Día a día se va poniendo en valor el papel del psicólogo en las distintas áreas de intervención, como la que se presenta a continuación sobre el trabajo con la policía.
Papel del psicólogo
Desde hace unos años se ha desarrollado un nuevo área de trabajo del psicólogo como criminalista, que es un especialista en la materia a la hora de determinar perfiles de delincuentes entre otros.
Aunque no en todos los lugares este trabajo se circunscribe al psicólogo, ya que en algunos países únicamente se requiere de una titulación superior por ejemplo de abogado y un posterior curso de especialización en criminalística convirtiéndose así en criminólogo.
Por lo que la labor no sería tanto específica desde el ámbito de la psiquiatría o la psicología, sino que se basaría en un asesoramiento sobre los perfiles y conductas de los delincuentes tanto a la hora de la prevención como de la intervención. Con el objetivo de reducir la delincuencia, en consonancia con los planes de prevención y de promoción de hábitos saludables.
Pero el papel del criminólogo no se circunscribe únicamente al de el delincuente, sino también al de las víctimas, tratando de comprender y de desarrollar planes de intervención sobre las mismas.
Aunque para dicho papel, se pueden implementar también terapias psicológicas pero esto sólo lo pueden hacer desde el ámbito de la psicología clínica.
Por lo que la relación entre el criminólogo y el psicólogo es muy estrecha, si no es que estar en la misma persona que lo ejecuta, pero ¿Cual es el papel del psicólogo en una comisaría de policía?
Innovacion psicología
Una reciente iniciativa desde la Comisaría de Hamilton (Canadá), ha puesto en evidencia que el papel del psicólogo no sólo se debe circunscribir a la del asesoramiento, tal y como podría hacer cualquier criminólogo.
En esta iniciativa del psicólogo en el propio coche policial allá donde es requerido.
Se trata de un servicio novedoso e innovador que busca diferenciar cada caso en el propio momento de los sus sucesos, evitando tener que encarcelar o arrestar a personas que están teniendo pruebas psicológicos en ese momento.
Esta es una labor que escapa al del criminólogo, que no necesita ser un especialista en salud mental, en este caso si se requiere esa cualificación, ya que dependiendo de lo que se diagnostique en el momento de la detención, se le derivará a la persona a un centro de salud, o a la cárcel.
Aunque la decisión final recae sobre el policía responsable, y armado, esta se toma en función de lo que le indique el especialista en salud mental, una vez revisado el historial médico de la persona.
Con esto se busca dar un servicio más de acorde a la necesidad del momento, sin criminalizar la salud mental, como hasta ahora se estaba realizando otra parte según la propia especialista que trabaja con la policía, es importante distinguir el tipo de persona con la que se trabaja, si está sufriendo una enfermedad crónica, si esta en un episodio agudo, o si está en curso en una intoxicación por sustancias.
Se trata pues de una innovación en cuanto a la intervención psicológica, ya no a posteriori, si no en el propio momento de la intervención policial.
Criminología y Psicología
Se trata pues de una innovación en cuanto a la intervención psicológica, ya no a posteriori, si no en el propio momento de la intervención policial.
Aunque en algunas ocasiones papel de criminólogo es compartido con el del psicólogo, en este caso se pone en evidencia las diferencias en cuanto a la intervención en ofrecer en el mismo ámbito de trabajo.
Innovaciones muestran hacen sino en poner en valor el papel del psicólogo en las distintas áreas más sensibles del campo de la salud mental como es en el de la criminalidad.
Uno de los aspectos más importantes para un gobierno es distribuir correctamente los recursos para ello debe de conocer el número de casos de demencia de su país.
El problema de la Demencia
Cuando pensamos en demencia, sino somos profesionales de la salud o personas relacionadas con este ámbito, es probable que lo equiparemos al término de locura, pero no tiene nada que ver.
La demencia es un estado temporal o permanente de pérdida de funciones cognitivas, ya sea por un fallo o deterioro neurológico.
Los síntomas externos que se observan es la pérdida de habilidades ya sean memorísticas, del habla, de razonamiento u otra cognitiva, que se va a reflejar también en la forma de actuar y comportarse el paciente.
En los casos más avanzados además el paciente puede presentar delirios y rasgos psicóticos, que es de esto de lo que se ha popularizado la idea de demencia = locura.
Según el tipo de demencia, esta puede ser tratable o no, o puede recuperarse el paciente o no.
