática), siempre que sea compatible con la vida y la función del órgano o parte de él, compensada por el organismo. En España los donantes para trasplante vivo han de ser mayores de edad, estar en pleno uso de sus facultades mentales y presentar un óptimo estado de salud que garantice, en la medida de lo posible, que la donación no será perjudicial para el donante ni para el receptor. Esta donación debe ser libre, altruista y desinteresada, sin ningún tipo de coacción ni búsqueda de beneficio económico o material.
La legislación española no pone obstáculos para que la donación pueda realizarse sin vínculo familiar, aunque en estos casos hay que acreditar que la donación esté motivada exclusivamente por razones de solidaridad y altruismo.

– ¿Cuánto es el tiempo medio que tiene que esperar un paciente para un trasplante?

Los tiempos de espera para recibir un trasplante de órganos, son diferentes en función de diversas variables, fundamentalmente: el órgano a trasplantar y la edad del receptor.
En este sentido anualmente publicamos en nuestra página web www.ont.es, el tratamiento estadístico pormenorizado de todos los datos referentes a medias y medianas de tiempo en lista de espera segmentada por órganos, Grupos sanguíneos, edades,… que cualquier profesional o ciudadano general puede consultar.
Para que se hagan una idea, para un trasplante de pulmón la mediana de tiempo suelen ser unos 6 meses, frente a los dos o tres meses de espera para un trasplante cardiaco.

– ¿Existen órganos más difíciles de encontrar para trasplantar?

En nuestro país las características epidemiológicas de los donantes, han ido modificándose a lo largo de los años. España como país desarrollado, con un sólido sistema sanitario, posee una esperanza de vida de las más elevadas del planeta, Así como tasas de mortalidad infantil ciertamente marginales. Esto condiciona que más del 50% de nuestros donantes de órganos superen los 60 años.
Ambos factores, determinan sobretodo escasez de órganos infantiles para trasplante, así como la necesidad de que la red de coordinadores y los equipos de trasplantes, pongan en marcha desarrollos estratégicos, para mejorar la efectividad de todos y cada uno de los procesos de donación que se producen en nuestro país.

– ¿Existe una conciencia en favor de los trasplantes en la población general?

Desde la ONT estamos convencidos de ello. Según nuestros indicadores, 9 de cada 10 familias a las que se les plantea la posibilidad de donar los órganos de un ser querido en nuestro país, dicen sí a la donación.
Esto viene reforzado, por la circunstancia de que cualquier español que para seguir viviendo, ha necesitado de un trasplante de corazón, de hígado, de riñón o de cualquier órgano, ha sido el ciudadano del mundo con mayores posibilidades de conseguirlo, en unas condiciones de calidad y seguridad excelentes.
En este sentido, la solidaridad de los ciudadanos, nuestro sistema nacional de salud, considerado como uno de los activos más sólidos del estado de bienestar, con una calidad técnica indiscutible y el modelo organizativo de donación y trasplantes de órganos español, han contribuido a consolidar esa cultura de trasplantes en nuestro país.

– ¿Cuáles son las creencias erróneas más frecuentes entre la población general que haya podido detectar?

En la población en general las cuestiones que más dudas generan, son las relacionadas con el aspecto físico posterior que el ser querido pueda presentar. En este sentido es necesario explicarles que la extracción de los órganos y tejidos es una operación quirúrgica de cuyo rigor depende la vida de los enfermos que se van a trasplantar. Se realiza en quirófano por un equipo de especialistas. Una vez acabada la intervención se suturan los cortes realizados como en cualquier otro tipo de intervención, se lava el cuerpo y se envuelve en un sudario. No queda ninguna deformidad ni lesiones externas que desfiguren el cadáver.
Por otro lado, entre los factores que los expertos en la materia consideran que influyen en el momento de la donación, en ciertos sectores de la población inmigrante de nuestro país, se encuentran: el idioma, ritos y creencias (en muchos casos de índole religioso) relacionadas con el fin de la vida y la ausencia de cultura de donación entre otros.

– ¿Cómo es el seguimiento de una persona que ha recibido un trasplante?

Las personas trasplantadas tienen sus mayores dificultades en la primera etapa posterior al trasplante, y por ello necesitan un control muy estrecho hospitalario hasta conseguir una estabilidad en su evolución. Cuando se recibe un órgano extraño, el sistema inmune del receptor lo reconoce como tal e inicia una serie de acciones contra él; la medicación inmunosupresora tiene como objetivo evitar esta respuesta y llegar a un estado que permita la tolerancia del injerto.
Por lo general la pauta que se sigue tras el alta hospitalaria es un control ambulatorio estrecho, que ayude a identificar y tratar posibles complicaciones, para posteriormente ir espaciándose según la evolución.

– ¿Cuenta la ONT con psicólogos especializados? ¿Cuál es su función?

La Red de hospitales españoles con programas de trasplante, cuenta con la colaboración en muchos casos, de profesionales psicólogos.
Entre sus funciones podríamos destacar, el apoyo a los pacientes en lista de espera, en algunos casos la atención a las familias en el proceso de donación y siempre en la evaluación psicológica protocolizada, de aquellas personas que deciden donar en vida un órgano o parte de él, a un receptor en lista de espera para trasplante renal o hepático.

– ¿Cuáles son los logros alcanzados en la ONT?

Lo que España ha logrado en materia de trasplantes puede resumirse de la siguiente manera: durante los últimos 20 años, cualquier español que para seguir viviendo, ha necesitado de un trasplante de corazón, de hígado, de riñón o de cualquier órgano, ha sido el ciudadano del mundo con mayores posibilidades de conseguirlo, y además en el seno de un sistema público, universal y sin discriminaciones positivas o negativas por motivos de posición económica, social o de cualquier otra índole.
Esto no es sencillo de conseguir, pero nuestro sistema de donación – y su organismo emblemático, la ORGANIZACIÓN NACIONAL DE TRASPLANTES, la ONT- se ha convertido en una marca reconocida en los cinco continentes, en algo que identifica la marca “España” en un terreno que, en el campo de las ciencias biomédicas y en el inconsciente colectivo, se asocia a la medicina más moderna y a desarrollo tecnológico.

– ¿Cuáles son los objetivos a alcanzar en un futuro en la ONT?

Esta organización pública, debe seguir proporcionando un enfoque integral de la donación y el trasplante de órganos, tejidos y células como ha hecho hasta ahora, dando respaldo oficial a estas actividades y facilitando que se lleven a cabo. Marcándose como objetivos paralelos, el óptimo rendimiento del sistema y unos estándares de calidad y seguridad de excelencia.
Debe ser además, una línea a seguir, la traslación a la clínica de la investigación básica tanto en el campo de los trasplantes de órganos como en el de los tejidos y células, aprovechando la espléndida red creada en nuestro país. La asunción progresiva de nuevas competencias recogidas en nuestro estatuto, tanto en fomento de la investigación clínica como en el terreno de aplicación clínica de la terapia celular, sin duda pueden rentabilizar aún más la marca ONT en beneficio de toda la sociedad española.




Desde aquí mi más sincero agradecimiento a Dª Marta García Martínez, responsable del área de enfermería de la Organización Nacional de trasplantes por compartir con sus palabras la importante labor que salva la vida a tantos.

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