Uno de los fenómenos más recientes ha sido el surgimiento de la imagen digital, por la cual nos presentamos ante los demás, resaltando aquello que creemos más importante.
La imagen digital se ha convertido en nuestra señal de identidad por el cual nos reconocemos en la red, un ambiente nuevo donde se podrían superar mucho de los errores sociales existentes.

Imagen digital

La sociedad se construye con la transmisión de formas de pensar, valores y normas, pero en el mundo digital, esas formas se diluyen, ya que uno deja de pertenecer a un solo lugar y pasa a lo que se denomina “Aldea Global”. En este mundo digital, las personas pueden ser lo que quieran, y presentarse a los demás como ellos mismos prefieran gracias a que tienen la oportunidad de formarse una nueva identidad digital.
En persona, cara a cara, y sin decir nada, estamos ofreciendo gran cantidad de nosotros mismos, qué altura tenemos, qué peso, cuál es nuestro color de pelo o de piel, incluso cómo nos vestimos,… toda esta información es ajena en Internet, y es sustituida por lo que nosotros digamos en nuestra identidad digital.
Igualmente, nuestro comportamiento, no tiene por qué ser el mismo en la vida real y en Internet, así una persona puede vivir humildemente en su casa, y en cambio en la red codearse con banqueros o políticos, ya que las reglas por las que se rige la red es diferente.
Incluso de habla de que la red tiene su propia cultura, es decir, existen formas de pensar, valores y normas exclusivas de la red, que difícilmente pueden existir en la vida real, y no solo se trata de tener amigos diseminados por todo el mundo, si no que se expresa en fenómenos tan curiosos como el de compartir desinteresadamente, ya sean tiempo, archivos o conocimiento, pero ¿Cuál es la imagen digital de las jóvenes en Facebook?



Facebook mujer

Esto es precisamente lo que trata de explorarse conjuntamente desde la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) y la Universidad del Oeste de Inglaterra (Inglaterra), cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Psychology of Women Quarterly.
En el estudio participaron 150 estudiantes universitarias, todas ellas mujeres entre los 17 a 25 años, y con un peso promedio normal, evaluado mediante la fórmula de peso dividido entre la altura al cuadrado.
A las participantes se les preguntó mediante cuestionario ad-hoc online sobre sus hábitos en el consumo de ocio, televisión, revistas, músicas,… incluido las redes sociales, para lo cual debía identificar el número de horas que dedicaba a cada una de estas actividades. En el caso de la red social Facebook, debía indicar con qué frecuencia lo revisaba. Y en el caso de las revistas leídas, si estas solían ser o no de moda.
Igualmente se evaluó la tendencia de cada una de ellas a compararse con el resto a través de la escala estandarizada denominada Upward and Downward Appearance Comparison Scale; se solicitó la misma información pero esta vez, sobre la comparación dentro de la red Facebook, con los “amigos” y usuarios de dicha red. Por último, se evaluó mediante el Self-Objectification Questionnaire (S.O.Q.) la imagen personal que tenía de sí misma, como “mujer-objeto” o no.
Los resultados muestran que las jóvenes universitarias muestran una alta correlación entre el uso que se hace de Facebook con la relación objetal de la mujer, esto es, en la red se sigue manteniendo los cánones sociales de “mujer-objeto” que en la vida real; ya que se obtuvieron los mismos resultados que en la relación entre la relación objetal de la mujer y las revistas de moda.


Imagen digital mujer Facebook

Una de las principales limitaciones de este estudio es que la información se extrajo mediante autoinformes, cuando actualmente existen programas de “rastreo” capaces de identificar qué tiempo se está conectado, qué servicio de red está empleado e incluso con quién ha conectado, información toda ella más objetiva que la anterior.
Hay que tener en cuenta que la población objeto de estudio han sido las jóvenes universitarias, por lo que hay que investigar en otras poblaciones antes de poder establecer generalizaciones al respecto
A pesar de lo anterior, los resultados parecen claro, en cuanto que los “cánones sociales” son transmitidos y mantenidos en la red, limitando con ello las posibilidades que ofrece internet a la hora de crear y mantener una identidad digital, independiente de las “exigencias sociales” del lugar de donde se viva.
Algo que es preocupante, ya que quiere decir, que en las “sociedades machistas”, los valores que se inculcan e imponen, van a seguir manteniéndose entre las jóvenes, incluso aunque se encuentren en un mundo virtual.
Tal y como sugieren los autores del estudio, se trata de una primera aproximación a esta problemática de la imagen digital entre jóvenes, siendo necesario la incorporación de nueva investigación que sea capaz de explicar mejor este fenómeno, e igualmente sirva para poder establecer planes de prevención, para que la imagen-objetal de la mujer no se sigua difundiendo.

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