Las demencias pueden clasificarse en grandes grupos según su etiología, así se habla de degenerativa o primaria, que incluye a la enfermedad Alzheimer, la enfermedad Pick, de otras demencias fronto temporales y las demencias por cuerpos de Lewy.
En cuanto al otro grupo, denominado demencias secundarias, se encuentran las demencias vasculares, en las trompadas por tumores, por deficiencias de vitaminas de 6 o 12, o por hipotiroidismo entre otras.
Cada una de estas va a tener su propio desarrollo y sintomatología, es por ello de la necesidad de saber la incidencia o prevalencia de cada una de éstas en la población, ya que con ellos se puede diseñar programas de prevención e intervención, así como asignar recursos humanos y económicos a aquellas demencias que estén más presentes en la población pero, ¿Qué tipo de demencia es más frecuente en Argentina?
Vídeo Recomendado: Argentina y Japón analizaron estrategias para el manejo de la demencia senil
Distribución de Demencia en Argentina
Para responder a esta cuestión es contratado con el gobierno de Argentina el cual me ha facilitado un informe al respecto de un estudio realizado en el 2011.
En este estudio se han estudiado la incidencia de la demencia en 292 usuarios de los servicios sanitarios de Argentina, de los cuales un 73% de los entrevistados eran mujeres, con una edad media entre 72 a 82 años.
Es estudio informa acerca a la incidencia y número de casos en función del tipo de demencia se hizo utilizando la clasificación existente en ese momento es decir el DSM-IV y el CIE-10 conjuntamente.
De todos los participantes únicamente 81 de ellos no padecía algún tipo de demencia, lo que supone el 27% de los entrevistados. De entre los restantes, los resultados informan de un gran número de afectados por la enfermedad de Alzheimer, superior incluso al resto de las otras demencias juntas (83,8% y 16,2% respectivamente), tal y como se muesta en la siguiente gráfica:
Gráfica de Distribución de Demencias en Argentina
La segunda causa de demencia más frecuente, muy por detrás, es el deterioro cognitivo mínimo (23,6%), seguido de las demencias vasculares (12,3%), tal y como se muestra en la siguiente gráfica:
Gráfica de Frecuencias de Demencias en Argentina
Limitaciones del estudio de Demencia en Argentina
Indicar que los propios investigadores señalan que la selección de los usuarios no se corresponde a una muestra representativa de la población, ya que en ella sólo se incluían a personas que acudían a consulta.
Igualmente informar que el estudio no proporciona el acceso a los datos del mismo, si no resumen estadístico, por lo que no se puede conocer hasta qué punto las proporciones anteriores, se mantienen iguales en función del género.
Basado en estos resultados tiene sentido que el gobierno argentino implemente políticas de prevención y tratamiento dirigida principalmente al caso de la enfermedad de Alzheimer, ya que va a ser la principal demanda de entre sus usuarios de más edad.
Uno de los aspectos más controvertidos en el ámbito de la salud es la influencia de la raza a la hora de padecer una enfermedad como el Alzheimer.
Enfermedades por Raza
Uno de los aspectos más polémicos con respecto a la investigación en el ámbito de la salud y en concreto en el de la salud mental, es con respecto a la incidencia en cuanto a la raza.
Si ya fueron polémicos en su momento los resultados hallados en cuanto a las diferencias en cuanto al coeficiente de inteligencia, recientemente avalados por una tesis que realiza una revisión profunda atendiendo a él nivel del lenguaje de los usuarios así como su cultura.
Igualmente es polémico en tratar de comprobar y analizar si existen diferencias en el ámbito de la salud mental con respecto a la raza de los usuarios.
En el campo de la medicina es bien conocido que se dan estas diferencias, e incluso enfermedades específicas de una raza que no aparecen en otras.
Pero en el ámbito de la salud mental no sentirme tan claro, entonces ¿existen diferencias en cuanto al padecimiento de la enfermedad del Alzheimer en función de la raza del paciente?
Para ello vamos a extraer los datos del gobierno de la Ciudad de Nueva York a través de la página de sus Open data.
En tal y como se ha presentado en estudios anteriores es difícil obtener el dato directo del número de pacientes que existen en la actualidad, por lo que se extraen de aquellos datos con respecto al motivo del fallecimiento de la persona.
En concreto en este caso nos vamos a fijar en el número de fallecidos por causas de la enfermedad de Alzheimer, que tal y como se muestra en la gráfica superior, se dan más casos de defunciones de pacientes con Alzheimer entre las mujeres que entre los hombres, ¿Pero qué pasa con la raza?
Si presentamos los datos anteriores especificando la raza, separamos estos datos entres cuatro categorías de razas, los hispanos; los blancos no hispanos; los negros no hispanos; los asiáticos y provientes de las islas del Pacífico, podemos comprobar los más afectados por la enfermedad de Alzheimer son las mujeres blancas no hispanas, seguidas en un seguido bloque por las mujeres negras no hispanas, las mujeres hispanas y los hombres blancos no hispanos. En un tercer bloque con una baja incidencia estarían el restos de los pacientes
Distribución de la incidencia de la Demencia por Género y Raza
Alzheimer por Raza en Nueva York
Para aclarar un poco más los datos se presentan en la parte superior los datos totales, suma de hombres y mujeres, pero separados por raza. Lo que nos permite comprobar que los la raza blanca no hispana son los que sufren un mayor número de casos de enfermedad de Alzheimer, en un segundo bloque y casi sin diferencias se encontrarían los de raza negra no hispanos y los hispanos, siendo lo que más baja incidencia tienen los asiáticos y los provenientes de las islas del Pacífico.
Distribución de la incidencia de la Demencia por Raza
Por lo que si nos quedamos exclusivamente con esta gráfica podemos afirmar que la enfermedad de Alzheimer, afecta principalmente a la raza blanca no hispana sobre cualquier otra raza.
Aunque los resultados parecen claros, hay que tener en cuenta que se trata de un análisis indirecto de la población, ya que no se tiene el dato directo del número de pacientes de Alzheimer, si no sólo el de personas que han fallecido por esta causa, pudiendo existir pacientes que mueran por otras causas, como por ejemplo por un atropello o un ataque cardíaco, que quedaría fuera de estos resultados.
Igualmente los datos reflejan el número de casos totales, pero sin tener en cuenta el porcentaje de la población que represetan, así, si en vez de ser en Nueva York, los datos procediesen de un estado del sur donde existe mayor presencia de negros nos hispanos y de hispanos, la interpretación de los mismos resultados sería completamente diferente.
Es por ello que se requiere de nueva investigación al respecto, antes de poder establecer conclusiones claras con respecto a la relación entre la salud mental y la raza del paciente.
Una de las labores del profesional de la salud mental es entender el perfil de los pacientes en este caso que sufren trastornos del estado de ánimo y ansiedad.
Bases de los trastornos del estado de ánimo
Si observamos las estadísticas acumuladas de distintas investigaciones realizadas con anterioridad, los trastornos del estado de ánimo, entre los cuales la depresión mayor es el más frecuente, junto con los trastornos de ansiedad, son aquellos que más se presentan dentro de la población. Eso no indica que sean los trastornos más incapacitantes, ni siquiera los que requieran de mayor tratamiento, si no los más extendidos y frecuentes en la población.
La presencia de trastornos de ansiedad, frecuentemente han sido relacionados con el estilo de vida occidental, donde prima en muchos casos la eficacia y efectividad de la persona, a la hora de conseguir sus metas laborales y sociales.
Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, han sido tradicionalmente relacionados con el mundo emocional del interior de la persona. Asociado a la frustración, el sentido de la vida, y la no consecución de objetivos, igualmente el papel de las relaciones sociales en estos trastornos son fundamentales.
Algunos teóricos afirman que la relación entre los trastornos del estado de ánimo y los trastornos de ansiedad es muy extensa, ya que en muchos casos las depresiones se presentan con estados ansiosos.
Pero si tenemos en cuenta las consideraciones anteriores con respecto al los trastornos de ansiedad estos tendrían que aceptar en mayor medida a los adultos y de entre ellos a los que estén en edad laboral. Ya que son precisamente estos quienes sienta bien se dirigen una mayor presión social hacia la consecución de sus objetivos laborales.
Con respecto a quién afecta más estos trastornos del estado de ánimo y de ansiedad en función del género, tradicionalmente se ha considerado que la mujer es la que tiene una mayor capacidad y habilidades tanto sociales como emocionales, por lo que sería la más expuesta a estos trastornos. Esto es lo que tradicionalmente se ha considerado, aunque actualmente está en discusión. Pero con los datos actuales, ¿A quién afectan más los trastornos del estado de ánimo y ansiedad?
Vídeo Recomendado: Los trastornos de ansiedad
Trastornos del estado de ánimo por edad
A continuación se presentan los resultados obtenidos a través del Open data del Gobierno de Canadá en el que se puede observar cómo han ido evolucionando el número de casos atendidos en los últimos 11 años empezando desde 1999.
Éstos datos están ofrecidos en separados tanto por rangos de edad cada cinco años así como por género.
Gráfico de la evolución de casos de Ansiedad en Canadá
Lo que nos permite contestar a la pregunta sobre a quién afectan más los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad separados por edad para comprobar si efectivamente la presión laboral es un determinante en la presencia de estos trastornos.
Tal y como se observa en la gráfica siguiente, existe una mayor presencia de estos trastornos a partir de los 25 hasta aproximadamente los 65 años donde empieza a reducirse paulatinamente.
Precisamente en estas edades e incluso un poco antes es cuando se empieza la vida laboral de la persona.
Gráfico de casos de Ansiedad en Canadá por edad
Trastornos del estado de ánimo por genero
Así pues, estos datos y teniendo en cuenta de que únicamente se maneja es número de pacientes, se puede concluir de la presión laboral va a ser determinante a la hora de presentarse los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.
Con respecto a la segunda cuestión de género se presenta la siguiente gráfica poblacional separada tanto por edad como por género para el último año de registro, es decir para el 2010.
Gráfico de Distribución Poblacional de casos de Ansiedad en Canadá
Tal y como se puede observar en todos los tramos de edad la presencia de los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad es superior en todos los casos en las mujeres, siendo únicamente superior las puntuaciones alcanzadas en los hombres sobre las mujeres hasta los 14 años donde se produce una inversión de los datos.
Aunque los resultados parecen claros, hay que tener en cuenta que se trata de un análisis poblacional que requiere de mayor investigación, para comprobar si se mantiene el mismo perfil en otras localizaciones, para poder concluir tanto sobre la edad en que se padecer, como el género a quien más afecta a pacientes con trastornos del estado de ánimo y de la ansiedad.
Entre los 20 y 30 años de edad, el Trastorno de Ansiedad Generalizada es más común, aquí más información: Https://t.co/Sa53Gbe62V — Bagó Ecuador (@BagoEcuador) 12 de julio de 2016
Desde aquí mi agradecimiento al Gobierno de Canadá por su política de Open Goverment que permite realizar investigaciones como la presentada.
Entrevista con Dª. Vilma Aho, Biocientífica, investigadora del sueño, estudiante de doctorado del Team Sleep Helsinki, Instituto de Biomedicina de la Universidad de Helsinki (Finlandia), quien nos habla sobre la importancia del sueño.
– ¿Por qué es tan importante dormir?
El sueño es un proceso fisiológico complejo que es esencial para todas las especies animales estudiadas.
En los mamíferos y aves (y algunos reptiles), las fases del sueño son detectadas por electroencefalograma (EEG). El sueño -o el estados similares al sueño- se ha observado también en otros animales, como los peces cebra, las moscas de la fruta y nematodos (C. elegans), utilizando para ello criterios de comportamiento.
A pesar de que los humanos gastamos aproximadamente una tercera parte de nuestra vida durmiendo, los científicos del sueño todavía no están seguros acerca de por qué tenemos que dormir.
Las principales teorías actuales formulan la hipótesis de que se necesita dormir para mantener el equilibrio de la energía y/o facilitar las redes neuronales para recuperarse de la actividad del estado de vigilia y ayudar en los procesos de aprendizaje y memoria.
Durante las fases de sueño, los cambios en la actividad cerebral se sincronizan a los cambios del sistema nervioso autónomo y al tono muscular. El sueño es esencial para procesos cognitivos tales como la memoria y el aprendizaje, y también está estrechamente conectado a los sistemas periféricos, tales como el sistema inmune y el metabolismo.
La sincronización del sueño y la vigilia se controla por dos procesos: el ritmo circadiano y la presión homeostática del sueño. El ritmo circadiano (circa => cerca de; diano => un día) oscila durante el día y la noche, el momento de la actividad de los animales diurnos es el tiempo del día y el de las especies nocturnas es la noche. La luz arrastra el reloj maestro en el núcleo supraquiasmático del cerebro (NSQ). El NSQ interviene en la regulación de señales neurohormonales y la sincronización de otros ritmos del organismo, por ejemplo, el sueño, la alimentación y el metabolismo.
La homeostasis (homeos => similar; stasis => estado), por definición, trata de mantener el sistema estable y relativamente constante. El proceso homeostático del sueño mide la necesidad de sueño, aumentando durante la vigilia y disminuyendo hacia la línea basal durante el sueño.
– ¿Cuánto tiempo de sueño realmente necesitamos?
La necesidad del sueño no es en realidad una medida fácil de determinar. En estudios experimentales, el EEG de los sujetos se puede grabar en el laboratorio del sueño y su longitud sueño puede medirse objetivamente. Sin embargo, no hay una forma para cuantificar objetivamente la necesidad real de sueño.
A pesar de lo cual se pueden abordar la necesidad subjetiva del sueño a través de preguntas por ejemplo, ¿Cuánto sueño sueles necesitar para sentirte renovado y para un buen funcionamiento durante el día?, que se utilizan en los estudios epidemiológicos.
La duración del sueño de un individuo es determinado tanto por factores genéticos y ambientales.
Hasta ahora unos pocos genes que se asocian a la duración del sueño han sido identificados en estudios de población humana. Sin embargo, cada uno de estos genes puede explicar una pequeña parte de la variabilidad entre individuos. En la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), los científicos han identificado por ejemplo, un gen llamado Sleepless. Las moscas con una mutación en este gen, sólo necesitan una quinta parte de sueño en comparación con el tiempo en el resto de las moscas. Sin embargo, estos mutantes no parecen dedicar mucho más tiempo a hacer cosas, ya que también tienen vida útil considerablemente más corto que las moscas normales (aproximadamente la mitad del tiempo).
La duración en el sueño humano se ha evaluado en varias poblaciones. En promedio, la mayoría de la gente tiende a dormir 7-8 horas por la noche. Aunque la duración media del sueño ha disminuido durante las últimas décadas.
Parece ser, que también hay quien de forma natural duerme poco y sobreviven bien a lo largo de su vida con sólo unas pocas horas de sueño por noche. Del mismo modo, algunas personas dicen necesitar más de 9 o 10 horas cada noche para sentirse bien descansados.
El sueño cambia con la edad. Así se suele dormir entre 14 horas por la noche a la edad de 1 año y entre 9 a 10 horas con 12 años.
En los adultos, el envejecimiento disminuye la duración y la calidad del sueño, y las personas mayores tienden a tener un sueño más fragmentado (con interupciones).
También existen diferencias de género, las mujeres duermen en promedio 20 minutos más que los hombres por noche.
La pérdida de sueño podría ser definido como el tiempo que un individuo duerme en una cierta noche restado de su necesidad de sueño natural. La pérdida de sueño puede ser causada por ejemplo, por insomnio, trabajo por turnos, actividades de tiempo libre, enfermedades somáticas que afectan el sueño, etc.
La pérdida de sueño se puede acumular si una persona duerme repetidamente menos de que lo necesita.
Los efectos de la falta de sueño sobre diversos aspectos de la fisiología y la patología se pueden estudiar usando la restricción del sueño experimental (privación parcial o total de sueño en condiciones controladas de laboratorio), comparando antes vs después y/o sujetos privados de sueño frente a sujetos control que duermen normalmente); con estudios epidemiológicos (transversal o longitudinal); con información de cuestionarios subjetivos sobre los parámetros del sueño, tales como la calidad, necesidad, duración, y pérdida de sueño.
– ¿Cuánto tiempo se puede estar sin dormir?
El máximo tiempo de vigilia prolongada para un ser humano sano parece estar entre 1 a 3 semanas, pero el máximo real no se conoce, ya que no están éticamente aceptados estos estudios.
Sin embargo, hay algunos experimentos documentados desde décadas anteriores. En uno muy conocido, se informó de una persona de 17 años de edad, estudiante de la escuela secundaria de San Diego, que permaneció despierto durante 11 días en el año 1963. De acuerdo con los informes, él no tomó ningún tipo de estimulantes y su estado fue supervisado por un científico del sueño asistido por su compañeros de clase. Sin embargo, como no se registró su EEG, su vigilia no puede ser confirmado de forma fiable. Este es el caso el mayor tiempo con récords de este tipo.
También hay informes de gente que asegura no haber dormido durante períodos mucho más largos, incluso añoso o décadas. Ninguno de ellos ha sido científicamente confirmado, por lo que yo conozco.
Es posible que estos individuos subjetivamente sientan que no consiguen dormir del todo, pero aún así pueden tener episodios muy cortos de sueño, «microsueño», y/o sueño local que ocurre (o sueños locales que ocurren) en una parte del cerebro a la vez, mientras que el resto del cerebro permanece en el estado de vigilia.
Los episodios de microsueño no son detectados por el análisis habitual EEG (que normalmente se analiza en épocas de 30 segundos), pero se pueden encontrar en un análisis más extenso de la grabación de EEG.
Los sueños locales pueden ser detectados con EEG de alta densidad, es decir, un registro de EEG con cientos de electrodos colocados alrededor de la cabeza del sujeto.
En estudios experimentales realizados en animales, la privación total de sueño durante largos períodos ha demostrado ser letal. En los seres humanos, hay algunas enfermedades raras, como el insomnio familiar fatal, donde los pacientes pueden tener privación severa de sueño durante meses, que finalmente lleva a la muerte.
– ¿Qué ocurre si no dormimos lo suficiente?
La pérdida de sueño afecta el cerebro disminuyendo el rendimiento cognitivo, como la memoria y el aprendizaje.
Además el metabolismo en el cerebro se ve afectado. La adenosina es una molécula que aumenta en un área determinada en el cerebro durante la vigilia, cuando las reservas de energía del cerebro caen. La adenosina impulsa el estado de sueño al producirse mediante la unión en los receptores de adenosina. Por el consumo de café, podemos retrasar el efecto de la adenosina al bloquear estos receptores con cafeína. Sin embargo, la cafeína no destruye la adenosina formada, por lo que no elimina la presión del sueño creado.
La pérdida de sueño no ataca sólo el cerebro, sino también a los sistemas periféricos, tales como el sistema inmune y el metabolismo de hidratos de carbono. Hay por ejemplo una conexión entre la regulación del apetito y la regulación del sueño. Se ha informado de que la cantidad de la grelina “hormona del hambre” puede aumentar y la cantidad de la leptina “hormona de la saciedad” disminuir, como resultado de la pérdida de sueño. Esto posiblemente puede causar comer en exceso y puede conducir a la obesidad.
– ¿Cuál es la relación entre el sueño y el sistema inmunológico?
El sueño y el sistema inmune están estrechamente interconectados. Estos sistemas están en constante interacción bidireccional, el sueño afecta el sistema inmunológico y, viceversa, el sistema inmune afecta el sueño.
Esto se puede observar, por ejemplo, en la necesidad de mayor cantidad de sueño cuando cogemos una infección, como el resfriado común.
Esto está mediado por citocinas proinflamatorias, mensajeros sistema inmune, que transportan los mensajes de alerta en la sangre, que también promueven el sueño en el cerebro.
Estas citocinas también aumentan cuando nos quedamos despiertos durante períodos prolongados. Además, la pérdida de sueño causa cambios en la regulación del sistema inmune a nivel de diferentes glóbulos blancos (leucocitos) y expresión génica en estas células y poblaciones de expresión génica en los leucocitos.
La pérdida de sueño también aumenta el PCR proteína de fase aguda (proteína C reactiva), y provoca un estado de bajo grado de inflamación. Estos efectos sugieren que la pérdida de sueño actúa como una señal de peligro en el cuerpo.
Aunque la pérdida de sueño hace que se active el sistema inmune, cuando esta pérdida se acumula puede dar lugar más infecciones por una baja de las defensas. Las respuestas a las vacunas también se han reportado a ser más débil si el sueño está restringido.
– ¿Cuál es la relación entre el sueño y la salud del corazón?
Los estudios epidemiológicos han demostrado una asociación entre el dormir poco con más alta mortalidad (en general, así como por enfermedades cardiovasculares), y un mayor riesgo de diabetes tipo II, aterosclerosis y obesidad.
También el sueño de mayor duración de lo normal, ha sido propuesto como un factor de riesgo para muchas enfermedades, pero todavía es poco claro cuántos de estos hallazgos puede ser explicados por otros factores como enfermedades subyacentes, factores sosio-económicos, etc..
Los estudios experimentales han demostrado que la pérdida de sueño cambia el metabolismo de carbohidratos, provocando un desequilibrio en la proporción de insulina a la glucosa, que puede conducir a la resistencia a la insulina y diabetes tipo II. Se han informado también del aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Además de los factores metabólicos, la inflamación de bajo grado es un mediador importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Estos cambios pueden explicar en parte cómo la pérdida crónica de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, junto con otros factores de riesgo. Además de la cantidad de sueño, también el tiempo de sueño y la vigilia es importante para el correcto funcionamiento del cuerpo, y pudiendo sueños a destiempo conducir a la desincronización de los relojes periféricos y del reloj maestro en el cerebro, provocando un aumento en el riesgo de enfermedades metabólicas.
– ¿Qué se está estudiando en el Team Sleep Helsinki?
En el Team Sleep Helsinki (grupo de investigación Tarja Porkka-Heiskanen) en la Universidad de Helsinki, estudiamos los mecanismos moleculares de la regulación del sueño y la vigilia. También estamos interesados en los efectos de la pérdida de sueño, especialmente en relación con la depresión y –por otro lado– en los sistemas periféricos. En mi proyecto de tesis doctoral, me estoy centrando en los efectos de la pérdida acumulada de sueño sobre el sistema inmunológico y el metabolismo de los lípidos.
Desde aquí mi agradecimiento a Dª Vilma Aho, bioscientist, investigadora del sueño de la Universidad de Helsinki (Finlandia), por habernos acercado a la importancia del sueño.
Entrevista a Dª. Virginia de la Iglesia, especialista en dependencia emocional, alta sensibilidad y familia tóxica, quien nos habla de la alta sensiblidad.
– ¿Qué es la alta sensibilidad?
La alta sensibilidad es un rasgo de carácter que predispone a tener una sensibilidad mayor que la media. Las personas con alta sensibilidad sienten más y con más intensidad y esto hace que sean muy permeables al entorno.
– ¿Cuál es el origen de la alta sensibilidad?
La alta sensibilidad es un rasgo de carácter que se puede ver más o menos influenciado por las circunstancias y personas que rodean a la persona altamente sensible, pero al ser un rasgo no hay unos desencadenantes concretos sino que es una cualidad que siempre acompaña a la persona altamente sensible.
– ¿Qué perfil tienen las personas que tienen alta sensibilidad?
La persona altamente sensible se caracteriza por:
– Exceso de emotividad
– Sensibilidad ante la crítica y el juicio externo
– Se cansan rápidamente, por lo general tienen baja energía
– Sensibilidad a los ambientes y lugares
– Sentido de la belleza y talento artístico
– Poseen una visión más profunda
– Son perfeccionistas y se frustran rápidamente ante los fracasos
– Necesitan un tiempo para estar a solas
– Entregados con los demás
– Capacidad de implicación cuando algo les apasiona
– Empáticos
– Observadores
– ¿Cuáles son los primeros síntomas que se pueden observar de alguien con alta sensibilidad?
El síntoma más característico y más llamativo es que las personas en extremo sensibles se lo toman todo de forma muy personal; al ser tan emotivos existe una dificultad para desapegarse de lo que consideran un “agravio” o verlo de forma más racional o impersonal.
– ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de la alta sensibilidad?
Las ventajas es una mayor empatía y por lo tanto una mayor predisposición a interesarse genuinamente por los demás. Los inconvenientes es que son mucho más permeables a las influencias externas y esto puede desencadenar en muchos síntomas como cansancio, apatía e incluso depresión.
– ¿Cómo afecta a la persona y a sus relaciones sociales la alta sensibilidad?
A nivel personal la persona con alta sensibilidad tiene dificultades para soltar determinadas emociones.
Una de las grandes dificultades del dependiente emocional es su enorme dificultad para establecer unos limites claros y concisos con los demás, de esta forma, la persona altamente sensible puede ser un candidata ideal a sufrir situaciones de abuso o dependencia emocional.
– ¿Necesita tratamiento la alta sensibilidad y de ser así cómo se trata?
La alta sensibilidad no necesita tratamiento en todos los casos, pero si es necesario tratarla cuando la persona sensible no dispone de mecanismos para encauzarla de forma positiva en su vida.
Lo más importante es conocer en profundidad en que consiste la alta sensibilidad porque a mayor conocimiento, más mecanismos tendremos para encauzar de una forma positiva esa alta sensibilidad tanto de cara a uno mismo como hacia el exterior. El trabajo fundamental de las personas sensibles es discernir que emociones son suyas y cuales son de los demás, aprender a decir no sin sentirse culpables y sobre todo a establecer unas fronteras saludables con los demás.
Desde aquí mi agradecimiento a Dª. Virginia de la Iglesia, por habernos acercado al mundo de la alta sensibilidad.
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